Gamma estaba seguro que no llegaría a tiempo, eso le pasaba al niño por confiar demasiado en ese tipo de criaturas se decía mentalmente, mientras corriendo con todas sus fuerzas hacía el vano intento de llegar.
Tsuna fue empujado hacía el rubio que lo atrapó entre sus brazos, con sorpresa se quedó mirando al pequeño castaño y de inmediato levantaba la vista hacía el Lycan.
El hermoso lobo plateado gruñendo clavo los colmillos contra el cuello del otro Lycan tumbándolo al suelo y rompiendo el cuello con un crujir de huesos desgarrados. Miró de reojo, al parecer el monstruo plateado deseaba asegurarse de que el pequeño de ojos avellanas se encontraba bien.
-¡Gokudera-kun cuidado! –gritó al ver como dos Lycans más aparecían abalanzándose contra el nombrado, intentando liberarse del agarre del mayor pero este lo sujeto con más firmeza, para agacharlo pues ya a sus espaldas estaba otro animal bufando a punto de atacarlos.
-Abajo y calla. –dijo Gamma para tomar sus afiladas armas y clavar en el hocico atravesando hasta la nuca asesinándolo en el acto.
-Eres… Un cazador… -susurró Tsunayoshi entre sorprendido y asustado alejándose de su lado.
-¡Maldito traidor! –gruñó con rabia un enorme lobo negro, cuyos ojos dorados se fijaban en el lobo platinado que a pesar de estar malherido continuaba haciéndoles frente, protegiendo a su preciado Décimo. –Debes morir por está alta traición, tú y tú maldito Clan. –decía entre pequeños gruñidos aproximándose en dos patas quedando frente a frente con el otro.
-No les tengo miedo, protegeré a esté humano con mi vida y cumpliré con mi promesa. –finalmente el malherido Gokudera se colocaba en dos patas, irguiéndose con orgullo bufando contra los otros Lycans dejando ver sus blancos colmillos.
-Gokudera-kun… -susurraba Tsuna con los ojos llorosos, todo aquello era por su obstinación de querer ir a verlo esa noche a escondidas sin pensar que su fiel amigo lo seguiría por su seguridad.
-¡MATENLOS! –bramó el lobo negro abalanzándose primero sobre Gokudera mordiendo su lomo, los otros Lycans le mordieron de sus brazos y patas, como si quisieran destrozarlo.
Un aullido desgarrador quebraba el silencio de la noche, la sensación de estar a punto de morir desangrado por las profundas heridas que provocaban los colmillos clavándose en su carne.
-GOKUDERA-KUN. –gritaba el menor colocándose de pie yendo en auxilio del Lycan. -¡NOOOOO…! ¡DETENGANSE…! –decía siendo detenido por el mayor.
-¡Debemos irnos! –dijo el rubio tomando del brazo del castaño y casi arrastrándolo con él, mientras este negaba rotundamente.
-¡No, no pienso dejar a Gokudera-kun! ¡Suélteme! ¡SUELTEME! –gritaba con todas sus fuerzas, entonces los Lobos dejaron al moribundo lobo plateado para atacarlos a ellos.
Gamma chasqueo la lengua, usando sus armas para atacar a las bestias que le atacaban mientras el menor corría junto al lobo ensangrentado.
-Décimo… No se preocupe… Huya… Con ese humano… Váyase… -jadeaba dolorosamente, su cuerpo empezaba a perder sensibilidad y eso significaba que sería un estorbo para Tsuna.
-Es mí culpa yo… -las fauces del Lycan negro casi arrancan la cabeza del castaño, pero Gokudera haciendo uso de una fuerza sobre humana entregó su cuello para evitar la segura muerte del niño.
-¡VAYASE DECIMO! ¡ARGHHH…! –gritaba entre aullidos lamentables entregando su vida por el menor.
-Niño estúpido… -decía Gamma siendo malherido pero aún así había logrado dejar fuera de combate a un par, pero la presencia de más Lycans a su alrededor gruñendo y disfrutando del espectáculo.
El rubio no podía comprender porque el Niño apreciaba tanto a esa maligna criatura, ni tampoco como es que aquel monstruo protegía aún a costa de su propia vida al menor.
-¡POR FAVOR QUE ALGUIEN NOS AYUDE! –gritó Tsunayoshi entre lágrimas gruesas que corrían por sus mejillas, no podía usar sus flamas porque sus brazos estaban sellados como castigo por querer huir de casa y a pesar de todo lo hizo sabiendo que ponía en peligroso su vida.
No supo cuando ni porque su cuerpo se movió solo, hiriendo a la bestia negra que estaba a punto de romper el cuello de la bestia plateada, el pesado cuerpo del animal caía sobre él. Gamma ahora protegía al Licántropo sin poder creer que mierda se le había metido a la cabeza ese momento, el hermoso lobo platinado se quedó algo pasmado observando al humano. Los enemigos alrededor iban a caerles a los tres encima hasta desgarrarlos con sus garras y dientes pero…
Como por arte de magia aparecía otro chiquillo de cabellos negros y cortos, los Lycans incluso su líder se estremecieron al ver de quién se trataba y salieron huyendo. Y en un simple parpadeo el recién llegado desapareció ante sus ojos, lo lamentos de esos monstruos se escucharon en todo el bosque, helando el alma del rubio cuyas piernas se entumecían y al volver a parpadear, nuevamente el niño moreno estaba de pie aproximándose a él en silencio pero pasó de largo hasta llegar junto a Tsunayoshi.
-Eres un verdadero Inútil Herbívoro. –espeto extendiendo una mano al castaño que al verlo se abalanzó sobre el moreno tumbándole al suelo.
-¡Hibari-san! Tenía mucho miedo… Viniste… -decía entre cortos sollozos, aferrándose con todas sus fuerzas.
-Esto es verdaderamente malo, pero nada que un poco de medicina no haga por ti Hayato. Que obstinados los dos, irse así de repente y dejar a los demás preocupados. –decía una voz revisando el cuerpo malherido del lobo, se trataba de un tipo de bata blanca, cabellos negros con un corte extraño; y lo más raro del hombre era las orejas largas sobre su cabeza y una particular cola de color negro con la punta blanca.
-Shamal… -susurro Hayato trasformando su cuerpo nuevamente, la bata blanca le cubría por completo. –Tú… -no pudo continuar, el mencionado empezaba a limpiar las heridas con un fuerte desinfectante. -¡Eso duele! –chilló el joven Lycan como queja ante las nada atentas manos de su mentor.
-Sabes que odio tener que ver cuerpos desnudos de niños, prefiero el de las hermosa Señoritas que tanto amo. –decía con una cara de pervertido, Gokudera fruncía el ceño queriendo apartarlo de su lado.
Gamma estaba que no podía creer lo que veían sus ojos, el lobo plateado se había trasformado en un delgado muchacho de nuevo, la diferencia de la primera vez es que ahora podía ver las orejas plateadas y la cola encrespándose ante la curación de sus heridas.
-¡Ya es suficiente! Me encuentro mejor. –gritó colocándose de pie, su perfecto cuerpo estaba vendado en el dorso y brazos, al igual que en sus piernas y sin saber el motivo los ojos verdes cetrino del rubio viajaron a esa anatomía del joven Lycan sin poder despegarlos del pálido cuerpo.
-Es increíble, como te gusta causar problemas. Dame-Tsuna, la próxima vez que desobedezcas sin esperar una respuesta de todos, yo mismo te asesinare. –espetó un hombre con un aura verdaderamente fuerte y oscura.
-¡HIIIIIII…! Reborn… ¿Qué es… -quiso ocultarse tras del moreno, cuyos ojos azul metálico brillaban de forma amenazante.
-Él me pertenece, será mejor que no intervengas. –advirtió Hibari rodeando la cintura del castaño con un brazo acunándolo en su pecho, el menor se ruborizó por completó. –O los morderé a todos hasta la muerte. –estrechó peligrosamente su mirada fijándola en el hombre de cabellos y ojos de color ónice.
-¿Alguien puede decirme qué demonios ocurre aquí? –habló finalmente Gamma al verse ignorado por completo, muy desorientado y molestó por encontrarse en medio de personas desconocidas que al parecer tenían problemas personales que nada tenían que ver con él.
Fue entonces que Reborn sonrió con altanería, Hibari seguía ignorándole monumentalmente pues no le interesaba, Tsuna continuaba en su nube en brazos del moreno, Shamal sacó un tabaco empezó a fumar encogiéndose de hombros y Gokudera aún desnudo le miraba con el ceño fruncido. Luego de algunos gritos, peleas y discusiones entre todos, Gokudera recién recordó estar desnudo y se cubrió con la bata del pervertido Doctor. Gamma no podía creer que luego de haber vagado por 2 años solo ahora tenía que estar con ese grupo particular, pues según la explicación del Cazador llamado Reborn, Tsunayoshi era heredero único de una familia de Cazadores Vongola, mientras que Shamal y Gokudera eran aliados Licántropos leales a la mencionada Familia desde siglos, y el niño moreno era un Vampiro Antiguo cuya Familia estaba formando una alianza porque había robado el corazón del niño castaño y viceversa.
A su llegada aparecieron más locos, entre ellos los otros Cazadores de Vongola: Colonello un rubio de ojos azules que era al parecer el acérrimo rival de Reborn, Skull un chico de estilo extravagante de cabellos morados y ojos de igual color con el que se metían los dos primeros, Fon cabellos negros trenzados y largos de ojos de igual color pero tan parecido al niño Vampiro que daba la impresión de ser su hermano mayor, Lal y Viper las únicas mujeres para nada delicadas pues la primera era muy ruidosa y la segunda muy callada. Aparte de ellos se encontraba el “hermanastro” de Tsunayoshi llamado Xanxus cuyo amante era un Vampiro de largos cabellos plateados que comandaba a un grupo conocido como Varia donde estaban un Vampiro de flequillo con una risita irritante, otro vampiro con sombrero de Rana, uno muy rarito cuyos cabellos estaban en un corte estrafalario con gafas de vidrio oscuro, el otro Grupo de Vampiros estaban uno de cabellos albinos con una marca bajo su ojo izquierdo que no dejaba de decir que era el padre del moreno que los “ayudo” y otro Vampiro de largos cabellos índigo que no dejaba de pegarle por decir que él era la “madre” del menor, a ellos iban un hombre lobo con una cicatriz en sobre la nariz y mejillas, un vampiro de lentes con una marca 69 sobre su mejilla izquierda; un Vampiro de cabellos ondulados de color verde más parecido a una mujer, otro pelirrojo de malhumor, un niño de pálida apariencia semejante a una especie de no muerto, una chiquilla irritante que no paraba de decir Nyu a todo y finalmente un tipo con una máscara diabólica.
Y la lista hubiera seguido de no ser que estaba cansado de ellos, se disponía a irse del lugar pues bien habían curado sus heridas, pero se lo debían porque jamás hubiera imaginado que ese par de mocosos tanto el humano como el joven Lycan fueran amigos de infancia. Pensando en ello, se detuvo en el umbral de la puerta.
-Un monstruo siendo amigo de un humano, Merda. Esto es tan absurdo que me pone enfermo. –espeto entre dientes, apretando los puños sin poder evitar el maldito recuerdo de su corazón y ese latente dolor en su alma cual yugo.
-Los tipos como tú son los que me ponen enfermo a mí, viejo. –Gruño Gokudera apareciendo a sus espaldas.
Ambos se contemplaban en silencio, Gamma frunció profundamente el ceño al oír eso de viejo tal vez pudiera ser así pero no le gustaba el modo airado del mocoso.
-¿Qué? ¿Pensabas que venía a detenerte? La puerta está abierta será mejor que desaparezcas y que nuestros caminos jamás vuelvan a cruzarse. –siseó, pues tenía de cierto modo el orgullo herido ¿Por qué? Sencillo el maldito humano viejo ese se había metido en su camino lo había herido, y aunque quiso proteger al Décimo no le perdonaba también el hecho de haberlo ayudado cuando él tenía bajo control la situación porque era todo un honor morir por un miembro de la Familia Vongola.
-… -estrechó peligrosamente la mirada, jamás le habían hablado con tanta insolencia en su vida. –Escúchame bien, perrito plateado faldero. Yo jamás hubiera deseado cruzarme en su camino, ustedes se cruzaron en el mío. –casi gritó furioso, el joven Licántropo iba a objetar pero no le dio tiempo y continuó hablando. –Es anormal que un humano confié en una asquerosa criatura monstruosa como lo son los de tu tipo. Solo sirven para hacer daño y destruir la vida de lo que tocan, llenos de artimañas. Seres de la Luna Llena malditos monstruos que se alimentan de la carne humana…
PLAFF! El fuerte golpe le volteó la cara, su labio partido empezaba a sangrar. Gamma se giro para encarar al muchacho cuyos ojos vidriosos pero fieros le miraban fijamente.
-¡¿Qué es lo que sabes tú de nosotros?! ¡¿Quién te crees que eres para juzgarnos de ese modo?! ¡¿Por qué crees que los demás Licántropos se comportante de ese modo?! ¡Son ustedes mismos quiénes nos llaman Monstruos! ¡Son ustedes mismos quiénes nos desprecian por ser diferentes de ustedes! ¡Son ustedes mismos quiénes han deseado que nuestro estado maldito se convirtiera en vuestro propio enemigo! ¡Mi propia raza quiere ver muertos a los míos por entregar nuestra lealtad a humanos por los cuales estamos más que dispuestos a morir siempre y cuando sea necesario! ¡Y no nos compares a todos porque mi Clan y yo somos totalmente diferentes de los demás! –gritaba enfurecido, clavando las uñas de sus garras en las palmas de sus manos hasta hacerlas sangrar.
-¿Qué es… -musitó el rubio entre sorprendido y encolerizado, imitó al joven licántropo hundiendo en sus palmas sus uñas hasta hacer sangrar sus manos. -¡¿Quién crees que soy dices?! ¡¿Por qué tengo derecho a juzgarlos dices?! ¡¿Por qué debería molestarme en saber la ridícula razón de su odio por nosotros, o el odio de su propia raza a su clan?! ¡Violaron y asesinaron a mi esposa frente a mis propios ojos, asesinaron a mi hija! ¡Abusaron de mí frente a mi esposa y decidieron dejarme con vida luego de ultrajarnos a ambos! ¡¿Acaso dices que yo mismo me busque esto?! ¡Yo no hice nada para merecerlo, yo no sabía mucho de ustedes en ese tiempo y sin embargo me lo arrebataron todo sin compasión alguna! –respondió con los nervios desechos, sintiendo como las lágrimas corrían por sus mejillas.
Ambos estaban desbordando sus sentimientos sin pensarlo, siendo sinceros el uno con el otro sin conocerse. Hiriéndose mutuamente con solo palabras, negando el simple hecho de que tal vez algo malo pudiera ocurrir al abrirse con un extraño de ese modo. Ninguno dijo una sola palabra más, Gamma se fue del Castillo Vongola y Gokudera regreso dentro.
Ninguno de ellos deseaba volver a ver la cara del otro, porque en lo más profundo de sus corazones heridos… El rubio había protegido a un Licántropo de ser asesinado y a su vez Gokudera quién nunca hablaba de su sentir, se había abierto un poco cargando el dolor del rubio en su corazón porque él también había sufrido algo parecido…
FLASH BACK…
Los clanes Lycans siempre sobrevivían apoyándose entre sí. Hubo una noche en la que humanos quisieron dar caza a sus padres pero la bondadosa mano de la Familia Vongola se había movido para evitar aquello. Y así dio inicio una alianza entre la raza Lycans y la humana.
Más los otros Clanes no estaban de acuerdo con dicha alianza absurda y los tildaron de traidores, condenados a muerte por su propia raza. El Clan de Gokudera jamás se hubiera imaginado ser traicionados por unos familiares que se revelaron, justo cuando el Dr. Shamal, Bianchi, Basil y Fuuta iban acompañando a sus nuevos Aliados Vongola.
Los arrastraron desde sus habitaciones, a sus padres y a todos los sirvientes, lo tomaron como rehén a él siendo un pequeño cachorro. Violaron a sus padres por igual y a toda la servidumbre, el Líder de los Clanes enemigos era poderoso, obligó a Gokudera a elegir el orden de la muerte de sus padres y le obligó el mismo a asesinarlos con sus propias garras, siendo tan pequeño estuvo a punto de ser ultrajado antes de morir, pero los Vongola llegaron y lo rescataron. pero el Líder del Grupo había logrado huir sin dejar ningún rastro.
Dos años trascurrieron para que el menor pudiera volver a ver la luz del día, para que pudiera volver a hablar bajo los cuidados de Shamal, bajo la cálida mano humana del heredero Vongola cuyas sonrisas eran tan hermosas, cuya fuerza escondida cautivo al pequeño Lycan platinado.
Y poco a poco logro olvidar todo aquello, poco a poco logró sonreír pero solo para el Décimo Vongola. Y poco a poco se fue abriendo un poco más, reconociendo a los que le rodeaban.
Y todo hubiera sido perfecto de no haberlo conocido a él, esa criatura nocturna de sangre fría, le arrebato el corazón del Décimo en cuestión de segundos.
Se vio abandonado de la cálida mano, la hermosa sonrisa tierna y ahora lo único que podía hacer por el Heredero a Vongola era ver por su felicidad, aún si esa felicidad se la entregaba a este tipo llamado Hibari Kyoya.
Y es de ese modo que callaron sus sentimientos, matándolos lentamente hasta que su corazón se endureció.
Hasta el día de hoy…
FIN DEL FLASH BACK…
Y los días trascurrieron, más el joven licántropo no podía sacarse de la cabeza al viejo ese. Y en un lugar distante, el cazador estaba en la misma situación sin querer comprender ninguno la razón exacta del hilo de sus pensamientos.
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La figura desnuda vendada se dibujaba en su mente, le acompañaba en las noches frías donde se imaginaba recorriendo aquel escultural cuerpo, con un toque tan suave y con ligeros besos mariposa…
Sudoroso y muy excitado despertaba entre gemidos, odiándose por tener la carne tan débil y permitir que el joven licántropo de pelaje plateado se metiera de ese modo a sus sueños, sueños húmedos… Hace años, que no los tenía.
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Protegiéndole del ataque enemigo, su espalda ancha se dibujaba una vez más, sus brazos fuertes y esos ojos cetrinos que le atraían. Recordaba la discusión de ese día y algo cambiaba en sus recuerdos pues luego del golpe en la mejilla el Viejo rubio lo tomaba y le besaba de forma tan apasionada que lo hacía vibrar de antelación al sentir como las ropas cedían... Y de repente el sueño cambiaba recostados gimiendo sintiéndolo tan profundo que…
Gokudera despertaba bañado en sudor, estremeciéndose por completo ante esas imágenes que se repetían en su cabeza una y otra vez. Diciéndose mentalmente que eso no podía seguir de ese modo, algo tenía que hacer o de lo contrario iba a enloquecer.
Y fue así que el destino moviendo los hilos de manera misteriosa, parecía desear juntarlos de nuevo con una pervertida intención…
CONITNUARA…