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Healing a Heartbreaker por aiko uchiha

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Notas del fanfic:

Bueno, ahora es que vamos a hacer un long-fic de estos dos. La verdad es que me ha gustado mucho esta pareja, y cuando hice mi primer escrito de esos dos me sentí completamente emocionada por lo que haré todo lo posible para que este long-fic sea bueno :3

Notas del capitulo:

Aquí conoceremos un poco lo que conlleva la vida de Kai, perdón si lo hice corto, pero después los capítulos serán más extensos. En el siguiente se conocerá muy bien la vida que conlleva el Maknae de SHINee.

Espero que les guste :3

De todos los chicos con lo que estuvo, nunca vio algo tan perfecto como él. De buen cuerpo y cabellos negros, esos obres ónix se encontraba fijos en el espejo, pendiente de cualquier paso que daba; era su más grande deseo ser uno de los mejores, por algo es que había logrado obtener una beca completa en la academia Dreams Illusion; Kim Jong In en más de una ocasión ha tenido que presentarse para poder quedar selecto entre los mil aspirantes que recibía la academia cada determinado tiempo.

Viviendo por sí solo, dependía de un mínimo salario que era obtenido por un gerente que le gustaba abusar de la confianza de sus empleados. Poco le importaba, porque tenía una personalidad que lo mostraba como todo un fuerte chico, aunque interiormente era completamente tímido para poder expresarle a los demás lo que sentía.

Ahorita se encontraba en el estudio de danza que utilizaba luego de la última clase que dictaba una compañera de clases del mismo, por ella no tenía problema ya que el dueño era uno de sus tíos y había podido llegar a un acuerdo para poder utilizarla luego de que terminará sus clases a las diez de la noche, era sobre esforzar su cuerpo, pero lo ayudaba mucho a volverse uno de los mejores bailarines en todo el continente.

Con pasos suaves, se deslizaba por el espacio en el que se encontraba dejando que la música se adentrará en su cuerpo; cuando eso pasaba, pensaba que podía hacer cosas que para él era difícil de explicar. Para Kai, el baile lo era todo en su vida, claro que ha tenido que pasar por muchas cosas para poder llegar al punto a donde estaba y con tan sólo tener diecisiete años, creía que podía con cualquier cosa que el mundo le interpusiera.

Cualquiera menos él…, el estudiante que tenía la costumbre de molestarlo cuando se le presentaba la oportunidad.

Ese chico desde un principio ha sido un dolor de cabeza para el azabache, ya que pensaba que podía dominar cualquier disciplina en la que se encontraba, y eso que cuando se presentaba para las batallas de danza lo aplastaba de sobremanera en qué lo impulsaba a hacerlo mejor que la última vez que piso un salón de danza junto a ese chico. De cuerpo formado esa piel semi bronceada era iluminada por esos faroles, que le daban más para ver, sus orbes ónix siempre se mantenían fijos en el espejo mientras que sus cabellos castaños oscuros se movían de un lado a otro cuando tenía que comenzar a dar una buena presentación de Break Dance.

Lee Taemin, estudiante del segundo año de Danza y Canto. Era el chico que desde un principio considero su eterno rival.

Un digno oponente para pelear, Kai pensaba que con Taemin podía evaluar sus habilidades saber en qué se equivocaba y de qué manera podía mejorar para el siguiente encuentro.

El castaño no lo veía de esa manera, pero él sí, por eso es que quería mejorar; tenía que llegar a ser el mejor para poder superar al chico, con tal…, nunca espero toparse con un digno oponente como  él.

Suspiró al momento en que sintió que su cuerpo estaba por desfallecer, dejándose vencer por el cuerpo del mismo, se sentó recostado a la pared con la mirada en el techo, pensando… Y pensando… En como hubiera sido las cosas si su madre estuviera viva, y lo viera en estos momentos cumpliendo su sueño.

—Si tan sólo pudiera al menos verte sonreír —decía para sí mismo, desviando la mirada hacia el espejo.

La puerta del estudio se abrió lentamente para dejar ver a una hermosa figura femenina de su misma edad, de una piel bronceada podía ver esas hebras negras danzar al mismo ritmo que el poco viento que entraba por esa ventana, y con esos orbes cobalto miraba al joven que se encontraba descansando luego de terminar uno de sus duros entrenamientos.

— ¿Qué haces despierta tan tarde, Riko-san? —preguntó el azabache.

La antes mencionada termina de entrar al salón para poder caminar con pasos firmes hasta donde se encontraba, cuando lo tenía de frente se arrodilló a su nivel para poder ver todo el sudor que recorría cierta parte de la frente del chico, provocando en ella una dulce sonrisa.

— ¿No crees que te estás esforzando demasiado? —preguntó ella.

—Sabe lo que me cuesta llegar a completar mis pasos, a pesar de ser uno de los mejores de todas maneras siento que no doy lo suficiente —respondió Kai, pasándose una de sus manos por esos oscuros cabellos.

—De igual forma te estás esforzando demasiado —reprochó la azabache—, no todo tiene que ser práctica y práctica, de vez en cuando debes dejar que tu cuerpo descanse —le decía mientras se sentaba a su lado.

—Riko-san, entiendo que se preocupe por mí y todo lo demás, pero puedo lidiar con todo esto —le aseguró para poder tranquilizarla.

Su amiga lo miraba no muy convencida, pero no podía hacer nada en su contra de todas maneras el chico no hacía más que trabajar duro.

Y eso que todo lo que hace es para poder vencer a quien consideraba su eterno rival.


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