Las miradas danzaban por el lugar al igual que las personas que se encontraban bailando al compas de la música de fondo, no importaban nombres ni religión ni nada, simplemente estaban allí para disfrutar de la noche. Mientras la música aumentaba cada vez más el volumen ellos se movían con más energía. Pero aunque yo no disfrutaba de ese baile que se realizaba en la pista, yo tenía mi propio entretenimiento, viendo como al destino le gustaba jugar con nosotros. Algunos lo llaman coincidencias y otras la llaman karma. Y a las dos me los voy a jugar.
Mi espectáculo no era las miles de discusiones que se daban, los besos indiscretos o lo que sucedía en los rincones oscuros de aquel local. No, mi entretenimiento era ver a esas dos personas que se movían a decir verdad con bastante similitud, una separa de la otra pero al mismo tiempo muy cerca del otro. Uno rubio con el sol con unos ojos bastante similares a un cielo despejado y hermoso, el otro moreno como la noche, una noche oscura como su pelo con unos ojos negros profundos y una luna clara como su piel. Los dos estaban tan cerca de mí que apenas terminaba de saludar a uno cuando el otro ya me estaba haciendo el mismo gesto de saludo. Cada uno a su manera. Sin nada de parecidos ni similitudes. Los dos eran exactamente como el sol y la luna. Uno toma prozac con coñac, le gusta llevar la vida al límite, experimentar lo imposible y al otro le gusta Cohelo, una vida de lecturas y poemas llenas de sabiduría y disfrute pacifico. ¿Ven? Muy diferentes como el sol y la luna, aunque…. Si tiene algo en común….que los dos se mueven muy bien. Uno con una sensualidad digna de un Casanova experimentado y sabio en el arte de seducirme y el otro de una forma tierna y sencilla, con un poco de timidez pero al mismo tiempo con una mirada invitándome a caer en su juego. La verdad no se ha cual quiero mas ni a cual soporto menos, los dos me sacan sonrisas y molestias y a veces he llegado a tener que buscar a un tercer o en este caso a un cuarto.
Pero como dicen… si uno es soledad y dos son compañías tres es como jugar a los espías. Sabias palabras, si es como un juego de espías el buscar que nadie que conozca al sol conozca a la luna, ¿pero como hacerlo si todos conocen al día y a la noche? Porque no pude buscarme a los más asociables de la ciudad si no a los que Raimundo y todo el mundo conoce. Tratar de que ninguno de los dos se encuentre con el otro, que ninguna noche coincida con el día y lo más importante, borrar cualquier marca de presencia en el otro especialmente en mí. Aunque lo más estresante es cuando llegan las sospechas y cuando algo sale mal, cuando me equivoco por una milésima y sus mundos llegan ligeramente a tocarse, ahí es cuando debo comenzar de nuevo a construir una nueva mentira. Pero bah… sé que he sido un mentiroso y mucho más que un infiel, pero es que los dos son tan buenos.
Porque si el amor se presentan en dos oportunidades ¿por que aceptar solo a uno? Nunca creí en la monogamia, más bien en el amor que hay en nosotros, sea en uno, dos o tres. Sé que no es normal o mejor dicho si es normal en la sociedad de ahora, pero no muy sensato. Lo que pasa es que no pude decidirme por ninguno de los dos y en este juego llevo ya 3 años. En donde increíblemente nunca hemos coincidido los tres en un mismo sitio, o bueno nunca habíamos coincido
Creo que acabo de entender por que me decían que mi propia tragedia es mi fortuna. Al verlos tan cerca el uno del otro. Pues lo más seguro es que lleguen a encontrarse y sería una tragedia pero al mismo tiempo una fortuna, pues…. No ¿de qué estoy hablando? Tengo que hacer que ninguno de los dos se encuentre. ¿A quién quiero engañar? Amo estar con los dos, el sol me trae la diversión del día y la luna me trae la tranquilidad de la noche. Y los dos me dan diversión las 24 horas. Porque he aprendido que los dos me bridan algo que el otro no me da, por eso hacen el complemento perfecto. Yo he hecho que funcione y que se de este loco y bizarro triangulo amoroso, aunque recuerdo que un amigo una vez me dijo que amar a dos es igual a no amar ninguno y la verdad es que tal vez tenga razón. Pues ellos a mi me brindan lo que yo deseo pero a veces el que falla soy yo y ahí es cuando se enredan las cosas. Po que no es solo hacer que sus mundos no coincidan si no hacer que la parte de mi mundo que se encuentran con cada uno de ellos tampoco choque, pues ahí estaría todo en peligro. No se la verdad si hago esto porque los quiero, por ser tan increíblemente egoísta o simplemente por ver hasta donde llegara esta trama. Yo creo que por las tres al mismo tiempo y por ninguna a la vez, me gusta ver que pasara aunque eso cueste que todo acabe. Es que cuando todo empezó se veía difícil ahora que se cómo manejarlo es fácil, pues se como tocar el talón de Aquiles a cada uno de ellos. Pues uno le teme a la soledad y el otro al simplemente no tener a quien amar. Y eso en cierta forma es lo que me gusta de ellos que son tan independientes pero al mismo tiempo necesitan de alguien que les brinde así sea una mano para poder sujetarse. ¿Y quién no? Hasta yo necesito y mira que tengo dos pares de manos que estarán allí para mí.
La vista se hacía cada vez más bizarra y placentera pues se acercaban aun más pero el sol por fin desaparecía por la oscuridad del lugar, a decir verdad no se me ocurría cómo hacer para sacar a uno sin que el otro se diera cuenta. Pero al parecer el destino esta noche esta a mi favor. Quien sabe a dónde se ha ido y más le vale que no allá sido con alguien, pues aunque yo juegue a tres ellos no pueden. Si lo sé, soy egoísta pero bahhh ese es el menor insulto que me pueden dar.
-¿Sabes?- llamo una luna con ojos profundos y oscuros que te invitan a caer – ningún chico debería estar sentado sin hacer nada- decía mientras se daba la vuelta para quedar frente a mí, esta es una de las razones por las que no me puedo decidir, es que los dos son tan increíblemente hermosos
-Es que aquí disfruto de la mejor la vista- su cara bañada en sudor lo hacía aun más deseable y si no fuera porque estaba pendiente de que el sol no amaneciera a tempranas horas estaría mucho mas entretenido en sus labios. Pero al parecer él no estaba enterado de mi otra distracción ya que sin pensarlo dos veces tomo mi rostro y lo llevó con esa dulzura característica de la noche a sus labios, dulces y muy muy comestibles. Por lo mismo es que me dejaba llevar pero una parte de mi ya macabra mente estaba al pendiente de que el día no llegara y por eso fui aminorando el beso hasta que ya gracias a la necesidad de oxigeno pude volver la vista a ver si no había ninguna mirada indiscreta – ven a bailar -decía con una gran exaltación, estaba demasiado emocionado para ser el – vamos... no seas aburrido- y puso esa característica mirada que ningún humano siquiera podría dejar de ver y cuando me di cuenta ya estábamos casi entrando a la pista de baile sin ni siquiera acordarme de que pronto en algún momento el sol volvería a salir.
La noche sigue jalando mi mano invitándome a simplemente dejarme llevar, sin pensar en días ni soles solo disfrutar de ella y la verdad ya creo que caí pues no sé quien nos ha visto o no pero la verdad es que el juego del espía… me está dejando de gustar.
Pero la verdad en este juego no hay salida, ya los tres somos parte de esto, aunque ellos ni siquiera lo sepan. Pero la situación o el destino me llevo a esto, no se sinceramente que sucederá el día de mañana o más tarde solo sé que cuando todo esto termine me quedare sin el día ni la noche y sé que sucederá, algún día la luna y el sol se encontraran pues somos tres mitades y más de dos verdades en un juego en donde las reglas dicen que solo se admiten dos jugadores. Pero la verdad… nada de eso ya me importa pues seguiré con mi juego hasta que el mismo karma caiga y me delate.
¿Por que entre el día y la noche quien podría escoger?