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Contra la corriente por RAMSIN

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Contra la corriente

Capítulo 43

Un destino trazado con Sangre

 

 

Los recuerdos de su llegada se colaron como una película en su cabeza, la sensación del abrazo con Deidara, el sentimiento que lo embargaba era más grande que él, su petición de matrimonio en un momento como ese, hasta irónico resulto y premonitorio de otros acontecimientos que Itachi guardaba celosamente en su mente, de cosas y casualidades de vida.

 

Con un sabor agridulce en la boca regreso al presente de su situación, allí de pie, cara a cara con su padre, bajando el arma que hacia segundos apuntaba al corazón, no estaba seguro si dejo de apuntar por miedo, valentía excesiva o una pequeña y miserable muestra del amor que aun quedaba albergado en su corazón para Fugaku, prefirió deshacerse de esos pensamientos, tenia vidas que proteger y especialmente la suya  que valía por dos.

 

- te dije que me dispares antes que yo lo haga. - la aptitud de su hijo le causo una confusión evidente en los ojos de Fugaku -

- no lo hare. No puedo volverme un monstruo como tú, no quiero la carga de haber matado a mi propio padre por más que se lo merezca.

- ¡idiota! eres un blandengue como imagine, lo más triste es que yo no te eduque para ser cobarde.

- mas cobardes han sido tus actos, bajos, sucios, ruines. Quitaste y dispusiste de las vidas de todos a tu placer y antojo.

- realmente no me interesa escucharte Itachi, más bien... - sonrió con una frialdad nunca vista, alzo la pistola apuntando directamente al corazón de su hijo - es mejor que te vayas al infierno hijo.

 

Todo fue en cámara lenta, Sasuke y Naruto vieron como Fugaku cumplía su palabra, segundos  dantescos y eternos, al final la pistola del mayor de los Uchiha si funciono, el disparo seco y frio resonó fuera de la casa. En ese instante Deidara estaba a pocos metros de la entrada junto al detective Sarutobi, ambos discutían sobre lo  planeado de irrumpir dentro de la casa a la orden de un comando especial que seguiría a Itachi, pero aquel sonido del arma paralizo al rubio, algo dentro de él se quebró, como si miles y miles de trozos de su corazón hubiesen caído destrozados, con angustia se llevo la mano al pecho, estaba vivo y angustiado repentinamente por el sonido diabólico de aquel disparo.

 

- ¡entrare! - sin respetar los planes de su superior acabo irrumpiendo también dentro de la casa-

 

Deidara corrió  angustiado hasta la cocina, el sitio donde todo sucedía, al llegar consiguió la imagen de una tragedia. Itachi estaba en el suelo con Naruto a su lado, el rubio sollozaba amargamente mientras en la otra esquina Fugaku forcejeaba con Sasuke por la pistola, su corazón quebrado de susto ahora ardía en una rabia visceral, angustiosa y vengativa. Sin pensar si quiera se lanzo sobre Fugaku, este no lo había visto llegar hasta que fue muy tarde, Deidara lo estrello contra la mesa de la cocina, una y otra y otra vez, Sasuke quedo parado frente a ellos, observando impávido como el rubio desato una violencia inimaginada contra su padre, le golpeo infinidad de veces, varios puñetazos desfiguraron sus pómulos, reventaron su nariz, perdió tres dientes lacerando sus labios. Deidara no tuvo la compasión de Itachi ni su respeto, creía que alguien como Fugaku no se merecía ni si quiera respirar el mismo aire que ellos.

después de tantos golpes acabo jalándolo de los cabellos arrodillándolo frente a él  y poniéndole su pistola en la quijada, airado, dolido en el alma y en el corazón, sin notarlo si quiera el rubio tenia marcados dos largos caminos de lagrimas en sus mejillas, llorando sin saberlo, con una pasión vengativa hacia el que tanto daño a su amor.

 

- desde que me asignaron vigilar esta casa siempre me pregunte como un padre podía hacer tanto daño a sus hijos, como lastimaba y no  tenia arrepentimiento alguno. Pero ahora no me pregunto eso, ahora solo busco una ínfima razón para no volarte la cabeza, librar al mundo de ti y tu escoria humana.  - su mano no tembló ante el gatillo, su mente bloqueo el respeto y la dignidad que debe tenérsele a la vida, ya había quitado varias y este ser no merecía otra oportunidad -

- Dei... Deidara. - la voz susurrante de alguien saco al nombrado de su transe. -

- ¡Itachi! - el rubio volteo a verlo con los ojos inundados de lágrimas -

- no hables. - Naruto trato de acomodarle mejor entre sus brazos, podía ver la mancha roja que manaba de la camisa del moreno sin precisar de donde venia la herida -

- no manches tus manos... - hablo con debilidad pero tratando de mantenerse lucido -

 

Deidara no bajo el arma, estaba paralizado con el sentimiento de venganza, cegado y dolido hasta que sintió la mano de Sasuke sujetándole la muñeca y bajándole el arma, los dos hermanos no querían mas sangre, violencia o dolor, bastaba con lo sucedido, Fugaku  estaba maltrecho, minimizado y humillado frente a todos, era suficiente ya.

 

- ¿por qué?... ¿por qué no acabar con él? - Deidara se movió hasta donde estaba Itachi - ¡te hizo tantas cosas y estas herido!

- porque no quiero que manches tus manos, ahora menos que nunca, tengo que tenerte a mi lado, me pediste matrimonio, quiero casarme contigo, y lo más importante es que... - con suavidad llevo la palma de su mano hasta su estomago - necesito al padre de mi hijo. - sonrió adolorido, la bala había rozado su costado izquierdo, por suerte Sasuke se había lanzado sobre Fugaku segundos antes de que disparara en su contra-

- ¿padre?... ¡¿el padre de tu hijo?! - un temblor incontrolable domino sus labios, no sabía si reír, llorar o volarle de una la cabeza a Fugaku por dispárale a Itachi en su estado, la ultima opción fue tentadora pero el grupo de policías que iba a ingresar a la casa interrumpió la locura del rubio -

 

Al final Fugaku fue puesto bajo custodia policial, Itachi fue trasladado de emergencia a la clínica de Konoha, todo el desastre ocurrido en casa de la familia Uchiha no se borraría con facilidad, el sitio fue la base, surgimiento y caída de Fugaku Uchiha, la casa quedo impregnada de dolor, sangre y tristeza, quizás era hora de abandonar ese sitio que traía tan malos recuerdos a todos.

 

Unas cuantas horas después todos estaban reunidos en la sala de espera de la clínica ya que Itachi tuvo que ser intervenido por la herida de bala, hasta donde les habían informado, no era algo de emergencia pero si de cuidado ya que su condición complicaba las cosas. Tsunade también llego al lugar mandada a llamar por el mismo Itachi, ella estaba al corriente de su estado y quería calmar las dudas de Deidara y los demás.

 

- ¡no puedo entender por qué diablos Itachi no dijo nada! - el rubio se debatía en su monologo desesperado, daba un sin fin de vueltas en la sala de espera, angustiado por la salud de su compañero no miraba a nadie más -

- es reservado. - la voz de Tsunade lo saco de sus discusión a solas - no quería ilusionar a nadie hasta estar seguro que todo venía bien.

- doctora Tsunade - Naruto le saludo asombrado por su llegada -

- todos parecen sorprendidos por la noticia, pero no quiero ser yo quien explique las razones de Itachi, que sea el mismo quien lo haga a su debido momento.

 

La espera no fue mucha después de la llegada de Tsunade, Itachi salió bien de la intervención y fue llevado a una habitación para su recuperación. Con la nueva noticia  nadie se atrevió a entrar primero que Deidara, dejarían que ambos se dijeran sus razones.

 

Itachi despertó un tanto adolorido, no creyó realmente que todo había culminado, que su padre estaba al fin atrapado. Sereno enfoco su vista en los aparatos que estaban rodeándolo, como olvidar el pitido rítmico del corazón de su bebe, era la misma sensación a cuando salió del coma, recordó el dolor de una posible pérdida pero estaba seguro que este bebe seguiría el mismo terco camino por sobrevivir como Sai.

 

Aquel pequeño nuevo tesoro, suavemente poso ambas manos sobre su vientre, allí, justo allí crecía esperanza, una nueva vida para cerrar un ciclo y abrir otro, dio un hondo suspiro salido del alma que fue interrumpido por la llegada abrupta de Deidara, lo vio parado frente a la puerta, con una mirada indescifrable de dolor y felicidad, no sabía que decirle ni que diría el.

 

- ¡eres un tonto! - fueron sus únicas palabras para un recién salido de la anestesia Itachi - ¡un grandísimo tonto!

 

Sin más palabras pero si mucho llanto atragantado, Deidara se lanzo a los brazos del moreno suavemente para no lastimarlo pero si con la emoción reprimida de su angustia, estuvieron en ese abrazo largo rato hasta que Itachi interrumpió el silencio consolador.

 

- discúlpame por no decírtelo antes. - hablo suavemente -

- eres el tonto más grande del universo, cómo pudiste esconderme algo así, y más sabiendo que moría por que esto sucediera, ¡un hijo de los dos Itachi!

- no se... fue miedo al principio, emoción, temor de lo que sucediera después, al final quise confirmar mis sospechas y fui donde Tsunade, ella me hizo un chequeo que arrojo positivo.

- no puedo creerlo, aquí hay un bebe - sonrió enorme al tiempo que acariciaba el vientre de su compañero. - y... ¿cuándo paso?, yo trate de ser cuidadoso para ti con esto.

- creo que me mentí a mí mismo, no sé porque fui imprudente  adrede, todas las últimas veces que estuvimos juntos cuando te decía que no había peligro de nada... siempre lo hubo pero algo dentro de mi me suplicaba dejarte culminar, permitir que el destino o la suerte jugara con nosotros. - sonrió un poco avergonzado, hacía años que no sentía tal dicha en el -

- Itachi eres un grandísimo tonto, un tonto que amo con locura, ¡que me hará papá! - no cavia dentro de sí, sus bromas y predicciones sobre su futuro con el mayor de los Uchiha empezaban a cumplirse seriamente - debemos casarnos pronto,  el bebe no nacerá fuera del matrimonio, yo quiero representar todo lo que no tuviste, cuidarlos, protegerlos, amarlos hasta que se me acabe la vida en ello.

 

con suavidad bajo su rostro para unirlo al de Itachi, un beso de agradecimiento infinito, por tantas y tantas cosas que se abrían en sus caminos, por la simpleza y pureza del amor que se tenían, por alcanzar sus metas a pesar de las tercas negativas de Itachi al inicio, de disponerse a llenar con amor las grietas que dejo el dolor en su corazón, hacerlo revivir la llama de la pasión, volverlo loco de amor y de ternura porque se lo merecía una y mil veces, cambiarle las infinitas lagrimas derramadas por risas, en fin, amarlo y solo amarlo para siempre.

 

después de la conversación necesaria Deidara dejo que los demás entraran, la familia en pleno rodeo la cama del moreno, Itachi miro a todos con pena, parecían esperar algún discurso de su parte, una aclaratoria pero cuando iba a hablar fue interrumpido por su hijo, Sai se había enterado de la situación por un mensaje de Deidara hacia una hora, estaba en casa de Gaara cuando supo del suceso y no espero un segundo para dirigirse a la clínica, ahora estaba frente a su madre, jadeando por la carrera, angustiado con la información a medias que recibió.

 

- Sai... - Itachi lo miro con ternura, tratando de buscar las palabras correctas para hablarle -

- ....... - el mencionado corrió a sus brazos, como un pequeño asustado se abrazo a Itachi fuertemente, enterrando su rostro en ese pecho tibio que lo acuno pocas horas, en el, sollozo un rato silencioso y retraído -

- cálmate hijo, ya paso todo. - deslizo sus manos por la espalda de Sai, dándole suaves palmadas de consuelo, como si fuera otra vez un niño pequeño buscando cariño - todo termino, no hay nada que lamentar.

- pero tu... - al fin levanto su rostro bañado en lagrimas hacia su madre - casi te mata, otra vez te iba a perder, te alejarían definitivamente de mi lado y no me permitirían disfrutar de ti. No tuve esta oportunidad por años, ese desgraciado no me dejo estar en tus brazos, sentir tu corazón, que me consolaras o regañaras cuando lo necesite, por eso lloro, porque no deseo perderte nunca, porque eres mi madre y aprendí que no importa como seas físicamente, igual me llevaste en tus entrañas, me alimentaste  y me protegiste de ese monstruo como mejor pudiste.

- todo termino Sai, ya no te preocupes, ahora solo debemos disfrutar de las oportunidades de la vida, hace 15 años no pude ser tu  apoyo y protección, pero quiero que sepas que ahora te necesito para que me ayudes a mí y a Deidara  porque... estoy esperando un bebe.

 

Sai lo miro con total asombro, parecía dispuesto a dar su opinión pero no podía, tenía las lagrimas atragantadas y solo pudo demostrarle su felicidad abrazándolo aun mas, sentía que su madre merecía otra oportunidad, que todo el amor que le negaron a dar lo soltara, ya lo estaba haciendo con él, pero un bebe le daría la completa harmonía que ellos necesitaban. Sin duda estaba feliz por Itachi, por el atolondrado novio de este y por el mismo que experimentaría de primera mano cuidar y amar a alguien consanguíneo tan directo, un hermano o hermana a quien proteger y cuidar.

 

todo estaba ya dicho, Itachi pudo dar algunos pormenores de su condición a la familia, contaba con algo más de dos meses de gestación, y se percato de su estado por las típicas incomodidades del primer trimestre de embarazo, tenia nauseas matinales, malestar en sus caderas y pecho, pero lo que le dio la estocada final de su condición fue la reaparición de aquella línea oscura en su bajo vientre, la marca que tuvo con Sai por todos los 9 meses regreso, una línea que recorría desde su ombligo hasta el hueso púbico. En ese instante llamo a Tsunade para pedirle una cita, temía que algo no estuviese bien por su edad y su trabajo ya que esas últimas semanas habían sido fuertes y los malestares se le confundieron con stress.

 

 Todos estuvieron encantados con la noticia, especialmente su madre Mikoto, pensaba que al fin Itachi tendría paz y el tiempo para dedicarse a amar a los suyos, a rehacer su vida como tenía derecho, ya Fugaku era tema del pasado, herido y degradado a la nada, su locura y maldad no los tocaría nunca más, no habría modo humano de que ese demonio se librara de la justicia. por todo lo acontecido fue intervenido en la misma clínica de Konoha bajo estricta vigilancia policial, sus heridas físicas no representaron mayor problema pero las heridas de la mente eran otra cosa, su cerebro estaba bombardeado de pasado y presente, había perdido la cordura en el espacio tiempo, una sicosis o un delirio, lo que tenia era suficiente para encerrarlo en un pabellón psiquiátrico, escaparía de las rejas físicas de una prisión, pero su cuerpo y mente ya estaban atrapados en la pesadilla del rencor y la venganza como un espiral interminable y eterno.

 

Esa noche interminable al fin culmino, Itachi seguiría en la clínica por unos días más, Tsunade deseaba tener la tranquilidad de que nada nuevo sucedería.    el juicio contra Fugaku Uchiha se llevo varios meses, primeramente por los daños físicos del victimario y también por el compendio de situaciones antiguas y nuevas de las que se le acuso, no solo tuvo la imputación por actor intelectual de la muerte de Minato Namikaze,  también un sin fin de acusaciones por corrupción, malversación y faltas hacia su estatus en la policía, también fue acusado de rapto por lo sucedido con Sai y Sakura Haruno, esta última fue localizada horas más tarde esa noche en su propia casa, Fugaku la había atado y amordazado escondiéndola dentro de un ropero en el segundo piso de la vivienda. Sobre esos cargos pesaron otros mas, ataque a un funcionario policial y otros dos intentos de asesinato por el incendio provocado en el departamento de Naruto y este último y desesperado intento por matar a más de un integrante de su propia familia.

 

El juicio duro casi un mes, volviéndose  de interés publico, nada mas de leer en la prensa el repertorio de acusaciones contra el Uchiha era suficiente para llenar de curiosidad a toda Konoha. ese fue otro duro camino para Itachi y los suyos, estaban en el ojo de la noticia, su condición para el día del veredicto final no ayudaba, contaba ya con 6 meses de embarazo y debía presentarse a juicio igual que Naruto, ambos trataron de llevar el asunto bajo perfil pero era imposible, cada vez que fugaku lograba verlos en el juzgado se armaba un alboroto, el mayor se descontrolaba como nunca al confundir ese triste pasado con el ahora, sin pudor o recato insultaba a Itachi y a Naruto, maldecía mil veces su vientre, el hombre había perdido el ultimo rastro de cordura en esos meses bajo prisión.

 

El veredicto final fue el de culpable en todos y cada uno de los cargos, pero también fue librado de la cárcel por su condición mental y emocional, el juez ordeno que fuera internado en un centro psiquiátrico bajo estricta vigilancia. Itachi por fin veía fin a la odisea, salió del juzgado acompañado de Deidara, Naruto y Sasuke.

 

- ¿te encuentras bien? - el rubio miro como su "prometido" estaba un tanto distraído en sus pensamientos -

- perfectamente. - suspiro audiblemente y sonrió al tiempo que acariciaba su notorio vientre de 6 meses -

- ya podemos decirle adiós a todas estas  insoportables audiencias. - Naruto apresuro el paso tomado de la mano de Sasuke - pasara sus últimos días en cuatro paredes blancas y solo.

- eso no repondrá lo sufrido y perdido, pero tendremos la certeza de que no regresara a nuestras vidas nunca más. - el menor de los Uchiha apretó más aun su agarre con Naruto -

- ahora Itachi, es tiempo de casarnos, ¿o pretenderás darme el si mientras tienes al bebe? - Deidara pasó su brazo protector por la cintura del Uchiha -

- solo una reunión por civil, no quiero nada del otro mundo. - estaba melancólico, su padre habría de acabar sus días en la locura, nunca se dio a la tarea de disfrutar el presente, solo comía, dormía y vivía para odiar el pasado. era una profunda tristeza saber que Fugaku jamás amo a sus nietos, que Sai y Mikoto estaban fuera de su corazón, y ahora, este bebe que venía en camino tampoco tendría si quiera el conocimiento de su abuelo, a veces no se puede pedir imposibles a la vida misma - 

- alégrate un poco Itachi, debemos planear no solo tu matrimonio, también el cumpleaños de Miko-chan, será dentro de menos de 3 meses. - Naruto le palmeo el hombro con emoción - ella y el bebe cumplirán casi igual.

- tienen razón.

 

Itachi decidió terminar de sentirse mal por su padre, era hora de disfrutar de los regalos de la vida, y el más grande y hermoso eran sus hijos, Sai se volvió aun mas unido a él, estaba tan encantado con la llegada de un hermano o hermana, Itachi y Deidara decidieron no saber el sexo del bebe hasta que naciera, y con una nueva vida también debió hacer cambios en su hogar, se mudo al departamento de Deidara mientras acondicionaban una pequeña casa que compraron entre ambos y que no estaba muy lejos de su antiguo hogar, tendrían muy cerca a su hermano, madre y demás, Sai también se fue con ellos, él y Dei-chan como le llamaba se llevaban bien, era una especie de amistad nacida por la simple y llana razón de ayudar a Itachi a ser feliz.

 

Se casaron sin mucha alharaca, Itachi no se sentía en condiciones de hacer una fiesta y tampoco lo quería, con casi 8 meses fue un simple acto protocolar en la prefectura de Konoha. Aun estaban recién mudados a solo dos casas de su antiguo hogar, todo estaba patas arriba y lo único en que pensaban era en culminar la habitación del bebe, el tiempo se les venía encima con los arreglos, pintura, muebles y detalles. Esa noche aun Gaara y Sai estaban dedicados a darle los últimos detalles a la habitación, conversaban banalidades arrodillados en el suelo gracias a su labor.

 

- entonces van dos... - susurro Sai para si entre una risa contenida -

- ¿de que hablas? - el pelirrojo lo observo atentamente un segundo -

- que nos hemos vuelto unos decoradores de habitaciones para bebes, primero la de Miko-chan y ahora la mi hermano.

- me gusta hacerlo. - Gaara volvió a su labor de pintar -

- pero sabes algo, me gustara mucho mas decorar la de nuestro hijo.

 

Para cuando termino la frase Sai, Gaara estaba con el pincel temblándole en la mano y una enorme y evidente raya de pintura en la pared.

 

- ......... - su boca se curvo tratando de entender lo que el moreno dijo cómodamente -

- no te asustes, aun no pasara eso.  - le tomo las manos temblorosas a Gaara para calmarlo - pero si quería ponerte al tanto de que mi madre y mi padre me heredaron ese don.

- yo.... - aun estaba pálido, se imagino un solo segundo a un pequeñito revoltoso pelirrojo corriendo entre ellos - no sería malo, eso sí, primero hacemos las cosas en su debido orden, nos graduamos, trabajamos, nos casamos y después el bebe.

- no te aseguro nada, mi familia tiene la peculiaridad de nunca hacer las cosas del modo tradicional. - sonrió divertido -

- eso lo sea mejor que nadie Sai. - acerco su rostro al del moreno para robarle un pequeño beso -

 

Estaban absortos en el beso sin notar que alguien se había parado en la entrada de la habitación para  inspeccionar.

 

- err.... - Itachi carraspeo un segundo a modo de enterarlos de su presencia -

- eh.... - ambos se separaron súbitamente muy sonrojados -

- ¿cómo va todo? - obvio lo que hacía su hijo con Gaara y se ocupo de detallar los murales que estaban casi listos -

- pronto terminaremos mamá. - Sai se levanto del suelo para ayudarlo a entrar a la habitación, no quería que itachi tropezara con alguno de los botes de pintura esparcidos por el suelo - ya recogeremos este desastre.

- me gustan los colores. - se quedo contemplando  el mural más grande donde iría la cuna -

 

Era un gran y brillante campo de girasoles, Sai fue el de la idea, como no tenían el género del bebe pues decidió hacer algo en tonos amarillo y verde pastel, un bello campo lleno de las flores que amaba su madre. Itachi lo contemplo meditativo por un rato, con sus manos entrelazadas en su vientre de 9 meses, había sido un embarazo magnifico, tan distinto al de Sai, estaba acompañado, lo amaban mucho y a su hijo también, tenía el apoyo de Deidara que estaba tan exaltado por el acontecimiento, vivía llegando todas la noches con regalos para el bebe, tanto femeninos como masculinos, ya que ambos se prometieron no preguntar nada sobre su sexo, les bastaba con saber mes a mes como venia evolucionando en las consultas.

 

Dio un pequeño suspiro de satisfacción, se dio cuenta que ya no añoraba el pasado de Minato, solo le recordaba con mucha ternura y respeto, el sentimiento de amor seguiría allí, el Namikaze le dio un hijo, fue su primera experiencia amorosa e intima, así que se merecía estar en un lugarcito de su corazón, como un recuerdo bonito.

 

- para mañana en la tarde podremos acomodar la cuna y los demás muebles. - Gaara recorrió con la mirada todo el lugar, había quedado realmente hermoso -

- gracias a los dos por su trabajo - palmeo la espalda a su hijo hasta que repentinamente apretó su hombro con fuerza -

- ¿qué pasa? - Sai sintió bruscamente los dedos de itachi clavados en su piel -

- ¡rompió fuente! - el pelirrojo retrocedió dos pasos evidentemente asombrado  por el suceso -

 

Recordaba ese dolor, esa sensación, ese sentir aterrador de hacia años atrás, sus piernas flaquearon, las alertas se prendieron en todo su cuerpo, se había sentido incomodo hacía varios días pero se lo atribuía al peso extra, las noches de desvelo que le daba su bebe con sus patadas y movimientos, a veces se mofaba de Deidara por lo  hiperactivo que eran ambos. Pero hoy no era cansancio, presión o agotamiento, ni si quiera una falsa alarma, era la ansiada y aterradora hora de traer a su segundo hijo al mundo.

 

- cálmense... estoy bien. - logro articularlo al irse el dolor que le recorrió inclemente el cuerpo -

- ¡¿cómo nos calmamos si estas parado en un charco de liquido amniótico?!, el bebe ya viene y Dei - chan no está en la casa.

- pero están ustedes - tomo a Sai de la mano fuertemente - por favor ve a la casa y avísale a tu abuela y a Sasuke.

- ¿y qué hago yo? - Gaara pregunto seriamente -

- tráeme el teléfono para llamar a Tsunade.

- ¿y Dei - chan?, no lo vas a llamar.

-cuando estemos en la clínica, no quiero angustiarlo demás, falta un buen tiempo para que tu hermano nazca. - llevo sus manos al bajo vientre, la incomodidad en el lugar no disminuía - dense prisa.

 

Sai salió rápidamente rumbo a la casa de su abuela Mikoto , al tiempo que Gaara se movía a la sala buscando el teléfono inalámbrico que Itachi necesitaba. Mientras ambos jóvenes se apresuraban, el mayor de los Uchiha se tomo su tiempo para cambiarse la ropa húmeda en su habitación, también dejo a la vista sobre la cama matrimonial el bolso con sus cosas personales y las del bebe, entre tantas emociones recordó su primer parto, lo distinto y terrible que había sido, el miedo aterrador que lo inundo por casi dos días continuos.

 

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Era un jovencito inexperto, sin nadie que le diera luces de lo que le pasaba, una madrugada despertó con  un incomodo dolor en su baja espalda, no supo si por miedo o por desconocimiento pero lo oculto de su madre y principalmente de su propio padre, paso todo el día encerrado en su habitación. Itachi tenía terminantemente prohibido andar por la casa, pero igual salía un poco a la sala o la cocina en horas que Sasuke estuviese durmiendo su siesta o de noche, no le gustaba ver a su pequeño hermano encariñado con el bebe, además, Fugaku lo reprendía cada vez que se acercaba a él, pero ese día su madre Mikoto trato de averiguar qué sucedía, Itachi no había salido para nada, su hijo estaba ya alejada de ella gracias a Fugaku y por ello descubrió muy tarde el avanzado estado de Itachi.

 

El día finalizaba cuando Mikoto se atrevió  a entrar la habitación buscando que Itachi comiera, los platos del desayuno y almuerzo seguían intactos sobre una pequeña mesita fuera de la habitación. Intrigada y preocupada llamo varias veces a la puerta para entrar pero no tuvo respuestas, algo dentro de ella le pedía a gritos verlo, y así lo hizo. Sus ojos no dieron crédito a lo que encontró, su pobre hijo estaba de rodillas en la cama, con su frente pegada a la pared, bañado en sudor y jadeando como un perro  en un día caluroso.

 

- ¡itachi! - asustada logro llegar a su lado, para su desgracia era evidente que estaba en labor -

- mamá... duele. - logro atajar su mano entre la de el - me duele mucho.

- hijo... cálmate, respira profundo y contéstame, ¡¿por qué no avisaste?! - trato de hacerlo acostarse pero Itachi no se movió un milímetro de lugar -

- ¡se lo llevara!... si nace me lo quitara. - al fin levanto su rostro lleno de dolor y bañado en lagrimas - no puede nacer... aun no.

- mi vida. - fue como si le arrancaran el corazón, la impotencia le quemaba las entrañas, ella más que nadie sabía de la felicidad que representa dar a luz un hijo, pero Itachi no podría, no tenía el derecho de tomarlo en sus brazos y amarlo como se merecía - vamos recuéstate.

- no... no llames a mi padre. - se movió un poco abrazando a su madre -

- no tiene que llamarme, ya estoy aquí.   

 

Tanto Itachi como Mikoto quedaron paralizados, en la entrada de la habitación estaba el hombre más frio y despiadado que conocían, a su lado había una figura menuda, gorda, de edad avanzada con su rostro arrugado y cabellos grisáceos, era un ser frio, tanto o más que Fugaku.

 

- ¿es él? - la vieja mujer no se inmuto para nada al ver a Itachi en la cama -

- así es.

- ¿quién es ella? - Mikoto se aferro más aun a su hijo -

- la partera, atenderá al problema de Itachi.

- es... ¡es mi hijo no un problema! - le grito como pudo, el dolor lo estaba matando, el agotamiento y las casi 24 horas en labor -

- Mikoto sal de aquí.

- déjame estar con él, me necesita Fugaku, está sufriendo y asustado. - miro a su esposo con una liga de temor y suplica -

- tu lugar ahora es allí afuera, Sasuke despertó y esta llamándote.

 

Al final no pudo quedarse con él, se separo de Itachi llorando descontrolada, era como si la torturaran poco a poco, pero debía aguantar, por el mismo Itachi, ahora es que le necesitaría.

 

De allí en adelante fue una pesadilla, la vieja partera lo trato como un pedazo de carne que no merecía respeto, sus tratos, métodos y ética resultaban nulos y ortodoxos. En esas horas comprendió que ese día era el indicado, que Fugaku hubiese hecho lo mismo con o sin él entrar en parto, la matrona le repitió varias veces que ella le induciría el parto, que corrió con suerte al adelantársele a su llegada porque le facilito su trabajo.

 

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Volvió a respirar profundamente, esos recuerdos le atragantaban la garganta con lagrimas, recordar el dolor no era bueno en esos instantes, era tiempo de paz, felicidad y bienvenida, sintió que cuando saliera por esa puerta ya un ciclo estaría muriendo y otro naciendo, que al tener a su bebe en brazos, culminaría sus ansiadas ganas de ejerce su labor como padre, que experimentaría muchas cosas nuevas, que sabría de desvelos y de llanto, de sonrisas y cólicos, que tendría muchos pero muchos años para aprender a criar a alguien. Con cuidado tomo el bolso de la cama, se lo hecho al hombro y limpio su cara perlada en sudor, era hora de hacer un esfuerzo más para ver el futuro.

 

- bebe, esta vez será distinto, te podre cargar apenas nazcas, alimentarte, cuidarte. No estarás solo, tendrás una familia que te proteja, un hermano mayor y un padre maravilloso. - sonrió suavemente con la mirada en su vientre –

 

 

Continuara…

 

 

 

Kiiiaaaaaaaaaaaa…. Ya viene el final!!, creo señoritas y no tan señoritas que serán solo 2 capítulos y ya, solo dos para culminar este fic que tantas cosas buenas me trajo, lo disfrute muchísimo. Volviendo al tema, ya cerre el pasado completo de Itachi con ese recuerdo, solo nos queda disfrutar del nacimiento del bebe, pido sugerencias sobre nombres, tanto de niña como de niño, aun no me decido ji ji ji, lanzare una moneda cuando dé a luz XD, cara niña, cruz niño, bueno, me despido por ahora y en unos días subo el de No. 6, nos quedaremos aun con ese que ahora es que da para rato, byeeeee… mata nee!!

 

 

Próximo Capitulo:

Con el nuevo día


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