Distress and Coma
Capítulo 1: Please Rescue Me…
¿Cuál era su nombre? ¿Cuál era…? Se siguió preguntando, hizo una mueca y apoyo un codo en una rodilla. Era… como fuera, pero para comenzar, el lugar donde se encontraba no era su cuarto… bueno, lo era pero era su anterior cuarto… antes, un recuerdo que quería olvidar, algo que quería borrar… ¿Por qué no lo dejaba en paz?
- Hola –saludo… él. ¿Quién era? ¿Y qué quería? Se preguntó, nunca se lo pregunto en voz alta, se sentía estúpido… ni se lo preguntaría. El chico que no dejaba que durmiera más de cuatro horas al día… tenía que admitirlo era muy, muy simpático.
- ¿Qué quieres? –le pregunto, el chico solo le miraba con unos ojos muy celestes…
- Que me ayudes… sólo eso –respondió, con ese tono de total tranquilidad. Se sentó a su lado… mirando alrededor. ¿Qué? ¿No conocía el lugar? Él lo había llevado ahí ¿no?- así era tu cuarto ¿no? –preguntó, levantándose y mirando los posters pegados en la pared.
- Tú me trajiste aquí –respondió- deberías saberlo –continuo, el chico volteo a verlo.
- Creí que te sentirías cómodo en un lugar conocido –dijo- pero, no sé porque sigues recordándolo… intentas olvidarlo pero no puedes… ¿Por qué? –preguntó. La gota que colmó el vaso.
- ¿Y a ti que te importa? –pregunto levantándose, y encarándolo, el chico, más bajo que él y un poco con más valentía, solo le miraba- ¿Por qué haces todo esto? –preguntó, ya harto de todo…
- Tuviste que mudarte a otro lugar, cuando no querías… tienes que volver a acostumbrarte a un lugar en el que no quieres estar un solo segundo… mi trato es ayúdame y te ayudo –dijo mirándole a los ojos, sin duda en aquellos irises… no había nada más que ¿sinceridad?- ¿aceptas?
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Despertó en medio de la noche, aun con los parpados pesándole… la primera noche, cosas desordenadas aquí y allá, que dormía en ese cuarto. Extrañaba su cuarto anterior, tenía menos espacio sí, pero estaba más cómodo.
¿Por qué los padres hacen las cosas sin preguntar?
Las primeras noches en ese cuarto empezó a escuchar ruidos… y ver una silueta en la esquina del cuarto… fuera quien fuera no quería dar la cara, ya que nunca se acercaba a la luz que se filtraba por la ventana. Pero, pudo ver un destello… solo una vez, al parecer tenía el cabello castaño o quizá rubio.
Pasado un tiempo las cosas fueron empeorando… no solo fueron ruidos o cosas moviéndose por el cuarto… o algo así, una de esas noches escucho un: “escúchame”, más que todo un gruñido y luego sus “futuros” cuadernos en el piso… y el susto de su vida.
Luego de eso, las cosas empeoraron. Podía culpar a quien fuera que no lo dejaba dormir que socializaba poco, pero sería un mentira… no le interesaba conocer a un montón de personas que creían que unos cuantos golpes de batería y unos acordes… eran música.
“Por favor…”
Las cosas se habían puesto muy extrañas… cada vez que llegaba a su nueva casa, evitaba ir a su cuarto de buenas a primeras… ¿Qué le esperaba allí? Y no se refería a recuerdos encartonados… si no a esa silueta, sombra… como la llamasen… da lo mismo cuando no puede sacártela de encima.
Y hablando de ello… y de su vida… ¿Qué clase era la que…?
- Takashima –gruño el profesor, de lo que fuera… miro la pizarra… era el de inglés- no está atendiendo ¿verdad? –preguntó. Se imaginó contestándole un: no, pero yo ya se lo que va a enseñar hasta el próximo libro…
- No –contestó, en voz baja. El profesor asintió y volteo a la pizarra y siguió explicando el tema, los problemas los tendría cuando hablara con sus padres.
- Tranquilo… él no hace problemas, mientras pases los exámenes –comento un chico, sentado a su lado… ¿eh… eso que llevaba era una bandita en la nariz?
- Gracias por el dato –contestó, algo aburrido. El pelinegro sentado delante de él ya estaba a punto de roncar.
- Y… ¿cómo vas en tu adaptación? –siguió el chico de la bandita en la nariz… ok, si quería charla… estaba lo suficientemente aburrido para darle charla, y aparte… no parecía ser como el montón… entre la corta conversación que tuvieron… pudo notar que tenían mucho en común…- él –apunto al pelinegro delante de él- Kai –lo sacudió.
- Mmm –al parecer iba a ser la única contestación que recibiría.
- Kai, joder –mascullo, el timbre sonó y recién el pelinegro alzo la cabeza.
- ¿Qué? –preguntó, se podría decir casi asustado… luego, miro alrededor- Reita, no jodas –murmuró, volviendo a esconder la cara entre sus brazos. Uruha se rió… no le había dicho su nombre, ¿o sí?
- Ah, si –claro, que el primero en presentarse fue Reita- tú eres… -agito la mano.
- Takashima Kouyou –Reita alza las cejas, muy largo pronuncia- pero, puedes decirme Uruha –sonríe.
- ¿Takashima? –pregunta Kai, al parecer el sueño se le ha ido. Y mira a Uruha, con el ceño fruncido levemente- ¿tu familia se ha mudado a la casa de los Matsumoto? –pregunta, y Reita le mira confuso.
- ¿Los Matsumoto? –pregunta Uruha… ok, la próxima vez que se muden le preguntaría a su padre a quien le compraba la casa… como no. Kai le describe la dirección… y- sí, nos acabamos de mudar –contesta al final. Reita mira impaciente, a Kai y luego a Uruha… que ya empieza a ponerse nervioso de tanto cuestionamiento.
- Ja –suelta Kai. Reita se levanta y se sienta sobre la mesa de Kai, hablándole de cerca… secreteo, cosas de chica. Uruha ya se iba a levantar… pero Reita lo detiene, tapándole el paso.
- ¿Y ves fantasmas, Takashima? –pregunta Kai, con una sonrisa ladeada.
- ¿Cómo? –pregunta el aludido, no… fantasmas no, aún. Pero… momento- ¿Qué dices?
- ¿No sabes que paso en esa casa?