Estaba de mal humor como de costumbre, y más porque en el cielo se estaban acumulando numerosas nubes, lo que para su desgracia presagiaba una tormenta. A parte de eso, ese día había sido fatal, el hijo de los amos, que rara mente se paseaba por el jardín trasero, había ido a despertarlo con un pisotón en su cola. Como era de esperarse, el pobre azabache se levantó rápidamente y sin saber quien le había herido lanzó una mordida en su defensa.
Un fuerte golpe le había lastimado su oreja izquierda. El ama y señora de la casa, la señora de matsume lo había visto intentar morder al amo menor y le lanzó un rastrillo para el jardín. Ahora se encontraba herido, atado de por vida a un cable guía en el patio trasero de una casa.
¿Qué había hecho para mecer esta vida?, era la pregunta que daba vueltas en su cabeza día tras día. Su madre fue una linda labrador negra y su padre un husky siberiano tan o más suave que su madre, ambos padres eran de raza pura, pero para su desgracia de diferentes especies, nadie pagaría por una cruza, fue lo que sentenció el amo de su madre y sin tentarse el corazón fue lanzado a la calle.
Anduvo días enteros por calles a veces pobladas a veces sin ningún alma. Un día un auto móvil le aplasto su pata delantera, el dolor era tremendo, la sangre no se detenía, el hambre de días, hacía sentir su estomago como si dentro hubiese ríos de lava ardiendo y aunado a las pocas horas de sueño debido a las fuertes corrientes de aire, se desmayó.
Mientras estaba inconsciente, a causa del accidente… solo le pedía a dios que se lo llevara, el no deseaba sufrir más en este frio y cruel mundo donde los humanos te tiran a la calle sin tentarse ese tal vez inexistente corazón.
Cuando no sintió más el frio del ambiente, pensó que había muerto, intentó levantarse pero lo único que pudo fue abrir sus ojos, delante de él había un cachorro humano de unos 4 años quizás, además de dos adultos, uno macho y el otro hembra, hablaban tal vez gritaban pero él estaba tan débil que solo escuchaba murmullos.
No podemos quedárnoslo- expresó disgustado el mayor de los adultos.
Pero lo atropelle además no podía dejarlo frente a la entrada de la casa- se excusó la mujer.
Pues entiende se irá a la calle en cuanto sane- dijo el hombre y salió.
Hoy hacía ya 4 largos meses desde aquel día. Desde entonces había sido amarrado en el jardín trasero, no era la mejor vida pero por su experiencia, podía decir que era un paraíso a diferencia de las calles.
Para acabar de arruinar su vida, hoy visitaría la casa matsume la joven sakura, ella no era una matsume, ni mucho menos era tan pedante como los integrantes de dicha familia. Ella era una haruno, según había escuchado hablar por el teléfono a la ama cuando esta tendía la ropa al sol.
La chica no era tan mala, de hecho era la única que se sentaba a su lado en las tardes frescas, era la única que recordaba que él era un ser vivo y por eso se encargaba de rellenar su recipiente del agua, también era la única que recordaba que él no era de plástico y por lo mismo necesitaba comer. En dos ocasiones especiales lo llevó a pasear y a conocer a un tal iruka sensei que era maestro de la chica en la universidad.
Aun recordaba como en uno de los arranques de rabia del señor matsune, quería mandarlo a la calle porque ya no tenía para darle de comer, pero la señorita sakura fue la única que lo impidió abogando que ella se encargaría de ahora en delante de mantenerlo.
Se sentó a un lado de la casa que esa chica le había comprado, menos mal porque antes solo dormía en el pasto. Esperando que pronto el dolor y el ardor de su oreja pasaran. De haber sido otra parte del cuerpo la habría lamido pero como era su oreja tenía que estar ahí soportando el dolor sin hacer nada.
Después de unos minutos, llegó la chica, lo supo porque conocía los sonidos que emitían los humanos cuando se referían a él…
Sakura chan cuando entenderás que ese perro debe irse a la calle- dijo el señor Matsume.
Tío, tiene nombre se llama Sharingan, y ya te dije que mientras te pague alquiler de tu patio y su manutención no podrás echarlo a la calle- dijo sonriendo la chica.
Pero ¿no podrías llevarlo a tu casa?- dijo ya fastidiado pero resignado el mayor.
No, mi madre es alérgica lo sabes- bajó la cabeza la menor.
Entendido pero no voy a negar que esperare el día en que ese animal se vaya de aquí- dijo el adulto y después de eso entró de nuevo a la casa.
La chica se giró para ver al animal era un perro imponente a su parecer, su pelaje era negro como la noche y sus ojos igual. Sus orejas se levantaban en punta y su cola era larga como la raza de su madre. Siempre pensó que podía ser un lobo ya que sus características físicas eran demasiado similares. Ella no se sorprendía de que el perro ni se moviera de su lugar al verla. Siempre era lo mismo, al acercarse él, el animal se retiraba sin miedo, altivo como retando a quien se le pusiera enfrente. Con el tiempo el animalito ya no se iba, solo se quedaba ahí, quieto.
Como estas hoy shari-chan- preguntó la chica al perro, obvio sin esperar respuesta.
………… sniff.-el animal solo suspiro- fatal quisiera largarme de aquí.
Ooooohhh no shari—chan quien te ha herido, en un momento te curare- dijo la chica y era una suerte que estuviera estudiando medicina ya que de tal manera pudo curarlo al instante.- ya estás pequeñito.
……….- hpppphj-
Sabes sharingan quisiera saber cuántos años tienes, leí en un artículo que los años de un perro equivalen a 7 años en humanos….- expresó la chica mientras miraba al cielo y acariciaba el lomo del animal que estaba sentado aun junto a su perrera.
…………- 2 años y medio pero no deseo que los midas en la repugnante edad de los humanos.- dijo para sí mismo el canino azabache
¿Cuál será tu nombre verdadero?- pregunto al aire de nuevo la chica.
Uchija… uchija sasuke- dijo para el mismo el perro- mjjjjjj- la chica solo escucho un ahogado quejido.
De ser posible, te tendría a mi lado dándote lo mejor, pero me es imposible sharingan…. Yo no puedo…. Tengo problemas en casa y yo estoy embaraza….- mientras la chica decía palabras que el azabache animal no podía comprender finas gotas de agua rodaron por sus mejillas y el sonido de su voz se quebró.- eso es fatal para la imagen de la familia haruno, yo deshonrare a mi familia, por eso mama dijo que tenía que abortar, entiendes sharingan mataran a mi bebe antes de nacer.
El animal entendía el idioma humano muy bien y sabia que la palabra matar no tenia marcha atrás para ningún ser vivo. Algo dentro del negro perro se activo, algo que le decía que esa chica no debía estar triste, ese algo que había visto muchas veces en los perros del parque…. Afecto hacia un humano.
Dentro de él la barrera entre especies no existía, sin saber la razón por primera vez su cuerpo se movió automáticamente para alegrarla, ella se convirtió en lo que su madre le contó… su primera humana reconocida como dueña.
La húmeda y caliente lengua del perro con apariencia de husky pero negro como la noche, salió de su boca y se poso en la mejilla de la chica, la pelirosa se sorprendió porque en el tiempo que el animal había estado en la casa de su tía, nunca había tenido tal gesto con nadie. Esa era la señal que la chica había pedido a dios para saber que no debía abortar.
Gracias sharingan, te quiero bonito- la chica le acaricio la oreja, el comenzó a jugar con ella. De repente la mamá de la haruno interrumpe su primer momento feliz desde su nacimiento.
Con que aquí estabas- escupió con odio la mayor de las haruno
¿mamá? ¿Cómo me encontraste?
Tu tía me lo dijo, ¿Qué se significa esta maldita carta?- dijo molesta y mostrándole un papel arrugado a la menor.
Yo… yo no pienso abortar a mi hijo, Rock lee también es adinerado y aun que no es tu socio me casare con el- dijo decidida la pelirosa.
Pero que sarta de tonterías estás diciendo, ¡te voy a sacar el mocoso a golpes y te casaras con quien yo quiera entendido¡- en eso las dos mujeres humanas comienzan a forcejear, la mayor le propino varias bófetas a la menor, la menor por algún razón no se defendía ¿Qué le sucedía? Se pregunto el canino.
Sin pensarla dos veces se lanzó en contra de la agresora de su dueña humana, le mordía el pantalón fino a la mayor de las damas, la chica intentaba levantarse de nuevo ya que una de las bófetas de su madre la mando al suelo.
Sharingan no, detente- gritaba la joven arrodillada aun
Ahhhhh- gritaba la madre de la haruno.- quítenmelo auxilio
En ese momento el señor Matsume saco una escopeta y le lanzo un tiro al pobre perro. Por suerte solo le lastimo superficialmente su espalda. El perro asustado sintió el agudo dolor, pero primero se preocupo por la seguridad de su ama, cuando abrió los ojos y vio que estaba bien quiso ir a su lado para protegerla.
De nuevo el señor matsume apunto y seguro que esta vez no fallaría, sakura empujó a su tío y le arrebato el arma. El pobre perro pensó que ahora que su dueña tenia aquel artefacto no le haría daño pero se equivoco.
La chica lanzó otro disparo, el perro cerró los ojos, ese impacto le devolvería a donde nunca debió de haber salido, al lado del creador, por fin descansaría. Mantenía sus ojos cerrados pero unos ruidos ensordecedores lo sacaron de su estado de ilusión.
Otro disparo salió al aire, estaba vez no la pensó dos veces, corrió se dio cuenta que ni el primer tiro, ni el segundo, le habían dado; el primero rompió la cadena que le ataba y el segundo solo dio en la tierra a unos centímetros más allá de él..
De nuevo otro tiro fallido, sasuke brincó la cerca de madera que rodeaba la casa, era alta pero para sus agiles patas no fue problema. Dio un ultimo vistazo a la única humana que había querido, pero de nuevo los humanos le habían fallado, la chica de nuevo lloraba y sus labios se movieron pero como el animal ya estaba lejos no pudo escuchar.
Cuando el animal estaba por saltar la chica solo murmuro- Adiós Amigo- y después de eso el perro se fue de la propiedad. Ese fue el ultimo día que la heredera a las empresas haruno y sasuke uchiha el hijo del campeón pura sangre de fukaku el husky de los criaderos uchiha, iban a verse en sus vidas o al menos eso creían ellos.