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Un plato de arroz por Chris Yagami

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Notas del fanfic:

Momento de locura y depresión.

Notas del capitulo:

El titulo del capitulo es distinto al del fanfiction porque ese era el titulo original, pero me gustó mas el otro.

 Dedicado a TKarin, pasamos momentos lindos y estresantes, pero todo tiene que llegar a su fin... lamento no seguir contigo.

Basado en este video:

Double Lariet

Un plato de arroz.

Mi plato de arroz vuelve a caer. Se levanta solo 84 cm. Es el alcance de mi poder.

Me esforcé durante mucho tiempo, hice lo que pude para ser aun mejor lo que podía, veía a mis compañeros, mis hermanos lemurianos y me daba cuenta de cuanto se esforzaban pero yo quería hacerlo mejor. Practicaba y practicaba, mi esfuerzo valía un plato de arroz frito.

Muchas veces quise darme por vencido, no podía salir de mis esfuerzos y me frustraba que no lograba avances. Pero estaba sus palabras.

Mi plato de arroz se levanta solo 250 cm.

Y aun así me podían ver practicando, uno tras otro, un paso a la vez fui acercándome a la meta, veía junto a mi amigo como aun había un abismo, pero podía estar bien, saldría adelante y llegaría a la cima.

Continúe con mis prácticas, sabia que la constancia algún día me llevaría algún lado, a pesar de las burlas de aquellos que podían volar cuando yo quería apenas caminar, seguí adelante. La presión me aplastó muchas veces, no podía levantarme pero siempre hubo alguien junto a mí que me tendía su mano y gracias a él no me caí.

Pero me molestaba que no pudiera alcanzarlos, que su poder fuera superior y eso solo hacia que mis esfuerzos crecieran, me decía que era feliz intentándolo, pero la verdad vea el futuro con un dolor de cuello, pues estaba demasiado alto aun.

Mi plato de arroz se levanta cinco metros.

Pero llegué, un caballero dorado, uno de los mas poderosos y conseguí plantarme frente a uno de los dioses mas poderosos. Luche al lado de mi diosa, ayudado aun de quien jamás se apartó de mi lado. De quien poco a poco se convirtió en algo mas que un amigo. Ambos sobrevivimos.

Nuestros futuros, revelados por las aguas sagradas de una copa nos dijeron que tendríamos que separarnos. Mi poder me convirtió en el papa del santuario y así tuvo que ser todo. Él se marchó, yo al frente de un gran ejercito esperando por la nueva llegada de mi diosa. Ochenta y ocho caballeros que descubrir y entrenar. Once armaduras de oro a las cuales buscarles dueño. Niños solamente.

Mi poder se levanta a más de cinco kilómetros.

Y hoy me pregunto: Si mi “yo” del pasado me viera ahora ¿Estaría feliz? Estoy vivo, pero no hay nadie a mi lado, no lo veo tanto como quisiera y para los demás soy solo el patriarca, un superior al que tienen que respetar. Me estoy cansando. No hay nada más que haga.

Miro hacia abajo, de allí vengo yo y veo once niños entrenando, rivalizando, justo como lo era yo. Pero entre todos ellos hay un pequeño lemuriano de cinco años, su plato de arroz no puede levantarse más de 10 cm.

Bajo las escaleras a prisa, me muevo lo más que puedo para estar con él. Todos me miran pasar. Piscis y sus rosas, acuario y ese intenso frio, capricornio y su honorable estatua, sagitario y su justicia, escorpio y su jovialidad, me detengo un momento en libra y veo sus paredes repletas de recuerdos, juntos, felices, tristes. Continúo corriendo y las miradas siguen, mi sonrisa es brillante. virgo y su pureza, leo con toda su potencia, cáncer y su espectro de lucha, géminis con una sonrisa placentera, tauro y su poder y al fin llego.

El arroz está en el suelo, el pequeño está llorando y se niega a si mismo el progreso. Mis recuerdos se vuelven mas intensos recordando a mis amigos lemurianos. Todos nosotros debimos alguna vez pasar por lo mismo. Sonrío al pequeño que deja de llorar. Levanto el plato de arroz y lo deposito en sus manos.

“Tal vez sea difícil” le dijo con dulzura “pero eso hace mas reconfortante que lo logres. No te rindas, Mü”

Son sus palabras, eso fue lo que me dijo él cuando quise dejar el esfuerzo. El pequeño me sonríe y sus mirada muestra la determinación que yo debí tener alguna vez.

Su plato de arroz se levanta 30 cm.

Crecí, eso es cierto, ahora soy el patriarca. Creí que ese era mi máximo pero no es así, aun puedo crecer para la gente y si lo dejé atrás ya no más. Ahora estoy aquí y me encargare de ser ese apoyo para él. Porque no estaré aquí para siempre y quiero que él pueda salir adelante como lo hice yo alguna vez.

Mi poder se acerca solo a los 85 cm, tomo al pequeño en mis brazos y recompenso sus esfuerzos. Ahora es todo lo que necesito. 85 cm.

Pues mi destino dice que no lo veré crecer. Pero estaré con él. Y cuando él se sienta conforme como lo estoy yo, entonces estaré allí para recibirlo.

Notas finales:

Fue escrito sin pensarlo mucho, con el corazon en la mano (es en serio, lloré mientras lo escribir, llamenme loca u.u)

Espero al menos, que se hayan entretenido.

TKarin... pero tu sigues conmigo

"algún día cuando ya no pueda girar mas, por favor quedate junto a mi" yo ya dejé de girar... pero estas aqui.

Muchas gracias.


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