Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La Bendición de un Rompimiento por Ashmina

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Despúes de algún tiempo de ausencia, bien aprovechada, les presento mi tercer trabajo, espero les guste.

Notas del capitulo:

Es una historia con la que una noche soñe (no se rían, es en serio), acababa de leer un fic con Shura y Aioros como protagonistas y comence a pensar en que sucedería si ellos terminarán y bueno los resultados se vieron en mi sueño, así que en cuanto desperte tomé papel y lapiz para poder materializar esto que les presento.

 

Cómo ya saben los personajes son unica y exclusivamente del Sr. Masami Kurumada.  Yo solo los utilizo para fines de entretenimiento

 

Mi novio de toda la vida había sido Aioros, todo era estupendo, entre nosotros siempre hubo la magia, pasión y amor…

 

Después de los acontecimientos pasados, donde por mandato del Patriarca e entonces, tuve que asesinarlo, luego de la guerra contra Hades y después ser regresados a la vida, todo parecía marchar más que bien, me disculpo todo lo sucedido, en ningún momento me lo reprocho y continuamos con nuestra relación hasta que hubo una ocasión en que fui asignado a una misión, cerca de los Montes Pirineos, que más que una misión parecían vacaciones, por lo que tuve que ausentarme seis semanas.

 

A mi regreso, todo comenzó a cambiar, Aioros no era el mismo, algo había cambiado durante mi ausencia.   Era difícil encontrarlo, siempre tenía excusas para estar fuera o lejos de mi y cuando estábamos juntos era totalmente distante y esquivo.  

 

  • Aio, ¿qué sucede? – Pregunte intrigado por su reciente comportamiento
  • ¿Qué sucede con qué?, Shu, ¿A qué te refieres?
  • Es que desde que regrese haz estado actuando muy extraño y me gustaría saber si pasa algo.
  • No sucede nada, solo son ideas tuyas – Se dirigió a la puerta.
  • ¿Vas a salir?
  • Si, quede de ayudar con algunas cosas a Saga, entonces regreso tarde, no me esperes despierto.
  • Entonces te veo al rato o mañana.

 

Quería creerle, de verdad quería creer que todo estaba bien, que solo eran ideas mías, pero nada cambiaba sus salidas eran cada vez más frecuentes y tardadas, había días que se desaparecía nada más con el alba y volvía entrada la noche, comencé a dudar y sentir que mi relación estaba en la cuerda floja.

 

  • Te lo aseguro Kanon, algo está mal y Aioros no habla conmigo.
  • ¿Seguro que no te lo estas imaginando?
  • No lo creo, si así fuera, él me diría las cosas, siempre fue así, nos decíamos todo, no entiendo que es lo que pasa.
  • Trata de hablar nuevamente con él y aclarar las cosas.

 

Kanon y yo siempre hemos sido muy amigos, nos contábamos todo, nos aconsejábamos y ayudábamos en lo que podíamos, no era raro que nos pasáramos algunas tardes juntos bebiendo, platicando, jugando cartas, entrenando…

 

Los días pasaban y las cosas no cambiaban nada, al contrario Aio y yo nos íbamos alejando, la magia se estaba acabando, pero no me malentiendan yo lo seguía amando y me empeñaba en arreglar las cosas, preparaba cenas que se quedaban frías en la mesa y yo durmiendo sentado, esperando, preparaba noches románticas con velas, frutas exóticas y todo lo que a él le gustaba y las velas se consumían y yo cenando con la silla.

 

Hasta que llego el día en que ya no aguante más, esa tarde comí en una mesa para dos y luego me dirigí a Géminis a visitar a Kanon y fue cuando encontré las respuestas a todas mis preguntas.

 

Saga y Aioros estaban en el sillón en medio de una pasional batalla, la ropa empezaba a volar, cabe aclarar que no hice ninguna escenita, no va conmigo eso de las escenitas, pero vaya que dolio, me había imaginado de todo, menos esto

 

  • Cof, cof, lamento interrumpir, pero si no están muy ocupados, ¿podrían decirme donde esta Kanon? – Me moría, en ese instante todo me dolía, acababan de apuñalarme, pero el orgullo me mantuvo en pie.
  • Shura… yo… nosotros… no es lo que parece – Decía Aioros, sorprendido.
  • Shura esto no… - Interrumpí a Saga, no quería oir nada proveniente de ellos, mucho menos de ellos.
  • Ya  llegue… … - Entro Kanon por la parte que da de frente a Tauro – Saga… ¿qué sucede?, ¿qué hace Aioros aquí?, ¿cómo te atreves?
  • Kanon, nosotros… …
  • Qué bueno que llegas Kanon, venía a ver si tenías tiempo para ir a dar una vuelta – Me dirigí al menor de los gemelos ignorando a los otros dos, y dirigiéndole una mirada suplicante para que me sacara lo más pronto de ahí.
  • Si, vámonos Shu – Nos encaminamos a la puerta por la que yo ingrese, caminando un poco rápido, pero no muy lejos sentí una mano detenerme.
  • Shura, espera, déjame explicarte…
  • No tienes nada que explicarme, así que suéltame – dije un poco molesto.
  • Pero tú y yo somos…
  • Tú y yo no somos nada, por lo mismo no tienes que explicarme nada – Enjugue una lágrima antes de que rodara por mi mejilla – Te están esperando – Kanon veía incrédulo mi reacción

 

Sin más jale a Kanon hacia afuera, dejando al arquero parado sin decir nada.   Una vez al aire libre.

 

  • Shura ¿estas bien? – Dijo preocupado
  • ¿Podemos ir a mi templo?... por favor – Mi voz sonaba lo más triste que se me hubiera oído antes.
  • Si, vámonos.

 

Nos dirigimos al 10mo templo, callados, solo se oía el viento soplar en las hojas de los árboles y nuestros rápidos pasos.   Al llegar no pude más, comencé a llorar, el sonido era desgarrador, me deje caer de rodillas, Kanon solo se atrevió a abrazarme, no podía decir o hacer algo para evitar que me sintiera de esa forma.

 

La tarde paso y después del llanto me quede dormido, cuando desperté, estaba recostado en un sofá, al levantarme el aroma que impregnaba mi templo era exquisito, me hizo caminar con rumbo a la cocina, donde encontré a Kanon lavando los utensilios que había ocupado.

 

  • Prepare un poco de “pistado Manchego”, espero no te moleste – Dijo sin voltear a verme – pensé que despertarías con hambre, siéntate, la mesa esta lista.
  • Si, gracias – Estaba sorprendido, por lo regular yo era el que cocinaba, Aioros prefería mantenerse alejado de la cocina.
  • Espero te guste – Puso el plato cerca de mí y sirvió vino tinto en las copas.
  • Está delicioso, gracias, no te hubieras molestado.
  • No fue ninguna molestia Shura – Contesto sonriente y sonrojado – me gusta mucho cocinar.

 

Terminamos de comer en silencio, no tenía ganas de hablar, después de la escena que vi el día anterior, ¿Quién querría hablar?.   Al acabar me levante y comencé a recoger los trastes sucios.

 

  • Shura deja, yo lo hago.
  • No Kanon, ya hiciste la comida, déjame lavar los trastes, ¿Si? – Sonreí ligeramente, tratando de ocultar mi verdadero estado de ánimo.   Solo asentiste.
  • Shura necesitamos hablar – Aioros interrumpió la tranquilidad aparente que reinaba en la habitación.
  • No tengo nada que hablar contigo Aioros – Me voltee ignorándolo.
  • Shura, por favor, amor escúchame – Sonaba suplicante.
  • ¡¡¡A M O R!!!, ve y díselo a Saga, ese calificativo ya no va conmigo  – Comenzaba a exaltarme, a levantar la voz, estaba enojado, triste, descepcionado.
  • Shura por favor, solo déjame explicarte… solo 5 minutos, es todo lo que pido.
  • Comienza a hablar – Voltee a ver a Kanon y el comenzó a salir un momento.
  • Estaré afuera, por si me necesitas – Agregó
  • No te vamos a necesitar, puedes marcharte – Dijo agresivo.
  • No te está hablando a ti – Dirigiéndome a Kanon – Te lo agradezco – El solo sonrió y salió - ¿De qué quieres hablar? – Dije secamente.
  • Shura… yo… lo… perdóname…, vamos a hablar.
  • ¿Quién lo hace mejor él o yo?, ¿te gusta más como te besa?, Habla… - Le pregunte enojado.
  • ¿Cómo me preguntas eso? – Supuse que no querría contestarme.
  • ¿Desde cuándo? – Hice la pregunta que más me lastimaba - ¿Fue por él que eras distante y frío conmigo?, anda contesta, ¿no qué querías hablar?, explícame.
  • - Suspiro – Unos días después de que te fuiste – Bajo la mirada – Pero te aseguro que…
  • ¿Qué?, que no fue nada – Comencé a alterarme – es lo que vas a decirme, ¿cuándo pensabas decirme? O espera, ¿pensabas dejarlo así, para ver cuánto tiempo podían verme la cara de idiota?
  • No, eso jamás, Shura yo te amo.
  • No Aioros tu no me amas, si lo hicieras no me hubieras engañado, sabes ya escuche suficiente, sal de mi casa.
  • Shura por favor… - Se acerco a mí y me abrazo – Perdóname.
  • Te perdono Aioros – Lo aleje de mí, no soportaba que me tocara, sentía dolor a su tacto.
  • Todo va a ser diferente, te lo juro, tu vas a ser lo más importante en mi vida.
  • Aguarda, detente, no entendiste, dije que te perdonaba, no que iba a regresar contigo.
  • Shu… tú y yo no hemos…
  • ¿Terminado?, lo hicimos cuando te encontré en brazos de Saga, pero ¿sabes? – Me acerque a él y lo bese, fue un beso lleno de amor, deseo, entrega, justo como el primero que le di y después me aleje – Eso fue por una sola cosa – Me observaba en silencio, sorprendido – Fue de despedida y para que sepas que me perdiste  – Sentí que me partía en pedazos – ahora vete, no quiero verte en mi templo, solo lo estrictamente protocolario.
  • Shura – La voz le temblaba – Yo… no… - me empecé a alejar – espera – me siguió deteniendo mi marcha, tomándome del brazo, sentí una lágrima rodar por mi mejilla.
  • ¡¡¡SUELTAME!!! – Esta vez grite dolido – NO TE ATREVAS A VOLVER A TOCARME – Kanon entro en compañía de Camus y Milo.
  • Aioros será mejor que te marches – Milo toco su hombro
  • Pero… Milo… tú no entiendes.
  • Entiendo que ya dijo lo que tenía que decir y escucho lo que tu dijiste, es todo – Me miro – Ya no tienes nada que hacer aquí.
  • Shura… solo – Ignoró al octavo guardián – Yo… lo siento – y se fue, me sentí triste, pero no solo, tenía tres amigos junto a mí.

  

Kanon se acerco, puso una mano en mi hombro derecho, solo el sentir el gesto y la calidez que su persona emanaba, no pude aguantar más, me abracé a él y empecé a llorar, no encontraba manera de tranquilizarme, estaba deshecho.   Después de un rato me llevo a mi habitación, esperó a que me quedara dormido.

 

No se cuanto tiempo dormí y la verdad no me interesaba saber, por la tenue luz que entraba por mi ventana supuse empezaba a amanecer, me enderece y vi a Kanon dormido cerca de la ventana en un diván.

 

 

  • No tenías por qué quedarte – susurre mientras lo tapaba con una manta.
  • ¿Te encuentras mejor? – Dijo al abrir los ojos
  • Disculpa, no quise despertarte.
  • No tienes que disculparte – Se enderezó para sentarse - ¿No te molesta que me halla quedado?
  • En lo más mínimo, gracias.
  • - Bostezo estirándose – Menos mal, no quería que estuvieras solo – su rostro se tiño rojizo, oí un ruido, supuse que venía de su estomago.
  • Tengo hambre, voy a preparar tortilla española para desayunar – Me veía extrañado - ¿qué te parece si vas a cambiarte? En lo que yo hago lo mismo y te veo en… ¿qué opinas 30 minutos? – asintió – y te espero a desayunar.
  • De acuerdo, entonces en un momento regreso.

 

Así lo hicimos, me dí prisa, no quería sentirme mal, así que me apure a arreglarme y baje, sentí el cosmos de Camus y Milo.

 

 

  • Buenos días chicos – Salude con una sonrisa.
  • Buenos días Shura – Saludo Camus.
  • ¿Cómo te encuentras? – Pregunto Milo preocupado.
  • Voy a preparar tortilla española para desayunar – Esquive su pregunta, en este momento no quería pensar – afirmo que se quedarán a hacernos compañía.
  • ¿hacernos? – Volvió a preguntar el griego - ¿Estas con alguien?
  • Kanon no a de tardar, ¿me acompañan voy a empezar a preparar?
  • Mmm… Con una condición – Y Camus sonrió – Que nos dejes ayudar.
  • Entonces que esperamos.

 

Nos dirigimos a la cocina y manos a la obra.

 

  • Esto es divertido, no entiendo porque Camus no me deja ayudar – Yo estaba lavando los ingredientes y se oyó como algo se rompió al caer.
  • ¡Milo! – Rápidamente el onceavo guardián se dirigió a él – por eso no te dejo ayudar, déjame ver – tomo su mano, el más chico se había cortado al recoger los vidrios – Ya no tendría vajilla amor – y comenzamos a reír.
  • ¿Llegue a tiempo a la fiesta? – Kanon se adentró a la cocina
  • Llegas justo a tiempo.

 

Terminamos de preparar y desayunamos tranquilos y como era nuestro día libre pasamos el tiempo viendo películas, platicando, bueno pasamos el rato de lo más agradable.

 

Al día siguiente y los posteriores no fueron igual porque al entrenar tenía que verlo, hacía mi mayor esfuerzo por ignorarlo, pero al pasar los días se supo que Aioros y Saga eran una pareja formal, fue ahí cuando todo se vino abajo, entre en una especie de depresión, me encerré en mi habitación, no salía para nada, no quería ver, oír, saber o sentir.

 

Así estuve algunos días, mis amigos estaban preocupados, Kanon no se alejaba por nada del mundo, así que decidió quedarse en mi templo, adecuó la habitación destinada a los aprendices de Capricornio.   Todos los días entraba a mi cuarto, llevándome los alimentos correspondientes a la hora, normalmente eran los platillos que más me gustan, a pesar de ello apenas si los probaba, a media tarde llevaba el té de menta, mi favorito.

 

Un día supongo que después de un largo tiempo, Camus entro en mi habitación con la comida en vez de Kanon.

 

 

  • Shura ya es suficiente – Dijo tajante – ¡¡basta!!

 

Lo mire sin siquiera inmutarme por el regaño que el acuariano empezaba a dirigirme, era como escucharlo a lo lejos.

 

 

  • ¿Dónde está Kanon? – Pregunte por su ausencia.
  • Esta con Milo, fueron a comer – Dijo serio, colocando una charola en la mesita.
  • Debe ser deprimente estar con alguien como yo – Volteo a verme enojado – Por eso me dejo Aioros – Aún más enojado Camus aventó la charola contra la pared - ¿QUÉ TE PASA?
  • ¡¡¡YA BASTA!!! – Grito – DEJA DE AUTOCOMPADECERTE – Baje la mirada, desde que terminé con el arquero nadie me había gritado, todos eran muy comdesendientes conmigo – SHURA ERES UN IDIOTA, NO QUIERES VER MÁS ALLÁ DE TU NARIZ, NO PUEDES SEGUIR ASÍ .
  • ¡Camus! Yo… - Comencé a llorar.
  • Shu – Suspiro – No quise decir eso y mucho menos alzarte la voz, pero es que es desesperante verte así, ya paso tiempo, no puedes seguir enfrascado en lo que fue.
  • Pero no se qué hacer, me siento terrible, no creí que fuera a pasarme esto, creí que todo estaba bien.
  • De nada sirve lamentarse, si sigues viendo atrás jamás te darás cuenta de lo que sucede a tu alrededor.
  • Lo siento Camus, gracias
  • No es conmigo con quien debes disculparte, ni mucho menos agradecerme, no fui yo quien estuvo todo el tiempo contigo.
  • Kanon – Susurre - ¿porqué lo hizo?
  • ¿A caso no te has dado cuenta?, piensa Shura tu sabes la respuesta, de hecho creo que siempre lo haz sabido – Se disponía a retirarse cuando – Por cierto, va a regresar un poco más tarde, Milo lo llevo a caminar, comer y distraerse un poco.
  • Camus – Se detuvo un momento – Gracias amigo.
  • Solo no le hagas daño, no se lo merece  – Me sonroje con su comentario
  • Jamás le haría daño.  - Se retiro.

 

 

Me quede pensando en todo lo que me dijo y me levante decidido a darme un buen baño, que me quitara todo lo que venía arrastrando desde hace mucho tiempo.

 

Una vez bañado, comencé a arreglarme, cambie las ropas de mi cama y acomode mi habitación, colocando cada cosa en su lugar, al terminar me dirigí a la planta baja, Kanon había mantenido limpio así que me dispuse a preparar Gyros de Ternera (su favorito), para cenar juntos.   Estaba terminando de arreglar la mesa cuando…

 

 

  • ¡Shura! – Exclamo sorprendido Milo - ¿Cómo estás?
  • Bien Milo, ya estoy bien – Sonreí, como tenía tiempo que no lo hacía – o ¿tú qué dices?, ¿cómo me vez?
  • Increíblemente apuesto – Respondió Kanon que en ese momento iba entrando – Yo… lo siento… - se sonrojo – Te vez bien.
  • Bueno yo… creo… que aquí voy sobrando – Dijo el espartano saliendo de escena – Que gusto que hallas salido de tu cuarto, ya olías ha guardado – Añadió entre risas antes de salir por completo dirigiendose a Acuario.
  • Ja ja ja – Reí – Ay Milo, sabe cómo hacer reír a las personas. Kanon que bueno que llegas, prepare la cena, espero te guste, ¿vamos a la mesa?
  • Gracias Shura – Estaba asombrado - ¿Te ayudo en algo?
  • Mmm… en realidad no, solo siéntate y deja que esta vez sea yo quien te atienda, déjate consentí ¿sí? – Me di cuenta que el tono carmín de su rostro me gusta.
  • Es… ta… bien… - Serví la cena y tome asiento a su lado - ¿Y bien qué te hizo salir de tu habitación? – Pregunto antes de meter el primer bocado - ¡Wwooww! Está delicioso, ¿cómo supiste que…
  • ¿Qué?, que es tu favorito, lo mencionaste la última vez que Saga lo preparo para ti – Sentí una ola de calor invadirme cuando me miraste fijamente, ¿desde cuándo tengo esa reacción con sus miradas?
  • Pero de eso ya hace muchísimo tiempo, no creí que lo recordaras.
  • Siempre recuerdo las cosas importantes – No sé porqué dije eso – Y bueno Camus hablo conmigo.
  • Déjame adivinar, sutilmente te obligo a salir – Sonrió, no podía dejar de mirarlo.
  • Mmm… digamos que literalmente me grito “YA BASTA” y sabes – acaricie suavemente su mano – se lo agradezco, de no ser por él, me habrías encontrado guardado bajo las cobijas – Lo mire fijamente – Kanon… … Gracias…
  • Pero… no tienes que agradecerme, lo hice con gusto, además tú hubieras hecho lo mismo por mi.
  • Lo sé, pero tal vez no lo hubiera hecho por los mismos motivos por los que tu lo hiciste – Me levante con los platos en las manos - ¿quieres postre?
  • Eso no se pregunta, ¿cuál es el postre?
  • Ja ja ja – Reí suave – Kanon pareces un niño, no es algo sofisticado ni laborioso, pero es helado de cajeta… tu favorito…
  • Me parece un magnífico postre – Estaba de espaldas a él sirviendo, ya estaba por terminar cuando sentí que me abrazo por la espalda, de la sorpresa se me cayeron las cucharas – Lo siento, pero estoy feliz de que estés aquí y no encerrado – Giró mi cuerpo para quedar frente a él – Ya me estaba preocupando, Milo sugirió llenar tu cama de escorpiones, asegurando de que así te levantarías…

 

 

De repente en algún punto de la plática me perdí y lo bese, no fue algo apasionado, solo eran nuestros labios juntos, pero una corriente eléctrica me invadió y recorrió mi cuerpo por completo, era una sensación que ni con Aioros sentía, sé que no está bien comparar pero en ese momento fue lo único que paso por mi mente.

 

 

  • Yo… Kanon… lo… siento… - Dije apenado, pero sin dejar de verlo.
  • Ssshhh… no importa – Sonrió – De todas formas ese era mi malévolo plan – Ahora él fue quien me beso, más profundo, con pasión como si sintiera algo profundo por mí, algo como... ¡amor! , ¿será?

 

 

Al separarnos más que nada por la recién falta de aire en nuestros pulmones, la distancia entre nuestro labios era tan corta, solo lo que nos alcanzaba a alejar nuestra nariz.

 

 

  • Me gustas Shura – Declaró con una sonrisa en los labios y sus ojos brillando – Llevo mucho tiempo enamorado de ti.
  • ¿Mucho tiempo? – Por un momento no creí en sus palabras pero por otro lado sabía que no me mentiría, no él - ¿ena… mora… do?
  • De hecho desde antes de que comenzaras una relación con Aioros, en un principio deseaba que terminaran, incluso le pedí a Saga que alejará al arquero de ti, pero no quiso dijo – Tomo una postura seria – “No me interesa Aioros, no te haz dado cuenta que estoy haciendo lo posible para que Mu se fije en mi” – Imitó a la perfección a su hermano – pero cuando ví que eras completamente feliz, preferí hacerme a un lado. – Solo escuchaba no sabía que decirle – Cuando volvimos a la vida creí que tendría una oportunidad, pero al verte junto a él, quería salir corriendo pero preferí quedarme a tú lado, aunque fuera como solo tú amigo.   Luego paso todo esto y llegue a la conclusión que tú necesitabas a tu lado un amigo más que un pretendiente, debo admitir que me destrozaba verte en ese lastimero estado…
  • Pero ya no necesito un amigo, ya tengo bastantes y son los mejores que pudiera tener.
  • Yo me iré en un momento, lo siento – Se alejó de mi – no quise…
  • No me entendiste – lo jale hacia mí y lo bese nuevamente – Kanon… ya no quiero que solo seas mi amigo – baje mi rostro, creo que me había sonrojado.
  • No bajes la mirada – Levanto mi rostro – jamás lo hagas, además tienes razón, ya no quiero ser solo tu amigo, esta vez no quiero que llegue alguien que te arrebate de mi lado nuevamente.
  • Y aún cuando llegará, quien te dijo que voy a hacerle caso teniendote a ti en mi vida… - Me detuve un segundo, lo mire fijamente y pregunte… - Kanon…, ahora que reacciono ¿qué es todo esto? – Le pregunte - ¿qué somos?, ¿por qué ya somos algo verdad?… - sus labios me silenciaron nuevamente, estaba preguntando demasiado.
  • Haber, tranquilo, respira – Rozó sus labios con los míos - ¿Ya? – Asentí – Primero estábamos comiendo, platicando, todo bien – dijo tranquilo – Segundo como que ¿qué somos? – Se puso serio y luego sonrió – Mi amor llevamos – acaricio mi cabello – viviendo juntos poco más de dos meses – su mano bajo a mi mejilla - ¿cómo se te ocurre pensar que viviría en una casa que no fuera de mi hermano o… -hizo una pausa dramática – de mi novio – volvió a rozar mis labios.
  • ¿No… vio? – Dije nervioso, feliz, extrañado por lo que acababa de decir, ¿no va muy rápido?, bueno nos conocemos desde niños, pero siempre fue mi mejor amigo, ¿podré verlo como algo más?, me beso otra vez, Sí, sí puedo.
  • Mmm… ¿por qué no dices nada? – La comisura de mis labios se levanto en una sonrisa.
  • Ahora que recuerdo, ¿por qué no me dijiste que llegarías tarde? – Me puse serio y sentía… ¿celos?, raro…
  • Mi niño – Me vio con ternura y con el pulgar, rozo mis labios – no estés celoso, no tienes porque, solo quiero y deseo fijarme en ti, como lo he venido haciendo desde tiempo atrás, ¿de acuerdo?
  • Entendido… Kanon… yo…
  • No te preocupes, vamos al paso que tú marques, además tenemos todo el tiempo del mundo.
  • Kanon… tú también me gustas, pero no se si siento lo mismo que tú en este momento…
  • Ssshhh… por el momento con eso me es suficiente y ya me encargaré de que sientas lo mismo que yo siento por ti.   Por ahora, Shura descubrí que me estas engañando – Se puso terriblemente serio.
  • Yo… no… no te estoy engañando… - Conteste nervioso – te aseguro que no lo estoy haciendo.
  • Yo creo que sí, porque – comenzó a sonreír abiertamente – tú prometiste helado de cajeta y esto parece malteada.
  • Ooppss, lo siento Kanon, se derritió.   Pero puedo cambiarlo por yogurt con granola.
  • Mmm… revisa bien debe haber más helado, estoy seguro que compre suficiente.
  • No, Kanon creo que ya te terminaste todo el helado que había en la nevera – Se me ocurrió una idea – Ya sé que es lo que va haber de postre – Lo abrace del cuello y lo bese lentamente, simplemente sentí el impulso de besarlo, comencé a temblar cuando sus manos acariciaban mi cuerpo, se detuvo, ¿porqué se detiene?, no continua…
  • Mmm… - Mantenía sus ojos esmeralda celosamente cerrados – Tendré que acabarme el helado siempre que haya en la nevera, me gusta más el postre a la española – Sonrió mientras abría sus ojos lentamente hipnotizándome, embelesándome por completo – Shu, no tiembles – Acarició mis labios – No voy a hacer nada que tu no quieras, lo único que está entre mis planes es amarte hasta que tú ya no lo desees.
  • Mmm… entonces llevamos dos meses juntos, que rápido pasa el tiempo.
  • Lo único malo es que te la pasaste en cama – Me miró fija y seductoramente -  y no fue precisamente como yo lo hubiera querido – sus labios me dieron un rápido y fugaz beso, seduciéndome, hechizándome.
  • Kanon… yo… lo… siento… pero… - Su mano izquierda tapo mi boca
  • No importa, me gusto mucho atenderte, consentirte, cuidarte… - No se detenía, seguía acariciando mi espalda, dándome pequeños besos, sonriendo, bostece – Amor ya es tarde y estoy un poco cansado, ¿te parece si nos retiramos a descansar?
  • Adelántate, voy a preparar un té, ¿quieres?
  • Si gracias igual al tuyo, por favor.
  • En seguida te lo llevo.

 

 Preparé té de canela lo más rápido que podía, pero el agua tardo en calentarse, más de lo que deseaba.   Cuando llegue a mi habitación, no había nadie.

 

  • ¿Kanon?... ¿Dónde estás? – Nadie contestaba, deje la charola con las tazas en la pequeña mesita del fondo, busque debajo de la cama (no sé, tal vez estabas ahí), dentro del baño, en el armario… se me acababan los lugares… - Ya sé donde estas – camine con prisa hasta su habitación - ¿Kanon? – estaba sentado en la cama, viendo el piso, me acerque a él, volví a llamarlo y nada, me arrodille delante de él - ¿qué sucede? – me abrazó fuertemente, instintivamente mis brazos rodearon su cuerpo, pegándonos lo más que se pudo – por favor háblame, algo, lo que sea.
  • Te amo Shura – Mordió levemente el lóbulo de mi oreja izquierda y un sutil gemido salió de mis labios, inició una cadena de besos por mi cuello para llegar a mis labios, ¡Dioses! Se siente tan bien, me permití respirar – Amor, vas muy rápido y el té se enfría.
  • No importa que se enfríe… - lo bese nuevamente, terminado el beso, me detuvo.
  • Shu… te juro que deseo esto más que nada en este mundo, quiero tenerte, quiero pertenecerte, pero vamos un poco rápido, no quiero presionar las cosas.
  • Kanon… - Lo abracé fuertemente – gracias.
  • Te aseguro que el día que lo hagamos va a ser mágico, pero por ahora… - suspiro – eres mi novio y quiero cuidarte, consentirte, protegerte, amarte…
  • Mmm… entonces, vamos por el té a mi habitación – Nos encaminamos en esa dirección, al llegar nos sentamos segundos, ya que el monumento griego que me acompañaba bebió a esa velocidad el contenido de su taza.
  • Ya es tarde, será mejor que me vaya a descansar – Se levantó rápidamente.
  • Géminis, ¿qué sucede? – Le hable como amigo, no quiero que eso cambie.
  • Mira español. ¿No te dije?, estoy saliendo con un chico maravilloso y es mi novio y no creo que le agrade la idea de que me quede a dormir con una amigo – Me sentí triste.
  • ¿Ah sí? – No pude evitar sonar decepcionado.
  • Si, solo imagínalo, es un chico delgado pero fuerte, bronceado pero no tanto, alto, ojos obscuros, cabello corto y negro – me está describiendo – es de procedencia española – sonrió y yo junto a él.
  • Tienes mucha razón, así como lo describes, debe ser guapísimo – le seguí el juego.
  • Tanto que estoy totalmente loco por él, ¿ahora me entiendes?
  • Quédate, no creo que se enoje – Le guiñe el ojo izquierdo – además croa que también lo conozco, ¿qué dices?, vemos una película ¿por los viejos tiempos?
  • Mmm… ¿por los viejos tiempos? – Lo dudo – Deja voy por un vaso con agua y vuelvo, ¿de acuerdo? – Solo me dio tiempo de asentir, porque salió velozmente.

  

Pasaron como 10 minutos y no regresaba, me preguntaba qué habría pasado, estaba a punto de salir a buscarlo, cuando tocaron en la puerta, abrí y ahí estaba él.

  

  • Hola amor, lamento llegar tarde, pero fui a ver a un amigo y me tarde más de la cuenta, ¿todavía no pones la película?
  • ¿Kanon? – Estaba confundido, no entendía muy bien el juego.
  • Sígueme la corriente – Susurro en mi oído, haciéndome estremecer con el roce de su aliento.
  • Te estaba esperando, no creí que tardaras tanto.
  • Lo siento, pero ya llegue a casa – Me abrazó y luego nos dirigimos a la cama donde veríamos la película - ¿Cuál vamos a ver?
  • Mmm… - ví las películas que me había prestado Ángelo, puras de suspenso – DM me había dejado algunas, todas basadas en libros de Stephen King: “Carrie”, “Cujo”, “Cementerio de Mascotas”, “Atrapa sueños”… - ¿Cuál elegimos?
  • Mientras estés asustado y te mantengas abrazado a mí, la que tu elijas de seguro me va a gustar.

  

Elegí Cementerio de Mascotas, la película no asustaba en lo absoluto pero fingía con tal de tener la excusa perfecta para quedar abrazado a él, al terminar nos disponíamos a dormir.

 

  • Ya es hora de dormir, nos vemos por la mañana – Se levanto, me beso rápidamente y sentí un vació, no quería que se fuera de mi lado.
  • Espera Kanon, - Se detuvo y volteo a verme – No tienes que irte, si tu lo deseas, puedes quedarte conmigo.
  • Mi vida, eres un chico muy travieso – se acerco nuevamente, depositando un beso en la punta de mi nariz – Solo si prometes portarte bien – mordió su labio inferior, estoy seguro que estaba provocándome.
  • Está bien, prometo portarme bien – Me beso… nos besamos – si a cambio me abrazas mientras dormimos.
  • Me parece justo – Regreso a acomodarse junto a mi, nos acostamos y me jalo hacia él – Buenas noches amor.
  • Buenas noches Kanon – Nos besamos nuevamente.

 

Dormimos toda la noche, por la mañana yo desperté primero, como lo prometió, pasamos toda la noche abrazados, por primera vez en mucho tiempo me sentí protegido, amado.   No me moví, quería seguir viéndolo dormir, pero comenzó a moverse, a despertar.

 

 

  • Buenos días guapo – Desperto con una bellísima sonrisa.
  • Buenos días dormilón

 

 El amanecer, trajo consigo una nueva vida, un nuevo sentir, un nuevo amor.

 

Los días fueron pasando, por la mañana y la tarde nos la pasábamos entrenando o pasando tiempo con los demás chicos, incluidos Saga y Aioros, debo admitir que al principio era difícil, pero mi gemelo estaba a mi lado para tomar mi mano y hacerme fuerte, a su lado me siento invencible, hasta que ya no le daba importancia a que estuvieran junto a nosotros; por las noches lamento muchísimo decepcionarlos pero la pasábamos viendo películas, ya sea que pasaran por televisión, los chicos nos las prestaran o las compráramos o rentáramos y luego dormíamos abrazados, pero faltaba ese plus, ese detalle que nos uniría aún más, habíamos acordado esperar, pero yo ya no quería, solo tenía que encontrar el momento adecuado y estaba decidido a que fuera el día que cumplíamos 8 meses juntos, sin contar los dos meses que cuido de mi.

 

Tenía que planear algo especial, tuve tiempo ya que una semana antes del día fue mandado a una misión a Santorini, no era lejos pero no podía regresar hasta no terminar, así que arregle todo.

 

En la sala coloque un letrero de bienvenida, en la mesa de centro estaban colocadas dos copas y la demás loza necesaria, la comida estaba preparada, elegí un Moussaka, un Pisto manchego  y de postre Xuxo, como bebida un Metaxa.

 

Había arreglado nuestra habitación con flores y velas y lo que creí que necesitaríamos en el cajón del buró.   Ahora solo faltaba esperar su llegada.

 

Al llegar paso de largo, debía entregar su informe a Shion, así que tuve que esperar un poco más, pero no importaba, ya que después de esta noche, el sería mío y yo suyo, podía esperar.   Después de una hora por fin llego.

 

  •  Mi amor, que bueno que ya estás aquí – Camine rápidamente para llegar a él - ¿qué tal te fue?
  • Cielo, ya no podía esperar a que el tiempo pasará para regresar a tu lado – Nos besamos como si fuera la primera vez – Todo salió perfectamente, no había nada de qué preocuparnos y Shion está más tranquilo. ¿Y tú qué hiciste amor?
  • A parte de esperarte y extrañarte, estuve entrenando y ¿ puedes creer que Camus, Milo, Dita y Ángelo, se las arreglaron para que prácticamente no estuviera solo?, se me hizo una exageración – Cabe señalar que mientras platicábamos, no dejábamos de besarnos, acariciarnos, abrazarnos y todas las muestras de cariño que existen
  • Creo que yo tuve la culpa – Llevo una mano a su barbilla – No debí decirles que te cuidaran como si yo no me hubiera ido.
  • Kanon ya no soy un niño, se cuidarme solo – sonreí – pero gracias por preocuparte por mi – Le tome la mano – Ven, te preparé una sorpresa.
  • En serio, me encantan las sorpresas, ¿qué es?
  • Amor, tu si actúas como un niño – Le guiñe el ojo y sonrió – pero así te amo – Llegamos, miraste sorprendido - ¿y bien?, ¿tienes hambre?.
  • Gracias cielo, no debiste – Me beso emocionado - ¿nos sentamos?

 

 Tuvimos una cena romantica, mientras comíamos el Xuxo, algo de crema quedo provocativamente en la comisura de sus labios, eso fue más de lo que mi cordura pudo soportar, me acerque lentamente y limpie sus labios con mi lengua, me jalo hacia él, quedando lo más posiblemente pegados comenzando con una fogosa guerra de besos que como caballeros dorados no estábamos dispuestos a perder, lentamente me senté en sus piernas.

 

  • Kanon…
  • Mmm…
  • Todavía queda una sorpresa
  • ¿A sí?
  • Sí, pero no está aquí – Me levante y lo ayude a incorporarse, me abrazo por la espalda besando mi nuca, nos dirigimos a la habitación
  • Llegamos – Me vio incrédulo del escenario
  • Mi bellísimo y travieso ángel ¿Qué es lo que planeas? – mordió sus labios.
  • Pon a volar tu imaginación – Me coloque a orillas de la cama, llamándolo con un dedo, lentamente se acercó sin hacer un movimiento, comencé a quitar su playera, descubriendo su piel para besarla, iba a quitar mi playera pero…
  • Espera… - Me detuve – Yo lo hago – colocó sus manos en mi costado, lentamente levantó mi playera besando mi abdomen, subiendo conforme iba descubriendo mi piel, cuando llego a mi boca no tomo ni un segundo en continuar besándome, sin dejar de recorrer mi pecho con sus manos.

 

 Nos fuimos recostando en la cama sin dejar de besarnos, nuestros labios se unían a la perfección, nuestras manos viajaban, estudiando el cuerpo ajeno, el ambiente comenzaba a ser más caluroso el resto de la ropa comenzaba a estorbar.   Sus manos hábilmente desabrochaban el botón de mi pantalón y muy lentamente lo bajo hasta desaparecerlo en alguna parte y en algún momento del que no me percate, la ropa que aún teníamos se desvaneció, no es que me queje pero me di cuenta que estaba hipnotizado con sus ojos, sediento de sus labios y ansioso de su cuerpo.

 

  • Amor – Dijo en un susurro ronco, respirando agitado.
  • Sigue… - Hable en cuanto soltó mis labios – No te detengas – Con una sonrisa volvió a besarme
  • ¿Quién te dijo que iba a detenerme?, si esto es justamente lo que deseo – su mano viajo lentamente al sur, hasta encontrar su destino en mi miembro, seguido de sus labios.
  • Aaahhh!!! – Sentí como su boca se adueñaba de mi, subiendo y bajando sin detenerse, el momento se acercaba – Ka… non... yo… voy… a… aaahhh!!! – sentí una descarga en mi cuerpo.   Mi amado caballero, se colocó sobre mi besándome y acariciándome – Amor… - con trabajo podía articular palabra.
  • ¿Qué sucede cielo?
  • Quiero pertenecerte – Me sonrió y yo sonrojado – ser tuyo completamente y que tú seas mío – Apenas terminé de hablar cuando colocó dos de sus dedos en mi boca.
  • Tus deseos son ordenes para mi – Sentí uno de ellos entrar en su intima morada, para instantes después ser acompañado por otro, solo pude gemir por la intromisión, arqueando un poco la espalda, en un momento los invasores salieron para dar paso al verdadero propietario del lugar.   Se fue adentrando poco a poco, ejerciendo presión, mientras yo apretaba sus brazos con fuerza, beso mi frene – Tranquilo amor, pronto pasará, lo prometo – Su mano comenzó a masajear mi miembro para distraerme.

  

Lentamente el dolor fue sediendo, dando paso a una ola de placer infinito que tanto deseaba, las embestidas fueron lentas, compaginándose con otras  fuertes y rápidas, recuerdo que en ningún momento dejó de besarme, era un momento increíblemente mágico como real, justo como el prometió.

 

El climax estaba por llegar para ambos, tomo mi miembro masajeándolo al ritmo de sus envestidas, él llego primero, descargansode en si interior, acto seguido yo lo hice mojando su abdomen, sin fuerza alguna en nuestro ser se dejo caer en mi pecho, intentando recobrar el aliento, poco a poco se deslizó a mi lado atrayéndome a su pecho, abrazandome con posesión.

 

  • Te amo Kanon
  • Se Agappo Shura, ¿te encuentras bien?, ¿no te lastime?
  • Mejor que nunca, tranquilo – Nos besamos, antes de caer rendidos por el cansancio y el agotamiento.

 

Esa fue la primera de todas las noches en las que nos entregaríamos, victimas de la pasión y amor que nos profesamos.

 

Una tarde como cualquier otra, platicábamos con Milo y Camus en las escaleras intermedias entre capricornio y acuario, era algo que acostumbrábamos hacer seguido.

  

  • ¿Ya cuánto tiempo van a celebrar juntos?
  • Mmm… Llevamos saliendo dos grandiosos años y contando – Contesto más que feliz mi amadísimo monumento griego.

 

 Después de lo de Aioros, nosotros habíamos forjado una fabulosa amistad con los caballeros de Acuario y Escorpio, tanto que compartíamos mucho de nuestro tiempo libre juntos.

 

  • Shura, si pudieras cambiar algo del pasado ¿lo harías? – Camus siempre fue ocurrente y siempre tiene preguntas repentinas colocándonos en situaciones que jamás hemos pensado en estar, pero uno nunca sabe.
  • Mmm… es una pregunta complicada – Tenía la respuesta, desde hacia un tiempo la había pensado – Si hay algo que me gustaría cambiar – Voltee a ver a Kanon que me veía esperando mi respuesta.
  • ¿Y…? no te quedes callado, hombre vamos – Insistió Milo
  • Cambiaría… que Aioros terminara conmigo… - Kanon se mostró dolido y ¿vamos como no hacerlo? – Amor no me veas así y déjame terminar – le pedí acariciando su rostro.
  • Shu… por favor explícate, porque la verdad no entendemos nada – Camus ya sabía a dónde iba, ya se lo había comentado en una ocasión anterior que me hizo la misma pregunta, pero solo estábamos él y yo.
  • Amor mírame ¿sí? – Mi bellísimo gemelo me dedicó su esmeraldina mirada – Lo cambiaría, para que después de revivir él y yo no hubiéramos regresado, solo para disfrutar por más tiempo el amor tan inmenso que nos tenemos.
  • Ya entiendo – Me besó – Yo también hubiera querido eso, pero lo más importante es que estamos juntos y lo estaremos hasta que Hades nos vuelva a llevar a su reino – Nos abrazamos fuertemente –
  • Kanon, creo que ya es momento, ¿no crees? – Milo sonrió en complicidad con Kanon, mi amigo francés y yo solo nos volteamos a ver, sin saber realmente lo que pasaba por la cabeza de aquellos griegos que juntos eran de temer cuando se les ocurria algo.
  • Creo que sí, ¿dónde están? –
  • ¿De qué hablan? – Comenzaba a impacientarme
  • Yo tengo el mío en mi bolsillo, el tuyo esta justo detrás de esa maceta – Busco donde se le dio las indicaciones y en seguida ambos guerreros se encontraban arrodillados frente a Camus y a mí, claro respectivamente.  
  • Camus, mi hermosísimo caballero de los hielos, deseo más que nada pasar toda mi vida a tu lado, perteneciéndote únicamente a ti, haciéndote muy feliz y en algún punto de nuestras vidas hacer que nuestra familia crezca, mientras lo último sucede dime, ¿te quieres casar conmigo?
  • Milo yo… … - Camus no sabía que decir, en un segundo estaba paralizado y al siguiente - ¿estás loco? ¡¡¿¿Cómo se te ocurre preguntarme eso??!!
  • Camus es que pensé que… - La reacción del octavo guardián no mostraba mucha alegría con semejante respuesta pero…
  • De antemano sabes mi respuesta cariño, sabes que lo único que quiero es justamente casarme contigo y ser feliz a tu lado, te amo – El pobre chico pudo respirar y sonreír a más no poder ya que la respuesta era justo lo que él quería escuchar –
  • Bueno, ahora Shura, mi amado Shura, la profundidad del mar no se compara con el amor infinito que siento por ti – Sentí que todo mi cuerpo temblaba solo de escuchar su voz diciendo tan bellas palabras – te he amado casi desde que nos conocemos, eres a la única persona a la que me atrevería a decirle “cásate conmigo”, no te lo pregunto porque ya sé la respuesta, por algo tú sonrisa es más grande y tus ojos negros como la noche brillan con la resplandeciente Luna – Colocó el anillo en el dedo anular de mi mano izquierda, juro que ninguna batalla o poderoso enemigo mi hizo temblar y ante esta situación lo hice, los nervios me traicionaron - …
  • Pregúntame por favor… - Le pedí suplicante, deseaba escuchar esa pregunta salir de sus labios… -
  • Shura, caballero dorado de Capricornio, ¿me harías el grandísimo honor de casarte conmigo y pasar el resto de tu vida a mi lado? – Él también temblaba.
  • ¡¡¡¡¡Claro que sí!!!!! Kanon Te amo… - Nos besamos, era un sueño que por fin se hacía realidad.
  • Sabes Camus – comenzó a hablar Milo – jamás creí que un rompimiento trajera tantas bendiciones, a ellos los unió y a ti y a mí nos unió aún más.
  • Era de esperarse mi bello escorpión, las cosas no pueden salir mal eternamente.

 

 Fin

Notas finales:

 

Estimados lectores espero que la historia haya sido de su agrado y no se imaginan cuante agradezco que tomaran un poco de su tiempo.  Gracias por leer!!!.

 

Me harían muy feliz si tras su visita dejaran sus comentarios, criticas, chismes y sugerencias.

 

Ciao.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).