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Contra la corriente por RAMSIN

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Bienvenidos, este es mi primer fic de Naruto, algo tarde no, pero bueno, por algún lado se comienza esto, espero lo disfruten, el fic es un Sasu x Naru( típico pero me encanta ), también otras parejas que saldrán a su debido tiempo y no quiero dar mucho spoiler XD. Mundo alterno, mpreg ( al que no sepa que es, largo, no quiero quejas después) Yaoi como todos mis amados fics, y nada más que decir, esto será algo de romance, humor, amor y angustia. Ah… Naruto no me pertenece, es de Kishimoto – sama, espero no se enfade por todo lo que le hare a Naruto y Sasuke je je je.

Contra la corriente

Capítulo 33

Visitando el pasado y esperando el futuro

Estaba agotado, su cuerpo no daba más, ese había sido un día difícil para él, desde sus labores de policía, hasta la información de vital importancia que había recibido quien sabe cómo, pero al fin llegaba a su casa, con paso cansado entro y se deshizo de su pistola de reglamento, su abrigo lo lanzo prácticamente al sofá junto con el maletín que traía, dio un hondo suspiro al ver todas las luces apagadas, ya eran más de la una de la mañana así que tanto su madre como Sasuke y Sai debían dormir profundamente. Sin ánimos camino hasta el sofá de tres puestos sentándose pesadamente en él, suavemente fue abriendo los botones de su camisa negra, si fuera por él, dormiría allí mismo en el sofá, pero las ganas de seguir indagando en los documentos que le dieron lo hicieron mantenerse despierta un poco más, saco los documentos para leerlos minuciosamente, atragantado de penas, de dudas y de todo un rencor que iba subiendo dentro suyo como si fueran nauseas por lo más sucio y asqueroso del mundo.

¿Cómo le diré a Sai esto? - dejo las hojas tiradas sobre el sofá y se llevó ambas manos a su frente, estaba lleno de dudas enormes –

¿Itachi? – la voz de alguien interrumpió los pensamientos del nombrado, de las escaleras termino bajando el mismo Sai, con el rostro adormilado y la cabellera despeinada –

¿Qué haces despierto a esta hora? – tomo los papeles que leía para guardarlos –

Vine por un vaso de agua, la abuela Mikoto te estuvo esperando despierta hasta hace una hora. – no le costó mucho empezar a nombrarle así a la dulce mujer que estaba cuidándolo como nunca antes lo hicieron –

Tuve mucho trabajo. – sonrió un poco pero pronto noto como Sai se sentaba a su lado en el sofá de la sala y lo miraba como buscando decir algo - ¿Qué sucede?

¿Tienes una foto de el? – pregunto sin rodeos, estaba curioso por saber cómo era su padre, una imagen que le llevara a recordarlo después –

De Minato… no, solo me quede con una pero no es muy buena, era de su carnet de conducir.

Lástima. – volvió a levantarse del sofá como si nada hubiese sucedido –

Pero, puedo llevarte a un lugar donde podrás hablar con él, hace años que no voy a su tumba, ¿quieres venir conmigo?

¿Hablar con los muertos?... podría ser divertido. – sonrió como el solía hacerlo hasta que sintió como Itachi le jalaba dulcemente a su lado para abrazarlo, un suave abrazo que necesitaba después de todo el día que vivió – Ita…

No digas nada, solo necesito esto, tú eres él y yo, cuando te abrazo creo que podre encontrar algo de Minato en ti. te hubiese adorado, era muy bueno con los niños… - suspiro hondamente, quería llorar, sentía que debía decirle lo que averiguo de su abuelo –

No sabía si sería bueno el llevar a Sai al cementerio donde habían enterrado a Minato, lo único de lo que estaba seguro era que allí podría recoger el valor necesario para contarle algunas cosas más, el domingo temprano sería un día indicado para ello. Sin prisas llego aquel domingo frio, Itachi se levantó más temprano de lo acostumbrado para alistarse y llamar a Sai, pero su sorpresa fue grande al verlo ya listo y desayunando en la cocina junto a Sasuke que también por alguna extraña razón había abandonado las tibias mantas de la cama ese domingo.

Parecen muy animados hoy. – hablo el mayor con un tono incrédulo, sabía que Sasuke no salía de la casa si no era para ir a vigilar a Naruto. –

Voy de paseo. – sonrió pretencioso, algo tramaba con mucho cuidado para ese día, quería volver a tener algún contacto con Naruto y estaba seguro que el rubio iría a caminar como todas las mañanas al parque. –

Recuerda la promesa, no le diremos a Naruto nada hasta que nazca la bebe, no quiero sentirme culpable por adelantarle el parto. – Itachi tomo asiento junto a su hijo –

No le diré nada. – mascullo Sasuke entre dientes – y… he estado pensando en que no tenemos esta casa acondicionada para recibir a un bebe, ni si quiera tengo una habitación para Naruto.

Sasuke, todo a su tiempo, Naruto está en un momento en que no se moverá de la seguridad que tiene en casa de Gaara, y no lo culpo, allí tiene todo, aquí no.

No quiero esperar más, debemos poner en orden mi habitación, comprar las cosas que necesitamos…

Hablaremos de ello cuando regrese, se paciente Sasuke.

No se podía culpar la impaciencia del Uchiha, Sasuke deseaba sacar lo antes posible a Naruto de la casa de Gaara, pero eso sería un tanto complicado por muchos motivos, de la noche a la mañana no tendría todas las comodidades que recibía donde el pelirrojo, ya hasta le habían acomodado la habitación a Naruto para alojar a la bebe, y este aún no estaba en la etapa de aceptación sobre su amor por Sasuke, apenas se debatía entre la delgada línea del amor y el odio, pero de ello aún faltan cosas por suceder.

Esa mañana fría Itachi y Sai salieron bien abrigados rumbo al cementerio de Konoha, el cielo lucia algo triste, con inmensos nubarrones grises y blancos cubriéndolo casi en su totalidad, Sai estaba muy curioso mirando por la ventanilla del taxi, todo era nuevo, curioso y hasta melancólico, iba a visitar a su padre por primera vez, una visita que no era la que imaginaba en su pasado cuando pensaba en sus padres biológicos.

Llegamos. – Itachi le saco de sus pensamientos al apretar su hombro un poco –

¿Desde cuándo no vienes aquí? – ambos bajaron del taxi y traspasaron un enorme arco de piedra que anunciaba la entrada al cementerio –

Desde que lo enterraron. – dejo ir un suspiro débil – tu abuelo no me dejo ir, así que no pude ver cuando lo enterraron, al día siguiente me escape de la casa por la noche para venir aquí… me costó mucho hacerlo, estaba muy mal cuando supe la noticia.

¿Recuerdas dónde está su tumba? – noto que su madre caminaba con un aplomo increíble para alguien que dice no venir desde hace muchos años –

Estamos cerca. – siguieron un sendero de piedrecillas grises hasta que Itachi se detuvo junto a una tumba, estaba sucia, con pequeñas enredaderas cubriendo los bordes de la lápida gris plomo, Sai vio cómo su madre quitaba algunas ramas con una ternura increíble dejando al descubierto el nombre del que allí fue enterrado –

Minato Namikaze… - leyó a susurros, no quería interrumpir las acciones de Itachi, parecía que estuviera haciendo algún ritual –

Se aguantaba las ganas de llorar, estaba nuevamente frente a la lápida, aquella que recibió todas sus lágrimas y su rabia, recordaba donde estaba como si hubiese sido ayer. Con cuidado se agacho y deposito frente a la tumba un pequeño ramo bien envuelto de girasoles, lo dejo y comenzó un monologo que pareció eterno a ojos de Sai, no comprendía lo que hablaba muy bajito Itachi, pero si comprendió que no quería interrumpir, se quedó quieto mirando el paisaje, tratando de encontrar algo que lo hiciera sentir, pero no podía, no había conocido a ese hombre, ni si quiera sabia como era físicamente así que se limitó a acompañar a su madre como mejor podía.

¿Le gustaban los girasoles? – se atrevió a preguntar cuando Itachi acabo su monologo y limpio sus rodillas al levantarse –

Son mi flor preferida, pero nunca le dije que me gustaban porque me recordaban a él. – sonrió débilmente y paso su mano por la espalda de su hijo acercándolo a su lado – Sai, sé que no puedes sentir nada ahora y no hay problema, cuando te sientas emocionalmente atado a el… volveremos aquí.

Me siento atado… solo que no sé qué sentir exactamente, me da envidia ver como demuestras todo tu amor a él, así se halla ido hace muchos años aun parece que te culparas por su partida como si fuera ayer.

En cierto modo soy culpable de su muerte Sai, soy culpable de haberme fijado en él y no en alguien más, y él se arriesgó a quererme sabiendo que tu abuelo lo odiaba… lo odiaba tanto que le causó la muerte. – aumento su agarre a Sai, como sujetándole para darle la peor parte de esa revelación – Fugaku lo mato.

No me sorprende. – sentencio fríamente, como si supiera de antemano la noticia – si se atrevió a tantas cosas contra ti, Sasuke y contra mi… no me impresiona que haya causado la muerte de mi padre.

No puedo decir más Sai, no quisiera que siguieras recibiendo malas noticias pero las cosas no terminan allí, alguien me dio los informes confidenciales del caso, tu abuelo aun esta fugitivo y todo lo que se descubrió y por lo que se le acusa fue dado a conocer gracias a Danzo.

El… ¿nos ayudó?- abrió los ojos sorprendido, no creía que su "padre" hubiese sido tan bueno como para decir la verdad de todo –

Sai, el dejo una carta escrita, tenía mucha información que metería a Fugaku por muchos años a la cárcel, pero… esa carta la dejo también como un testamento, él se suicidó poco después de que llegamos a Konoha, lo lamento mucho Sai.

Con muchas fuerzas rodeo a su pequeño en un abrazo, no sabía que reacción tendría Sai ante la noticia, Danzo a pesar de todo había sido como su padre, uno estricto y disciplinado con mano de hierro, pero era la única figura paterna que conocía hasta la verdad que se revelo, Itachi esperaba algún lamento o si quiera la sensación de dolor en los ojos de Sai, pero para su sorpresa este se desprendió del abrazo y le sonrió con ternura, una que nunca demostraba y que le costó un mundo darle a su madre.

Al final me quería y quería ayudarte a ti también.

Sai, pero se quitó la vida.

En nombre de la verdad.

Igual no debió ser así, Fugaku solo ha dejado una estela de muerte a su paso… una tras otra. – apretó sus puños indignado, estaba harto de muchas cosas y otra de las consecuencias de la huida de su padre estaba oculta muy cerca de ellos. –

¿pasa algo? – noto que Itachi lo soltaba mirando precavidamente a un punto lejano del cementerio –

Necesito que regreses a la entrada del cementerio, espérame afuera por favor.

Pero… - intento negarse ante las palabras de Itachi –

No es nada serio Sai, solo que ya me canse de servir de carnada para alguien más.

El moreno no se quejó más y obedeció las órdenes de su madre, siguió el sendero de piedrecillas volteando de vez en vez hacia Itachi, no comprendía porque le pedía alejarse de ese modo repentino pero no puso peros. Itachi se sintió más cómodo con la ida de Sai, sin inmutarse se volvió a agachar frente a la tumba de Minato para despedirse.

Ya me voy, perdóname por olvidarte aquí por tantos años… - acomodo el ramo de girasoles con sus dedos – Sai aún no te conoce, tratare de conseguir una buena foto, una donde estés sonriendo, al menos para que se lleve una buena impresión de ti, Minato… estoy tratando de cuidar a tu familia, Naruto está bien, pronto te hará abuelo, si todo se resuelve vendré con Naruto y tu nieta, ahora si me despido, tengo asuntos que saldar, mi padre me ha dejado una carga muy pesada.

Antes de levantarse se acomodó el abrigo negro que cargaba puesto, abrió disimuladamente algunos de sus botones dejándole libre acceso a su arma, la llevaba donde siempre, enfundada del lado izquierdo en un costado, dio una última mirada a la tumba y se puso de pie, sin prisas pero sin pausas empezó a caminar hacia el lado contrario por donde se fue Sai, llevaba algunos metros adelantados cuando sin previo aviso se desvió entre algunas tumbas y rodeo el camino suficiente para quedar donde deseaba, desde hacia días que sospechaba que la vigilancia de sus compañeros policías no era solo en el trabajo o con sus llamadas telefónicas, cerca de su casa, también habían comenzado a seguirle de cerca, a donde fuera y como fuera siempre se sintió vigilado y hoy su límite de tolerancia rebasó el vaso, interrumpían un momento íntimo y familiar, no pretendía cometer una locura, solo quería poner en claro que estaba al tanto del persistente seguimiento.

Ya es suficiente fisgoneo, ¿no te parece? – en un segundo Itachi estaba apuntándole con su arma a un extraño que estaba de espaldas a el escondido tras un árbol –

Demonios. – mascullo dando un pequeño chasquido con su boca – Itachi Uchiha, ya sé porque nadie de mi departamento quería vigilarte, muy perspicaz.

El extraño hombre se dio media vuelta lentamente, estaba cubierto con un abrigo grueso color gris oscuro, sus manos enguantadas y una bufanda roja enroscada al cuello, parecía muerto de frio por el color violáceo de sus labios, era un hombre extraño si lo detallaba mejor e Itachi parecía desconocerlo por el modo en que lo observaba.

Por precaución, ¿tu placa? – siguió apuntando el arma mientras el extraño movía su mano dentro del abrigo y sacaba lo que Itachi le exigía –

Eres desconfiado. – volvió a resoplar entre dientes, le fastidiaba que lo mandaran pero más aún que lo hayan emboscado de ese modo cuando él era el cazador y no la presa - aquí tienes.

Si eres un policía… - miro con detenimiento la placa y tarjeta de identificación que le dio el desconocido – te falta tacto a la hora de seguir a alguien, estas detrás mío desde hace más de 2 semanas.

Ordenes son ordenes, tu padre lo amerita. – volvió a guardar su placa con recelo – puedes bajar el arma, no voy a salir corriendo.

Piensan que mi padre va a contactarme en cualquier momento. – Itachi enfundo su arma nuevamente –

No puedo darte ese tipo de información.

Lo sé, pero igualmente pierden su tiempo conmigo, mi padre no se atreverá a buscarme, no soy de su agrado o interés.

Mientras este libre y con una orden de captura estarás siendo vigilado, tú y tu familia.

Lo único que les pido es que sean discretos, mi madre no está para llevarse nervios, yo puedo ignorarlos pero ella si los ve se angustiara más.

No hay problema, solo quiero colaborar, he estado muy metido en esto… tanto que creo que se algunas cosas más de las que imaginaba. – los ojos azules del desconocido se centraron en Itachi - ya deberías irte, tu hijo te está esperando en la entrada del cementerio.

Mi… - el Uchiha se desestabilizo por un segundo, esa información era confidencial, tan íntima que nadie fuera de su núcleo familiar la sabia salvo el fallecido Danzo, atando cabos, saco sus propias conclusiones – ¿que tenía escrita la carta de Danzo?

Información confidencial.

Necesito saberlo. – se contuvo las enormes ganas de estampar al policía contra el árbol, toda su vida íntima parecía ser del dominio policial –

No necesitas saber nada, todo lo necesario ya lo tienes, no lo olvides Itachi Uchiha.

Sin previo aviso el desconocido emprendió su caminata lejos de Itachi, este quedo consternado, sus palabras resonaron una y otra vez hasta que comprendió algo, ese hombre era su informante clandestino, no había mas lógicas a sus palabras finales, solo eso, una desagradable sensación se le anido en el pecho, necesitaba saber más, la carta de Danzo, eso era vital, más información sobre su padre, quería saber todo, no importaba lo tan bizarro, repulsivo o malo que fuera, era hora sacar las verdades a la luz y este hombre le daba una mano sin razones lógicas o aparentes.

¡Espera! – emprendió una carrera corta para interponerse en el camino de su informante – tú me dejaste los documentos en mi oficina la otra noche.

No soy un tú, tengo nombre. – se detuvo sonriendo de medio lado, estaba divirtiéndose con la actitud de Itachi – me llamo Deidara.

Entonces, Deidara, ¿quiero saber porque hiciste eso?, ¿porque me diste informes clasificados y que no debería tener?

Eres persistente, te repito, tu hijo debe estar esperándote. – retorno su paso esquivando al moreno –

Tengo derecho a saber todo, si sabes que ese niño es mi hijo, también sabes que mi padre me lo quito cuando nació, también sabes que Danzo lo tuvo por años y quien sabe que más sabes.

Me asombra tu poder de deducción Itachi Uchiha. – se cruzó de brazos dando un suspiro – si dices nuevamente que yo te di información estará mi puesto en riesgo, ahórrate esa parte de la conversación.

Perfecto, ¿pero porque me diste eso?

Porque quise hacerlo.

Eso no resuelve mi duda.

Lamento que no te quite las dudas, si te molesto tanto recibir la verdad, entonces no te diré mas y muerto el tema.

¿acaso estás jugando conmigo?, algún extraño hobbit que te lleva a meter las narices en las investigaciones y la vida ajena de los demás.

Mi único hobbit es matar el tiempo esculpiendo en arcilla, no tengo malsanas ideas de como torturar a los sospechosos que vigilo.

Era de suponer que soy un sospechoso para la policía.

No, en verdad no lo eres, pero tu padre se ha ganado una pesquisa a nivel nacional, ya no solo se le busca, se le está dando caza.

Era como intentar ir contra la lógica, ambos policías, ambos jalando del lado de la razón que los llevaba a esa conversación, Itachi moría por saber más y Deidara luchaba por no darle más de lo necesario, muy dentro de él quería seguir informándolo pero no podía, aun no, necesitaba un poco de tiempo más.

Seguirá vigilándome.

Seguiré vigilándote, quieras o no, hasta que tu padre aparezca.

Está claro que no me darás tus razones para confiarme información.

Exactamente, pero si te puedo decir algo Itachi Uchiha. – en un segundo el rubio se detuvo frente al nombrado acercando su rostro lo suficiente para que sus palabras fueran un susurro en el oído del moreno – eres interesante, un pasado muy interesante y un futuro más interesante aun.

Itachi quedo mudo, esa acción no la esperaba, ese hombre irrumpió su espacio personal, rompió su intimidad, vigilaba su vida como un psicópata lo haría con la victima deseada.

Deidara pensaba en las vueltas que da el mundo, recibió la orden de vigilar a uno de los suyos, al principio se negó, era problemático hacer algo así, pero no tuvo más alternativas, sus superiores confiaban en su inteligencia y destreza con el rastreo y vigilancia de sospechosos, obtuvo los datos necesarios y allí fue que su interés creció con cada informe, datos y la carta de Danzo, era como vigilar a un personaje de telenovela dramática, su pasado, sus acciones, todo le causaba un no sé qué el cuerpo, un reto que sin duda alguna empezó a volvérsele un vicio, cuando al fin tuvo la oportunidad de verlo físicamente, noto que era joven para todo el drama vivido, un hombre de mediana edad como el, con porte increíble y una mirada algo triste, eso fue lo primero que pensó al verlo en muchas fotos, y los días se volvieron semanas y no se sorprendió de que Itachi Uchiha lo descubriera, más bien, algo muy dentro de el como que provoco inconscientemente el suceso, una sensación de alivio total, estaba sintiendo el peso de saber más de lo debido y por ello aquella noche dejo sutilmente la carpeta con información, mataba por acercarse a Itachi mas, por informarle directamente, pero lo tenía prohibido.

Las cosas iban tornándose interesantes, la carta dejada por Danzo era casi que el relato de una historia trágica, estaba escrita de puño y letra, a mano, contaba con más de 20 páginas donde relataba cada atrocidad que vio hacer a Fugaku, muchas de ellas respaldadas por evidencia que Danzo se tomó a la tarea de evitar "eliminar", guardándolas celosamente, su historia, la historia de cómo Fugaku planeo el accidente de Minato Namikaze, el incendio en casa del hijo de este, como intento matar a su propio nieto y como acabo en manos de Danzo, este también dejó muy claro que todos los papeles legales de Sai eran falsos y que la paternidad del mismo pertenecía al fallecido Namikaze, allí dio la explicación de muchos de los actos de Fugaku, todo movido por el odio, por el rencor y las ambiciones ciegas de poder.

Todo tiene su porque en la vida, nada es casual y nada esta al azar del destino, Itachi aún no lo sabe, pero acaba de conocer a alguien que estará metido en su vida más profundamente de lo que imagina, mientras el mayor de los Uchiha se encuentra con su verdad, en otro lado, más precisamente en el parque que Naruto acostumbra visitar para sus ejercicios había un desesperado Sasuke, permanecía sentado en una fría banca del lugar, el sol no pretendía aparecer de entre las nubes y el clima como que le estaba jugando una pasada desagradable, con ese tiempo así Naruto no aparecería, más bien, él era demasiado obstinado para negarse a aceptar ese hecho, el rubio debía pasar por allí ese día, debía seguir su rutina, pensando en ello jugaba con sus dedos helados, mirando a las personas que iban y venían delante de él, nadie se parecía a su querido Naruto, no veía el tiempo pasar, una y otra vez mirando su reloj de pulsera, respirando sobre sus manos juntas para darse calor, se sentía idiota, era obvio que no vendría, con 8 meses y este frio, quien en su sano juicio sale así.

No vendrá. – sentencio con la cabeza gacha, intento ponerse de pie para irse, pero una visión casi angelical lo detuvo, lejos, a paso lento pero seguro venia alguien, cabellos rubios, rostro infantil, un prominente vientre que parecía un globo sobre llenado, era Naruto, en ese instante Sasuke sonrió pretensioso, si conocía a la perfección el modo de pensar de su rubio amor –

Naruto estaba muriendo de frio pero se sentía mejor cuando caminaba, esa mañana helada despertó inquieto por las molestias en su baja espalda, eran comunes aunque ese día lo estaban sacando de quicio, le dolían mucho las caderas, no quería salir de su cama pero recordó los comentarios de Tsunade en la última consulta, que era normal todo ello, su hija se preparaba el camino para salir y su cuerpo andaba en un constante cambio, sus huesos, músculos y ánimos, todo en el gritaba que estaba casi listo para dejar el embarazo y pasar a la "maternidad". no quiso que nadie le acompañara ese día, Gaara se ofreció cortésmente como siempre y Temari también, pero él les dejo claro que no quería incomodarlos, un tiempo de soledad le venía como anillo al dedo, su encuentro con Sasuke lo tenía con la cabeza en otro plano muy distinto a ese, no negaba que lo extrañaba cada día mas, su hija se lo recordaba a cada segundo, su mera existencia estaba ligada a él, y sus últimas palabras, fueron aparentemente sinceras, tanto que su muro de odio se estaba desboronando poquito a poco y ese día parecía que terminaría de caer cuando dio un giro por su camino habitual encontrándose cara a cara con el dueño de sus desvelos, Sasuke Uchiha.

Buenos días. – el moreno acorto el paso lo suficiente para detenerse ante Naruto, este lucía un poco jadeante y con el ceño fruncido, mala señal en sus intentos de reconciliación –

Primero el dolor de caderas y ahora tú. – sentencio con recelo, era lo último que necesitaba para arruinarle el día – búscate una vida, quieres.

Te ves cansado. – intento darle la mano pero Naruto la manoteo y siguió caminando como si nada –

no te interesa mi estado físico.

Me importa mucho, no deberías estar andando por aquí con el frio que hace.

Ahora quieres hacer el papel del padre abnegado, te queda grande Sasuke.

El otro día… lamento lo que sucedió en la clase, no quería avergonzarte pero te necesitaba. – sentencio caminando al lado de Naruto, ni el mismo se creía lo sumiso que lucía ante el rubio, antes tan lleno de soberbia y ahora mirándolo hacia arriba como si Naruto fuera superior, y lo era, era el ser que llevaba a su hija dentro, el que le robo su primera vez, el que lo desvelaba noches enteras, si valía la pena mirarlo hacia arriba –

No lamentes nada, solo eres un aprovecha… - no pudo continuar su pelea, un punzante dolor en su bajo vientre lo hizo detenerse –

¿Naruto? – Sasuke le tomo de los hombros al ver como se doblaba intentando mitigar algún dolor –

Duele… - sentencio entre jadeos bajos, eso sobrepaso lo que conocía como sus dolores acostumbrados, esto era 100 veces mayor a lo que imaginaba, un corrientoso molesto que lo apretaba desde dentro, estrujándolo como si fueran a quitarle las entrañas –

¡Viene la bebe! – el rostro del Uchiha se palideció en un segundo, también comenzó a faltarle el aire, esto no podía pasarle ahora, justo ahora y solo con Naruto en medio del parque –¡¿qué hacemos?

¡Callarte! – con una rabia grande tomo los brazos de Sasuke estrujándolos con saña, sentía que si hacia eso, al menos el dolor seria tolerable –

Te… estas aprovechando – una lagrimita estaba por salir de su ojo, dolía, pero se tragó la queja, estaba seguro que a Naruto le dolía más que el -

Creo que… necesito ir al hospital.

¿Ahora? – miro aterrado al rubio -

¡AHORA!

Continuara…

¡LLEGA LA CHIBI!, ¡LLEGA LA CHIBI!... Sasuke entro en pánico y Naruto en trabajo de parto, XD. Bien, este capítulo me encanto por eso y porque ta ta tan… entra en escena Deidara, complacidas peticiones, este chico rubio artista de la arcilla y policía también, pues será algo divertido en la vida de Itachi, comenzaron conociéndose de un modo extraño y curioso, acosado por un rubio, pero aún faltan cosas por suceder, como el donde está escondido Fugaku, en que acabara los dolores de Naruto y la angustia de Sasuke, ¿se desmayara?.. nooo… esta trillado eso y no me gusta ser repetitiva, innovemos, así que esperen lo inesperado de aquí en adelante, bueno, siempre pasan cosas aquí que no esperan así que no esperen nada porque siempre es inesperado.

Próximo capítulo:

Juntando a la familia


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