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Contra la corriente por RAMSIN

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Bienvenidos, este es mi primer fic de Naruto, algo tarde no, pero bueno, por algún lado se comienza esto, espero lo disfruten, el fic es un Sasu x Naru( típico pero me encanta ), también otras parejas que saldrán a su debido tiempo y no quiero dar mucho spoiler XD. Mundo alterno, mpreg ( al que no sepa que es, largo, no quiero quejas después) Yaoi como todos mis amados fics, y nada más que decir, esto será algo de romance, humor, amor y angustia. Ah… Naruto no me pertenece, es de Kishimoto – sama, espero no se enfade por todo lo que le hare a Naruto y Sasuke je je je.


 


 


Contra la corriente


Capítulo 45


Al modo Uchiha


I parte


 


 


Despertó gracias a la presión que hubo  alrededor de su cuerpo, se estiro como pudo en la cama pero su intento fue frustrado por un compendio de papeles que parecían estarlo aprisionando totalmente, abrió los ojos y al fin descubrió lo que le ataba, eran un sin fin de coloridas cadenetas de papel, parecía como si hubiesen hecho una fiesta sobre su cama la noche anterior sin su consentimiento.


 


- Naruto. - Sasuke mascullo restregando su cara con ambas manos, en alguna parte de este raro despertar debía estar inmiscuido su amante -


- ¡papi! - la vocecita de alguien le saco de su somnolencia rápidamente - ¡papi!


- ¿Miko - chan? - se sentó dificultosamente rompiendo algunas de las cadenetas que lo ataban -


- ¡¡wwwuuuuaaaa!! - la niña de unos 5 años se soltó en llanto al ver lo que hacía su padre -


- no llores. - alzo a la pequeña entre sus brazos tratando de calmarla -


- ¡rompiste... mi regalo! - jipaba una y otra vez sin detenerse -


- ¿regalo?


- sí, estaba haciéndole el regalo a mami. - soltó un lindo puchero igual a los de Naruto -


- pero - arqueo una ceja intrigado, había aprendido con los años que su hija era tan impredecible como Naruto - ¿qué regalo?


- tu... tu eres el regalo de mi mami - le miro con ojitos llorosos y sus mejillas sonrojadas.-


 


Sasuke quedo de piedra, finalmente medio comprendió que ese montón de papel que lo envolvía lo había hecho su ingeniosa hija. Temió preguntar de donde vino su idea, sospechaba la autoría pero valía la pena intentar tener respuesta.


 


- Miko - chan, ¿porque me escogiste como el regalo de mamá?


- tío Sai dijo que mami estaría feliz de tenerte envuelto como regalo con solo  un lazo y en la cama - sonrió inocentemente -


- Sai... ¡¡date por muerto!! - bajo a Mikoto de sus brazos y salió de la cama como alma que lleva el diablo, su pura e inocente hija había tomado literalmente el mal sano comentario de su tío -


 


Ese día era el cumpleaños de Naruto, desde la mañana había mucho movimiento y Sasuke ni enterado ya que había llegado tarde la noche anterior gracias a su ultimo año en la universidad, al mismo tiempo estaba inmerso en el mundo de la policía, Itachi le había recomendado para empezar a trabajar a tiempo completo apenas tuviese su titulo en mano. Naruto también continúo sus estudios ayudado por su querido sensei Iruka y estaba próximo a graduarse.


 


El tiempo no había cambiado las extrañas maneras de ser en esa familia, habían pasado 5 años desde el nacimiento de Mikoto y 4 desde la llegada de Aiko, las dos niñas prácticamente se criaban como hermanas, con un parecido físico envidiable, mas no de carácter, Mikoto resulto una copia al calco de su madre, escandalosa, hiperactiva, alegre y dulce, sin olvidar que tenia ciertos aires de Sasuke cuando se enfadaba y también su mirada marca "Uchiha". Aiko por otro lado era más seria, tímida y muy disciplinada para su corta edad, Sai siempre se divertía diciendo que su hermanita era 99% Itachi y 1% Deidara, totalmente comprobable al ver el color azul cielo de los ojos de Aiko.


 


Este par de niñas habían traído felicidad al hogar y estabilidad,  todo tenía un rumbo estable hasta ese 10 de octubre. los cumpleaños se celebraban en casa, con la abuela Mikoto preparando un gran pastel, sin embargo el alboroto de esa mañana radiante de sábado era gracias a los preparativos de Sai, haría su primera exposición en la recién inaugurada escuela de artes que habían creado él y Gaara, era un acontecimiento importante porque marcaba la culminación de su carrera y el comienzo de su vida profesional, la pareja decidió montar su propio estudio de artes, una pequeña escuela para todo aquel que quisiera aprender pintura o artes plásticas.


 


- ¡Sai! - Sasuke bajo las escaleras con pies de plomo, llamándolo sin pensar en nada más -


- ¿Sasuke? - su madre lo detuvo apenas lo vio -  ¿qué sucede?


- ¿dónde está Sai?


- sabes que está en la galería dando los últimos detalles para la inauguración, ¿Naruto no te dijo que era hoy?


- si me menciono algo - suspiro meditativo, últimamente los estudios le tenían fuera del entorno familiar -


-¿no has visto a Naruto? - una sonrisa picara adorno el rostro de su madre -


- no estaba en la habitación...


-¡abuelita! - la pequeña Miko - chan interrumpió la conversación de su padre - ¡desayuno abuelita! quiero desayuno.


- ya está listo. - atajo entre sus brazos a la niña -


- ¿donde se metió Naruto? - al fin cayó en cuenta de su ausencia -


- salió temprano, debe estar por regresar, tenemos que estar en la galería a las 11


- siento que estuve dormido por una semana entera, ¡no comprendo el ritmo que llevan todos hoy!


 


así rezongo Sasuke, volvió al piso superior para darse un baño y comer, mientras buscaba la ropa noto que Naruto había dejado hecho un desastre el baño, ropa de dormir, su toalla mojada sobre el lavabo, parecía una guerra campal allí dentro.


 


- debe estar realmente enfadado... hemos compartido poco tiempo en más de un mes. - susurro fríamente mientras abría el grifo del agua caliente para llenar la tina - 


 


Estaba seguro que Naruto debía tenerle coraje, esas semanas casi ni se veían, entre sus estudios y otro cumulo de obligaciones su cercanía se expandió, unas pocas horas en la madrugada o ninguna. Metió de lleno su cuerpo en aquella agua caliente, hasta su cabeza sumergió totalmente como buscando escapar de los pensamientos pesimistas que lo perseguían esa mañana. Salió del baño mas repuesto, saco su ropa y por último registro su bolso de la universidad sacando una pequeña caja de madera.


 


- ya será esta noche o mañana... - dio un hondo suspiro devolviéndola al bolso - 


 


Lo que contenía la caja era la tan ansiada petición de matrimonio, había ahorrado un año entero para comprarle a Naruto un magnifico anillo de compromiso, pensaba dárselo ese día pero con lo de la inauguración de la galería de su sobrino, quedaba de muy mal gusto opacar un acto con otro.


 


 - un día mas no cambiara nada.


 


Faltaba menos de una hora para la inauguración y aun estaban en casa Mikoto, Sasuke y la peque Miko-chan, esperando la llegada de Naruto, no había regresado de donde sea que fue, causando que Sasuke comenzara a pensar que era un acto de malcriadez por no celebrar su cumpleaños.


 


- no responde al celular - el moreno guardo el aparato dejando de insistir en localizarlo - ¿cómo se le ocurre una rabieta justo hoy?


- no lo juzgues así hijo, Naruto no ha tenido una semana fácil con tus faltas.


- lo sé mamá, pero que actué como un adulto y responda mis mensajes.


 


La tensa calma fue interrumpida por los llamados de la niña junto a la puerta, sabía que la única persona que faltaba por entrar a la casa era su madre.


 


- ¡mami! - Miko chan fue la primera que sintió cuando el rubio llego -


- mi vida - apenas entro sintió los bracitos de su hija rodeándole la cintura tan fuerte como podía -


- ¿dónde diablos estabas metido? - Sasuke intento encararlo pero el rubio le dio una mirada incomoda y desapareció escaleras arriba - ¡Naruto contéstame!


- déjalo. - su madre le acaricio el hombro para detenerlo -   


- malcriado, ¿qué manera de actuar es esa?


 


Al final Naruto parecía enfadado y no le dirigió la palabra a su compañero, solo le lanzaba miradas de disgusto o simples pucheros de inconformidad. Estaba totalmente descartada la entrega del anillo ese día, los egos de ambos chocaban al punto que no disfrutarían una proposición de matrimonio así.


 


Un Sasuke resignado se trago todas las cosas que quería decirle a Naruto para ir a la inauguración. lograron llegar justo a tiempo, el local donde les dejo el taxi constaba de dos plantas amplias, una entrada alta con un pasillo central que daba vista desde el segundo piso, justo allí colocaron una pequeña exposición y un podio para hablarle a los invitados, el lugar lucia sumamente lleno, gente curiosa, futuros estudiantes, amigos de los dueños y familiares. Entre el tumulto de personas Gaara intentaba localizar a su novio, Sai estaba prácticamente desaparecido de su vista por un buen rato, y no era para menos por la asistencia del público presente.


 


- ¡Gaara! - Kankuro logro atrapar su brazo entre los invitados -


- ¿no has visto a Sai? - pregunto algo nervioso -


- hace como media hora, estaba con su madre.


- esto sobrepaso mis expectativas hermano. - llevo su mano al cuello de la camisa como queriendo buscar aire -


- no te atormentes tanto, tendrán una gran inauguración y... - llevo su mano al bolsillo de su chaqueta gris - ¿cuándo te lo entrego?


- todavía no, guárdalo bien. - sonrió un tanto avergonzado, su hermano mayor era el artífice de un loco plan para el final de la velada -


- ¡mi pequeño Gaara se ha vuelto todo un hombre! - sujeto bruscamente del cuello al pelirrojo en un abrazo mortal -


- Kan...Kankuro suéltame ya.


- mamá estaría orgullosa de ti hoy, y papá también. - suspiro melancólico - serán felices, y ya Temari me dijo que quiere  mínimo 3 sobrinos. - codeo las costillas de su hermano con suavidad -


- como diablos Temari sabe que hare...


- eh... hace una semana más o menos se me olvido el anillo en el mesón de la cocina y lo vio - agacho su cabeza avergonzado por el descuido -


- no importa, ya hoy todos sabrán de mis deseos para con Sai.


 


Gaara había descubierto un mundo nuevo con el moreno, prácticamente su arte los unió, aquel collar con el kanji amor escrito dentro fue su carta de presentación, de allí en adelante solo fue un ir y venir de sentimientos nuevos, desechando los imposibles y plantando sus pies en la tierra de un Uchiha, la relación con Sai era extraordinaria, su empatía y gustos les trazaron prácticamente un mismo destino, ambos graduados en artes, Sai se especializo en enseñar y Gaara en realizar, una complementación ideal a la hora de inaugurar su pequeño taller, galería y escuela, todo a la vez, soñando tan alto como solo ellos podían desear. La buena posición económica de Gaara les facilito la realización del sueño, pero no el mantenimiento del mismo, de aquí en adelante debía trabajar duro para surgir y mantener sus ideales artísticos.


 


- ¡Sai! - al fin Gaara logro localizar a su novio en el lugar -


- ¿qué sucede? - sonrió divertido ante la evidente angustia del pelirrojo -


- es hora de presentar  el lugar.


- déjame culminar algo y te sigo. - sin prisas dejo en brazos de Itachi a su pequeña hermana, Aiko era muy apegada a él -


- lo harán bien. - Itachi lo miro melancólico -


 


Su melancolía era también orgullo del camino trazado por su hijo, de sentir su prosperidad y metas como propias de él, que a pesar de un pasado doloroso nacieron cosas buenas, Itachi nunca pudo aconsejarlo, acunarlo en la infancia temprana que es la que nos esculpe como seres humanos, pero con todo eso Sai resulto más de lo que un padre puede pedir y esperar de su hijo.


 


- tu padre estaría orgulloso de ti - acaricio el hombro del moreno con ternura -


- lo sé mamá. - no era mera emoción, Itachi solo nombraba al fallecido Minato cuando había una ocasión sumamente importante - 


- Sai - nii... suerte - la pequeña Aiko le susurro  extendiendo su manito modestamente  al verlo alejarse -


- se ira del nido antes de lo que imaginas - el susurro repentino de Deidara sobre su oído izquierdo tomo desprevenido al mayor de los Uchiha -


- Aiko aun esta en nuestro nido. - sintió los brazos cálidos de su esposo rodeándole la cintura -


- es verdad... pero tendrás que afrontar un reto aun mayor Itachi.


- ¿cuál?


- que dentro de menos tiempo del que imaginas te llamaran abuela. - una risa malévola se apodero del rubio -


- sobre mi cadáver y el de Gaara...


- ¿no quieres nietos?


- quiero primero un matrimonio y estabilidad, después podrán hacer los que les dé la gana.


- van rumbo a eso ciertamente...


- y a ti te dirán abuelito Dei - chan... - sonrió de medio lado al ver la expresión que puso el nombrado -


- ¡no lo permitiré! soy muy joven y sexy para ser llamado "abuelito"


- está bien, abuelito sexy. - beso los labios de Deidara con suavidad -


- ¿abuelito? - Aiko le señalo seriamente con su dedito extendido, parecía tener un tono dudoso en su vocecita -


- ¡papá!, ¡es papá no abuelito!


- abuelito - afirmo con firmeza en la típica expresión Uchiha -


- ¡vez lo que causas Itachi!


 


Quien los viera discutir pensaría que no se llevaban bien, realmente en el fondo de ellos las peleas eran una pizca de sazón a su vida matrimonial, Deidara siempre llevaba la paciencia de Itachi a límites insospechados, nunca con mala intención pero siempre pensando que la reconciliación es el picante necesario de sus vidas. Se habían adaptado al matrimonio como anillo al dedo, estar en el mismo trabajo ayudaba y con su madre cuidando de Aiko y Miko - chan, siempre tenían tiempo para alguna escapada, con sinceridad Itachi al fin estaba viviendo su vida al máximo de lo posible y sin detenerse, el amor de Deidara daba para eso y muchas cosas más.


 


Mientras Itachi y Deidara seguían en la discusión, Sasuke se les apareció repentinamente, lucia sumamente enojado, con el seño fruncido y de paso solo, ya que Naruto se llevo a Mikoto con él y a su madre, abandono total fue la única palabra  que encontraba para ese acto, el parecía llevar una especie de estigma esa mañana de sábado salida de control.


 


- Itachi. - se planto frente a su hermano que parecía estar coqueteando desentendidamente con el rubio -


- buenos día Sasuke.


- necesito hablar contigo. - no espero la respuesta de Itachi, tan solo lo tomo del brazo y lo alejo rumbo a una esquina de la galería, quería privacidad pero el sitio parecía lleno al límite -


- ¿qué sucede? - se armo de paciencia para escuchar las evidentes quejas de Sasuke -


- ¿qué diablos le pasa a Naruto?, ¡tú debes saber porque ni me habla!


- no voy a intervenir en una pelea marital...


- exactamente ese es el punto, no he peleado con él para que me haga la ley del hielo y quiera asesinarme con la vista.


- algo habrás hecho o no hecho Sasuke. - se cruzo de brazos dando un hondo suspiro -


- demonios... odio tus medias respuestas para discutir un tema, quiero saber si él ha hablado contigo estos días, no sé, algo que lo molestara.


- ¿además de tus faltas y llegadas tarde a la casa?


- entonces si sabes porque está molesto. - se quejo entre dientes, Itachi resultaba un acertijo a veces -


- Sasuke, respira profundo, cálmate y piensa en los detalles, eso bastara para entender la actitud de Naruto.


- ¿detalles?, él es quien debería entender que me he partido la espalda estudiando y trabajando para ofrecerle lo mejor, hasta tu sabes que ahorre meses para comprarle un anillo y poder casarnos, ¡temo que hasta Sai se case primero que yo!


- a Naruto no le interesa un anillo lujoso, eso puedo asegurártelo Sasuke.


- pues ya lo compre y se lo iba a dar hoy...


- te repito hermanito - poso su dedo índice en la frente de Sasuke - ve los detalles.


 


Si ya estaba enfadado, pues ahora tenía un monstruoso grado de frustración aguda, Itachi no le dijo nada nuevo y Naruto seguía escapando de él como si tuviese lepra o algo peor. Su rabia no le dejo entender el suceso a su alrededor, ya la música de fondo había cesado y Gaara había tomado la palabra sobre el podio en el centro del salón.


 


- buenos días a todos los presentes, estamos gratamente complacidos con su visita a este lugar, el sitio que recoge mis sueños y los sueños de mi compañero...


 


Sin pena alguna tomo la mano de Sai que estaba a pocos metros de él y lo jalo al centro del podio, sus mejillas blancas se tiñeron de un evidente rosado intenso, Gaara le había sacado de su lugar inesperadamente, el no iba a dar el discurso, solo sería un espectador mas hasta que inaugurara su exposición en la misma galería una hora más tarde.


 


- nosotros hemos puesto el corazón y las esperanzan en este sitio, lo creamos pensando en el disfrute de los visitantes y la educación del que desee aprender algo de arte, estamos esperanzados en que nuestra idea de frutos así como lo ha hecho nuestra vida juntos. - apretó más su agarre del de Sai, diciéndole con los sentidos que lo amaba profundamente, tan profundo y difícil de explicar que solo pudo concluir su discurso con el repentino apagón de todas las luces del lugar -


 


las personas se alteraron pero una pequeña luz parpadeo repentinamente desde el techo de la sala, era una luz brillante, blanca hasta el punto de quedar cegados por ella, esa luz comenzó a descender poco a poco entre los presentes y culmino bajando al suelo, cuando estuvo iluminado el piso en un gran círculo otras dos luces se encendieron alumbrando un exótico objeto que bajo igual que la luz, era un gran aro de vidrio, traslucido y brillante como el hielo, su tamaño superaba el metro en toda su extensión, daba algunas vueltas sobre un soporte metálico diseñado especialmente para que aparentara estar flotando ingrávido. Los presentes quedaron boquiabiertos ante la belleza de esa escultura, hasta el mismo Sai le tomo por sorpresa ese acto de "magia" casi circense.


 


- ¿eso era lo que tanto trabajabas a escondidas en el taller? - le susurro con curiosidad ya que varias veces Gaara le prohibió bajar a ese sitio con excusas absurdas -


- perdóname esas mentiras Sai, eran por una buena razón. - le tomo nuevamente de la mano y lo jalo al centro de la luz donde estaba el anillo de vidrio - lee el interior del anillo.


- ¿leerlo? - asomo su cabeza casi dentro de la circunferencia del aro, sin dificultad alguna vio un grabado impresionante que se extendía una y otra vez hasta darle la vuelta al mismo internamente - dice... aceptas compartir tu amor, tiempo, creatividad y vida... junto a... mi


 


Sus ojos se abrieron como platos, las luces cambiaron súbitamente de intensidad trayendo al fin un poco de luz al salón, los invitados pudieron ver al pelirrojo repentinamente arrodillado ante Sai, sacando una pequeña cajita de vidrio con algo dentro, un anillo idéntico al de la escultura, por supuesto que de proporciones mucho más pequeñas.


 


- Sai ¿aceptas casarte conmigo? - dejo el anillo expuesto ante sus ojos, nervioso al límite por las locuras del corazón -


- es impresionante... - las negras orbes de Sai pasaban una tras otra de la escultura al anillo, comparando su igualdad casi imposible, se notaba que Gaara puso todo su amor y profesionalismo en aquellos objetos - acepto.


 


Las ovaciones no se hicieron esperar, el publico tuvo más de lo que esperaban ver en la galería, la pareja culmino su acto con un cálido abrazo, fundiéndose en un solo ser por un instante, olvidando el resto del mundo para amarse a su modo.


 


- ¡te lo dije! - ese comentario venia de Sasuke directamente, miro a su hermano con frustración, hasta Sai se casaría primero que él -


- no te enfades tanto Sasuke, mejor ocúpate de el...


 


El nombrado siguió con la mirada hacia donde lo hacia Itachi, logrando cruzarla fugazmente con la de su rubio amante. Naruto estaba quieto, mirándolo con un aire ya no de coraje, ahora era ¿decepción?, era una mirada esquiva, triste y dolida.


 


Mientras Gaara y Sai celebraban su nuevo compromiso con familiares y amigos, Sasuke se envalentono a perseguir al rubio, se abrió paso dificultosamente entre el cumulo de personas que los separaban, persiguiendo una fugaz sombra amarilla que lo repelió hasta los baños de hombres, Naruto entro sin notar que Sasuke logro su cometido de acorralarlo, pasando serio y seguro de sus intenciones.


 


- deja de huir. - se planto delante de la única salida disponible -


- lárgate. - mantuvo una distancia considerable de su amante -


- ¿qué te sucede?


- nada, no sucede nada Sasuke. - su vista recorrió el amplio y bien iluminado baño, un largo espejo de pared a pared lo hacía lucir más grande aun pero sin otra salida-


- claro que sucede algo, tú no estás tan loco como para rechazarme tan testarudamente desde esta mañana... y ni si quiera sé donde estuviste metido.


- no te interesa, lo que deberías hacer ahora es ir a felicitar a Itachi... tu sobrino se casara.


- y también deberías ir tu, es tu hermano. - trato de atajarle la insinuación con malicia -


- sal de aquí, voy a usar el baño.


- tienes más de 4 cubículos. - atino a señalarlos con su dedo extendido -  usa cualquiera.


- eres... eres un idiota, tonto, imbécil, mal genio y cascarrabias...


 


Naruto le grito con todo el coraje a flor de piel, lucia agitado y si pudiese le lanzaría un puñetazo a Sasuke, con mucha dificultad se controlaba limitándose a solo gritos, pero el menor de los Uchiha no estaba con ánimos de seguir siendo insultado, rápidamente se abalanzo sobre Naruto, arrinconándolo contra la larga superficie de mármol gris oscuro donde había una hilera de 4 lavabos.


 


- ¿qué diablos pretendes?... ¡suéltame Sasuke! - se retorció una y otra vez en los brazos del nombrado -


- calmarte, ¡eso pretendo! - mientras una de sus manos rodeo la cintura del rubio, la otra se posesiono totalmente de su cuello, moviéndose tras su nuca en un claro intento de inmovilizar su cabeza -


- Sasuke eres un mal.... - no hubo más gritos de protesta, su boca fue acallada con la del moreno, un robo de beso descarado y tosco comenzó a complicar las cosas -


 


hacía ya muchos días que pasaron desde la última vez que un beso lo detuviera, entre las evidentes sensaciones intento recordar cuando Sasuke le beso así de pasional, le dolía en el alma su alejamiento, comprendía sin embargo que era por razones justas, su carrera ayudaría a ambos a mejorar económicamente, Sasuke necesitaba su espacio, pero lo que no perdonaba esta vez fue la falta de detalles para con él, se sentía pintado en la pared, ignorado a un punto increíble, ya ni sexo había entre ellos.


 


- te amo Naruto. - hablo entrecortado, tratando de devolver el aire a sus pulmones luego de ese beso fogoso -


- muy tarde... para recordármelo. - se sentía prisionero de sus propias rabias, su cuerpo deseaba soltar todo pero su mente se negaba a dejarse llevar -


- lamento todo el tiempo que he perdido lejos de ti  y Miko - chan.


- mentiroso.


- ¡no soy mentiroso! - en un arrebato de pasión deslizo su mano por el cuello de Naruto bajando maliciosamente hasta los botones de su camisa azul oscuro, se detuvo allí acariciando por encima de la prenda su pecho, con movimientos suaves, rozando los pezones del rubio una y otra vez - quiero liberarte de tu stres.


 


Ese susurro al oído del Uzumaki lo erizo completamente, sintió el cálido aliento delineando su oreja, sus labios atraparon la suave piel, mordisqueándola, deslizando su lengua por aquellos surcos hasta que bajo rumbo al cuello, besando una y otra vez, mordiendo su hombro y succionando descaradamente en la clavícula hasta obtener una bella marca rojo brillante que se volvería un evidente moretón después.


 


- es...estamos en los baños Sa..suke.


- pase el seguro, y todo el mundo está pendiente de celebrar con los futuros "casados". - sin piedad bajo sus manos hasta la cintura de Naruto y desabrocho sus pantalones con una facilidad magistral - será rápido.


- no... Sasuke no debería hacer esto aquí, así... - sus mejillas lucían rojo pasión, ahogando los gemidos nacidos en su garganta gracias a las manos de Sasuke ya masajeando su creciente erección -


- ssshhh.... solo déjate llenar de mi amor. - beso una y otra vez la base del cuello, estaba ahora tras Naruto, necesitaba ver su reflejo en el espejo -


 


fue más que morboso, era una fantasía sexual  satisfecha, su compañero delante de él, sudoroso, gimiendo impúdicamente para él, mirando como su miembro latía y crecía gracias a sus mimos, surcando con ambas manos esa extremidad, besando y lamiendo su espalda medio desnuda, pero eso no le basto a Sasuke, quería un grado más de perversión. Sin pena alguna dejo de acariciar a Naruto para desabrochar sus propios pantalones, ya libre volvió su atención a las manos de Naruto, sujeto sus muñecas dirigiéndolas a su propio miembro.


 


- quiero que te toques... - sonrió con una seducción marca Uchiha -


- pero yo... - si estaba colorado, ahora ardía rojo pasión -


- solo hazlo, quiero verte llegar mientras seguimos jugando. - sin pena alguna llevo sus dedos a la boca de Naruto  que pasó a lubricarlos uno a uno -


 


sus respiraciones pesaron más que nunca, el sudor surcaba sus frentes como pequeñas perlas blanquecinas, sentía vergüenza pero cumplía la fantasía de Sasuke, estaba frente a ese espejo, tocándose suavemente al tiempo que los dedos del Uchiha se divertían entre sus muslos, recorriéndole en exterior hasta que un vaivén delirante comenzó, dos  dígitos entraron y salieron incontables veces de su interior, Sasuke sentía claramente como se contraía y apretaba un poco mas cada vez que acariciaba el punto del placer en su amor.


 


- Sasuke... voy a... a... - sentía hervir sus bajos, un calor conocido que lo impulsaba a seguir las caricias, acelerándolas rápidamente   en busca de su anhelado orgasmo -


- hazlo... - siguió sus caricias estratégicamente, tocando con más fuerza el punto exacto, tanto que Naruto le anuncio ruidosamente su resultado -


 


Su cuerpo se contorsiono, temblando descontrolado mientras la cálida esencia de su ser acaba derramada a sus pies y vientre, tuvo que reclinar su torso sobre el largo mesón de mármol para recuperar el aliento, había perdido la cordura entre oleadas de placer, cuando al fin pudo alzar su cabeza sintió los dedos de Sasuke siendo sustituidos por un erecto y necesitado miembro, la intromisión fue inesperada para él, aun ni había recuperado su respiración y ya estaba nuevamente a merced del placer.


 


- te amo Naruto... sería incapaz de dejarte a un lado... ¡me haces falta! - gimió bajito al terminar de penetrarlo, sintiéndose arropado por la calidez del rubio -


- lo se... por dios que lo se Sasuke. - sonrió con dificultad, el dolor de sentirse unido al moreno en esa posición no se hizo esperar -


- juntos... siempre juntos.


 


Asintió dificultosamente con su cabeza como respuesta, las estocadas de Sasuke fueron brutalmente profundas y deseosas, moviendo sus caderas al ritmo apremiante de ese desliz en los baños, recordando que podían ser descubiertos en cualquier momento. Sus manos sudorosas se aferraron a las caderas de Naruto, imprimiendo velocidad y fuerza, podía sentir como su pequeño amante gemía ruidosamente bajo el, subiendo el tono en los instantes que lograba rozar aquel punto en su interior, disfrutando de esa necesitada unión que había sido una prolongada abstinencia agónica.


 


- Sasuke... debo...


- lo se... yo también... voy a... - sus gemidos se volvieron uno cuando por fin sintieron la llegada de la pequeña muerte, ambos sacudiéndose placenteramente bajo los espasmos del cuerpo. -


 


Primero Sasuke y seguidamente Naruto, acabaron agotados, jadeando suavemente, con el corazón acelerado y viendo sus reflejos en el espejo ya empañado frente a ellos, el moreno había puesto prácticamente su barbilla sobre el hombro de Naruto, sintió que era el momento perfecto para decirle sus intenciones sentimentales, Naruto debía saber que quería pedir su mano y todo su cuerpo también.


 


- Naruto debo decirte algo importante... - fijo sus orbes negras en el reflejo del nombrado ante el espejo - quieres casart...


- estoy embarazado. - soltó rápidamente su revelación sin dejar si quiera que Sasuke culminara su petición de matrimonio, moría por darle la noticia que supo esa mañana temprano - 


 


 


Continuara...


 


ja ja ja... al final me dio para dos capítulos, me inspiro la locura del cumpleaños de Naruto, la petición de Gaara y unas cositas más que suceden aquí, millones de gracias por leer este humilde trabajo que hice con amor, el próximo capítulo sí que es el final amigas, nos leemos prontito.


 


Próximo capítulo:


Al modo Uchiha


II parte


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