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El santo mas bello por Chris Yagami

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Notas del capitulo:

Aqui está la continuacion, espero les agrade.

 

Capítulo 3.- El santo más bello

Cuando sus espinas comenzaron a desprotegerlo sus pétalos se marchitaron, un solo roce arrancaba esa suavidad, un soplo conseguía mecerlo. Sus raíces eran débiles, lo único que necesitaba era que lo nutrieran, que lo iluminaran.

Afrodita permaneció recostado un tiempo para reponerse del dolor de cabeza que lo había invadido tras ese golpe. Respiraba tranquilo pues no fue un combate propiamente dicho, solo una medida defensiva y la respuesta de un santo atacado, pero no llegó a ser una lucha encarnizada como las que había llevado antes, iba a estar bien, no iba a morir por esas heridas tan patéticas pero aun así necesitaba atención.

-Afrodita- llamaron frente a él. Abrió los ojos para mirar a ese grandulón acompañado de Mü- Te dije que se encontraba herido.

-No es de gravedad- respondió Mü, revisando sus heridas, pues esos rayos había golpeado como mil puñetazos, eso sumado al impacto contra el muro- estará bien, solo necesitamos vendarlo y que descanse toda la noche.

Tauro lo tomó en brazos con cuidado para no hacer mas graves esos golpes y ambos lo llevaron a su habitación para recostarlo sobre las sabanas blancas.

-Vaya- exclamó Mü, a pesar de estar herido estaba consciente, por lo que podía escucharlos- pensé que esta habitación estaría repleta de espejos.

-Al principio también lo creía, pero después de conocerlo me di cuenta de que es alguien mucho mejor que una cara bonita- sintió su corazón latir desenfrenado con esas palabras, por poco sonríe, pero debía fingirse inconsciente.

-Yo no veo que sea tan noble como lo describes Alde- seguía atendiendo sus heridas, sentía sus manos trabajando sobre su cuerpo, en especial en su pecho- sigue siendo tan engreído como cuando éramos niños.

-Necesitas lograr que abra su corazón- siguió defendiéndolo, sintiendo como ayudaba a Mü- me contó que no le gusta ser llamado el santo mas bello, por eso no lo hago. Él quiere ser tratado como un santo solamente.

-¿Y por qué se esmera en serlo? ¿Por qué se burla de ti?

-Por que está enamorado de Death Mask- su voz sonó tan amarga en ese momento- lo hace para poder arrancarle una sonrisa, para lograr su permanencia a su lado. Cáncer ama su belleza y el lo ama a él entonces no le queda nada más que asumir ese papel.

-Tomar por escusa el amor es estúpido- terminó agrio ajustando un vendaje en su brazo- tu no te esmeraste en ser otra persona por el amor que le tienes.

-Yo no veo el mundo como lo ve Afrodita- ¿Por el amor que le tenía? ¿Aldebarán estaba enamorado de él? ¿Desde cuando? Las veces que habían hablado solo había sido para rebajarlo, no podía ser que estuviera enamorado de él- él no quiere estar solo, parece frágil por fuera pero es poderoso y así como pasa eso con su físico también lo es con su corazón: aparenta ser fuerte, pero es tan frágil realmente- acarició su mejilla con esas palabras.

-No entiendo como te has enamorado de él aun después de que te trataba con tanto desprecio- ante el comentario Aldebarán permaneció en silencio un par de segundos sin dejar de acariciar su rostro y cabello.

-El corazón es complicado- dijo solamente en un susurro. Le gustaría tanto ver su expresión en esos momentos- desde hace tiempo he visto en sus ojos una pena que no sabia como describir hasta que lo conocí realmente, veía día a día su deterioro emocional y sentía pena por él, supongo que saberlo frágil y vulnerable me llevó a sentir esto por él.

-Aldebarán, entiendo lo que sientes por él pero debes aceptar que no es como lo piensas, solo te seduce.

-Al principio así fue- confesó- pero después de aclarar algunas cosas tuvimos charlas comunes, tan agradables como las que tengo contigo, no se me insinuó pero no te voy a mentir, lo besé.

-Muy descuidado de tu parte, ahora sabe que te tiene en sus manos.

-No es así, cuando quise besarlo de nuevo se negó. El no intenta seducirme Mü, eso te lo aseguro- ambos permanecieron callados unos segundos, hasta que Aries suspiró.

-No quiero que salgas lastimado, pero es tu decisión darle una oportunidad. Yo estaré contigo, amigo, si las cosas salen bien o mal puedes contar conmigo.

-Gracias, Mü, de verdad te lo agradezco. Si no te importa me quedaré con él esta noche.

-Está bien, vendré por la mañana para revisarlo.

Escuchó los pasos de alguien alejándose, ese debía ser Mü y después como una silla era colocada cerca de él. Permanecieron así mucho tiempo, Afrodita con ojos cerrados y Aldebarán observándolo. Después de un tiempo considerable, Piscis abrió sus ojos para mirar a quien lo acompañaba muy de cerca. Se había quedado dormido. Se incorporó en la cama para ser está vez el quien lo vigilara, meditando esas palabras que escuchara. ¿Amor o lástima? ¿Sería que Aldebarán simplemente estaba confundido? No quería que fuera así, no quería otra decepción.

Después de pocos segundos Aldebarán sintió su mirada por lo que terminó por despertar, entonces ambos pares de orbes se observaron con detenimiento, hasta que Afrodita hizo el intento de ponerse en pie.

-¿A dónde vas?- preguntó Aldebarán levantándose de la silla.

-Necesito una ducha- como siempre lo veía, acomodó su cabello con gracia y comenzó a andar, pero Tauro lo detuvo colocando su tosca mano en el delicado hombro de Piscis para darle la vuelta, tomó un mechón de su cabello y con una sonrisa lo llevó a sus labios para besarlos.

-Me gusta tu cabello- Fue un comentario que definitivamente no le gustó, hasta ahora había sido el único que no había halagado su belleza, pero la mención de ello lo molesto. Con un manotazo hizo que lo soltara sorprendiéndolo.

Se dio la vuelta muy molesto para alejarse, pero Tauro esta vez tomó su mano para no dejarlo marchar, Afrodita iba a propinarle un golpe para que lo dejara libre, pero su otra mano también fue detenida para justo después ser atraído a ese gran pecho. Al principio intento resistirse, pero poco a poco dejó que lo abrazara.

-Tranquilo- susurró a su oído protegiéndolo con sus enormes brazos- ¿Qué sucede contigo?

Se dejó hacer recordando lo que había escuchado hacia poco de sus propios labios. Estaba enamorado de él, tampoco entendía porque había sido así, pero había pasado. Se sintió miserable al hacerlo sufrir tanto antes, al hacerlo hoy con sus desplantes y reputación. Aceptaba que él también había desarrollado un sentimiento muy fuerte hacia él, pero… ¿Si se repetía su historia con Death Mask? Si le hacia eso a Aldebarán no podría vivir con ello, hacerlo cambiar apelando al amor que le tenia, él no era tan desalmado como Cáncer, no podía hacerlo. “Yo no veo el mundo como lo ve Afrodita” dijo cuando Mü pensó lo mismo. Tal vez podía intentarlo, el doceavo guardián quería intentarlo con él.

-No fue un beso mas- dijo aun con un volumen suave de voz- yo no quiero que tú seas uno mas- las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas otra vez.

-¿De qué hablas?- habló en su mismo tono acariciando su espalda, sintiendo como su acompañante se estremecía ante su roce.

-Aquel beso, para mi no fue uno mas, de verdad me gustó recibirlo- Tauro no dijo nada, pero aun lo abrazaba -Eres especial, Aldebarán y no quiero tenerte en mi cama para que después te vayas como todos.

-Yo no busco eso en ti- volvió a besar su cabello acariciando su espalda- yo te quiero, Caramelo- el aludido se apartó para mirarlo.

-¿Por qué me llamas Caramelo?- Aldebarán sonrió acariciando sus mejillas que se tiñeron de un exquisito rubor que aumento si era posible su belleza, eso le daba un toque de inocencia que le fascinó.

-Por que tu envoltorio es precioso y atractivo para el público, falta ver si el contenido es igual de delicioso- sus labios volvieron a acercarse y esta vez no fue rechazado, fue un beso de labios corto pero profundo- y a mi me encantó el contenido.

Volvió a besarlo, Afrodita correspondió dejando que fuera él quien diera cada paso. Lentamente sus grandes manos recorrieron su espalda, siempre cuidadoso con él. Llegó un momento en el que su lengua entro a la tierna boca rosada. Casi sin ser consiente de sus actos, Tauro comenzó a empujarlo también al lecho. Cuando sus piernas se toparon con la cama ambos cayeron sobre ella, Afrodita de espaldas, pero Aldebarán fue cuidadoso de no dejarse caer por completo sin apartarse aun de sus labios. Con cuidado y deseosos uno del otro tomó una mejor posición en ésta. El sueco cedió espacio entre sus piernas mientras Tauro se deshacía de su camisa. Fue cuando recordó los vendajes y por ello dejó de besarlo.

-¿Qué sucede?- preguntó jadeando.

-Tus heridas- mencionó intentando respirar con tranquilidad también.

-Estoy bien- intentó volverlo a besar pero esta vez aquel no se dejaba llevar- si me haces daño voy a decírtelo- aseguró al ver su preocupación.

Las caricias comenzaron a subir de tono. Con desesperación Afrodita se deshizo de sus pantalones así como de la camisa de Aldebarán. Acarició extasiado ese enorme pecho bronceado, había muchas cicatrices de las batallas libradas, pero eso lo hacia aun mas impresionante. Relamiéndose los labios llevó su boca a uno de sus pezones, metiéndolo en su boca para comenzar a estimularlo con su lengua, consiguiendo un suspiro de su ahora amante. Éste llevó sus manos a su trasero apretándolo con fuerza, vengando ese gemido provocado anteriormente en él. Con cuidado y un poco temeroso dirigió sus dedos a la boca de Piscis que ya no se entretenía con su pecho, sino que se dedicaba a jadear extasiado ya que su otra mano atendía su hombría endurecida. Obediente el  hermoso joven saboreo esos dedos con un movimiento tan sensual que provocó un choque eléctrico en Aldebarán.

Afrodita era bueno en eso, lo había escuchado muchas veces de sus amantes, y aunque era seguro que quien tenia mas experiencia era él se dejaría guiar por Tauro, obedecería lo que le pidiera pues estaba seguro que haciendo eso ambos lo disfrutarían aun mas. Por eso solo recibió un nuevo beso cuando sintió como tanteaba su entrada. Con un poco de presión dos de sus dedos entraron en él, arrancándole un gemido, mezcla de dolor pero aun así de placer.

-¡Al-Aldebarán!-gritó su nombre cuando encontró el punto que provocó que su placer se intensificara a una escala que no pensó sentir nunca. Death Mask, los santos de plata, soldados, todos ellos se dedicaban solo a atender su propio placer, y aunque él también llegaba a disfrutarlo ahora estaba extasiado.

Los besos del segundo guardián viajaron por su anatomía hasta llegar a su miembro el cual beso con delicadeza volviéndose loco por lo que esto provocaba en esa persona tan hermosa. Lamio de arriba abajo con su lengua, beso su punta con devoción para finalmente meterlo en su boca y comenzar con el movimiento imitando el mismo coito con esta. Sus dedos nunca abandonaron su interior y así, envuelto en un grito de placer llegó a un explosivo orgasmo dando a Aldebarán toda su esencia la cual bebió con gusto. Sus besos subieron de nuevo por su cuerpo entreteniéndose un momento con sus rosados pezones.

Sus manos que hasta ese momento se encontraban en las almohadas aferraron el cabello de su amante que ahora atendía su cuello. Para aquel era gratificante saber que podía hacerlo disfrutar tanto como lo estaba haciendo él, pero ya no podía mas, necesitaba hacerlo suyo rápido así que retiró sus dedos para llevar su mano al pantalón que portaba, liberado su miembro más que listo para hacerlo suyo. Afrodita abrió los ojos para mirarlo, entonces comenzó a entrar en pánico.

-¡No es posible!- exclamó, a lo que Aldebarán rio un poco divertido. Jamás en su vida había pensado que algo era demasiado para él y había visto mucho, eso no se lo podía discutir nadie. Ahora no estaba seguro de lo que estaba haciendo.

-No voy a lastimarte- susurró volviendo a besarlo.

Sus manos sujetaron sus piernas desde sus muslos para llevarlas arriba sujetándolas con sus antebrazos a la vez que con sus manos sujetaba su cintura y hacer así mas fácil la entrega. Se inclinó para dejar que el pequeño cuerpo debajo lo abrazara para soportar lo que venia. Su miembro se acercó a esa estrecha entrada que invadió lentamente acompañado de las quejas de dolor de Afrodita.

-¡Me… duele!- exclamó enterrando sus uñas en su espalda y mordiendo sus hombros. Era demasiado para él, sentía que lo partía en dos. Contuvo la respiración todo el tiempo, hizo su mejor esfuerzo y cuando sintió que se había detenido suspiró tratando de acostumbrarse- ¡Duele!- dijo a pesar de todo.

-Está bien- susurró a su oído lamiéndolo. Espero lo que consideró necesario, mirando como contenía la respiración y cerraba los ojos con fuerza. Lentamente comenzó a respirar cada vez con más normalidad, hasta que lo sintió un poco más relajado- Afrodita, ahora voy a moverme.

-Si- accedió volviendo a contener la respiración.

Lo que lo invadía se retiró lentamente, pero cuando sintió que casi salía por completo entró de lleno de un solo movimiento que lo hizo gritar levemente, pero se acalló de inmediato. El movimiento se repitió varias veces y cada uno fue tan doloroso como el primero o eso creía hasta que lentamente el placer llegó a él lo cual alivió tremendamente a Aldebarán. Las embestidas subieron de intensidad. Un nuevo beso se dio acallando ambos gemidos.

Una fina capa de sudor cubrió a los dos amantes, el calor en la habitación era demasiado. Repentinamente Aldebarán salido de él con cuidado dejando a Afrodita un poco confundido pero fue halado para que se colocara sobre aquel cuerpo ahora de espalda. Entonces lo comprendió y sonriendo se dirigió de nuevo a su miembro, con una de sus manos se sostenía en el vientre de Tauro mientras que con la otra tomaba su hombría y la dirigía con cuidado dentro suyo. Lo hizo lento, pues aun le dolía un poco y no quería eso, solo quería el placer en esa ocasión.

Cuando estuvo de nuevo completamente dentro ambas de sus manos se sostuvieron del estomago de su amante y con sus piernas comenzó a subir y bajar para complacerlo, dándole el placer que se merecía y que el mismo buscaba. Su pene rozaba su próstata al punto de que lo hacia casi gritar. Las grandes manos de él acariciaron sus blancos muslos hasta llegar a su miembro despierto de nuevo para estimularlo imitando el vaivén que el delgado cuerpo llevaba sobre él al cabalgarlo.

-¡Afrodita!- jadeó echando su cabeza atrás- ¡Ya! ¡Me vengo!

-¡Córrete dentro!- pidió entre jadeos y casi al instante fue obedecido sintiendo entre sus glúteos como escapaba parte del semen del corpulento hombre. Casi al mismo tiempo él se vino también en su mano, manchándola con ese líquido blanco.

Temblaba aun por lo excitante que había sido. Desde arriba miraba con los ojos entrecerrados el sonrojado rostro de Aldebarán que jadeaba también recuperándose de la ola que acaba de sentir. Poco a poco se liberó para dejarse caer a un lado y descansar un poco.

Se sintió de pronto invadido por una tremenda angustia. Tal vez ahora, después de haberle tomado se retiraría como todos, lo dejaría solo en la cama abandonándolo como un infante lo hacia con un juguete del que estaba aburrido, pero la acción que llevara Aldebarán lo convenció de que no era así. Lentamente sus fuertes brazos rodearon su cintura y un beso se plantó en su cabeza. Detrás de él había un gran cuerpo que le brindaba soporte. En una maniobra su otro brazo pasó por debajo del cuello de Afrodita para servirle de almohada, dispuesto también a descansar. Ante lo que estaba sintiendo las lágrimas corrieron de nuevo por esa delicada faz blanca. Ni siquiera en su primera vez Death Mask se había quedado con él.

-Te amo- le susurró al oído. Piscis se dio la vuelta y miró esos hermosos ojos marrones. Con una sonrisa complacida besó sus labios. Lo quería mucho, significaba un gran apoyo, no sabía si lo amaba pero apostaba que lo conseguiría en poco tiempo sin duda.

-¿Y Mü?- preguntó de pronto, no lo había pensado, siempre los había creído pareja pero con la conversación que acababa de tener se deshacía en dudas.

-Mü es mi mejor amigo desde la infancia- sonrió volviendo a besar su cabello, olfateándolo, era lo que mas le gustaba de ese santo, su fino cabello.

-Siempre los creí pareja hasta hoy- confesó avergonzado pues a pesar de ese pensamiento había intentado seducirlo.

-No, Mü está con Shaka, pero aun no llegan a nada formal, espero que eso sea pronto.

Simplemente sonrió para después acurrucarse en ese gran pecho y dormir tranquilo sintiéndose feliz después de mucho tiempo de no hacerlo.

Los días siguientes dieron a todos la noticia que impactó a muchos y molestó a otros, a uno en particular pero como reaccionara era algo que ya lo tenía sin cuidado pues su mundo ya no rondaba a su alrededor. Poco a poco la convivencia con los demás caballeros dorados se reconstruyó, lentamente fueron conociendo al verdadero santo de Piscis que quería dar lo mejor en si, ya no quería ser catalogado como alguien narcisista y egoísta, no quería seguir siendo lo que Death Mask había hecho de él sino ser lo que quería y para su suerte, esa era la persona a la que Aldebarán amaba.

Aldebarán habló con Cáncer para pedirle con una conversación civilizada que no volviera a buscarlo o tomaría acciones que podrían perjudicarlo, sorprendentemente Mü ayudó en la tarea, era amigo de Aldebarán y si él quería estar con Afrodita debía darle una oportunidad. Al principio Death Mask seguía insistiendo pero Afrodita nunca aceptó, se sentía feliz de ser libre de su sombra y no pensaba recaer. Después de un tiempo dejó de insistir, simplemente se miraban desde una distancia prudente, Cáncer no demostraba seguirle importado que aquella relación se acabara, mientras que Afrodita solo le sonreía como muestra de paz, ya ni siquiera quería pensar en esos días en el que ese sádico caballero era el centro de su universo. Las cosas eran mejor así, ya no era el santo mas bello, jamás se volvió a llamar así, pues con su alma pura, con esa conciencia intachable y actitud amistosa, Aldebarán le había demostrado que le verdadero santo mas bello, era el guardián de la segunda casa.

Una bella rosa, eso es lo que es, aquella que una vez floreció e impactó a todos y la deseamos, la suavidad de sus pétalos nos atraía, su dulce perfume nos hechizaba. Era una rosa hermosa en el exterior y ahora me doy cuenta que lo es también por dentro, frágil, suave y sobre todo, hermoso

Notas finales:

A mi me gustó este fic, Aldebarán se lo merece, es un caballero noble y de buen corazon, y es un personaje al que casi tod@s les sacamos la vuelta asi que, Alde, aqui está algo para ti (ademas de que en el proximo fic será aun peor que este DM xD)

Yo amo a DM, es uno de mis personajes favoritos, pero siendo que alguien tenia que ser el malo, que mejor que él. En la serie de verdad es un desgraciado.

Me pareció buena idea (despues de que una amiga me dijera la frase de que siempre lo veia con Afro) me dije WTH? el mas feo (porque admitanlo, Alde no es muy agraciado xD) con el mas bello? le di vueltas y pues, esto salió :P...

Espero les haya gustado a pesar de lo corto que fue. A mi si me gustó (y no tiene violacion ni muerte de personaje!!! VIVA POR MI!!! xDDD)... bueno, gracias por leer.

Saludos.


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