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Contra la corriente por RAMSIN

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Contra la corriente


Capítulo 42


Delirio


 


Una sensación de terror se le alojo en la boca del estomago, el simple susurro de su nombre tras la llamada inesperada de su padre lo dejo así. No era posible, no quería creérselo, no podía aceptar la crueldad del destino para con él y su familia. el simple acto de imaginar a su querida madre otra vez angustiada, su hermano rabiando y su hijo con sentimientos encontrados, no podía permitirlo, no podía dejar que la sombra mortal de Fugaku regresara a la vida de ellos, este suceso debía lidiarlo con inteligencia, guardarlo para él solamente, además, ya había experimentado el llevar en soledad las cargas que le impuso su padre en el pasado.


 


- no es sencillo olvidarte padre.- escupió con una sequedad brutal -


- no hablare más de lo necesario, tan solo quería  decirte que llegue de visita a la ciudad y que estoy pasando un momento muy agradable con la prometida de tu hermano, ella aun no quiere aceptar tal honor.... pero estoy seguro que lo hará  cuando tu vengas a convencerla, ¿verdad señorita Haruno? - la voz agónica de la chica que resonó en el fondo helo la sangre de Itachi - te espero aquí Itachi.


- no te atrevas hacerle algo a Sakura! - hablo con fuerza pero la llamada se cortó segundos después -


- ¿qué demonios sucede Itachi? - Deidara le tomo del hombro preocupado -


- por favor ve a la central, pide refuerzos para la dirección donde vive Sakura Haruno, Fugaku Uchiha a regresado a la ciudad y tiene secuestrada a esa jovencita.


- ¿tu... tu padre apareció? - sus ojos se abrieron sobresaltado -


- no hay tiempo para pensar Deidara, ve a informar de todo lo que sucede. - sin perder el tiempo salió del restauran donde estaban cenando -


- ¿acaso estás loco?, tu solo no vas a enfrentar a ese desgraciado, andas desarmado! - intento frenar a su amante pero Itachi solo se abrazo posesivamente a Deidara despojándolo  de la pistola que el cargaba - será suficiente con esto, y tengo más que suficientes motivos para resguardar mi vida - acaricio el anillo en su dedo como si fuera un símbolo de buena suerte - 


 


Salió corriendo rumbo a la vivienda de Sakura Haruno, dejando a un perplejo Deidara conmocionado y desarmado.


 


- ¡Itachi regresa!, ¡por mil infiernos no vayas solo! - intento seguirlo pero ya el moreno le llevaba un tramo aventajado -


 


Deidara estaba indignado, no quería que su compañero hiciera tan osada búsqueda, conocía que Fugaku Uchiha era un hombre calculador al límite, frio y gélido, capaz de muchas cosas para vengar su mancillado honor y planes frustrados. 


 


Una angustia inexplicable se le atravesó entre pecho y espalda, un sentimiento de pérdida lo hizo correr como el viento rumbo a la central policial más cercana, mientras corría se dedico a mandar mensajes a todos los superiores y policías relacionados con el caso de Fugaku, después de tantos meses se había estancado el caso, pero nunca se cerró la investigación.


 


 Algo lejos de allí un Itachi jadeante al fin daba con la dirección de Sakura, vivía en una casa de buena posición económica, la vivienda parecía inhabitada ya que todas las luces y ventanas estabas apagadas y cerradas, el sitio despertaba muchas suspicacias, la experiencia de Itachi como policía le llevo a esa conclusión, no se atrevió a entrar de manera violenta, más bien se tomo con sumo cuidado inspeccionar los alrededores. Paso al jardín y rodeo la casa para buscar otra entrada, descubrió una puerta corrediza de vidrio que conectaba con la cocina, cauteloso deslizo la puerta y paso dentro, todo seguía a oscuras, no veía bien pero continuo el recorrido por la vivienda, sin prisas y el arma de Deidara en sus manos inspecciono toda la planta baja,  no hayo nada anormal, salvo algunos muebles movidos como señal inequívoca de una pelea o forcejeo.


 


Sin prisas se movió rumbo a la segunda planta de la vivienda, sus sentidos se agudizaron más aun, posiblemente Fugaku estuviese esperándolo atrincherado en la última y más lejana de las habitaciones, ese habito era común de ver en secuestradores o cualquier maniático con tres dedos de frente.


 


Mientras terminaba de subir las escaleras su celular no cesaba de vibrar dentro de sus pantalones, Itachi trato de obviar el molesto ruido y la sensación de los movimientos contra su muslo, su mente estaba más interesada en conseguirse cara a cara con su padre, después de tantos meses escapando de la justicia de la cual fue parte en el pasado cercano.


Con la cautela que se le caracteriza abrió una a una las puertas de toda la segunda planta, cuando solo quedaba una sintió nuevamente la molesta vibración, ya tenía la certeza de que su padre le había tomado el pelo, no estaba en esa casa, su frustración hizo que le diera un puntapié a la puerta para abrirla, tras ella solo vio la nada, otra habitación completamente vacía como el resto de la casa.


 


- era demasiado sencillo de imaginar... nunca actúas tan linealmente padre. - frustrado comenzó a bajar otra vez las escaleras pero la vibración terca y persistente de su celular lo hizo al fin ver de quien se trataba - mensajes de Deidara.


 


sin asombro abrió los 6 mensajes que el rubio había mandado en menos de 5 minutos, uno tras otro contenían frases alusivas a sus actos, como ya llegue a la central, llame al detective Sarutobi que llevaba el caso de Fugaku, otro preguntaba si se encontraba bien y así sucesivamente hasta que entro un último mensaje en ese instante, Itachi lo leyó con los ojos muy abiertos, sus dedos sobre el techado del aparato temblaron descontrolados, su garganta se lleno de saliva al punto de tener unas ganas nauseabundas de vomitar, tuvo que posar su espalda contra las barandas de la escalera para no colapsar, todas esas sensaciones se las causo la simple frase en el mensaje de Deidara que decía:  Fugaku está en tu casa .


 


La casa estaba silenciosa, se podía ver a una parte del grupo familiar reunido en la sala, la situación era realmente tensa ya que su acostumbrada paz fue interrumpida por la abrupta llegada de alguien del pasado, Fugaku Uchiha. su presencia fue notada por Mikoto que estaba aun levantada ayudando a Naruto con la bebe, la peque de Miko - chan estaba muy inquieta esa noche, parecía sentirse mal y quebrantada ya que comenzaban a salirle su primer diente, Naruto y Sasuke no habían dormido bien por tres noches seguidas, la bebe de casi 6 meses solo se la pasaba llorando, negada a comer alimentos sólidos o biberón por el dolor en sus encías, el rubio se encontraba ya al límite de su resistencia física y emocional, ver a su hija pasando hambre y molestias por unos simples dientes  lo amargaba y enfadaba.


 


Sasuke había aprovechado la ayuda de su madre para poder ir a estudiar, tanto stress por Mikoto había causado que detuviese sus labores de la universidad y dedicarse exclusivamente a ayudar a Naruto, esa noche el menor de los Uchiha estaba en la habitación estudiando y Sai, el ultimo integrante de la familia no se encontraba en casa, había pedido permiso para salir con Gaara y llegaría un poco tarde. el panorama fue ese, esa escena fue la que se consiguió Fugaku cuando ingreso a su antiguo hogar casi a media noche, encontró a su abnegada, fiel y sumisa esposa entretenida en la cocina calentando un biberón para la bebe y haciendo un poco de té para ella y Naruto ya que la noche de desvelo se anunciaba  larga.


 


- sigues igual que siempre Mikoto... - fue un susurro que recorrió el cerebro de la mujer como filosas agujas envenenadas, tal terror se apodero de ella que el biberón en sus manos cayó al suelo y rodo cerca de la mesa de la cocina - ¿no piensas darle la bienvenida a tu esposo?


 


Sin prisas, con una suavidad casi mortal Fugaku estiro su mano y atrapo la de su mujer, apretó instantáneamente con fuerza brutal, Mikoto dio un pequeño quejido de dolor, su boca ni si quiera pudo emitir algún otro grito, el miedo le bloqueo las cuerdas  vocales.


sus ojos asustados recorrieron el aspecto actual de Fugaku, estaba obviamente desaliñado, llevaba una barba maltrecha y desarreglada, sus cabellos negros con  tonos grises por la vejes estaban sucios y más largos, la ropa que cargaba parecía vieja como sacada de algún baúl olvidado, un suéter negro de cuello alto y pantalones gris plomo desgastados sobre todo en las rodillas, pero a pesar de su delgadez, vejes y malos cuidados, atrás de todo eso aun estaba el Uchiha de porte altanero, recio y metódico, su voz autoritaria no cambiaba, más bien se volvió aun peor, sus ojos negros estaban desorbitados y perdidos en la casa, Mikoto noto como Fugaku le dio un pequeño puntapié al biberón de su nieta, eso le helo la sangre ya que en la sala estaba Naruto y Miko - chan esperándola a ella.


 


-¿fue niña? - hablo fríamente notando el vistoso color rosa del biberón -


- no tienes nada que buscar aquí Fugaku, aprovecha de irte en sana paz antes de que sea muy tarde. - no supo de donde salieron esas palabras, no parecían propias de ella y más aun con el miedo incontrolable que cargaba -


- quiero conocerla, saber de ustedes, que ha sucedido en estos meses. - su voz era plana, fría y sin emoción alguna -


- es muy tarde para eso.


- nunca es tarde para regresar al carril a esta familia, devolverla a lo que debió ser siempre. - sus ojos negros se afilaron en un segundo cuando vio como alguien entraba a la cocina -


 


Naruto venia somnoliento y con Miko - chan sobre su regazo, había pasado más de media hora peleando por que comiera y su último recurso fue el biberón que iba a buscar en ese instante.


 


- tú… - Fugako soltó a Mikoto por la impresión, su boca se curvo grotescamente como si fuera a gritarle algo pero no pudo, su mente se desconecto un instante, vagando en el pasado no tan lejano, en donde el fantasma opresor de Minato aun lo atormentaba, ese rubio demonio de ojos claros pareció dibujarse sobre el rostro sorprendido de Naruto, burlándose de él, jugando con su inestable emoción y su conciencia aturdida por tantas cargas - no... Minato Namikaze...


- ¡Fu... Fugaku! - el rubio trastabillo en seguida, un miedo inmenso le hizo apretar a su bebe más aun entre sus brazos, ese maldito hombre lo había lastimado profundamente a él, a Sasuke y a todos los integrantes de esa familia, su miedo no era simple, era complejo, oscuro y casi fóbico -


- Minato Namikaze... - volvió a repetir con una voz susurrante y perdida, no podía diferenciar el pasado del presente, ya no había diferencias -


- Fugaku vete en paz, aquí no hay nada que te interese... por favor. - aun temblando Mikoto trato de sujetarle el brazo pero el mayor se soltó bruscamente y dio unas largas zancadas hasta Naruto -


- aun vives, aun después de tantas cosas vives y te atreves a poner un pie en mi casa! - se lanzo sin contemplación contra Naruto, olvidando que llevaba a la bebe sujeta en brazos -


 


Naruto acabo estampado contra la pared, un sudor frio y perlado recorrió sus sienes, sintió las manos gruesas, firmes y frías de Fugaku sobre su cuello, lo estaba aprisionando firmemente pero sin ahorcarlo, sintiendo como aquel hombre respiraba pesado y brumoso. Su terror le hizo cerrar muy fuerte los ojos, estaba negado a abrirlos pero los quejidos de molestia que daba su hija por la incomoda posición lo obligaron a llenarse de valor y encarar al hombre frente a él.


 


- se... señor Fugaku, ¡suélteme! - forcejeo un poco pero el nombrado parecía con la vista pérdida en algún punto de su rostro, con la expresión inequívoca de que estas pensando con todas tus fuerzas en recordar algo importante -


- ¡eres un mal nacido, atreverte a venir aquí a  envenenarle la mente a mi hijo! - se acerco peligrosamente al rostro del rubio - vamos a saldar algunas cuentas Minato...


- ¡el no es Minato! - Mikoto armada de todo su valor se lanzo sobre Fugaku pero este la empujo sin contemplación contra la puerta del refrigerador haciendo que la pobre mujer cayera desplomada en el suelo instantáneamente -


- ¡abuela Mikoto! - Naruto grito con toda su alma al verla tendida allí -


- ella no importa, aquí las cuentas deben ponerse en claro maldito santurrón, te has burlado de mi familia, engañando a Itachi para que se acostara contigo, maldito engendro que lo preño! - sus manos apretaron con fuerza el cuello de Naruto, con tal fuerza que la respiración se le dificulto de un segundo a otro. - voy a terminar contigo de una vez por todas, si el accidente en el auto no te mato, entonces yo hare el trabajo directamente... acabare con tu miserable vida de una vez por todas.


 


Sentía que se desmayaría, el aire faltaba cada vez más, su garganta seca y abierta al máximo por oxigeno, sin la capacidad de batallar y liberarse por llevar a su hija en brazos, protegiéndola de la furia desquiciada de Fugaku, entendió que lo confundía con su fallecido padre, que tenia cruzado el pasado y el presente por la locura, ya no era una persona cuerda con la cual dialogar, este ser solo era un manojo de confusiones mentales.


Pataleo unas cuantas veces buscando alejar al demonio que le quitaba la vida poco a poco, gritar no era efectivo, no podía, no salía ni un mísero sonido de su garganta, recordó vagamente que Sasuke subió a estudiar, en la segunda planta no escucharía lo que sucedía, en ese instante una lagrima recorrió su rostro, una lagrima de dolor y terror, una y varias más, incontrolables, tantas que   hasta Fugaku suavizo su agarre para preguntar.


 


- ¿te arrepientes de haber tomado el futuro de mi hijo? - susurro al oído de Naruto con malicia -


- ¡es...esta... loco! ¡Usted esta desquiciado y loco, yo no me arrepiento de nada y no soy Minato! - grito con todo lo que le daba su garganta en ese instante -


- Sai. - mascullo débilmente al notar a la bebe en brazos de Naruto - también ese engendro debe desaparecer de este mundo...


 


Si estaba aterrado, ahora un escalofrió dantesco sacudió su cuerpo entero, Fugaku había fijado su atención en la pequeña Mikoto confundiéndola con Sai, Naruto sintió desesperación, un terror no por su vida, si no por la de su hija, si el moria era una cosa pero aquella pequeña apenas empezaba a ver el mundo y un mal nacido como Fugaku no podía arrebatarle la oportunidad de vivir.


 


- ¡¡ella no es Sai!! - grito con más fuerza aun, con un dolor y una potencia que sobresalto hasta al moreno -


- ¡cállate! - volvió apretar con más fuerzas el cuello de Naruto, dejándolo sin aire por fin -


 


Sentía que la vista se volvía borrosa, su cabeza dolía horrible y le daba vueltas, los sonidos se distorsionaron mientras el peso de su hija en brazos se triplico sintiéndola como una tonelada de acero, estaba por desmayarse, luchaba por mantenerse consiente ya que si no lo hacia Mikoto no tendría quien la protegiera, su boca se abrió como pez fuera del agua, varias veces, intentando gritar el nombre del único ser capaz de sacarlos de esa situación.


 


- muere de una maldita vez... muere, muere, muérete por fin Minato Namikaze. - una sonrisa sádica y retorcida ilumino su rostro para después dar un ronco gemido, casi gutural, como un grito ahogado -


 


Fugako soltó repentinamente a Naruto, este se deslizo hasta el suelo tosiendo frenéticamente en un claro intento de su cuerpo por obtener aire y liberar sus vías respiratorias, veía borroso pero noto como Fugaku estaba gimiendo de dolor aferrado a la pared tras él, una de sus manos estaba sobre su costado derecho casi a la altura de su cintura, en el suelo bajo el comenzó a haber incontables gotas rojas, estaba sangrando por alguna herida.


 


- lo... lo lamento Fugaku... pero mi familia se quedara en este mundo un poco más. - la figura de alguien conocido salió tras el nombrado con un punzo en mano -


- Sa...Sasuke! - Naruto vio claramente a su compañero, lucia enfadado y con el punzón temblándole en las manos, su rabia y miedo lo hicieron tomar lo primero que pudiese para salvaguardar la vida de su familia -


- ¿están bien? - se agacho en seguida frente al rubio para ayudarlo a levantarse, su plan era salir de esa casa enseguida -


- sí, pero tu mamá esta inconsciente en el suelo - se movió al sitio donde Mikoto permanecía tendida -


 


Sasuke apretó mas sus dientes y el arma rudimentaria que utilizo, no dudaría en clavarla otra vez sobre su propio padre si se interponía nuevamente, con mucho cuidado alzo a su madre en brazos. Fugaku aun jadeaba de dolor inclinado al fondo de la cocina, su vista se nublaba gracias al dolor, no estaba seguro de donde le asentó la puñalada su propio hijo, pero tampoco dejaría escapar a Minato, en su mente perdida seguía viendo a Naruto como Minato y a la pequeña Miko - chan como Sai.


-¿a dónde van? - con dificulta dio algunos pasos interponiéndose en la única salida que tenían - tenemos una deuda pendiente Minato.


- ¡el no es Minato! acaso estás loco, ¿perdiste el juicio en tanto tiempo huyendo? - Sasuke le grito furioso -


- ¡¡ja ja ja  ja!! - el mayor de los Uchiha se doblo en una risa dantesca, desencajada y que puso los pelos de punta a Naruto y asusto a Mikoto en sus brazos - no juegues conmigo niño... yo sé muy bien a quien tengo en frente.


- yo también lo sé, en frente mío esta un maldito ser que ya no es mi padre, ni es nada en mi corazón, se volvió un viejo y sucio recuerdo que se niega a desaparecer... - con mucho cuidado coloco a su madre en una esquina y le pidió a Naruto alejarse también, tendría que pelear con Fugaku para quitarlo del camino -


- no lo hagas Sasuke, ese hombre ya no sabe quién es quién, creo que ni recuerda tu existencia. - Naruto se aferro a su brazo con fuerzas -


- no importa, solo quiero sacarlo de esta casa, nuestra casa, y que nunca más regrese. - dio algunos pasos seguros hacia su padre, con el orgullo hinchándole el pecho, dispuesto a todo por liberar a ese hogar de Fugaku -


- fue una buena charla... - sin prisas siguió buscando donde estaba herido, la puñalada fue poco profunda para fortuna de Fugaku, Sasuke clavo sin suficiente fuerza así que solo tenía una pequeña herida bajo la ultima costilla por detrás, una zona blanda y sin peligros de desangrarse -


- apártate del camino o el próximo lugar donde pondré esto será tu corazón, si es que aun lo tienes. - Sasuke hablo sin miedos, lleno de valor y alzando el punzón por sobre el rango de su pecho -  


 


Fugaku no se inmuto en la absoluto, mas bien, sonrió, una débil y desquiciada sonrisa se fue curvando en sus labios, no temía a nada o la locura lo hacía no temer, se sentía poderoso como en el pasado, amo y señor de los destinos de sus hijos.


 


- mi querida Mikoto esperaba por mí, sabía que regresaría al hogar, no lo dudo ni un segundo ya que dejo intacto algunos lugares especiales... - movió su mano ensangrentada hasta la parte trasera de su cintura, allí, justo allí llevaba algo que movería la balanza de la suerte - dejo en su sitio el arma cargada que yo guarde hace tiempo atrás, un pequeño seguro de vida en caso de algún suceso en casa que ameritara sacarla, solo ella y yo conocíamos el escondite.


 


El moreno trastabillo al ver el metal oscurecido por los años, sucio de polvo y sangre pero seguramente funcional todavía, una pistola es algo impredecible, pero siempre funcionan en situaciones inesperadas.


 


- baja el arma. - Sasuke hablo autoritario, tragándose su miedo y el terror de que una bala acabara con la vida de su familia -


- creo que deberías ser tu quien baje el punzón. - camino unos pasos apuntando a Sasuke, cuando llego frente a el tomo el punzón y lo lanzo al suelo lejos fuera de la cocina -


 


Un golpe seco siguió a aquel acto, Sasuke recibió un cachazo en la mandíbula con el mango del arma, el golpe lo hizo caer sentado, su labio inferior se lacero comenzando a sangrar copiosamente, unos metros tras él, Naruto ahogo un grito de miedo, ver como su amante caía ante su padre fue duro y doloroso, las esperanzas ganadas segundos antes ya se desvanecían como la sal en el agua.


 


no te atrevas a matarlo! - el rubio corrió hasta donde Sasuke atravesándose en medio de él y Fugaku Uchiha -


- no te metas en esto Naruto. - Sasuke trato de empujarlo lejos, pero su rubio amante siguió persistente en su sitio - 


- tengo todo el derecho de meterme. Este hombre mato a mi padre, intento matarme, a mi bebe también, trato de arruinar mi relación contigo y sin contar todo lo que le hizo a Itachi, a ti... a tu madre - sus puños estaban cerrados fuertemente, de la rabia, ya ni si quiera sentía el anterior episodio de terror, ahora lo carcomía el coraje de ser víctima, de estar en desventaja ante el mayor de los Uchiha-


- Mikoto... - Sasuke noto que Naruto no la llevaba ya en sus brazos, con nervios miro hacia su madre inconsciente pudiendo notar a un bulto que se movía junto a ella, Naruto dejo a la bebe resguardada con su abuela, riesgoso, pero menos peligroso que enfrentar a Fugaku con ella encima -


- estará bien mientras nosotros estemos bien. - tomo la mano de Sasuke con un fuerte apretón, necesario para regresarle el valor perdido ante su padre -


- par de estúpidos... ¡son unos estúpidos! - Fugaku se movió de un lado a otro por la única salida, blandiendo la pistola y susurrando incoherencias -


 


Parecía perdido en su mundo de locuras, esos segundos los aprovecho Sasuke para dirigirle una mirada cómplice a Naruto, ambos comprendieron el plan sin decirse palabra alguna, dejaron que Fugaku siguiera balanceándose de una esquina a otra hasta que Sasuke se puso de pie y corrió hacia él en un abrazo mortal, Fugaku trastabillo chocando con el marco de la puerta, forcejearon duramente, para Sasuke era difícil, su padre le ganaba en altura y fuerza por mas loco que estuviese.


 


- ¡maldito mocoso, te morirás ahora mismo! - entre el forcejeo libero la pistola para dispararle a Sasuke -


- ¡ahora Naruto! - grito con fuerzas cuando sintió el frio metal enterrándose en un costado suyo, si Naruto fallaba en su parte del plan el moriría -


 


no hizo falta más para ver al rubio saltando sobre ambos hombres, busco como meter sus manos entre la trifulca para desarmarlo pero toda lucha y forcejeo culmino con el sonido de un disparo, los tres cayeron al suelo, Naruto se vio aplastado por la espalda de Sasuke y encima de los dos un Fugaku furioso, el olor a pólvora le entro de lleno, no sabía hacia donde se dirigió el disparo pero averiguo del modo más dantesco la triste realidad, una tibia humedad comenzó a caerle en el rostro, gotas y mas gotas de sangre surcaron su mejilla como si fueran lagrimas, aterrado miro a Sasuke que aun estaba sobre él como un peso muerto, sus orbes azules se abrieron en grande al verlo, del cuello del Uchiha brotaba aquel manantial carmesí, como pequeños ríos, copiosamente, fatalmente.


 


- ¡¡Sasuke!! 


 


sus lagrimas se mezclaron con la sangre, ni si quiera podía respirar por el peso los dos Uchiha sobre él, sus manos temblorosas se deslizaron sobre el cuello de Sasuke, buscando la herida de bala, tanteo varias veces con sus dedos pero solo sentía lo resbaloso y viscoso de la sangre, nada más, su angustia creció imaginando que el disparo había sido en la nuca, su terror se acrecentó con un ímpetu sobrehumano de salir de allí abajo, se retorció muchas veces hasta que sintió como estaba más ligera su carga, noto el cuerpo de Fugaku moviéndose aun con pistola en mano rodeándoles hasta tenerlo a su espalda, en ese momento Sasuke recobro la compostura y también se levanto, su brazo derecho, cuello y hombro estaban bañados en sangre.


 


- ¿dónde te hirieron? - Naruto se aferro a su cuello con ojos llorosos -


- no... no soy yo. - centro su vista en Fugaku, sabía muy bien que la pistola no se había disparado, más aun, estaba casi completamente seguro que el arma envejecida de su padre estaba atascada, hubo varias oportunidades de dispararla y nunca lo hizo. -


- baja el arma y arrodíllate en el suelo- la voz conocida de alguien interrumpió al trió -


- Itachi... - Fugaku ladeo la cabeza herida para encontrarse con él, el disparo había venido de atrás y rozo la oreja del mayor como modo de advertencia - fuiste capaz de dispararle a tu propio padre.


- y volvería hacerlo sin fallar la puntería. - dio unos cuantos pasos acortando la distancia entre ellos -


- tienes talento... lástima que el maldito de Minato te arruino la carrera y la vida. - sonrió con morbo hacia Naruto - vine a quitarte ese problema hijo, vas a seguir estudiando y serás un gran policía, el mejor del país... - sin un ápice de miedo limpio sus manos para agarrar mejor el arma -


- ¿dónde está Sakura Haruno?, ¿qué hiciste con ella?. - pregunto con sequedad, era la única duda que traía en mente desde que abandono la casa de la pelirrosa -


- ella está bien, solo la puse a dormir un rato, gritaba mucho y no aceptaba mi idea de venir aquí conmigo. - Empuño la pistola directo contra Itachi - ¿alguna otra pregunta?


- ninguna. - miro con indignación a su madre tendida en el suelo, a la bebe, su hermano y Naruto, todos bajo la locura de ese hombre que alguna vez el llamo padre. - quiero que salgamos de aquí, hablemos solo los dos.


- no puedo, necesito acabar con el desgraciado de Minato.


- ¿Minato? - Itachi alzo una ceja asombrado -


- está loco, tiene perdido el espacio tiempo, cree que Minato es Naruto y Miko - chan es Sai - Sasuke le saco de la duda con rapidez -


- hasta este punto llego tu obsesión Fugaku.


- tú eres mi futuro, tu harás muchas cosas en la vida, yo te pondré los peldaños necesarios... - hablo con elocuencia, la lengua mordaz de un loco delirante -


- yo estoy viviendo a mi modo, a pesar de tus maldades, tus abusos, tu crueldad, a pesar de todo eso yo continúe mi vida, sigo viendo adelante y llevo vida sobre la muerte que intentaste darle a todo lo que se acercaba a mí.


- ¡idiota!... siempre fuiste un idiota sin ambiciones, te dejaste seducir por un don nadie, abriéndole las piernas para que te arruinara la vida.


 


El silencio reinante fue interrumpido por el sonido de un puñetazo, Itachi había roto todos los limites de precaución, la rabia lo consumió al escuchar aquellos gritos de su padre, insulto tras insulto y ni una chispa de arrepentimiento, su cuerpo se movió solo clavándose su puño derecho sobre la quijada de aquel que le dio la vida junto a su madre.


 


- no volverás a insultarme... es la última vez que dejare que hagas eso, cierra tu boca y acepta de una maldita vez que te equivocaste, que nos arruinaste el pasado y sin embargo supimos superarlo, Sasuke tuvo más valentía que yo a su edad, deje que mataras al padre de mi bebe, me lo arrancaste de los brazos, intentaste que lo abortara, y a pesar de todo eso Sai nació y creció, se volvió un chico increíble que también supo hacer las cosas para superar su pasado. Y yo... yo quiero rehacer mi vida, borrar todo el dolor que me causaste, ser feliz, crecer en muchos sentidos junto a alguien especial. Y tú interrumpes ese futuro brillante, eres un obstáculo para todos Fugaku Uchiha.


 


Alzo su pistola al mismo tiempo que su padre, los dos apuntándose al corazón, midiendo sus límites, ambos por razones de peso en sus mentes y cuerpos, los dos deseando la rendición del contrario como modo de supremacía. Pero ninguno declino, más bien, el ambiente se tenso en  tal modo que Sasuke y Naruto no se movieron ni un milímetro de su sitio. El menor de los Uchiha rogaba por que la pistola de su padre siguiera atascada, era una necesidad que salvaría vidas, pero el destino es cruel, frio e inesperado.


 


- dispara primero Itachi... o yo lo hare. - Fugaku apretó delicadamente el gatillo del arma jugando con sus amenazas -


- no sabes las ganas que tengo de hacerlo, en verdad que no lo sabes, pero no lo hare, no manchare mis manos con tu sangre y ahora menos aun que tengo una nueva vida que quiero cuidar y proteger de ti, y eso lo hare con dignidad y no por venganza.


 


Con la misma agilidad que alzo el arma, la bajo, esperaba un destello de humanidad en su padre, muy dentro de el guardaba una mínima esperanza,  se jugaba no solo su vida, también la de todos en esa casa. Aferrado a la última oportunidad recordó su llegada allí hacia unos momentos atrás


 


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No había nada, solo una sombría casa vacía, la frustración en Itachi fue evidente, y sus nervios se crisparon todavía más con el mensaje de Deidara lo hizo llegar inmediatamente a su hogar, no tardo más de 15 minutos en presentarse allí, para cuando bajo del auto que lo trajo vio la realidad del caso. Autos patrullas detenidos a una cuadra del lugar para no despertar sospechas, policías de civil resguardando las calles aledañas, un par de ellos lo detuvieron al verlo correr hacia la casa pero al revisar su identificación de policía lo dejaron pasar.


 


- ¡Itachi! - Deidara corrió a su encuentro con preocupación - llegaste a tiempo.


- ¿qué ha sucedido? - se sujeto de los brazos del rubio para recuperar el aliento, le habían pasado demasiadas cosas en pocos momentos -


- tu padre ingreso a la casa hace unos 15 minutos, lo venían siguiendo desde que secuestro a la hija del director de investigaciones.


- la casa estaba vacía... no conseguí a Sakura por ningún lado.


- la saco de la casa una hora antes de que te hiciera la llamada, aparentemente te tendió una trampa para alejarte de tu casa, su meta no era la chica...


- si no mi familia. - sentencio fríamente -


- aun no encontramos a Sakura Haruno, pero ella fue quien nos alerto de su propio secuestro, su padre le enseño a aprovecharse de las situaciones, logro avisar de que Fugaku la estaba siguiendo en un mensaje de texto, desde ese instante se activaron las alertas y pudieron dar con el paradero de él.


- ¿nadie ha intentado entrar a la casa?


- aun no, está muy bien oculto en la cocina, sabe perfectamente que no hay ventanas con vista accesible al exterior, nos estamos haciendo una idea de sus posibles movimientos.


- voy a entrar. - siguió su paso rumbo a la casa pero Deidara lo detuvo -


- ¡no te dejare hacer esa locura!


- debo hacerlo, no voy a permitir que mi padre me recrimine por segunda vez mis decisiones, ten por seguro que lo hago por mí, por ti y por lo que ocurrirá a futuro. - se detuvo frente a su prometido abrazándolo con toda la pasión que podía, le dijo tantas cosas con ese contacto, su calor, suavidad, ternura y agradecimiento. - estamos comenzando a cumplir tus sueños, no pienso detenerme en cumplirlos Deidara, por eso hago esto.


 


Sin persuadirlo pero con un dolor extraño que carcomía su pecho lo soltó, se desprendió lentamente de aquel abrazo,  Deidara debía dejar que las cosas sucedieran así sintiera un cumulo de contradicciones por las palabras de Itachi, su seguridad y su persistencia en cumplir sus sueños, los de ambos. Las cartas estaban echadas esa noche, Itachi enfrentaría a su némesis por última vez y sería tan doloroso y fatalista como imagino.


 


Continuara…


 


Al fin, otro capi traido a tiempo!!, me esforcé mucho esta vez, las ideas me brotaron solitas, es que escribo mejor bajo situaciones riesgosas en los capis XD, me apasiona estas angustias y seguían sintiéndolas hasta el capitulo siguiente, desenlazo de todo el drama, además de la pronta culminación del fic ToT.


 


Próximo Capitulo:


 


Un destino trazado con sangre


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