Lentamente, marcadamente…aquellos labios susurraban absurdos “te quiero”, irónicamente, también eran capaces de profesar maldiciones y amenazas. Lentamente aquellas manos capacitadas para acariciar con maestría y parsimonia recorrían mi cuerpo, siendo inclusive, usadas para tirar del gatillo con la misma habilidad. Sin prisa y sin pausa nuestra actividad agitaba su corazón con locura, desbocándolo similarmente, con la adrenalina y la psicosis de huir de sus opresores.
¿Cuándo empezó todo esto? Desde siempre, parece una palabra muy grande pero es así, desde que tengo memoria te he visto a mi lado, combinando en mis recuerdos sensaciones primaverales y de pradera, en un sitio del interior que ahora veo tan irreal. Donde aun conservábamos la inocencia de llorar cuando por error, pisábamos algún insecto o la cola de un perezoso can descansando de sus labores de pastorear.
Magistralmente, vas desprendiendo mis telas con velocidad y perfección, sin forzar los hilos y botones…como si nada la hubiese retirado, como si siempre, aquellos encontrados sin ropa y tendidos en el suelo, hubiesen estado allí, esperando a ser descubiertos y llevados a su justo reposo.
Aspiro tu olor, ese peculiar olor de esencia múltiple, corrompido por tantos líquidos vitales combinados. Con un deje exótico de pólvora y cigarrillo.
El pasar de los años y las personas nos han cambiado...Las épocas, los lugares, todo influye a la larga; sea por bien o por mal….aunque a veces no logramos discernirlo. Aun creo que cometiste un error al irte y dejarte cambiar por alguien igual a ti pero con sus sentimientos en una caja que aun no logro encontrar, sin embargo eso no es freno para continuar siguiéndote como perro faldero ligado a un amo que lo maltrata. Qué patético.
Broto lágrimas de dolor, ligado al tortuoso placer, así como tantas veces los viste llorar sin satisfacción alguna causante, a tus victimas; sólo con amargura, a aquellos que hoy no pueden constatar los hechos, ni sus palabras….ni las tuyas. Sonidos, gritos, incurren en esta ocasión; aunque claramente se que en otras oportunidades fueron consecuencia de desasosiego y desesperación. Me inundo con tu ser, tus manos son manchadas con la mía.
Espesos líquidos similares en consistencia, diferentes en color y tonalidad, a veces mezclados entre sí…reposando en tus palmas, observados con el mismo desdén, siendo recogidos por tu experimentada lengua. Nuestras prendas vuelven a nosotros, simulas que nada pasó, cubriendo los rasguños y marcas, seguramente aquello que llaman “culpa” no es algo que realmente poseas. Sonríes indefiniblemente, sigo tu gesto con uno igual, aun en mis pensamientos “la conciencia es sólo otra manera de llamar a la cobardía” te escuché decir una vez.
Rio por lo bajo, “cobarde” es algo que nunca llegarás a ser. Veo tu espalda enchaquetada alejarse por la puerta de siempre, elevando un seco “adiós” al aire.
Así como sentenciaste varios “Hasta nunca” y cegabas tu vida propia por medio de los demás. Así mismo sentencias mi vida con un “adiós” de recuerdo y regalo. La idea de cobardía recae en mí….sonrío con nostalgia y dejo escapar un claro y audible
“Hasta nunca….temerario”
Detienes tu paso sereno, volteas hacia mí y regresas adentrándote a la habitación, con la mano derecha entre el cinturón y la funda. De nueva cuenta, y como hace tiempo no hacía, sonrío de nuevo, me devuelves el gesto con una aparente sinceridad. Veo tu mano elevándose y estirándose en mi dirección, como queriendo alcanzarme. Dejas caer tu brazo izquierdo y elevas el otro, sosteniendo aquel objeto metálico brillante del que tanto uso haces.
¿Razones?....debería de haber alguna, pero graciosamente hay varias y todas son válidas para ti. Miedo, mantener la seguridad, evitar traición, desahogarse, simple gusto…cualquiera seria perfecta excusa para mantenerme lejos de ti. O tal vez, sea como dicen, como leí en un libro hace años “la única manera de lastimar a alguien es siendo cercanos” supongo que hay tengo mi respuesta a mi personal pregunta…nunca hubo nadie cercano para poder lastimarte si quisiera, y aun ahora tratas de mantener ese estatus.
Hace tiempo, un tiempo lejano que ahora no recuerdo bien cuando toda esta odisea empezó me dijiste “solo si estás dispuesto a morir, estas capacitado para matar, y un muerto no siente….soy un muerto andante” me siento sonreír ante el recuerdo, aunque no se bien si mis facciones lo exteriorizan, siendo claros, me encariñé con un muerto.
Mi cuerpo no reacciona, realmente no me interesa que lo haga….las lágrimas brotan solas ¿Felicidad? ¿Tristeza? No tengo idea…quizás un poco de ambas. Esa sonrisa se torna amable y cálida, antes de ser presionado el detonante de mi plateado verdugo, susurras con cínico gozo y ternura
“Hasta nunca…..osado”
….el desgano entorpece, desequilibra los sentidos, lo suficiente para creer ver como lágrimas caen de tus inexpresivos ojos…..que cruel alucinación. El dedo aprieta sin vacilación el gatillo…