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Contra la corriente por RAMSIN

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Contra la corriente


Capítulo 38


Cambiando vidas


Sentía que moriría, eso era, si pasaría, es que su corazón iba a salírsele por la boca si aquellas embestidas seguían, su cuerpo ardía, quemaba como brazas, pero era un calor que no lastima, era un calor divino, un cosquilleo demoniaco en sus bajos, que subía por su cuerpo y lo dejaba en un estado de estupor increíble, no podía recordar muy bien la última vez que sintió algo así, había sido con Minato pero no en ese grado, este hombre era distinto o ¿él era el diferente?, más maduro, más seguro de su cuerpo, mas apasionado por los años reprimidos, ciertamente había algo que era muy distinto, ¿sería el hombre que estaba embistiéndole?, esa pregunta no pudo contestársela ya que Deidara se cansó de estar siendo usado como mero caballito, tomo las caderas del moreno y giro aun unido a él, los papeles se invirtieron y aquello fue el inicio de otro compendio de gemidos, sus manos no volvieron a soltarle, estaba destinado a sentirlo, su calor, el aroma mesclado de ambos, sus voces roncas gracias a tanto gemir, eran dos en uno, y eso lo disfrutaba Deidara como nunca antes.


El rubio sintió que pronto todo acabaría, su cuerpo le pedía culminar el acto pero se negaba a cooperar, quería darle la última increíble muestra de caricias a Itachi, bajo la intensidad de sus movimientos para concentrarse en acariciar el miembro del moreno, necesitaba verlo llegar al clímax, esa malsana curiosidad de descubrir que rostro ponía, porque si con solo esto era de lujuria, su expresión de orgasmo debía ser como algo celestial. Su mano derecha se esmeró en cumplir el deseo, Itachi por su parte solo abrió los ojos y concentro su mirada excitada en el otro, carecía de pena, no había que tenerla, lo que hacían era demasiado bueno para cerrarse y no mirar. Sus gemidos fueron más evidentes aun y ni que decir de cómo el interior del moreno se contraía más y más, los espasmos llegaron a un punto en que Itachi llevo sus manos a los brazos de Deidara, se sujetó a él con una fuerza sobrehumana mientras al fin liberaba de su cuerpo toda la carga del tiempo perdido, pero no había culminado si quiera su orgasmo cuando sintió un tirón brusco, Deidara se había separado de el sin avisos, no comprendió al instante pero pronto aquella jugada tuvo su lógica, el rubio se cuidó de no llegar dentro, el silencio quedo como mero resultado de todo, ambos cruzaron miradas cómplices, sus bocas aun jadeaban en busca de aire y calma, había sido una locura inesperada y divina.


No… no traje protección. – sentencio el rubio dejándose caer de espaldas en el futon –


No pensé… no sé porque deje de pensar. – Itachi se acomodó un poco sus cabellos revueltos –


Tendrás más de 30… pero aun eres un crio para estas cosas. – rio divertido, si no conociera el pasado del moreno, podría jurar que le estaba haciendo el amor a un virgen con muchos datos teóricos pero nada prácticos. –


Disfrutas de mis desgracias. – se sonrojo un poco, había olvidado que solo un desliz lo pondría en una situación no deseada a esas alturas – al menos fuiste precavido.


Aun no quiero hijos contigo, primero debemos presentarnos ante tu familia, comprar una casa, un carro, un perro y después casarnos.


Idiota. – se puso de pie buscando la desaparecida toalla que llevaba en la cintura –


No refutaste mis ideas.


Porque son tontas, sin lógica y también porque no sucederá nunca.


Nunca digas nunca. – sin previo aviso tomo la mano de Itachi para atraerlo junto a él, sus cuerpos aun cálidos y sudorosos hicieron contacto directo – dijiste que no te acostarías conmigo… y mira lo que paso.


Siempre existe toda excepción a la regla.


Entonces yo soy la excepción a la regla de tu vida.


Te escuchas patético. – se zafó de los brazos de Deidara con suavidad – ya puedes irte, no te quiero aquí cuando llegue Sai.


¿Me usas y ahora me quieres sacar a patadas?


¿te uso?- el moreno arqueo una ceja intrigado por la frase -


Me usaste y lo peor es que me gusto.


Itachi no respondió a más nada, con toda la calma del mundo se colocó la toalla en su cintura y recogió las ropas de Deidara que habían quedado dispersas en el suelo.


Tu ropa y adiós. – le dejo el contenido en brazos del rubio –


Uno de estos días tendrás que decirle a tu bebe que vas a rehacer tu vida, ¿o es que quieres hacer de mamá abnegada luego de 15 años?


Primero, no llames bebe a Sai, segundo, no soy "mamá abnegada" y tercero…


Itachi escolto "amablemente" a Deidara hasta la puerta de su casa, lo bajo prácticamente a rastras y apuntándole con la pistola que pertenecía al rubio, este no pudo quejarse, se lo merecía por hablar de mas, al final quedo parado frente al portón de la familia Uchiha, botado, solo, y desnudo.


¡ITACHI!...VOLVERE, VOLVERE Y TE CASARAS CONMIGO Y NO SOLO TENDREMOS SEXO… ¡HAREMOS EL AMOR COMO CONEJOS! – Grito sin pudor alguno, nadie dejaba fuera a un hombre como el, pero un arma en las cienes manda más que todo el deseo de hablar y componer su metida de pata –


Mientras Deidara trata de solucionar su mal uso de las palabras con Itachi, en otra parte de la ciudad la situación es distinta, muy diferente a lo que imaginaria el mayor de los Uchiha de su hijito, Sai llego a la casa de Gaara con mucha facilidad, muy temprano fue recibido por el mismo pelirrojo. Al principio el ambiente era tenso, los dos estaban muy callados, y ni que decir de que ninguno es afín a darle a la lengua con fluidez, pero entre mover cosas y cajas salió a relucir el tema que los ataba, uno Naruto, y dos, el arte.


¿Desde cuando eres amigo de Naruto? – Sai pregunto en son curioso, para él, nadie hacia semejante favor de alojar a un chico con tantos problemas como el rubio sin pedir nada a cambio –


Lo conocí cuando él trabajaba en un local de comida, así fue como entablamos amistad. – no le agradaba hablar del tema, quería enterrar los sentimientos hacia el rubio en lo más hondo de sus recuerdos, vivir y dejar vivir –


Un amigo así es envidiable. – Sai hablo más para sí, estaba impresionado de la facilidad que tenía su medio hermano para ganarse a la gente –


Paso momentos difíciles y yo solo le tendí una mano, lo hubiese hecho con cualquier otro amigo mío.


No lo creo. – miro fijamente a Gaara, no era tonto y también sabia de boca de Sasuke que el pelirrojo en algún momento tuvo intensiones muy diferentes a la amistad con Naruto –


Cosas que suceden, pero mi vida continua, yo hice un punto y aparte con esto. – señalo las cosas del rubio ya amontonadas en la entrada de la antigua habitación - debo retomar mis esculturas, mis clases…


¿Tienes más obras tuyas?- interrumpió el monologo de Gaara con un tono emocionado –


Ven. – soltó la última caja en el suelo –


Gaara encamino al moreno hasta su taller, el mismo largo pasillo que recorrió Naruto, el rojo incandescente del horno, el calor sofocante, algunas esferas de vidrio aun colgadas desde los cables de acero en el techo, Sai abrió en grande sus ojos, era un lugar maravilloso, todo un complejo mundo de inventivas, de ideas, de pasión, lo que el soñaba con poder hacer estaba frente a sus ojos, sin pena alguna tomo una larga vara de metal con que Gaara esculpía, la observo unos segundos para después mirar al dueño con una liga de curiosidad y malicia.


¿Quieres aprender? – sin impresionarse tomo otra vara y paso a avivar el fuego encendido dentro del horno – jamás le he mostrado a alguien que no sea mi hermano como hago esto.


¿Ni si quiera Naruto?


No es muy amante del arte como tú o como yo. – susurro concentrado en las llamas que chisporroteaban avivadas por el –


Aprendamos. – extendió la larga vara de metal ante Gaara –


Sai miro con total atención todo el proceso, como aquella pasta rojo intenso estaba tomando forma gracias a los movimientos de Gaara, sus manos, su respiración, todo era un conjunto de delicados pasos, era impresionante ver como de una masa, pasaba a ser une bella esfera del tamaño de su mano, traslucida y todavía brillante por su alta temperatura.


¿Quieres intentar? – el pelirrojo le extendió la vara aun sujetándola el –


si no te importa que arruine tu trabajo. – sin pena alguna se puso delante de Gaara, sujeto la vara entre sus manos y dejo que el otro guiara sus movimientos. –


El silencio reinaba, ninguno decía nada, estaban concentrados con el proceso de dar vida a una idea, no hubo comunicación verbal pero si física y empatía, no tenían que decirse nada, sus cuerpos hablaban, sus manos se movían al unisonó como si hubiesen hecho eso muchas veces antes, el pelirrojo estaba impresionado, era innata la delicadeza en los movimientos de Sai, se notaba su destreza con los dedos, lo que a él le llevo meses aprender, este chico lo hacía en instantes y solo copiando sus acciones, por un segundo sintió la tentación de soltar la vara y dejarle solo, pero Sai pareció leerle la mente e interrumpió sus pensamientos.


No soy un experto.


Pues me dejas impresionado, tienes talento.


Me gusta, pero prefiero los pinceles y un caballete. – quiso soltar la vara pero noto como las manos de Gaara estaban muy cerca de las suyas. – y…


Tengo curiosidad de saber más de ti.


Creo que puedo decir algunas cosas, ya Itachi dijo lo que tenía que decir.


Comprendo.


Lo resumiré en pocas palabras, si Naruto te hubiese prestado atención ahora serias mi cuñado.


Gaara quedo con la boca medio abierta, su cerebro quiso comprender la frase pero sonaba muy pero muy descabellada, y lo peor, estaba por complicar más la situación ya que en el taller un serio Kankuro se apareció de sorpresa, cuando abrió la puerta se encontró con una escena algo peculiar, su hermanito estaba muy junto a otro chico que no conocía, con sus manos sobre las del desconocido y mirándose fijamente, parecía que los había atrapado en alguna travesura.


Gaara… yo… creo que interrumpí algo. – se rasco la barbilla contrariado, no sabía quién diablos era el niño ese que estaba allí parado – ¿me presentas a tu amigo?


Discúlpeme, soy Sai Uchiha, vengo por las cosas personales de mi hermano Naruto.


¡¿HERMANO DE NARUTO? – el grito de Kankuro retumbo en media casa-


Medio hermanos para ser exactos, tenemos el mismo padre pero distintas madres, soy Uchiha por parte de mamá, debe conocerlo, es Itachi Uchiha. – hablo parsimonioso y sin tapujos, no parecía asombrarle la cara y acciones de Kankuro cuando decía aquello, el pobre hombre acabo sujetándose de la puerta para no caer de una al suelo ante la noticia –


he… hermano de Naruto, mismo papá – Gaara estaba con la mandíbula en el suelo también –


Yo también me sorprendí pero así es la vida. – Sai se encogió de hombros calmadamente y salió del taller – ya es hora de irme.


Gaara… - Kankuro le hablo en un tono maltrecho – no quiero imaginar que está pasando por tu cabeza ahora mismo.


Créeme, ni yo lo sé.


La bella noticia fue la gota que rebasó el vaso emocional de Gaara, tanto que quería librarse de Naruto y venía a prestarle atención a su "medio hermano", su intención jamás fue fijarse en alguien después de todo el lio amoroso vivido, pero quien manda en las emociones humanas, nadie es dueño y señor de su corazón como para dictarle ama a este o desecha a este otro. Solo se fijó en Sai por sus conocimientos, por el talento artístico, pensó que era por amistad de arte y nada más, pero cuando sintió la cercanía del chico en su taller, como sus pensamientos parecieron resonar juntos en el universo, un no sé qué distinto nació, no era esa sensación de cariño tierno que tuvo para con Naruto, esto era diferente, parecía una emoción adictiva, quería volver al taller y enseñarle por horas y horas su trabajo, también quería ver a Sai pintando, saber que podrían hacer esas manos prodigiosas y tan hábiles. Sus pensamientos fuero esos y solo esos desde que Kankuro los interrumpió y hasta que llegaron a casa de los Uchiha una hora después para dejar todas las pertenencias del rubio, el auto de Temari se detuvo en frente de la casa, salió curiosa por ver donde acabaría alojado el rubio, le tomo mucho cariño en los meses que estuvo conviviendo con él, le importaba el lugar al que iría a parar y por como lucia la casa, estaba muy bien para ella.


Al fin llegan – Itachi abrió la puerta al escuchar el ruido que hacían bajando las cajas del auto de la hermana de Gaara –


Son bastantes cosas. – Sai paso dentro con algunas cajas en sus brazos, pero un segundo después se devolvió y miro mejor a su madre – ¿sucedió algo cuando me fui?


¿A qué te refieres? – el moreno lo miro curioso por la pregunta –


No es nada importante, pero el acosador rubio estaba por la casa temprano, logre verlo cuando salí esta mañana.


No creo que lo veamos por un tiempo.


Era muy torpe para ser policía. – Sai sentencio en son irónico, ya había notado la vigilancia de Deidara por la casa – y… ¿eso?


Sai soltó una de sus manos para poder señalar la "notoria" marca rojiza que resaltaba sobre el cuello de su madre, Itachi trago grueso y disimuladamente cubrió el área con el cuello de su camisa gris, no podía perder la compostura y menos delante de una evidencia malsana hecha por el desgraciado de Deidara.


Algo me dio alergia, eso creo, moví muchas cosas viejas y sucias en el antiguo despacho de tu abuelo. – no espero a que Sai siguiera preguntando, apresuro el paso y tomo algunas de las cosas que estaban en el auto –


Eso le serviría de experiencia, no dejar que el estúpido rubio lo muerda, ese pensamiento que paso por su cabeza lo hizo soltar la caja que llevaba y dar un quejido indignado que escucharon Gaara y Temari con duda.


¡¿Como que no lo deje?, ¡es que nunca más lo dejare!


Después de su monologo con la caja volvió a respirar profundo y termino de entrar a la casa, fuera, Temari seguía preguntándose seriamente sobre la cordura de los Uchiha, parecían seres serios, fríos y metódicos, pero ahora Sasuke le pareció un inofensivo chiquillo enamorado hasta la medula de Naruto, e Itachi rallaba en la extraña personalidad del hombre soltero pero sospechoso, al final no era asunto suyo, solo le importaba que Naruto y su bebe tuviesen un buen techo donde vivir, pensando en ellos acabaron de subir las pertenencias del rubio a la nueva habitación.


Aquí hace falta la mano femenina. – la rubia miro muy seria lo frio e insípido de la habitación, lo único lindo era la cuna blanca que estaba en medio y la mecedora que le hacía juego a su lado –


Pero esta todo limpio e impecable. – Itachi sentencio con sobriedad –


¡Y blanco!... por los dioses es una habitación para una niña, esto debe tener tanto rosado que provoque nauseas.


¿un rosado nauseabundo? – Sai hablo con la mano en el mentón –


No literalmente hablando, quiero que haya cortinas rosas, adornos rosa, todo lo que podamos ponerle rosa antes de que Naruto traiga a la bebe aquí.


Podríamos pintarle algo en la pared detrás de la cuna. – Sai miro aquella pared insípida con una idea en mente –


Perfecto, ustedes dos pinten algo lindo, rosado y soso de niña, yo iré con Itachi a comprar unas cortinas y otras cosas que tengo en mente.


Temari… - Gaara le miro nervioso, otra vez se quedaría solo con el medio hermano de Naruto


No hay tiempo Gaara, ¡quiero algo bello en esa pared para cuando regrese!


No tenemos pinturas… - sentencio el moreno desde su puesto –


Pues háganlo a lápiz, yo comprare pintura.


No hubo más discusiones, Temari tomó las riendas del asunto y prácticamente secuestro a Itachi para que le sirviera de ayudante, salió de la casa en el auto y dejo al par de artistas trabajando en la pared, dejando a un lado las remodelaciones de la habitación de Miko – chan, en la clínica había todo un revuelo esa mañana, la chibi había recibido sus primeras visitas, en la habitación estaba armado todo un escándalo por la llegada del antiguo profesor de Naruto y su "pervertido" compañero.


Es linda. – susurraba embobado Iruka con la niña entre sus brazos, no le dio nada de complejo cargarla a pesar de la cara de malas pulgas que ponía Sasuke cada vez que alguien extraño tocaba a su hija –


Te queda muy mona. – Kakashi sentencio con malicia sentado a orillas de la cama –


Suficiente. – Sasuke intento quitarle a la bebe pero el peligris le detuvo jalándolo de la ropa - óigame…


Con que tú eres el prófugo…


¡Ningún prófugo!


Kakashi suéltalo, ellos ya resolvieron sus diferencias y ahora se comportaran como adultos por el bien de esta niña. – el castaño hablo serio y mirando fijamente al dueto de nuevos papas –


Si… - ambos asintieron con sus cabezas –


¿Y los estudios? – Iruka devolvió a la bebe con su mamá –


Eh…. No creo que pueda estudiar por ahora Iruka sensei, deje que al menos salga de este lio y pensaremos en ello.


Nunca saldrás de este lio, un hijo es para toda la vida. – sentencio dándole unas palmaditas en la cabeza del rubio –


Yo lo ayudare, también debo retomar mi carrera y conseguir un buen empleo. – Sasuke alzo la voz con total autoridad, era el padre y también sería el sostén de esa familia nueva –


Ya existirá tiempo hijo, mientras Itachi y yo los ayudaremos a ponerse en orden.


Sus vidas habían cambiado drásticamente desde el instante en que la pequeña Mikoto llego a sus vidas, todo un torbellino de nuevas situaciones se avecinaba y no sería sencillo, pero como se dice, los hijos no viene con manual ni se nace siendo padres. La reunión estuvo plagada de muchas risas y alegría hasta que otra vez la puerta de la habitación se abrió trayendo a otro invitado, esta vez era el viejo Jiraiya, venía bien arreglado de traje y corbata, peinado y con una caja roja con mono blanco entre sus manos, cuando entro todos se le quedaron mirando extrañados, ese hombre no era de formalidades y menos aún serian necesarias en una visita como esa.


Jefe… como que se equivocó de ocasión… - Naruto lo miro conteniendo una carcajada, jamás había visto al peliblanco tan arreglado –


¡No me he equivocado! – sin pena alguna paso dentro y dejo el regalo que traía en manos de Sasuke – ¡hoy celebro dos cosas!


Sonrió malicioso al tiempo que abrazaba fuertemente al rubio, tanto que Mikoto dio un quejido de protesta por la intromisión de esa enorme cosa blanca que estaba sobre su mamá, por más que se hiciera el duro, siempre quiso a Naruto como a un nieto, un chico problemático y con energías inagotables que lo ayudo mucho en su trabajo, culmino el abrazo mirando a la pequeña morena que volvió a dormirse cómoda entre el calor del rubio.


Salió al irresponsable.


¡¿Porque todos tienen un concepto tan errado de mí? – Sasuke se quejó con los puños apretados –


Quizás sea porque lo dejaste embarazado y te fuiste. – Kakashi hablo desde una esquina muy descuidado –


¡QUE YA ME DISCULPE POR ESO! – le aventó el regalo a Kakashi sin remordimientos, la pobre caja salió despedida y de su interior salió volando un objeto que cayó a los pies del peli plata –


¿Esto?- Kakashi recogió del suelo lo que traía la caja dentro –


Esa es mi segunda celebración, ¡acaban de publicar mi primera novela! – saco del interior de su chaqueta un pequeño librito de cubierta verde con una serie de dibujos muy extraños - mis sueños hechos realidad, mis historias contadas con pasión… ingenio… amor…


Oh… esto es muy interesante. – el peli plata ya estaba leyendo algunas páginas del librito en cuestión –


¡¿LE ACEPTARON SUS CUENTOS PERVERTIDOS? – Naruto vio molesto aquel libro -


NINGUNO CUENTO PERVERTIDO… SE LLAMA PARAISO DEL COQUETEO – mostro el libro en alto como si fuera un trofeo – seré millonario.


Hentai. – sentenciaron Sasuke, Naruto e Iruka a la vez –


Sigue siendo el pervertido de los perros. – Naruto miro como un hilito de sangre comenzaba a brotar de la nariz del mas que amigo de su maestro –


Kakashi. – Iruka le arrebato el libro en un segundo y lo devolvió a su dueño – ¡no hace falta este tipo de lectura en una visita a un recién nacido!


Ahora si les da por ser puritanos, para que esa niñita tan linda este allí debió pasar muuuuchas cosas entre Sasuke y Naruto.


Los nombrados se pusieron rojo tomate, sin mencionar que Iruka estaba por mandar al demonio a Kakashi por decir semejante frase, pero todo el jaleo culmino cuando la madre de Sasuke carraspeo dando a entender que había una mujer entre ellos, estuvo silenciosa y sin interrumpir las visitas pero ya era hora de despedirse, su yerno y nieta aun debían descansar.


Creo que ya han sido muchas emociones para Naruto y Miko-chan.


Acabo de llegar y ya me van a echar. – mascullo Jiraiya con sus brazos cruzados – ni he cargado a la bebe.


Y no la cargaras… hentai. – Sasuke se le atravesó en modo de muralla humana, ahora sí que nadie le pondría una mano más a su hija –


Esas fueron las visitas más rápidas que hayan tenido en su vida, pero bien que merecía el descanso lo máximo posible, ya Naruto había sido informado de su dada de alta para la mañana siguiente, solo una noche más en la clínica antes de volver a un mundo nuevo, con Sasuke y con su hija en brazos. La abuelita Mikoto dejo todo en orden y salió un rato de la habitación dejando solos por primera vez a los nuevos papas, el ambiente era de mucha armonía, los temas estaban hablados a cabalidad y solo deseaban recuperar los meses perdidos entre tanta rabia y dolor.


¿crees que lo haremos bien? – Naruto hablo bajito mientras acariciaba la espalda de la bebe, la tenía rendida sobre su regazo –


No comenzamos con el mejor de los noviazgos… aun creo que no fuimos nada serio nunca, ni novios si quiera.


Que bellas palabras.


Lo que quiero decir es que quiero que seamos novios Naruto, empezar de cero otra vez, como el día que nos conocimos. - sin pena alguna poso sus labios sobre los del rubio, un tierno beso que dejaba ir todo el amor del mundo que sentían –


No está mal, pero eso sí, no te libraras de cambiar pañales, pararte en la noche y lidiar con Miko-chan cuando este de malas pulgas.


No quiero librarme de eso y de nada en el mundo, debo aprovechar todo el tiempo que me ha dado la vida para estar con ustedes dos. – llevo su mano hasta la mejilla del rubio, con suaves movimientos demarco su rostro suave y cálido – nadie me había hecho sentir nada, excepto tú.


No conocía esa parte tuya romántica. – sonrió divertido, jamás Sasuke le había dado el tiempo o el cariño suficiente para decirle algo que no fueran peleas y discusiones.-


Pero no te lo tomes como costumbre, no soy romántico y lo sabes.


Lo sé, y me gustas más como eres normalmente, vivir sin motivos o sin pasión es aburrido.


Entonces Naruto Uzumaki, ¿quieres ser mi novio oficialmente y vivir bajo el mismo techo que mi loca familia?


Acepto Sasuke Uchiha, me mudare con tu extraña familia. – sello sus palabras jalando del cuello de la camisa del moreno para unir sus labios en otro beso más apasionado y demandante que el anterior –


Continuara…


A ver… Este capítulo fue como un extraño hibrido de lemon, amor, humor y locura, no sé como pero lo escribir pedacito tras pedasito, sin rumbo fijo si se pueden dar cuenta, pero ya sé cómo moveré mis hilos otra vez, todo lo rosa y tierno del momento no durara mucho U.U. no digo más, desilucionadas las que creían que Itachi meteria la patita y habría otro chibi Uchiha prontito por allí, pero no se preocupen eso pueda que pase pero no aun, ji ji ji, antes las situaciones deben llegar a un punto de no retorno y será muy bueno, veremos otras cosas que faltan para culminar el fic, está muy pronto a terminar, espero lo sigan disfrutando amigas, gracias por esperar mis actualizaciones, hoy me costó mucho escribir, me duele la cabeza mucho, estoy agotada por la cantidad horrible de trabajo que tengo… soy diseñadora gráfica y pues paso muchas horas y horas pegada a un pc diseñando, así que imaginen llegar a mi casita a sentarme otra vez delante de una y escribir, es un reto pero amo esto y seguire n_n. nos vemos!


Próximo Capitulo:


Lágrimas de la memoria perdida.


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