Limón y Sal
Tal y como era, así quería Ryo a su egocentrico, narcisista y a veces pesado yami, quien decidió tomar el nombre de Bakura por practicidad.
-Voy a salir-, Dijó cortante el mayor de los chicos albinos en la entrada del departamento de Ryo, -Vuelvo en la noche-, Puntualizó sin siquiera voltear a ver al menor de los dos, dejándolo con una franca mueca de molestía y desconcierto.
Aunque desde que Bakura había regresado del reino de las sombras se comportaba algo extraño...
Empezando por el día en el que había llegado pidiendo asilo a su departamento, y Ryo escuchó palabras que jamás creyó oir de esa persona ni en un millón de años... aquellas palabras fuerón ¨Por favor¨ y ¨Gracias¨.
Aun así no era como si las dijera muy seguido, de hecho su comportameinto era más o menos el mismo de siempre, altanero egomaniaco, etc, etc, la extrañeza de su conducta recidía en el hecho de que ya no le insultaba tanto como antes, más bien era indiferente y distante, y casí siempre a esa hora de la tarde salía sin decir nada más que ¨Voy a salir¨ y ¨Vuelvo en la tarde¨, o un ¨No me esperes¨...
-Bakura...-, Susurró mientras se dejaba caer en uno de los sofás de la estancia, -A veces no se que hacer con esto que siento... quisiera poder olvidarlo, o votarlo a algún lugar en el tiempo, antes de conocerte... lo único que puedo hacer ahora es ocultarlo... -, Resopló por lo bajo el ojiverde, intentando comprender el proceder de Bakura, después de todo lo amaba, no sabía como, no sabía desde cuando, no supo el momento preciso en el que empezó a soñar con él, o la primera vez en que sus gestos de enfado o de superioridad y alguna que otra sonrisa que se le escapaba, aunque fuera algo cínica, se le hizó lo más hermoso que hubiera visto en todo el mundo...
Ryo se hundió más en el sofa y recargó su cabeza hacia un lado, dispuesto a dormir hasta que llegara su yami, sabía que Bakura no corría ningún peligro en la calle, pero aún así no podría descansar sin tener la certeza de que llegara a casa...
Mientras tanto, en algún parque en el centro de la ciudad...
Un albino de ojos castaños estaba sentado en una banca con vista a la playa...
El delicado oscilar de las olas le traía calma para poder pensar... después de todo desde que había llegado, había tenido muchas cosas en las cuales pensar...
La razón de su regreso del reino de las sombras era el tema en el que siempre se ocupaba, por que, de hecho, era el único que le importaba.
Ese tema tenía que ver con cierto albino tierno y dulce que esperaba en casa, seguramente sentado en el sofá de siempre, a que regresara...
-¨Ryo...¨-, pensó todavía sin quitar su vista de las olas... -¨No importaba que, durante toda mi estadia en aquél lugar oscuro, lo único que me mantenía con fuerzas era la esperanza de poder volver a sentir tu escencia, mi luz...¨-, Mantenía su vista, profunda y reflexiva, -¨Aunque hubo ocasiones en que preferí mil veces morir si no podía volver a verte... pero... soy un cobarde, un maldito y estupido cobarde...¨-, Sus manos se contrajeron en puños y su mueca parecía llenarse poco a poco de enojo.
-¨Tú... tu deseo, tu anhelo, simplemente tú, tú fuiste quien me trajo de regreso, quien me perdonó y redimió mis pecados... pero... aun así, sabiendo que me quieres tanto como yo... aún así estoy sumido en este debate injusto...¨-, Apretó sus puños con más fuerza, y liberó su enojo contra la banca, soltando un fuerte puñetazo a la madera de la que estaba hecha, provocando que una tabla se rompiera y que de su puño comenzará a emanar sangre...
-¨Yo... ja... yo soy un malparido ladrón de mierda... eso es lo que soy...¨-, Pensó con sorna viendo su puño, -¨El mejor de todos, sin duda alguna... pero alguien como yo, tan sólo podría traerte graves
consecuencias... y ahora mismo me enfrento a esta cuestión... quedarme y seguir contigo, siendo indiferente todo el tiempo para que esto que sentimos no pase a más y sea mucho más fácil para tí... o irme, irme para ya jamás verte...¨-, Bakura sonrió con melancolía esta vez, y, por alguna extraña clase de milagro, una lágrima solitaria bajó por su rostro...
-¨Creo que he llegado a una conclusión... Ryo...¨-, Pensó, viendo una vez más al mar con tristeza, pero al mismo tiempo con decisión, -¨Esta misma noche me alejo de tí... no quiero ser la causa de tus problemas, y si me quedo, eso voy a llegar a ser exactamente...¨-, Se levantó de la banca sonriendo un última vez... y se encaminó al departamento, ya estaba oscureciendo.
Mientras tanto en el departamento...
Ryo seguía dormido, y entre sueños murmuraba cosas incomprensibles, tal parecía que tenía una pesadilla...
-Hummm... no, por favor, no te vayas...-, Murmuró levemente, haciendo una mueca de dolor, en ese preciso momento despertó... justo a tiempo para escuchar la puerta de la entrada abrir y cerrarse, Bakura había llegado...
Y a Ryo no se le ocurrió nada más que hacerse el dormido allí en el sillón, sin moverse.
Bakura caminó suavemente hasta llegar a donde sabria que estaría, y no se equivocó, allí estaba, durmiendo plácidamente, o eso creía él...
-Ryo...-, Le llamó en un susurró, acariciando levemente la piel de su mejilla con el reves de su mano... a lo que el albino ojiverde se tensó un poco, pero siguió en su papel, algo le decía que iba a escuchar algo
de Bakura que tan sólo tendría la osadía de decirlo con él dormido... -Ryo... mi luz... hermoso angel... necesito la paz que me transmite tu alma, necesito de tu escencia para poder respirar, soy un tonto dependiente de tí, un estúpido sin remedio... -, En este punto, paró de hablar, y tomo algo de aire con esfuerzo, a Ryo le pareció extraño aquello, pero aún así siguió sin abrir sus ojos, aquél chico frio se estaba abriendo a él, más aún, le había dicho que era dependiente de él, que necesitaba de él... decidió seguir escuchando, -...pero por sobre todo, necesito garantizar tu bienestar...-, Una gota cayó sobre la mejilla de Ryo, haciendo que éste, irremediablemente abriese los ojos sorpendido... con incredulidad volteó hacia arriba, y se encontró con algo que jamás, ni en cientos de miles de millones de años hubiera soñado con ver...
El gran rey de los ladrones, el obstinado, frio, narcisista, egomaniaco, e insensible Bakura estaba... estaba llorando...
-...Te amo... adios...-, Fué un susurro tan leve que muy apenas Ryo pudo escuchar... Bakura no había notado que el chico albino había despertado, y se dió la vuelta, dispuesto a ir a acomodar sus cosas para poder irse cuanto antes...
Con lo único que no contaba, era con que su jacketa se atoraría en el sofá...
-Estúpido sofá atora jacketas... ¿Qué no ves que tengo prisa?-, Dijó con molestia, volviendo a la misma pose seria de siempre, y volteando su vista hacia el sofá, dispuesto a desatrancar su ropa... entonces se
dió cuenta de que el susodicho mueble no tenía la culpa...
Ryo había estirado un brazo hacia él, y había tomado su prenda para evitar que diera un paso más... Bakura se había quedado mudo de la impresión, -¨¿Acaso él... me habrá escuchado?¨-, Pensó el mayor de
los dos sin moverse.
-Bakura... yo desee esto... con todas mis fuerzas... tán sólo quería sentirte, poder volver a ver tus ojos, tán sólo quería estar junto a tí... no soportaba estar sin tí, fueras cómo fueras, hubo algo en tí... hay algo en tí, algo que siempre me hace caer en tu gravedad... no sé lo que es, pero no me arrepiento de haberme enamorado de tí...-, Habló Ryo con lágrimas en los ojos... y Bakura quería regresar a su pose de
indiferencia para con el chico albino ojiverde, pero no lo consiguió... su necesidad por secar sus lágrimas fué mayor... se pusó de rodillas para poder estar a la altura de su luz...
-Ryo... mi luz... esto es justamente lo que quiero evitar... tus lágrimas por mí... se que tú fuiste quien me trajó de regreso... y te lo agradesco, por que así he podido ver tus ojos una vez más... -, Habló seriamente, viendolo a los ojos, y secando sus lágrimas con su dedo pulgar, -Pero quiero que entiendas... que yo no soy lo que necesitas... no soy lo que quieres en tú vida, soy un completo desastre... no quiero ocasionar más complicaciones en tu vida de las que ya te dí...-, Bakura ya no hablaba viendo a Ryo directamente, su vista estaba clavada en el piso... -Hmp... debo irme ahora...-, Dijó recuperando parte de su frialdad, dejando a Ryo en el sofá, aún con lágrimas en los ojos...
Bakura caminó directo a la habitación que tenía en el departamento de Ryo, y comenzó a sacar sus cosas, las acomodó en una mochila, y abrió la ventana de la habitación, dirigió una última mirada triste en derredor, y saltó por la ventana... Ryo reaccionó y se paró de golpe del sillón, corrió hasta la habitación... y Bakura ya no estaba...
Estaba apunto de desplomarse en el suelo a llorar, pero notó que la ventana estaba abierta, por ahi había salido Bakura, así que tomó fuerzas y saltó por la ventana también, bajó por la escalerilla de incendios y llegó hasta la calle, estaba oscuro, pero a lo lejos alcanzó a divisar una silueta y un cabello blanco demasiado familiar...
Y como poseído por aquél sentimiento de no querer alejarse una vez más de aquél ladrón, corrió todo lo que sus piernas le dieron, y cuando estuvo a una distancia corta de aquél albino que se llevaba su
corazón, tomó aire, y con lo que le quedaba de fuerza gritó...
-BAKURA!!!!!-, Fué el único sonido que estalló en aquellas calles solitarias, y Bakura volteó con franca sorpresa, vió a Ryo a unos cuantos metros de él, y no se movió en lo más minimo, en aquél instante, el tiempo se paró para Ryo... pues en el rostro de aquél a quien amaba se había formado el gesto más hermoso que hubiese visto jamás en él... una sonrisa sincera...
Y de esa forma Ryo tomó más fuerza, y sus piernas volvieron a moverse hasta llegar a Bakura, cuando hubo llegado a él, paro en seco, le hecho los brazos al cuello, y luego...
Luego, ninguno de los dos supo nada más del mundo...
Ryo había clavado sus labios en los de aquél ladrón que sin duda alguna se había quedado con su corazón...
Fué un beso casto, puro, inocente, pero cargado de sentimiento, era un ¨No te vayas nunca¨, mudo, pero expresado en su totalidad... Bakura lo comprendió...
Cuando se separarón, Ryo se decidió a hablar... -¿Cómo te atreves a decir... que tú no eres lo que necesito?, ¿Cómo puedes siquiera considerar irte... si apenas te tengo, y te siento así, tan completo?, ¿Cómo crees que podré vivir... si tú te vas otra vez?, Si te amo... si amo todo lo que eres, amo tu frialdad, aunque a veces congele, tu narcisismo que a veces cansa, y tu arrogancia, que definitivamente me pone mal...-, Bakura arrugó su nariz en un medio gesto de molestia, y Ryo soltó una pequeña risita, y siguió hablando, -Pero también amo, esos pequeños instantes de calidez, que aunque sean pocos... los disfruto más por ser tan exclusivos... amo que tu narcisismo desaparesca de vez en vez, cómo hace un rato atrás, es entonces cuando dices las cosas más dulces, y que me siento el ser más feliz del mundo, por ser sólo yo quien pueda escucharlas... y amo que aún con tu arrogancia, me digas que me amas...-, Bakura siguió con su gesto de molestia, pero Ryo se apresuró a besar su mejilla, haciendo que el gesto en el rostro de Bakura desapareciera por completo...
-Ryo...-, Susurró, levantó su rostro un poco más y le volvió a besar en los labios... -No se si esto sea lo mejor...-, Hablaba serio otra vez...
-Que le den a lo que sea mejor!-, Soltó Ryo con una finjida mueca de enojo, sorprendiendo a Bakura, -Yo te quiero a tí!, y para mi... eso es lo mejor-, Terminó Ryo, sonriendo de forma dulce, y Bakura entonces
no pudo negar que era lo que él mismo también queria...
-Tienes razón... que le den...-, Bakura también sonrió con soberbia, -Ryo... volvamos a tu departamento, se me esta congelando el trasero aquí afuera...-, Dijó con indiferencia, haciendo que Ryo casi llorara de
felicidad, pero se contuvó y tan solo tomó la mano de Bakura...
-Tienes razón, esta helando aquí afuera...-, Dijó como quien no quiere la cosa, para entretener a Bakura en otra cosa que no fuera el contacto entre sus manos...
-Bueno... yo conozco una muy buena forma de calentar las cosas...-, Habló seductoramente Bakura, cerca del oído de Ryo, y luego lamió su lóbulo con descaro, haciendo que Ryo se sonrojara de golpe...
-Bakura!-, Le reprendió con nerviosismo.
-Ves?, funciona, ya estas rojo hasta las orejas...-, Se burló Bakura, con cariño claro, después de todo tenía que tratar bien a su luz... bueno, eso hasta que él mismo le pidiera lo contrario...
-¨Es definitivo... cuando amas a una persona, la quieres completa, con todas sus cualidades y defectos... porque sus cualidades son lo que le hacen tan diferente de todos los demás... y sus defectos, son lo que
le hacen tan atractivo...¨-, Pensó Ryo mirando de reojo a Bakura, que caminaba con finjida indiferencia, pero por dentro se moría de ganas de volverle a besar...
LunaOlimpia