Podrían tacharlo de orgulloso, pretencioso o como quieran llamarle, pero de que Sasuke Uchiha era un ser prácticamente divino era sabido por todo el colegio.
Con solo una palabra suya las chicas se derretían a sus pies, las incontables batallas entre chicas lo confirmaban, porque no cualquiera podía sentarse al lado de aquel divino ser, ni mucho menos acompañarle a algún baile o celebración de la academia.
Todos se sometían ante Sasuke, pero quizás todo estaba por cambiar.
Era un lunes como cualquiera o al menos eso parecía, soleado, quizás unos veinte grados en el ambiente y Sasuke Uchiha, chico blanco de cabellos negros y ojos mas negros que la noche sin estrellas llegaba al instituto conduciendo su adorada motocicleta negra con rayos azules, se estaciono donde siempre y se quito el casco meneando ligeramente la cabeza agitando sus peinados cabellos causando el efecto común…es decir el sin fin de suspiros por parte de la mayoría que viese aquel espectáculo.
Sus ojos de pronto se perdieron en la lejanía cuando vio pasar un brillante cabello dorado que pronto se perdió entre la multitud…cabe decir que nuestro querido Uchiha posee cierta debilidad por los cabellos rubios…a claro y por mirar piernas, le agradaba que las chicas llevasen faldas cortas o pantaloncillos cortos…que se le podía hacer le gustaban las piernas en general, aunque siempre buscaba unas que le llamasen la atención, por lo general así escogía a sus presas…es decir acompañantes de un par de días.
Lamentablemente Sasuke no era capaz de durar con alguien por mas de tres días…es por eso su fama de Casanova o Don Juan…
…Su gran fama estaba a punto de cambiar.
Era aun temprano, faltaban diez minutos aun para el ingreso a clases y el joven pelinegro ya se encontraba rodeado de chicas, admiradoras, club de fans…y de sus pocos amigos.
Conversaban amenamente sobre la pasada fiesta donde para variar el pelinegro se había hecho famoso conquistando a la dueña de la fiesta, un jovencita de 17 años que no asistía al colegio pero que no dudo en caer en las redes del gran muchacho.
En eso estaban envueltos en risas y felicidad cuando nuevamente los ojos negros de Uchiha Sasuke se perdían entre la multitud, porque en su grandiosa vida jamás había visto un par de piernas como aquellas…
Una piel ligeramente tostada, piernas muy bien formadas adornadas con un pequeño pantalón corto de mezclilla…un perfecto trasero….y no pudo ver mas aparte de nuevamente aquel cabello dorado que lo había enceguecido en su llegada.
Tenia que conocer a la chica que presentaba aquellas características que el tanto adoraba…un necesidad inherente surgió en sus entrañas…necesitaba conocerla, necesitaba…cogérsela.
Dentro de los próximos diez minutos no le vio aparecer, su suerte cambio cuando el timbre de entrada a clases sonó y tras el respetuoso y siempre puntual profesor Iruka ingresaba un ser divino, un verdadero ángel caído del cielo, los ojos negros de Sasuke recorrieron cada parte de aquel ser…que no era un chica…pero sin duda era un violable doncel.
Rubio de ojos azul cielo, piel ligeramente tostada, portaba una playera negra con una espiral naranja, jeans cortos, y unas zapatillas negras…saludo alegremente a la clase y se presento como Naruto Uzumaki, pero el destino no parecía estar de lado de Sasuke esa mañana por que el chico quiso sentarse junto a Neiji Huyga, su mas grande enemigo no solo en el salón sino también en todo el instituto.
No le dio mayor importancia a la clase que se desarrollaba, pera eso gozaba de un gran intelecto, tan solo esperaba el maldito timbre sonara para deslumbrar con sus sonrisa “made in Uchiha” y conquistar al rubito recién llegado.
Inmunidad…de eso gozaba el rubio, pues cuando el pelinegro se paro frente a él he hizo aquel gesto que se le conoce como sonrisa, por el cual la mayoría de las chicas suspiraron, el rubio le miro dos segundos antes de levantarse y seguir a Neiji quien se había ofrecido amablemente para darle a conocer las instalaciones del Colegio.
La burlona risa de Sai, el condenado primo y a la vez copia barata de Sasuke resonó por el salón, seguido de un cantico que sonó a algo parecido y jamás antes escuchado “rechazado”, cabe decir que el resto del recreo Sai la paso en la enfermería siendo así tratado sus múltiples chichones.
Pero esto no se podía quedar así, por lo que al próximo recreo Sasuke Uchiha uso su segunda arma…su voz, en la siempre bien respetada coquetería.
Cuando timbre nuevamente resonó por cada pasillo y salón de aquella institución, Sasuke Uchiha hizo nuevamente lo que jamás hacia, acercarse por su propia cuenta a alguien, que extraña y nuevamente era aquel compañero nuevo de rubios cabellos se le notaba muy alegre en compañía de Hinata y Neiji Hyuga y también de Kiba Inuzuka….
- Hey preciosura, creo que te gustaría comer con migo…- la multitud, es decir los otros veinte y tantos compañeros soltaron un jadeo lleno de impresión y guardaron un pulcro silencio esperando la respuesta, que, siendo Uchiha quien pedía una respuesta lo mas seguro que el rubio soltara un chillido alegre y emocionado se sonrojara y se lanzara directo a los brazos del chico de ojos noche.
Y el silencio continuaba, tres segundos que parecieron minutos…
- No, gracias- negó el rubio antes de ponerse de pie y salir en compañía de los que parecían ser sus nuevos amigos.
Pareció que fue el anuncio del apocalipsis por que toda persona en el salón mostro un rostro de horror…verdadero pánico, claro a excepción de la nueva risa burlona que resonó por todo el salón, casi como una risa maquiavélica y nuevamente Sai recibió la paliza de su vida.
Quizás Sasuke había jugado con tantos corazones que ahora el karma se ponía en su contra, porque aquel ser que había encandilado no solo sus ojos sino también su corazón y había hecho vibrar hasta la ultima célula de su cuerpo no le prestaba ni un poco de atención.
Pero el no se daría por vencido, aun quedaba mucho del año escolar y se juraba a si mismo y a todo el mundo que ese Rubio se derretiría por el, de hecho para hacer su auto apuesta mas interesante juraba a si mismo que para san Valentín, fecha próxima a casi un mes, Naruto Uzumaki se presentaría ante el cargando un empalagoso chocolate.
Continuara…