Capitulo 1: ¿Yo? ¿Papá?
Las calles oscuras de la ciudad por haberse ocultado el sol, y tres chicos sentados en una pequeña tienda, mientras comían fideos instantáneos viendo a la gente pasar.
- Oye ¿Qué hay de ella? es hermosa – se escucho la voz un chico preguntar de cabello celeste, viendo como una chica delgada de cabello castaño y con ropa a la moda pasaba por la calle.
- No ella no – negaba una segunda voz del chico de alado de cabellos azabaches, mientras seguía comiendo sus tallarines con los palillos chinos
- Y ¿Qué te parece ella? esta buena – agrego el tercer chico peli naranja de cabellos cortos viendo a otra rubio con vestido corto pasaba por la vereda frente a ellos.
- No, no tampoco – volvió a negar, sin prestar más atención.
- ¿Qué hay de ella? Aquí viene, Wow – comento el primer chico viendo a otra chica que parecía modelo mientras comía un helado de fresa.
- La verdad no me interesa la belleza - siguió con voz indiferente el chico de en medio.
- Y ¿Qué hay de ella? Es perfecta – hablo casi con la boca llena el pelinegro nuevamente, viendo esta vez a un chica rellenita, con una blusa rosa y falda rosa.
- Has perdido la cabeza – le reclamo el peli celeste.
- ¿Mira su cara? ¿No parece una buena persona? – Pregunto el azabache esta vez poniendo atención en la chica – vamos – dijo mientras se paraba e iba tras la chica.
Camino lentamente tras esta, que ni siquiera se fijaba quien venia tras suyo; hasta que sintió como una mano tocaba su hombro de manera delicada pero firme. Esta se viro con mala cara, cambiándola de inmediato al ver lo que vio.
- Disculpe – hablo cortésmente, luego sonriendo haciendo que la chica lo viera anonadada y se le cayera la cartera, después de todo el chico frente suyo era demasiado guapo, con piel blanca, rostro masculino pero fino y unos ojos penetrantes.
- Eh… ¿Qué pasa? – pregunto con una sonrisa tímida, mas cuando el chico le tomo de la manos, haciendo que la chica pegara un brinco.
- Lamento molestarte, pero… ¿podrías hacerme un favor? – pidió con toda la voz amable que le era posible y ese aire encantador que tenia.
- ¿Un favor? – volvió a preguntar un poco confundida pero nerviosa por el chico frente a ella, era como estar en un sueño, con el príncipe azul…
- ¿Puedes darme leche materna?
Y esa pregunta le hizo volver a la realidad, borrando la sonrisa que tenia y viendo al chico de manera confundida.
- ¿Qué? - volvió a preguntar pensando que no había escuchado bien. El chico solo rio suavemente.
- Se que es vergonzoso. No es para mí…- sin poder terminar su explicación, al ser callado por una tremenda cachetada.
- ¿¡Por quién me tomas?! ¡¿Tan fácil me veo para ti?! – Pregunto la chica enojada – te ves tan agradable ¿Por qué no te amamantas tu mismo para siempre? – pregunto reprendiéndolo, mientras se giraba cogiendo su bolso y yéndose lejos de aquel chico que le había dañado la noche.
El chico solo suspiro frustrado por lo que había pasado.
- Amigo, me estas volviendo loco – susurro al parecer para si mismo - ¿te mataría solo por beber el biberón? – pregunto arto mientras sacaba uno para enseñar atrás suyo, mientras se escuchaba el llanto de un niño tras de el.
- Papi, odio el biberón – fue el pensamiento que se escucho de el bebe que era cargado por un canguro a la espalda del chico mientras seguía llorando fuertemente.
- Amigo, deja de llorar – reclamaba arto mientras tiraba la tapa del biberón.
- Quiero leche de pecho – seguía llorando el bebe.
- Me estas volviendo loco – reclamaba el azabaches
- Quiero leche de pecho – reclamaba en su mente sin parar el llanto.
- ¿¡Puede alguien darme algo de leche materna!? – gritaba viendo al cielo mientras las personas que pasaban cerca lo veían raro. El sin importarle, furioso y cansado por el llanto del bebe voto el biberón pateándolo lejos de el para sacarse la frustración.
•♥a86;♥a87;♥a86;♥ Bebe y Yo ♥a86;♥a87;♥a86;♥•
7 Días antes
Se podía ver en un callejón oscuro, en la noche donde un montón de chicos peleaban unos con otros, al parecer un grupo de chicos peleando contra solo dos contrarios, que trataban de evadir los golpes que se impactaban con las cosas del lugar.
De pronto el sonido de una moto se escucho en el lugar, apareciendo una por el extremo del callejón, yendo directo a donde la pelea se estaba realizando. El grupo de pandilleros se detuvo viendo al chico q daba vuelta en u con la moto, y se bajaba de ella sacándose el casco. Para volver atacar sobre este ahora, pero esta ves perdiendo. Al final solo los tres chicos quedaban parados, tratando de recuperar el aire por la pelea.
- Oye ¿no te dije que no te metieras en problemas, Suigetsu? – le exclamo el azabache que llego en la moto, al que se sobaba el abdomen.
- No, fue el, el que comenzó, Sasuke – se excuso – Y me golpeo la cabeza. Eso dolió – se quejaba molesto.
•♥•○•♥•
Después de la pelea, el azabache regreso a su casa se encontraba en el dojo de la familia, el cual se encontraba oscuro. Solo dándole algunos rayos de luna, frente a el se encontraba su padre el cual lo miraba serio. El solamente se quedo callado, esperando alguna reprensión por su padre. Fugaku Uchiha.
- ¿Estas en una banda? – pregunto serio viéndolo fijamente.
- No, señor – negó viendo hacia el suelo.
- Entonces ¿tratas de ser un luchado? – pregunto sarcástico.
- No quiero, padre…- trato de responder tranquilo.
- ¿Pa…dre? – repitió, se levanto tranquilamente yendo hacia el menor, que lo veía dudoso.
Cuando el mayor lo tomo por el hombro levantándolo y con la otra mano en el abdomen y lo lanzo por los aires hasta el suelo. Luego levantándolo nuevamente y pateando la parte trasera de su pierna haciéndolo tropezar nuevamente.
- ¡Padre! – gritaba mientras otra vez lo mandaba por los aires para terminar en el suelo.
- Yaa – gritaba mientras lo volvía a coger para tirarlo por cuarta vez, terminando haciéndole una llave en el piso de madera.
- Haaa – gritaba de dolor, sin poder moverse debido a que lo tenía por el cuello. Cuando una mano cogió la oreja de su padre así siendo su salvadora al quitárselo de encima.
- ¿Qué pasa con vosotros? – se escucho la voz femenina como le reclamaba al azabache mayor aun con la oreja en sus manos mientras el mayor solo mostraba dolor en su rostro – Le mataras, de verdad – comento molesta, y al termino lo soltó dejándolo caer a un lado del menor el cual se sobaba el cuello tratando de recuperarse por tremendo maltrato - Eres igual de malo, tipo duro – le reclamaba ahora a su hijo, se veía ahora a la azabache – Si solo vas a causar problemas entonces cásate y ten un hijo como tu, sabrás lo doloroso que será – le acuso para luego retirarse. Mikoto Uchiha.
Ambos se fueron sentando, quedando callados por un para escuchar el portazo de la mujer.
•♥•○•♥•
Llego la mañana y frente al instituto se podía observar como un chico rubio veía con cuidado frente a el con un calentador y camisa blanca. Sin darse cuenta el peligro que venia tras el, al voltearse una moto paro en seco frente el, quedando estático por un momento por la impresión. Vio como el dueño de la moto se quitaba despacio el casco, mostrando el rostro guapo de un chico azabache y ojos igual que oscuros.
- ¿Deseas morir o algo así, dobe? – le exclamo fuertemente al rubio que aun no se movía. Y ante tal pregunta se abofeteo mentalmente.
- ¿Dobe?..¿Quién te crees, teme? – le reclamo al escuchar tal insulto
- ¿Hay otro dobe, que casi atropelló? – pregunto de manera arrogante.
- ¿Quién es el que no se fija por las calles, acaso eres ciego, o solo idiota? – devolviéndole el reclamo, mientras que Sasuke solo lo veía con mala cara, dándose cuenta también que llegaba tarde a clases.
- No tengo tiempo para un dobe, así que mejor te cuidas – aclamo para bajarse de la moto y sacaba un billete – amigo, la propina – le dijo aun señor con una pequeña tienda que encontraba fuera del colegio, mientras dejaba el dinero encima de la moto.
- ¿Lo aparco donde siempre? – pregunto sabiendo la respuesta, el chico solo le asintió la cabeza.
Se giro hacia el rubio y lo vio con superioridad para dirigirse al colegio que se encontraba con las puertas cerradas. El rubio solo apretó la mandíbula fuertemente para no mandarle sus buenos gritos también se le estaba haciendo tarde, pero esperaba no encontrársele mas, comenzó a caminar lejos. Antes de seguir se pregunto como iba a cruzar la puerta si esta estaba cerrada por lo que volteo su rostro, vio como este de un salto se impulso hacia arriba de la reja y luego al piso de tras de esta cayendo con elegancia, para luego irse. El rubio solo lo vio impresionado.
- Maldito bastardo ególatra – fue su pensamiento para después irse y esperaba no verlo nunca.
•♥•○•♥•
- Ahgg – se escuchaba el quejido de dolor del chico, y no era para menos el que una vara de madera te golpeara con fuerza, dolía.
- ¡¿Qué sois vosotros?! ¡¿Estudiantes o pandilleros?! – reclamaba la profesora, una rubia de ojos avellana, que portaba un bate. Tenia a los alumnos en pose de hacer flexiones, y les daba sus buenos golpes a tras para castigarlos – No ha pasado ni una semana desde que fuiste castigados – exclamaba enojada para al terminar dar otro golpe a el azabache.
- Tsk.
- No es culpa nuestra – replico el peli celeste, deteniendo otro golpe que iba directo a su amigo – esos imbéciles atacaron primero – comento
- Si no hubieseis hecho nada porque os llamarían ellos ¿eh? - gruño molesta para volver a dar un golpe en el azabache pero esta ves haciendo que el bate se rompiera, ante esto solo soltó el otro pedazo tirándolo al suelo, para poner sus brazos en sus caderas para suspirar cansada – mañana el comité decidirá, si hay que suspenderlos o expulsarlos por idiotas. Una cosa más. Mañana traer a sus padres y decirle a Juugo que será mejor que mañana este en el colegio ¿entendido? – termino por decir debido que el chico había faltado otra vez.
Los chicos quedaron un rato en la misma posición, hasta percatarse que la maestra se había ido para luego caer en el piso adoloridos, mientras que el peli celestes se sobaba su trasero por el dolor.
•♥•○•♥•
Mientras que por otro lado el rubio llegaba a su casa trayendo lo que había ido a comprar, viendo como su padre le ayudaba a su madre en la casa aun sin irse a trabajar. Su madre Mikoto Uzumaki era una pelirroja muy hermosa que había sido modelo, ahora retirada. Mientras que su padre un rubio de ojos azules demasiado parecido a el era un profesor de una de las mejores universidades del país. Tenía tres hermanos. Pain era el mayor, mientras que Deidara el cual estudiaba en la universidad era el segundo, Naruto era el tercero y sus padres habían tenido una niña que ahora poseía seis meses, era rubia llamada Naruko.
- Naruto, vas a llegar tarde a la nueva escuela – le reclamo el papá.
- No se para que voy – comento molesto.
- Vamos tal vez esta si te guste - le animaba su madre mientras atendía a su hermana menor.
- Lo dudo – pensó al recordad al moreno, solo esperaba que no estuviera en su salón. Era lo que pensaba mientras subía a su habitación a cambiarse.
Al término se despidió de su padre, madre y hermana para irse a la que ahora iba hacer su escuela. Al llegar una rubia de ojos avellana lo recibió, y llevo hasta su salón, en el cual ingreso. Todas las miradas se posaron sobre el y los murmullos no faltaban hasta que la rubia los callo rápidamente.
- El es Uzumaki Naruto, y se une a nuestra clase – anuncio, mientras que Naruto trataba de ignorar las miradas babosas.
- Hola – anuncio simplemente, su humor se fue al drenaje al notar una mirada sorprendida que se encontraba al fondo del salón.
- El solía ir al prestigioso instituto de ciencias, cualquiera de ustedes no podría entrar – dijo poniendo a mas de uno con la boca abierta sin creerlo, sobre todo una mirada verdosa que levanto su vista para ver por primera vez al chico nuevo – el se quedo entre los primeros de su clase durante todo el tiempo - declaro, mientras que Naruto no le gustaba que dijeran sobre esto pero sabia que su profesora no lo hacia con malas intenciones – hay una asiento vacio y por desgracia es el único – comento viendo al Uchiha el cual daba demasiados problemas, mientras el rubio le concedía toda la razón.
El rubio solo camino hasta el asiento sin tratar de no prestar atención a esto, sobre todo a la mirada molesta de Sasuke.
- Ya que se ha optado sentarse a tu lado Sasuke, se bueno con ella ¿ok? – Le especifico mas que pregunto – Es todo.
- ¡Atención! – exclamo la peli rosa levantándose de su asiento.
- Deja de ser tan creída – clamo la rubia para que se volviera ha sentar, para luego salir del salón, escuchando las risas de las personas sobre esta. Después de esto todos comenzaron a conversar hasta esperar a su profesor.
- Oye – llamo – ve a buscar a otro lugar, cuando tengas una oportunidad – comento engreído.
- …- el rubio ni le presto atención sacando sus cuadernos, cosa que molesto al mayor.
- ¡Márchate! – Volvió a exclamar molesto, el de ojos azules lo vio – vete – volvió a repetir.
- Oh parece que va a llover – comento de la nada para volver a poner atención en el libro que había sacado y comenzar a leerlo, el azabache ante esto solo gruño mas que molesto.
- Maldito dobe – pensó.
•♥•○•♥•
Cuando las clases acabaron Sasuke y Suigetsu subieron a la terraza del instituto, para charlar sin que nadie les molestara.
- ¿Te contesto Juugo? – Pregunto el peli celeste molesto – no responde a su teléfono. Tendré que pasar por su casa esta tarde.
- La escuela lo podría expulsar esta vez – dijo viendo desde arriba el instituto - ¿Párese que algo esta pasando?
- ¿Por qué no vendrá? – Se pregunto - ¿tienes un cigarrillo? – termino por preguntar.
- Si ¿tienes fuego?
- Si – cogió el cigarrillo que su amigo le daba, mientras el cogía otro y se encontraba apunto de encenderlo cuando una mano se lo arrebato de la boca a ambos.
- Oye ¿Qué estas haciendo? – pregunto Suigetsu cuando vio al rubio que fue el responsable de quitarle el cigarro.
- ¿Qué están haciendo ustedes? - devolviéndoles la pregunta – fumar esta en contra la política escolar – asevero con una mirada molesta.
- ¿Qué tiene de malo fumar? – pregunto molesto.
- Eres ignorante. Un cigarrillo hay 2000 productos químicos malos para tu salud, es tan toxico que es ya clasificado como droga en los EE.UU – explicaba mientras los otros lo veían sin decir nada – y los fumadores tienen el doble riesgo de cáncer que los no fumadores. Y los que comienzan antes de los 20 tienden a desarrollar cáncer de laringe, cáncer oral, cáncer de esófago, cáncer de vejiga y carcinoma pancreático; otras enfermedades como el cáncer – recito como si de un libro se tratara.
- Oye cállate y vete dobe – respondió molesto.
- Si deja de molestar – hablo fuertemente ya cansado y con dolor de cabeza. El rubio solo vio a Sasuke molesto, y el azabache pudo ver una mirada triste y herida en esa mirada que hizo que se arrepintiera de lo dicho.
- Pues quédense como idiotas para siempre – grito para irse corriendo con los cigarros y pegándole un golpe a ambos.
- ¿De donde salió ese alienígena? – pregunto sobándose la cabeza.
•♥•○•♥•
- ¿Qué? ¿Stunade te envió? – pregunto el peli naranja al azabache.
Ya había caído la noche y ambos se encontraban en la calle, con el chico robusto con un traje al parecer de trabajo. Mientras que Suigetsu solo escuchaba.
- Stunade no tiene elección – dijo el moreno.
- Se que lo hace por nuestro bien pero…- se quedo pensando por un momento – no importa, puedo vivir sin un diploma de escuela secundaria – termino por decir.
- Muestra tu cara en la escuela de vez en cuando – comento Sasuke preocupado.
- Si yo tuviera tiempo para eso, conseguiría otro empleo parcial – exclamo con la verdad.
Después de esto Sasuke no supo que hacer, no podía obligarlo a volver. Meno si no sabia que pasaba. Volvió a su casa, y al entrar pareciéndole extraño el no escuchar nadie dentro. Reviso por todos los lados sin encontrar nada.
- Mama. Papa - Llamo sin recibir respuesta, para no darle importancia. Hasta que vio encima de la mesa de la sala un video con un cheque al parecer, rápidamente poniéndolo en la video casetera. Y lo primero que escucho fue la voz de su padre.
- Estimado hijo, eres demasiado para nosotros – decía su padre de manera seria sentado en uno de los muebles mientras que su madre portaba unas tarjetas gigantes que mostraba a la cámara que cambiaba mientras su padre hablaba – Por lo que nos marchamos de la casa. Tu escuela llamo de nuevo. Estoy cansado de mostrarme en tu escuela todos los días – pero dejo de leer, para voltear a ver a su esposa y después señalarle los letreros, Mikoto dándose cuenta volteo el letrero que se encontraba de cabeza para seguir pasándolos con cara de aburrimiento – el día que recobres la compostura y limpies tu desorden, volveremos. Hasta entonces buena suerte – escucho – por su puesto, la tarjeta de crédito esta cancelada. Cien dólares es mucho dinero se prudente – termino por comunicar.
Cuando se dio cuenta de esto, solo suspiro sosteniendo fuertemente el cheque, mientras maldecía internamente.
Se levanto de su asiento para dirigirse al supermercado molesto para des estresarse. Y mientras caminaba por los pasillos, hablaba con su amigo por celular.
- Esto es un broma – se quejaba molesto – aunque tal vez es mejor así. En casa nadie me molesta – le comentaba mas tranquilo – Dile a Juugo que esta noche tenemos fiesta, ha pasado tiempo ¡Hágamelos esta noche! – decía mientras iba con el carrito para buscar algunas bebidas - ¿chicas? No, gracias – negaba – Yo no creo en tus ideas de muchachas bonitas – Eh, basta. Esta noche va a ser solo para nosotros tres ¿de acuerdo? – le aclaro.
El moreno seguía comprando sin darse cuenta de que alguien se le acercaba tras suyo de manera sigilosa. La persona no podía verse, se acerco al carrito olvidado tras del el azabache, para luego retirarse rápidamente con cautela. Sasuke eligió la botella tomándola para ponerla en el carrito, y al voltearse no pudo más que sorprenderse.
Después de todo había un bebe en su carrito.
- ¿Qué es esto? – pregunto confundido viendo hacia los lados. Después de unos minutos se pudo escuchar por los pasillos.
-Tenemos a un bebe varón de 5 a 6 meses, bajo nuestra custodia en la oficina de servicio al cliente por favor, pase por la oficina de servicio al cliente
- ¿Cuánto tiempo tengo que esperar aquí? – pregunto el moreno cansado, mientras que veía a la chica acomodar a el bebe y veía a un rubio de ojos azules que por desgracia le recordaba mucho a el dobe de su escuela – estoy un poco ocupado ¿sabe? ¿Por qué no puede buscar ustedes a la madre del bebe? - reclamo.
- Si la madre del bebe no aparece, tenemos que llamar a la policía y te necesitamos aquí como testigo – explico tratando de ser cordial, iba seguir habla
- Bueno yo no he sido testigo de nada
- Entonces, escribe a que instituto vas y el curso de tu salón – dijo dándole un papel y un lápiz, también queriendo que se fuera lo mas pronto.
- ¿Por qué?
- ¿No te molesta un poco? – Pregunto cansado sin tratar de no gritarle – es parte del procedimiento.
Mientras que comenzaba a escribir la nota. Cuando escucho una voz que esperaba que no fuera cierta.
- Onichan, ya nos vamos – se escucho por el pasillo donde salió un rubio que menos esperaba - ¿teme? ¿Qué haces aquí? – pregunto con mala cara.
- ¿Onichan? – Pregunto, con razón era el parecido - ¿Cómo que teme, dobe? Deja de llamarme así – le reclamo saliendo de sus pensamientos.
- O Naru ¿conoces a este chico? – pregunto con gracia.
- Por desgracia – pronuncio, mientras ignoraba la mirada de odio.
- Pues entonces tendrás que saber que le dejaron un bebe, puedes creerlo, ahora la gente como es – le comentaba.
- Si a quien se le ocurre, es obvio que no lo conocía a que malas manos le dejaban al pobre – exclamo de manera inocente.
- Silencio de una vez dobe – le reto molesto mientras comenzaba a escribir su nombre.
- O miren hay una nota – exclamo la chica que acomodaba las cosas del bebe y se la pasaba a su amigo.
- Deja ver Konan – mientras cogía el sobre y lo leía en voz baja, sin ser escuchado por los menores que peleaban mientras el moreno intentaba escribir – “Sasuke Uchiha, Instituto de Konoha Gakuren” – recito – “ He pensado que lo mejor para el bebe es que lo crie su padre” - termino de leer - ¿El padre es un estudiante de instituto? – le comentaba a la chica de pelo azulado.
- Ten – le dio el papel.
- Ya acabaste – afirmaba para leerlo – Sasuke Uchiha. Instituto Konoha Gakuren – volvía a leer pero esta vez la hoja de Sasuke. Hasta que se dio cuenta viendo ambos papeles - ¿tú eres Uchiha Sasuke? – pregunto sorprendido.
Los menores solo quedaron viendo al rubio frente a el, sin entender el por que de la expresión.
- ¿Tu eres mi papi? Wooo…- fue el pensamiento, pero de ninguno de los mayores si no de el bebe que sonreía viendo al moreno
•♥•○•♥•
La foto de un niño se mostraba en un cuadro de la moderna casa del azabache y los tres chicos la miraban fijamente. Después del supermercado los había llamado desesperado.
- El es absolutamente y totalmente la copia tuya del mundo entero – le comento su amigo peli celeste asombrado – No dudes en ello. No hay necesidad de la prueba de ADN – comentaba muy animado con una sonrisa, después de todo le daba gracia.
- ¿Te importaría callarte? – reto el moreno viéndolo fijamente molesto, haciendo que dejara de hablar.
- No puedo creer que sea tu hijo, mira que el muy bonito – comento la voz de el rubio que llegaba de la nada.
- ¿Quién lo invito a este? – pregunto molesto Sasuke.
- Bueno cuando llegue al supermercado parecías en shock y pensé que podía ayudar. Después de todo es inteligente.
- Oye ¿Qué quieres? – pregunto molesto, para que se vaya de su casa.
- La verdad viendo cuanto me has decepcionado – le respondió.
- Ocúpate de tus asuntos – le reclamo.
- Tu amigo me pidió ayuda. Claro que no se la concedí, si no al bebe que estoy seguro nadie tiene la experiencia de cuidarlo – le respondía.
- ¡Dobe! – le gritaba arto.
- ¿Por qué gritas? Asustas al bebe, teme – le retaba viendo como este comenzaba a llorar, para cogerlo y tratar de que se calmara.
Después de unas horas los tres se encontraban comiendo en el cuarto de su amigo mientras este se postraba en su cama pensando en que iba hacer.
- Entonces ¿Qué vas hacer ahora? – pregunto su amigo.
- No tiene opción. Solo criarlo bien – comento su amigo peli naranja.
- No se
- ¿Yo, podría ser la mamá? – exclamaba con burla y alegre al mismo tiempo.
- Silencio – callándolo por tremenda estupidez – estoy pensando.
- Oh tal vez puede ser Naruto recuerda que es un doncel, que aunque es molesto y arisco es muy hermoso – recordando a el rubio. Mientras recibía una almohada en el rostro para que se calle, sin querer mostrar su sonrojo, tenia que admitir que tenía razón. Cuando el rubio nombrado entro por la puerta.
- Al menos tienes un buen gusto – viendo la habitación muy espaciosa
- Oye ¿Qué haces todavía aquí? – pregunto.
- Teme, tendrías que agradecerme por ayudarte con el bebe, dudo que tu o tus amigos hubieran podido hacer algo – viéndolo escépticos, dejando callado al moreno sabiendo que tenia razón.
- Se amable. Deberías agradecerle por cuidar del bebe – le reclamo ahora su amigo para tomar una lata y brindarle - ¿Quieres cerveza?
- No gracias – le respondió con amabilidad – el alcohol reduce los glóbulos blancos, deteriora el sistema inmunitario y perjudica el juicio y también…- recito nuevamente, la verdad muchas veces lo hacia sin querer, su cerebro trabajaba demasiado.
- Ya basta. Largo – cansado de toda la charla – no te necesitamos para que sepas - le reclamo sin decirle la verdad.
- Entonces creo que me voy suerte con los pañales – comento, el azabache de solo pensar en eso le dio un escalofríos pero no dejaría que ese rubio se saliera con la suya – aunque ya te lo dije, para mi lo primordial es el bebe – aclaro molesto.
- ¡Gracias! – pensó el bebe viendo al rubio que lo cargaba.
- Ya largo – irritado era lo único que le faltaba.
- No le hagas caso a papa, para mi eres la mejor – pensaba el menor – Espero que tu seas mama.
- Chao - mientras le daba un suave beso en la cabecita para luego darle un zape al moreno que lo miro molesto y dejar al bebe acostado para que duerma – adiós papá del año – le molesto para retirarse.
- ¿Yo? ¿Papá? – Pregunto recién reaccionado al darse cuenta de la realidad – díganme que no es verdad.
Continuara…