Chocolate agridulce
Cap1. El regalo menos esperado.
Hoy se supone que debería ser un día tranquilo, mas o menos, aun en mi rara escuela; pero hoy no sucedió así.
Que mejor que un chocolate amargo
Para endulzar mi alma
Tal vez lo conseguiré de tus labios
O serán tus ojos los que me embriaguen
...
Desde muy temprano ya los típicos listones rojizos adornaban las paredes de los salones. Chicas con globos y un sin fin de objetos en mano corrían de un lado a otro, desesperadas por perfeccionar las cajas con pequeños chocolates caseros donde con mucho empeño habían depositado todos sus sentimientos deseando que estos llegaran a su chico soñado.
- Vamos Fujiko el timbre esta por sonar- dos chicos se adentraban a toda velocidad al instituto.
- Ya Eiji pero si faltan como dos minutos.- el castaño iba detrás del pelirrojo que volteaba a verlo apresurándolo.
De pronto un grito resonó, cayeron al piso duro y un globo elevándose entre las nubes.
- ¿Eiji estas bien?.- acercándose el ojiceleste para ayudar a los caídos.
- Ouch.- los ojos húmedos de la joven arrodillada en el piso veía posesivamente su pequeña caja ligeramente estropeada por el impacto.
El castaño lo noto enseguida, llevo su mano al paquete. - Discúlpanos, esto es tuyo... se estropeo un poco...- la chica con un nudo bloqueando su garganta comenzaba a sollozar.- Era para ti Fuji-sempai, tanto trabajo y esfuerzo que se fue por el retrete.- bajo su cabeza con lagrimas en los ojos; Fuji guardo la caja en su bolsillo se acercó sigilosamente a su cara despejando un poco las delgadas hebras de su cabello rubio. Lentamente junto sus labio a la tersa piel de la frente de la chica, sus lagrimas pararon de golpe el destello de sus ojos que se abrían a velocidad iluminaban su rostro.
Después de ayudarla a incorporarse le extendió una pequeña reverencia y se alejó a la distancia.
- ¡Que fue eso!.- el castaño sonrió hacia Eiji que permanecía en el piso admirando la escena de telenovela.
- No me digas que lo olvidaste.- Eiji tomo la mano que lo ayudaba a levantarse. -Hola día de San Valentín, que no compraste un obsequio para Tezuka.-
El castaño negó con la cabeza. - No creo que este año necesite algún regalo.- decía con una cara completamente angelical.
El timbre volvía a sonar, volvieron a correr hasta llegar a su salón no podía olvidarse que se habían retrasado demasiado.
Las clases se evaporaron, el timbre del almuerzo comenzó a sonar y el bullicio de los alumnos ya fuera de los salones.
- ¿Que vas a hacer ahora Fujiko?- curioso Eiji lo miraba fijamente.
- Nada.- respondió seco.
- Como que nada.- era imposible saber lo que pasaba por esa cabeza del castaño, que estaba pensando. - Y que sucede con Tezuka.-
- No se merece ni un poco de mi esfuerzo.- frunció el seño molesto.
Días antes el capitán paseaba por las tiendas del centro comercial donde empezaba a resaltarse las decoraciones teñidas en rojo; peluches, globos, arreglos, curiosos chocolates eran exhibidos.
- Kuni-chan que quieres de regalo para este San Valentín.- el de lentes no dijo nada.- Serán chocolates, osos de felpa. Que tal una cena romántica a la luz de velas en el parque. - el castaño ilusionado seguía a su amante.
- Me da igual siempre es lo mismo, la misma rutina.- sin voltear a verlo respondió con voz forme y fría.
Fuji abrió los ojos de inmediato, con un enojo que comenzaba a invadirlo.
- Esta bien tu lo pediste.- dijo bajo. - No hare nada.-
***
- Eso fue lo que paso.- Eiji tomaba su lugar en la clase.
- Una parte.- el ojiceleste abría sus libros. - Ya lo dije no hare nada por el.- el profesor tomaba el mando de la clase.
- Aun así te arrepentirás.-
Cuida tus palabras
Que podrás arrepentirte
Recuerda con quien estas tratando
Que no te hará daño ser un poco más dulce conmigo...
Las clases ya había finalizado sin practicas por la tarde los titulares estaban ansiosos por retirarse a casa. Aun podían escucharse los fuertes gritos de las chicas que acosaban a algunos de los integrantes del club, definitivamente un tedioso día.
Por otro lado cierto capitán se dirigía hacia la puerta principal del edificio, al instante noto que una gran cantidad de estudiantes formaban un círculo rodeando la entrada por fuera.
- Y ahora que.- ajusto sus lentes mientras distinguía que entre ellos estaban chicos de clubes rivales, Hyotei, Rikkai, Rokkaku, Fudomine por mencionar algunos.
El capitán jalo la puerta, dando un paso así afuera los asistentes centraron su vista en el por unos instantes para luego elevarla.
El de lentes los imito quedo en blanco al ver una foto de él y su peculiar novio castaño juntos, impresa en lona tamaño anuncio publicitario que colgaba del pilar central del instituto.
- Pero que...- no pudo completar su frase, sintió como el golpe de un gran peso daba de lleno sobre su persona y lo inundaba.
- Happy Valentine.-
Syusuke se encontraba en la cima del edificio sentado al borde con un gigantesco barril de chocolate líquido en mano que era lentamente vaciado en la humanidad de su amante.
El castaño sonreía angelicalmente.
- Con todo mi amor Tezuka Kunimitsu.-
- Oye Syu-chan puedo tomar tu idea prestada- la voz de Yukimura sobresalía de los presentes. - Tengo que darle una lección a cierta persona.- al escucharlo todos los presentes dieron un paso atrás dejando al descubierto a un temeroso sanada, Yukimura lo vio fijo. - Verdad Geni.- con dulzura dijo Yukimura, el chico de la gorra salió corriendo despavorido temblando a toda costa protegería su vida.
La lección que aprendieron todos ese día es:
Nunca pero nunca desatiendas las necesidades de tu amante, sobre todo si esa personita es un Fuji Syusuke si es así asume las consecuencias y descansa en paz.
Chocolates envinados
Que alegran el corazón
No me digas solo que me quieres
Si es verdad demuestramelo