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Contra la corriente por RAMSIN

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Contra la corriente


Capítulo 39


Lágrimas de la memoria perdida.


Todo el desastre, las prisas y el atoro de Temari habían rendido sus frutos, la llegada del rubio a la casa estaba pautada para el medio día así que dejaron todo en orden, ya habían limpiado la habitación otra vez gracias a los nuevos objetos y cambios que se le hizo, una mano femenina era lo que hacía falta allí y se logró el cometido, el día anterior todo fue un ir y venir de cosas, Gaara y Sai quedaron con la labor de decorar la habitación, una pared blanco insípido ahora luciría distinta. Esa mañana Sai le daba los últimos toques al mural ya que Gaara no había podido quedarse más tiempo, los dos habían hecho un gran trabajo, hasta Itachi quedo sorprendido por las habilidades del dueto, en silencio se quedó contemplando el trabajo de su hijo, veía como retocaba unas siluetas con pintura rosa, concentrado a tal punto que no sintió como Itachi entro y se agacho a su lado.


Tienes un talento impresionante hijo. – susurro complacido por la labor –


Gaara hizo mucho también. – desvió la mirada hacia su madre –


Sai, ¿quieres seguir la carrera de policía aún?


No, jamás fue mi fuerte pero soy inteligente y supe adaptarme.


¿Quieres estudiar arte? – sonrió suavemente al tiempo que posaba su mano sobre la cabeza del moreno –


Sería mi sueño hecho realidad.


También el de Minato, pintar era su pasatiempo, lo hacía muy bien, pero tu superas su talento con creces…


¿y Naruto en que es bueno? – pregunto curioso por respuestas, si uno saco su talento, que sacaría su medio hermano de el –


Según Minato, el carácter de Naruto era como el de su madre, de ella no supe mucho, así que desconozco en que sea bueno el.


Ya lo descubriremos, porque de hoy en adelante viviremos todos bajo el mismo techo.


Así es, todos juntos.


Excepto por el abuelito con tendencias homicidas.


Sai…


No le deseo mal, pero no quiero que vuelva a nuestras vidas.


No regresara, donde quiera que este, sabe que tiene la lucha perdida desde el día en que Danzo se suicidó.


Fugaku es una página del pasado, el mismo se deshizo de su presencia, de su recuerdo y de su dolor, abandono lo suyo o mejor dicho, lo que creyó su propiedad y la casa de los Uchiha al fin daba un cambio radical de la oscuridad a la luz. Con el sol radiante del medio día llego Naruto, Sasuke y Mikoto, un taxi les dejo en la entrada de la casa, con calma Sasuke saco todas las pertenencias de su compañero y pago al taxista por sus servicios.


¿Estás bien? – Mikoto llevaba a su nieta en brazos ya que el rubio estaba un poco desubicado por el cambio de ambiente, de estar en cama a salir a la calle con el clima distinto y todas las emociones a flor de piel –


Si, solo un poco cansado. – suspiro hondamente mientras veía la casa de los Uchiha, ese era su nuevo hogar, su casa y la de su pequeña hija. –


Bienvenidos. – Tanto Itachi como Sai les recibieron con mucha formalidad en la entrada de la casa. –


¿Es el?- Naruto obvio todo el protocolo y paso directo frente a Sai, lo miro unos segundos que lucieron eternos para los presentes, un silencio incomodo que el mismo rubio interrumpió soltando una risa contagiosa – eres igual a Itachi y Sasuke.


Créeme, soy tu medio hermano… no seré rubio pero llevo los genes de tu padre. – sentencio suavemente, como si fuera común y corriente decir eso a alguien que ve seriamente por primera vez –


Tenemos algo en común, ninguno de los dos recuerda a papá. – las palabras de Naruto sonaron un poco tristes y dolidas. – no importa, según Itachi soy su viva imagen y que más podemos pedir, ahora solo quiero descansar y no volver a saber de locuras ni revelaciones inesperadas.


Entonces este drama de telenovela llego a su fin, sin el malo muerto o la boda de los protagonistas. – Sai miro fijamente a su encantador tío cuñado Sasuke. – ¿no le pedirás matrimonio tío?


No arruines el momento. – sentencio conteniéndose las ya conocidas ganas de golpear a su sobrinito por sus comentarios. –


Naruto, te tenemos un regalo.


Con mucha alegría Itachi le tomó del brazo para subir las escaleras, todo el grupo siguió al mayor de los Uchiha intrigados por lo que iban a mostrar, Naruto se dejó escoltar llenándose de recuerdos no muy lejanos, de cómo conoció a Sasuke, su incursión en esa casa por una pelea, el escondite bajo las escaleras donde Itachi descubrió su condición, el ir y venir de peleas, dolor y soledad, como una película en cámara rápida, su mente divagaba en esos menesteres hasta que sintió como Itachi le soltó del brazo y lo invito a entrar en una de las habitaciones del piso superior, el Uzumaki no dio crédito a lo que veía, apenas la puerta de madera se abrió ante él, un cumulo de emociones le rodeo, era la habitación de su hija, más hermosa de lo esperado, con unas paredes blanco inmaculado, cortinas en tonos rosa pastel con pequeñas florecillas de cerezo recorriendo sus bordes, en una esquina las cosas que compro poco a poco para Mikoto, una cómoda de madera blanca, bien ordenada con algunos de los peluches que recibió de regalo sobre la misma, la mecedora blanca también estaba a un lado de la ventana, estratégicamente ubicada como invitándole a sentarse para ver un atardecer. y lo más impresionante de todo, el mural que se extendía por todo lo alto y ancho de la pared tras la cuna blanca de la bebe, era una especie de paisaje campestre, como un jardín lleno de flores veraniegas, había girasoles, rosas, margaritas, florecillas en tonos rosas y lilas, al final, una casita de campo rodeada de árboles grandes y frondosos, unos cuantos pajaritos revoloteando en el mismo jardín y en lo más alto del cielo azul celeste, dos minúsculos angelitos, uno rubio y el otro moreno, sin duda una representación de él y Sasuke custodiando aquel lugar donde pasaría muchas horas su hija, durmiendo o jugando.


¿Qué opinas? – Sai decidió interrumpir el mutismo del rubio, estaba paralizado mirando el murar con las lágrimas afuera, tal parecía que le había dejado boquiabierto –


…. – sin dar una respuesta coherente se salió de la habitación vuelto un mar de lágrimas, lloraba a moco suelto y acabo bajando las escaleras desapareciendo del grupo –


Si no le gusto… con que me lo hubiese dicho bastaba.


Son las hormonas. – la madre de Sasuke sentención sonriendo divertida – dentro de poco subirá a darte las gracias, déjalo que salga de la impresión por lo bello que te quedo Sai.


El concepto fue de Gaara, yo solo ayude a pintarlo.


Hacen buena combinación. – Itachi le dio unas palmaditas en la espalda con ternura –


Mientras la familia conversaba sobre lo increíble que había quedado la habitación de la bebe, Sasuke se escabullo para buscar a su atolondrado y hormonal novio, lo encontró sentadito en uno de los sofás de la sala, llorando aun como un niñito pequeño, en verdad no esperaba esa reacción tan emotiva de Naruto pero debía comprender que su cuerpo estaba otra vez ajustándose a estar sin un embarazo, más el compendio de situaciones que estaba afrontando con la nueva vida que llevarían allí.


Dejaras manchado los cojines. – sentencio algo frio al ver como el rubio estaba abrazando uno de ellos –


….. – soltó el cojín y paso a abrazar a Sasuke como si su vida dependiera de ello, seguía llorando y tratando de hablar coherentemente entre tantas emociones –


En verdad que te pego el parto. – un poco desubicado le rodeo entre sus brazos dejando que el rubio soltara todo el lastre emocional –


To… todos…. Quieren a Miko –chan… - logro articularlo dificultosamente –


Tonto, como no van a quererla, es su familia, nuestra familia, no sé qué tan difícil haya sido tu niñez Naruto, pero te aseguro que ya estás en casa, con las personas que te queremos. – separo un poco al rubio de su regazo para besarle, un suave beso que demostraba sus palabras con acciones –


También… tú me quieres.


Y mucho, solo queriéndote como te quiero soy capaz de besarte con lo mocoso que estas de tanto llorar.


¡Baka!- alzo su puño indignado y olvidado el llanto de hace un momento –


Olvídate de llorar, debemos ordenar nuestra habitación, no solo Mikoto tiene su lugar en esta casa, también nosotros.


El rubio hizo otro enorme puchero, de estar matándose hacia unos días, ahora sentía el tibio amor de Sasuke junto a él, no podía creérselo, aun no, después de todo lo que lo insulto, golpeo, maltrato y humillo, debía ser sincero, o Sasuke era masoquista o en verdad lo adoraba como decía el, lástima que no lo escucho a tiempo, todo por culpa del viejo que los separo con mentiras, solo lo vio una vez y su recuerdo quedo grabado en su mente, un recuerdo de dolor, maldad y egoísmo. A veces se preguntaba dónde estaría ese hombre, si su vida sería un infierno como el que causo a tantas personas en nombre de su ego crecido, ya no importaba, él ahora era perfecto, dulce y lindo, aun pensativo tomo la mano de su ahora "novio oficial", se dejó llevar escaleras arriba otra vez donde los demás, entre alegrías felicito a Sai y esperaba poder ver a Gaara para darle las gracias también, no solo con el mural, si no con todo lo que había hecho ese gran amigo en esos meses duros.


Y el tiempo pasa, sucede que todo tiene un ciclo perfecto, en un abrir y cerrar de ojos se fue un mes entero, la casa de los Uchiha hervía de vida, por un lado Itachi había regresado a su trabajo, recompuesto y para su pesar, le habían asignado a un compañero nuevo, adivinaran, el terco de Deidara logro colarse a esos estratos, pidió cambios, movió conocidos para solo y más que solo trabajar codo a codo su relación sentimental con el mayor de los Uchiha, las vigilancias bajaron drásticamente, el paradero de Fugaku era aún desconocido pero ya estaba comprobado que después de tanto tiempo era improbable que llegara a refugiarse al hogar, se pensó que quizás escapo del país, de algún modo evadía la justicia como un experto al tiro al blanco.


Sai comenzó a estudiar arte en la misma universidad que Gaara, este le ayudo a ingresar, la relación amistosa que fue a distancia con muy pocos encuentros, ahora parecía un continuo coqueteo con el interés de uno al otro, no se decidían a dar un paso, pero no se separaban casi nunca, los trabajos, la universidad era su excusa perfecta para que el joven Sai escapara casi todas las tardes al taller del pelirrojo, unas veces verdaderamente a estudiar, otras solo por el simple y divino placer de la compañía correcta.


Sasuke también volvió a los estudios, pero se quedó en la ciudad, uno de los núcleos de la universidad donde estudio le sirvió de puente, decidió seguir la carrera de policía, ciertamente lo llevaba en las venas, estudiaba con vehemencia y esfuerzo, solo miraba el horizonte de ser pronto útil para su hogar y su familia, estaba por buscar un empleo de medio tiempo también, eso de que su hermano costeara todos los gastos no le agradaba mucho, su carácter le pedía hacer las cosas a su modo siempre, y Naruto estaba aún en recuperación, se sentía muy bien salvo la falta de sueño, la pequeña Mikoto era una niña encantadora que crecía rápidamente, pero también demandaba mucho como todo niño pequeño, la abuelita era su apoyo, Mikoto estaba extasiada de tener en que ocupar su tiempo, ayudaba a Naruto en todo lo que podía, como bañarla, cambiarla y cuidarla cuando el rubio necesitaba dormir un poco, así era la vida en la casa de los Uchiha, normal, común y corriente hasta esos momentos.


Un día como cualquier otro, pasaban de las 3 de la tarde cuando por fin pudo darse un merecido baño, pensaba que el simple acto de meterse a duchar ahora era estratégicamente planificado por él, sin una hora exacta y ni si quiera sabía si podría o no culminarlo decentemente, normalmente se escabullía a la hora en que Miko-chan dormía o cuando la madre de Sasuke le relevaba unos minutos, un poco de agua, champu y jabón, como si estuviese ayudando a ser ecologista y no mal gastar el preciado líquido de más. Se sentía muy bien darse al fin una ducha decente, solo llevaba una toalla a la cintura y tarareaba una canción de cuna que había aprendido hacia poco, tenía la casa para él solo, Itachi trabajando, Sasuke y Sai en la universidad, y su amada hija estaba tomando un pequeño paseo con la abuelita.


¡No puedo creer que tenga tiempo!- sonrió triunfal al tiempo que se quitaba la toalla de la cintura aventándola en la cama matrimonial – que hare… que hare…


En cinco minutos el rubio estaba durmiendo a pierna suelta todavía desnudo sobre la cama, cuando los padres son primerizos, cualquier pequeño espacio de tiempo sirve para dormir, que importaba que aún estaba sin vestirse, no había nadie en casa y Mikoto aún no llegaría con la bebe. Entre sueños no sintió como algo abrió la puerta de la habitación y se quedó contemplándole por unos momentos, sus ojos negros se afilaron al tiempo que decidió terminar de entrar con el sigilo digno de un ladrón, cerró la puerta tras él pasando el seguro, ya dentro nada saldría de allí a menos que fuera su deseo.


¿Por donde comenzar?, su cuerpo estaba con una especie de subida de adrenalina, sus manos le sudaban y no podía tragar correctamente, el solo contemplar el ser allí acostado boca abajo y desparramado sin pudor o decencia alguna, sus dorados cabellos húmedos, su piel suave que no ha podido tocar correctamente en mucho tiempo lo llamo. ¡Bendita sean las profesoras que deciden ausentarse en la última clase del día!, su suerte no podía ser mejor, encontró la casa extrañamente silenciosa, sola y vacía, creyó que Naruto estaría cuidando de la bebe y que su madre estaría rondando junto a él, pero no, esto era una escena que había deseado tener desde que el rubio estaba viviendo bajo su techo, en su casa, en su cama, a su lado, y ni una sola vez han podido consumar su relación decentemente, primero por la reglamentaria y latosa "cuarentena" que aún no terminaba, segundo por las inoportunas interrupciones de alguno de sus familiares, o simplemente Mikoto necesitando de la atención de su madre, pero ahora no había nada de eso, y la cuarentena podía irse al mismo infierno, su rubio y apetecible novio se veía fácilmente "comestible", su cuerpo lucia sano, comprobado por el mismo varias veces en sus toqueteos nocturnos en busca de respuestas.


Naruto, ahora o nunca. – sonrió con fanfarronería, ese terreno inexplorado volvería a ser suyo o dejaría de llamarse Sasuke Uchiha. –


Sin pena alguna soltó su bolso y se quitó la cacheta azul marino que llevaba puesta, libre del exceso de cargas, se movió suavemente hacia la cama subiendo sobre ella como un gato sigiloso, trepo lo suficiente hasta quedar encima del dormido Naruto, no podía estar en mejor posición, se mordió los labios pensando en donde comenzar su ataque.


Tu espalda… - con cuidado agacho su cabeza hasta quedar sobre la base del cuello del Uzumaki, su nariz se rozó apenas por ese lugar sintiendo el suave olor a jabón de bebe, se notaba que en los apuros el rubio tomo el jabón de su hija. – eres un tonto.


Sonrió una vez más y paso a besar una y varias veces más su cuello, espalda y hombros, un recorrido delicado que comenzó a despertar al rubio bajo el, entre pequeños quejidos trato de darse la vuelta pero Sasuke prácticamente lo aprisiono con su cuerpo, no pudo voltearse a placer y eso lo hizo abrir los ojos asustado y desorientado.


Que demo… - ladeo la mirada que cruzo justo con las orbes negras de Sasuke - ¿acaso te fugaste de la universidad?


Hora libre. – respondió a susurros sobre el cuello de Naruto para después darle una mordida maliciosa – ¿qué conveniente, no?


Oh… no, eso sí que no Sasuke, Tsunade dijo que no podíamos estar haciendo nada hasta que terminara la cuarentena…


Por mí, Tsunade se puede ir al mismo infierno, ¡como ella no ha pasado más de un año sin tener sexo!- sin pena alguna apretó sus muslos contra las caderas del rubio – de esta no te salvas Naruto.


¡Pervertido!- trato de ponerse de pie pero en su intento Sasuke aprovecho de deslizar sus manos por su vientre, recorriéndolo maliciosamente desde su pecho hasta su estómago aun algo abultado – no hagas es…


¿Qué no haga qué? – le hablo pegado a su oído, aquel aliento tibio le erizo la nuca y muchas partes más de su piel –


Que no podemos hacer esto.


Yo creo que sí. – llevo su mano derecha al miembro del rubio, lo tomo suavemente por la base para comenzar un delicado vaivén de arriba abajo. –


NoSasuke… - gimió de inmediato, extrañaba esas manos, ese calor que despedía el moreno contra su cuerpo, recordar las veces que lo poseyó en el pasado no ayudaron a negarse, más bien le alborotaron las ganas que parecían dormidas por culpa de la maternidad –


Yo digo sí. –mordisqueo su hombro una cuantas veces mientras apresuraba el paso de las caricias, necesitaba encender el deseo en ese cuerpo y lo estaba logrando con rapidez, podía escuchar los jadeos bajos, gemiditos reprimidos entre los labios del Uzumaki, que excitante podía ser escucharlo hacer eso. – gime con confianza, estamos solos.


¡Pervertido!


Insúltame lo que quieras, eres mi pareja, soy el padre de tu hija… así que esto no es nuevo para ambos, necesitamos volver a amarnos así, sé que quieres ser mío, yo quiero ser tuyo, no deseo volver a perder este sentimiento que me quema por dentro Naruto, tu cuerpo… tu alma, todo tú me es necesario ahora.


Paro las caricias al miembro del rubio dejándolo darse la vuelta boca arriba, sus miradas se cruzaron un segundo y acabaron uniendo sus labios es un beso fogoso y excitante, esas lenguas sedientas se esmeraron en una lucha de poderes, deslizándose entre ambas cavidades, no dejándose vencer una a la otra en un desesperado deseo de más, pero el aire fue vital así que interrumpieron la batalla para respirar, solo se separaron lo necesario para verse otra vez, estaban sonrojados, respirando entrecortado y sonriendo con una complacencia inimaginada, ambos querían seguir jugando ese juego, se amaban y deseaban volver a sentirse queridos.


¿Con… cuidado, si? – sentencio el Uzumaki un poco avergonzado, no sabría muy bien que sería sentir otra vez a Sasuke después de todo lo que paso su cuerpo –


Eso no debes de pedirlo, lo sé. – sonrió tiernamente al tiempo que volvía a posar sus manos sobre las caderas del rubio, deslizándoles en un vaivén provocativo, detallando el terreno a ser conquistado una vez más por el –


Otra cosa… - sujeto las manos del moreno cuando intentaba deshacerse de sus pantalones – protección.


Eso está resuelto. – bajo la cabeza como derrotado, ahora era que debía tragarse las innumerables veces que trato de quejarse con Itachi de cómo le metía a hurtadillas condones en los bolsillos de sus jeans o en su bolso de la universidad, si, una delicada y obvia muestra de que debían ser responsables ahora más que nunca –


Sin asombro llevo su mano derecha al bolsillo trasero de su pantalón encontrando un pequeño sobrecito plateado con el conocido artilugio líder en anticoncepción, su hermano seguía siendo paranoico en el tema, pero ahora lo agradecía, porque de que tendría a Naruto, lo tendría, así tuviese que amarrarlo de pies y manos para hacerle de todo.


Ahora sí, continuemos. – le lanzo el sobrecito a Naruto en las manos mientras él se desvestía en una carrera contra el reloj de la soledad –


Eh… - miro el objeto un poco desanimado – y… cuando…


Ahora. – quito la última prenda quedando desnudo por completo ante el rubio. –


El Uzumaki trago grueso, no se había fijado con la calentura en el cuerpo del moreno, estaba más tonificado que hacía un año atrás, más fuerte, más excitante, o era el simple eflujo de las enormes ganas reprimidas por sentirlo con y dentro de él. con torpeza se sentó y trato de abrir el plástico con las manos pero se le resbalaba, ya frustrado por ver la cara que empezó a poner Sasuke, decidió hacerlo a lo bruto y uso los dientes, prácticamente reventó en dos la bolsa y lo que había en su interior acabo saltando rumbo a la cama entre ambos jóvenes.


Lo siento… - estaba rojo tomate, nunca había tenido un condón en sus manos, no directamente y menos abierto, el aspecto del mismo distaba de lo que había visto en su vida, este parecía un rollito curioso de plástico redondo bañado en algún aceite –


Por tu cara, no sabes cómo ponerlo. – bramo Sasuke con ironía, piquetearle el ego a Naruto era parte del repertorio sexual –


¡SI SE!


Ponlo entoncescon tu boca.


¡!NANI! – retrocedió en la cama por la asombrosa y pervertida petición –


Es un juego divertido, se me acaba de ocurrir. – extendió su mano tomando la de Naruto –


Se te acaba de ocurrir… si como no, tú como que te pasaste todo este tiempo viendo porno bajada de internet.


Quizás.


¡BAKA! – intento pegarle pero Sasuke le sujeto entre sus brazos para acabar la pelea con otro fogoso beso, más profundo y demandante que el anterior, lleno de una lujuria que bajo las quejas del rubio para con la idea –


Yo te ayudo.


Había que apresurar el paso, no sabían cuánto tiempo les quedaba de soledad así que Sasuke se quedó de rodillas sobre la cama tomo las manos de su amante entre las de él y con suaves y maliciosos movimientos coloco el condón en la punta de su miembro, ya en su sitio soltó sus manos y miro al rubio con un morbo increíble, lo dijo todo con la mirada. Debía hacerlo, no es que le agradara la idea de usar su boca para terminar de ponerlo pero qué diablos, estaban jugando y quería culminar ese acto tanto como Sasuke, con un poco de pena se agacho frente al moreno y deposito sus labios sobre aquella extremidad erecta al máximo, lo sintió extraño, la textura de látex y el sabor indescifrable a plástico, pero cerro los ojos y siguió, ayudándose con las puntas de sus dedos fue colocándolo en su sitio, por su parte el Uchiha estaba gozando con la vista, no podría querer una escena más pervertida que esa, ¿o tal vez si?


¡Sabia asqueroso! – chillo el rubio con un mohín de niño malcriado –


¿Y qué tal sabes tú? – sin pena alguna empujo a Naruto boca arriba en la cama, sujeto sus rodillas para abrirlas de par en par, sin pena alguna bajo su rostro depositando suaves besos y lamidas en su bajo vientre, bajando un poco cada vez hasta llegar al miembro semi erecto de su amante, lo beso incontables veces para después engullirlo de un solo bocado, su lengua se dedicó a acariciarlo, lamerlo y detallarlo con una delicia impúdica –


Sa…Sasuke… - gimió a todo dar, sus manos se fueron instintivamente hacia la cabellera del moreno, comenzó a jalonearle como tratando de controlar el ritmo de las engullidas, su respiración se fue al cielo, su cuerpo se estremecía con cada contacto que le daba Sasuke –


Dilo otra vez. – movió su boca de lugar rumbo a la entrada del rubio, se paseó descaradamente por todo aquel contorno mientras dos de sus dedos procedieron a introducirse delicadamente en su interior –


No pudo responderle, una sacudida de placer lo hizo soltar la cabellera de Sasuke para aferrarse ahora a lo primero que consiguió, y eso fueron las sabanas de la cama, sus piernas temblaron ante el contacto abriéndose más aun para él, un sudor perlado inundo todo su rostro, pecho y vientre, estaba sintiendo cosas que había olvidado que podía sentir, era un cumulo de emociones reprimidas por meses, su amado y odiado Sasuke estaba haciéndole de todo, con pasión, como la última vez que estuvieron juntos, descaradamente con amor. Y el moreno ya no aguantaba más, dejo de jugar con sus dedos para colocar su miembro dolorosamente necesitado de estar en ese sitio, se ubicó mejor entre las piernas del rubio alzando las caderas del mismo.


¡Para! – Naruto trato de cerrar las piernas, un dolor punzante lo travesó descolocándolo del momento – duele mucho.


Relájate por favor. – se inclinó besando los labios del rubio – no pienses que dolerá más que antes, solo piensa en lo bueno que será después.


Eso trato. – jipo con las notables lagrimas intentando salir –


Pequeño idiota mío. – sentencio lamiéndole el borde los labios, sin prisas logro culminar de penetrarle, se quedó quieto esperando que el rubio bajo el dejara de sollozar y respondiera a sus caricias –


Aun… duele.


Solo siente. – movió su boca del cuello al pecho del Uzumaki, deslizo su lengua por todo aquel surco entre sus pectorales para acabar lamiendo y mordisqueando sus pezones, esas caricias revivieron un poco los ánimos ya que sus gemidos volvieron a ser la orden del momento - ¿mejor?


Sigue. – sentencio sonrojado al límite, estaba otra vez remontándose en el placer ya que Sasuke le acariciaba con la boca, embestía con sus caderas y movía su mano derecha rumbo a su miembro -


De allí en adelante solo fueron un cumulo de jadeos, gemidos desproporcionados y pedidos descontrolados de más por parte de Naruto, se sentirá en el paraíso, Sasuke estaba dándole todo lo que necesitaba sentir, su cuerpo hervía como un volcán a punto de erupción, las embestidas desenfrenadas solo lograban tocar un endemoniado lugar dentro de él que lo alteraba más, sin pena alguna le pedía más, sujetando con sus manos los glúteos del moreno, imprimiéndole más agarre y haciéndole que profundizara las estocadas, en un momento ambos se sintieron en la cúspide del placer, Sasuke arrecio las caricias con su mano al miembro del rubio, manteniéndolas hasta que sintió claramente como el interior del mismo se contraía de modo divino, sabía que llegaría así que se afano por hacerlo junto a él, los dos acabaron llegando casi juntos, Naruto entre los vientres de ambos y Sasuke dentro pero salvando la situación gracias a las obsesiones sobre el control de la natalidad de su hermano mayor.


Continuara…


Ooooohhh….. Kami – sama, esto fue más que un lemon, me pareció una película porno por todo lo alto XD, ¿cómo pude hacer algo así?, será que necesitare de alguna ducha fría yo también, bueno. Respirar profundo, controlar hormonas descarriadas, volver a la normalidad para poder pedir perdón por el horrible retraso que tuvo este capítulo, pero verán, entre las cortas vacaciones de semana santa, el trabajo y mi familia, pues no tuve mucho tiempo, y además, ya subí el primer capítulo de mi fic nuevo en la sección de No. 6! , se llama Blanco corazón, espero les guste y a ver cómo va eso después de que culmine este, no queda muchos capis, unos poquitos, ya engranando las situaciones interesantes finales y listo, bueno amigas, muchos saludos, que disfrutaran del porno… digo del lemon, es casi lo mismo XD, saluditos y a seguir adelante!


Próximo capítulo:


Hablemos del arte del corazón.


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