Intentamos ser uno, siendo siempre dos, esa es la realidad, somos distintos...
CAPITULO I
-No puedo creerlo…- Murmuro apesumbrado a la vez que dejaba escapar un suspiro largo y pesado.
-Anda hermanito… deja de moverte, no puedo acomodarte bien la corbata- Dijo un joven de cabellos azabaches, mientras trataba de arreglar a su hermano… el joven Eiri Yuki.
-Es que aun, no pudo creer, que este a punto de hacer esto…-
-Pf! Pero si tú eres el que se lo ha propuesto… -
-No sé si echarle la culpa a la cerveza que bebí de mas o…-
-Eso es mentira y lo sabes, no tienes pretextos…-
-Tú que sabes?- Le miro con fastidio –Ese idiota me tomo desprevenido…-
-Si, aha, claro… tú fuiste quien compro esa sortija, tú fuiste el que en medio de un programa de televisión irrumpió y se presento ante Shuichi ¿Cómo es que entonces EL tiene la culpa de todo esto?- Sonrió divertido.
-Eso fue porque… me embrujo… fui a el cual títere…-
-Venga ya, acéptalo, estas locamente enamorado y ese día te arriesgaste a presentarte frente a todos, porque sabias que al día siguiente iría de gira… y eres tan egoísta que no deseabas que se marchara de tu lado, así que la única manera de retenerlo en ese instante fue… pidiéndole matrimonio-
-Ya cállate…- Yuki volvió a suspiro con pesar.
-Ni que fueras a la horca…-
-Esto es mucho peor que cualquier condena…-
-Bueno, entonces, déjame ser tu verdugo… andando- Tatsuha le empujo ligeramente y le apremio para que avanzara, se detuvieron frente a una gran puerta de madera.
-Listo o no… haya vamos…-
-Como es que conseguiste que un sacerdote aceptara casar a dos hombres?- Yuki le miro con desconfianza.
-Ay hermanito! Pero si en este mundo y en otros paralelos… el dinero hace “milagros”-
Yuki sonrió de medio lado.
La mano de Tatsuha se dirigió a la puerta y de un empujón logro abrirla, ante ellos, el interior de una pequeña pero elegante capilla se instalaba, ya todos los invitados estaban en sus respectivos lugares. Yuki sudo frío, trato de no mirar a nadie en especial, pero una luz cegadora le descoloco.
-Sonría! Señor Uesugi, voltee aquí por favor!- Un camarógrafo con una amplia sonrisa, se postro frente al joven escritor.
-Ya basta, ¿quieres dejarme ciego?- Pregunto enfadado el rubio.
-shhh… tu solo sonríe… recuerda que “ellos” pagaran todo- Le susurro su hermano.
-Y a mí que me importa?-
-A ti no, pero a Shuichi si, acepto darle la exclusiva a esta revista por una muy buena oferta, no te quejes, tu luna de miel será en el país de ensueño con todos los gastos pagados y… también será la noticia bomba que ayudara a Shuichi a darle publicidad a su nuevo sencillo-
-Esa idea no fue de Shuichi- Dijo Yuki mientras caminaba hacia el altar.
-Cierto, lo de utilizarla para estrategia mercadológica fue del manager de Shu, pero… pues así matas dos pájaros de un solo tiro-
-Todo esto me enferma…- Murmuro con hastió el rubio cuando vio a Tohma llorar cual magdalena en el hombro de su esposa.
-Bueno aun tienes tiempo para escapar- Tatsuha se detuvo y Yuki a la par, habían llegado ya frente al altar.
El joven escritor levanto una ceja y una macabra sonrisa se dibujo en sus labios -¿Cómo no lo había pensado antes?- Pensó, pero antes de poder llevar a cabo su “huida” la marcha nupcial se escucho de fondo. Su corazón se congelo, ahora que era consciente de la situación, estaba que moría de nervios, de hecho se miro las manos y estas le temblaban cual gelatina. Se busco entre las ropas y dio con la caja de cigarrillos que llevaba consigo, saco uno de inmediato y lo llevo a la boca, justo iba a prenderlo, cuando giro el rostro, puesto que todos se habían puesto de pie y miraban hacia la entrada de la capilla. Su rostro palideció y su boca se abrió en automático, el cigarro que tenía en la boca resbalo y cayó al suelo alfombrado.
Todo pareció desparecer a su alrededor, no habían invitados, la música de fondo ya no se escuchaba mas ante sus oídos y… solo podía mirar a Shuichi, quien caminaba colgado del brazo de su madre… con un gran y ampón VESTIDO DE NOVIA!.
Casi le da un infarto, es más… sintió en ese momento que el alma había abandonado su cuerpo para elevarse por los cielos, pero su hermano Tatsuha sujeto su espíritu e hizo lo posible por regresarle al cuerpo.
-Q-que… diablos…?- Logro murmurar Yuki, cuando tenía frente a él a Shuichi.
-Yuki…- Murmuro la madre de este –Ahora tu, eres completamente el responsable de mi querido hijo Shuichi… por favor…- Comenzó a sollozar la mujer –Cuida muy bien de él…- Y hecho a llorar escandalosamente. Maiko tuvo que acercarse y jalar a su madre para que esta soltara a Shuichi.
-Venga mama! Suéltale!- Grito Maiko.
-P-pero, mi hijo… mi pequeño… el… buahhhhhhhhhh!- La señora seguía aferrada a Shuichi, mientras el trataba de alejarla de su persona y Maiko también hacia lo suyo jalándola más fuerte, finalmente lo consiguieron.
En tan poco tiempo Yuki había tenido que soportar tan absurdas y locas situaciones y por eso, no lograba atinar a actuar como solía hacerlo, estaba pasmado.
-Yuki?- Shuichi miro a su futuro esposo y trato de sacarlo del trance. –Yuki! Que me hagas caso imbécil!- Le zarandeo con fuerza. El sacerdote que presenciaba todo miraba con espanto todo eso, y una gota de sudor resbalo por su nuca, quizás lo mejor era desistir de toda esa locura, el dinero no lo era todo. Pero justo iba a moverse un ápice, cuando una bala rozo su mejilla.
-Si se mueve… is dead…- Un joven rubio de larga cabellera y vestido de traje negro y gafas oscuras, quien estaba en la parte superior de la capilla, al lado de los músicos, miro al sacerdote y moviendo su rifle le indico a este que empezara con la ceremonia.
-Q-queridos hermanos y hermanas… e-estamos todos reunidos para…- El sacerdote comenzó a hablar, logrando que Yuki saliera de su letargo.
-Estas enfermo o qué?- Le pregunto Yuki mirándole de soslayo. –C-como se te ocurre vestir de esa forma? No era suficiente un smoking y ya?-
-Pero Yuki! Es nuestra boda…-
-unir en sagrado sacramento a…- El padre seguía hablando.
-Por eso mismo idiota! No pudiste actuar normal… estas… estas…- Pero la mirada de Shuichi le dejo sin habla, él le miraba con verdadera fascinación y amor, por lo que aquello lo desarmo por completo, suspiro derrotado.
-al joven Shuichi Shindou y al joven Eiri Uesugi- Yuki tuvo que utilizar su nombre real por lo serio del evento, ya había sido avisado con anterioridad, solo por esa vez… no iba a poner objeciones en ello, prosiguió el sacerdote y se sintió aliviado, cuando se dio cuenta de que los dos jóvenes ya no discutían y que por el contrario, giraron el rostro hacia él y le miraban totalmente atentos.
Finalmente llegaron al rito del matrimonio donde el sacerdote les pregunto.
-Han venido aquí a contraer matrimonio por su libre y plena voluntad sin que nada ni nadie los presione?- Shuichi contesto de inmediato.
-Si, padre, venimos libremente- Pero un escalofrió le recorrió cuando Yuki, no se movía, no respondía… no le miraba.
Todos dejaron de respirar, un “Ohhhh” se dejo oír en toda la capilla.
-Si, padre, venimos libremente- Dijo finalmente Yuki, haciendo que todos exhalaran a la vez y Shuichi recuperara el color de su piel. El único que dejo escapar un quejido fue Tohma, pero su esposa Mika le pellizco para que callara.
El sacerdote pregunta nuevamente –Están dispuestos a amarse y honrarse mutuamente en su matrimonio durante TODA LA VIDA?-
-TODA LA VIDA, TODA LA VIDA, TODA LA VIDA, TODA LA VIDA- Aquellas palabras resonaban una y otra vez en la mente del escritor, ¿estaría dispuesto a estar toda la vida con Shuichi? ¿De soportar sus gritos, sus lloriqueos, sus absurdas platicas de Sakuma?.
Nuevamente el primero en responder de manera afirmativa había sido Shuichi.
-Yuki…- Murmuro el pelirosa, haciendo que el rubio le mirara nuevamente.
-Si, padre, estamos dispuestos- El joven escritor grito a sus adentros –QUE HE DICHO!? QUE HE HECHO!?- Pero es que solo ver a Shuichi, solo notarle lo feliz que se veía, lo maravilloso que lucía en ese vestido…
Y de nuevo el padre hizo otra pregunta. -¿Están dispuestos a recibir responsablemente y con amor los hijos que Dios les dé y a educarlos según la ley de Cristo y de su Iglesia?-
-HIJOS?! HIJOS?! EL NO QUERIA TENER HIJOS? ¿DE QUE CARAJOS ESTA HABLANDO?- Pensó enfurecido. –YA BASTA! Que no escucho que si, aceptamos y ya!- Dijo totalmente fuera de control.
-Yuki, es el protocolo que ellos siguen…- Le miro suplicante el pelirosa, para que guardara silencio.
-Pues que ya deje de preguntar tantas cosas! Ya le hemos dicho que si!-
-Cof, cof… está bien, está bien…- Dijo el cura, tratando de ignorar la interrupción. –Así pues ya que quieren establecer entre ustedes una alianza santa del matrimonio, unan sus manos y expresen su consentimiento delante de Dios y de los de su Iglesia.
Yuki más calmado miro a Shuichi y este a su vez, le devolvió la mirada.
Yo Eiri Uesugi te pido a ti Shuichi que seas mi esposo porque te amo y prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad y amarte y respetarte todos los días de mi vid….- Yuki se hizo dos pasos hacia atrás, puesto que Shuichi había empezado a sangrar a cantaros por la nariz.
-Arruinaras tu vestido Shuichi!- Le grito Hiro, tratando que se calmara.
-Ah sí, si… lo siento es que… te ves tan atractivo Yuki!- Dijo el cantante, después de esto prosiguió el. –Yo Shuichi Shindou te acepto a ti Eiri Uesugi, como mi esposo porque te amo y también prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso en la salud y en la enfermedad y amarte y respetarte todos los días de mi vida-
El sacerdote dijo -Que el Señor confirme este consentimiento que han manifestado ante la Iglesia y cumpla en ustedes su bendición. Lo que Dios acaba de unir, no lo separe el hombre-
Instantes después pasaron Mika y Tohma a darles los anillos, Seguchi se negaba a entregárselos, pero tras jalonearse unos instantes con el pelirosa, este ultimo logro quitárselos finalmente.
-Recibe este anillo como signo de mi amor y mi fidelidad. En el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo-Yuki trato de colocar el anillo en el dedo corazón del pelirosa, le costó un poco de trabajo –Aumentaste de peso enano!- Le recrimino, pero tras varios intentos finalmente había conseguido colocárselo, pese a que el pobre dedo de Shuichi quedo hinchado.
-Recibe este anillo, como signo de mi amor y mi fidelidad. En el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu santo- Shuichi guio el anillo al dedo corazón de su amado, pero antes de colocarlo, le miro a los ojos y le volvió a remarcar –FIDELIDAD… oíste? Porque yo sí que te seré fiel…-
-Ya ponlo carajo…- Le apremio el rubio, sabía que se refería a las tantas veces que solía coquetear el con las chicas lindas con las que se topaba. Shuichi prosiguió y le coloco el anillo finalmente.
Hiro y Ayaka les dieron las arras.
-Recibe también estas arras como prenda de la bendición de Dios y del cuidado que tendré en que no falte lo necesario en nuestro hogar- Proclamo Yuki dejando caer las arras en las manos extendidas del pelirosa. -Escuchaste…? solo en “lo necesario” nada de helados, pokys y absurdas bolsas gigantescas de chicharrones y papas-
-Bien… yo las recibo en señal del cuidado que tendré, de que todo se aproveche en nuestro hogar…- Respondió el pelirosa –Descartando las cervezas y las cajas de cigarrillo que sueles comprar a la semana-
Los dos se miraron con intensidad, y de los ojos de ambos surgían rayos que chocaban en las pupilas del contrario.
Después fue el turno de la mama de Shuichi quien junto con su esposo les coloco el lazo, el pobre casi termina estrangulado por su propia madre, quien seguía llorando escandalosamente y por los nervios había jalado el lazo enredándolo en el cuello del cantante, Maiko tuvo que intervenir nuevamente logrando acomodar correctamente el lazo y quitarle de encima a su madre.
Finalmente el padre pidió que la concurrencia se pusiera de pie y que diera un fuerte aplauso a los recién casados, con esto también Yuki y Shuichi tenían que cerrar el circulo sellándolo con un beso. Los dos se miraron a los ojos y tras escuchar la lluvia de aplausos se sintieron realmente incómodos, pero para sorpresa de todos fue Yuki el que tomo la iniciativa, llevando una de sus manos a la cintura del cantante, acercándole a él y besándole con bastante ímpetu y pasión.
Por un segundo todos habían desaparecido nuevamente de aquel lugar, para Yuki y Shuichi solo se encontraban ellos dos y nadie más, pero el padre tocio y trato de llamar su atención. Yuki bufo molesto, mientras Shuichi se separo totalmente sonrojado del rostro del rubio.
El sacerdote hizo la última bendición y al fin se dio por terminada la ceremonia.
Caminaron en medio de la capilla, mientras nuevamente eran despedidos con aplausos, en el transcurso habían sido detenidos por los familiares y amigos para abrazarles y desearles lo mejor.
Ahora todos los invitados junto con los novios, se dirigían a uno de los salones más exclusivos y caros de la zona para festejar en grande la boda de Yuki y Shuichi Uesugi.
CONTINUARA! :)