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!Quiéreme como soy! por marlu-chan

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Notas del capitulo:

Hola mi gente linda mil perdones por la demora

ya saben semana santa...visita a los familiares, no te dejan escribir y los primos fastidiosos  me entienden verdad  de verdad mil disculpas

aqui esta el capi y bueno no salio como yo queria pero...aqui esta

 

leann abajito es importante si

ahhh me olvidaba naruto no me pertenece le pertenece a kishimoto-sama y la cancio a sus respectivos autores...

tambien gracias por leer y tambien muchiisiimas gracias por sus adorados rws lo amo me dieron ganas de hacer el capii a todas esas hermosas personitas que me leyeron anonimamente igual los kiero mucho 

 

a leer!!!

¡Quiéreme como soy!

 

Capítulo 2: “Cambios y sorpresas”.

 

Tenía todo el santo día metido en la empresa después de lo que paso con Naruto TODO había cambiado en cierto modo le parecía monótono, una y otra vez, nada mejoraba con el rubio lo seguía tratando igual, no sabía cómo acercarse a él, ni siquiera se había disculpado con el Dobe... por otro lado en la empresa su hermano y su disque intento de amigo le aplicaban la “Ley del Hielo”.

 

Salió a la cafetería del lugar, si las miradas mataran el ya estaría muerto, Itachi y su copia barata “Sai” lo trataban peor que “chancla vieja” ni le hacían caso, ya tenían unos días en ese plan, no eran chiquitos para estar en ese tira y afloja aunque a veces lo dudaba...

 

 

-          ¿Qué le sirvo Uchiha-san? – le decía la dependiente en tono coqueto, al parecer todos los trabajadores ya se habían enterado del pequeño incidente que tuvo el Uchiha menor.

 

-          Un café negro bien cargado – ordeno sin decir la palabra mágica “por favor”, ¿Para qué? pensaba el moreno, sino había necesidad, él era uno de los dueños.

 

 

-          Negra... como su conciencia – se escuchó del otro lado de la cafetería con voz estruendosa, era nada más ni nada menos que su intento de amigo, venía con su hermano es que eran tan unidos que le cabreaba bastante.

 

 

-          Eres muy gracioso Sai lo sabias – comentaba su hermano mayor la plática era muy amena a su parecer.

 

 

-          Son encantos naturales que puedo hacer – decía Sai con tono pícaro.

 

 

Solo miraba la situación desde el otro lado no estaban tan lejos ellos sabían perfectamente que Sasuke les estaba escuchando por eso seguían jodiendo con la conversación mientras disfrutaban de un buen café. “Nunca hay que perder la elegancia”.

 

-          Hasta cuando seguirán con eso... – hablo Por fin sasuke.

 

-          ¿Seguir con qué? – contesto Itachi al aire con otra interrogante.

 

-          Con esa estúpida “Ley del hielo” – haciendo comillas con sus dedos – Ya  están bastante grandecitos ¿no?... – volvió a hablar el Uchiha menor tomando un poco de su café.

 

-          ¿Itachi escuchaste algo? – hablo Sai irónicamente.

 

-          Creo que fue un mosquito... – contesto el mayor.

 

-          ¡Tsk! – eso fue la gota que derramo el vaso, el tenia orgullo y ni su hermano podría con él, se paró inmediatamente boto el vaso de café al tacho, ya se estaba retirando del lugar cuando el hablar de su hermano llamo su atención.

 

-          ¡Sasuke! –

 

 

-          Hmp... –

 

-          Nuestros padres llegan en dos semanas... que no se te olvide – para después irse con Sai a trabajar, dejando solo al moreno menor en la cafetería.

 

-          ¡Tsk!... – “!Rayos¡” la llegada de sus padres era inevitable venían a asegurar que el matrimonio se había consumado ahora que haría – ¡Maldición! ¡Maldición!... – salió de la oficina maldiciendo a todo mundo, “Piensa Sasuke ¡Piensa!”.

 

 

-          Crees que te haya escuchado – comentaba Sai sentado ya en la oficina de Itachi que estaba al frente de él.

 

 

-          Claro que me escucho... si sabe lo que le conviene usara la cabeza – asintiendo a lo que dijo Sai.

 

-          Si es que tiene... – dijo Sai.

 

-          ¡Sai! – refuto Itachi a la broma hecha por su amigo.

 

-          Jajaja ok me rindo Itachi – mientras le devolvía una mirada seria al moreno.

 

 

Un pelirrojo y dos rubios se hallaban en la casa del mayor dando los últimos detalles del plan, se iba a realizar el día de la fiesta que realizaban los Uchihas por el recuerdo de los abuelos fundadores de la empresa, esa sería una fiesta que el Uchiha menor no olvidaría en su vida.

-          Bien Naruto esto es secreto de estado... hasta el día de la fiesta ok – escucho todo lo que le decían Dei y Gaara, era hora de cambiar.

 

-          ¡Si dattebayo! – estaba sentado en la cama de su hermano como niño pequeño.

 

-          Naru tendrás que olvidarte de todo a lo que estabas acostumbrado a usar – ese había sido su amigo Gaara que estaba sentado al lado de él.

 

-          ¿Olvidarme ttebayo? A que te refieres – poniendo su carita de lado como cachorrito pequeño.

 

-          ¡Nissan se refiere a que nada de zapatos pasado de moda, cero de esa ropa de niño, fuera esos lentes, fuera los brakets y lo más importante...! – hablaba Deidara que estaba parado alzando su mano en el aire.

 

-          Lo más importante ttebayo... – repitió Naru.

 

-          Lo más importante es... – con voz fuerte – ¡Cambiar tu autoestima! – eso fue casi un grito.

 

-          No era necesario el grito... – hablo Gaara, se estaba destapando los oídos, después del tremendo grito.

 

-          Gomen... creo que me emocione – decía un sonrojado deidara – Ya saben son los cambios de humor... por el embarazo ttebane.

 

-          Así es Naru – hablo esta vez Gaara mirándolo – tu eres hermoso por dentro y por fuera – golpeando con un dedo el hombro de naruto – Y te darás cuenta de eso... y ¡El Uchiha bastardo también!

 

-          ¿Están seguros chicos? – acaso ¿Él podía ser un cisne?, a veces lo dudaba el mismo.

 

-          Eso te lo aseguro hump... – asintiendo energéticamente su cabeza.

 

-          Naru... necesitamos hacerlo sin que el bastardo se dé cuenta... dinos en que momentos está en casa – preguntaba Gaara sin saber el dolor que la pregunta ocasionaba en el rubio.

 

-          Nunca – soltó así de rápido, sabía que se avecinaban miles de preguntas mejor prepararse mentalmente para responder.

 

-           ¡¿Cómo que nunca?! – Deidara presentía que la situación de su hermanito era difícil, lo que no sabía es que el Uchiha era un completo hijo de...

 

-          ¡Deidara! – escucho el grito de su hermano menor despertándolo de sus pensamientos.

 

 

-          Hump... a ver Naruto Namizake explícame eso de que “Nunca” está en casa – acercándose demasiado al rubio casi intimidándolo con la mirada.

 

 

-          Eso no me lo has contado Naruto... ¡Yo también quiero que me lo expliques! – ya eran dos lo que estaban invadiendo su espacio personal, no exageraba pero sentía que le faltaba el aire.

 

 

-          Está bien ttebayo... pero déjenme respirar – se alejaron sus hermanos – Uff... – tomo aire y volvió a hablar – Por donde empiezo... a si – mientras sus hermanos estaban expectante a todo lo que le decía el rubio.

 

 

El vuelo con destino a Japón estaba aterrizando en esos momentos, los pasajeros se preparaban para descender, las primeras en bajar fueron dos figuras una masculina y un joven doncel. Uno estaba más que emocionado por regresar y el otro “No estaba nada contento con el viaje”.

 

-          ¡Es bueno estar en casa! – se escuchaba una voz varonil al pisar nuevamente tierra japonesa.

 

 

-          Pensé que te gustaba Londres... – hablo el joven doncel.

 

-          ¿Quieres que avise a tu familia? – volvió a hablar aquel joven.

 

-          No es necesario TODO será  sorpresa –  con una sonrisa en los labios.

 

-          ¿Y ya pensaste en la manera de acercarte a Naruto? – hablo el doncel un poco fastidiado por aquel nombre, no tenía nada en contra del otro doncel lo conocía muy bien, solo que... le robaba la total atención del hombre al que amaba en secreto.

 

-          Será en la fiesta de los Uchihas – contesto el mayor seriamente.

 

-          Pero tú No estás invitado... –

 

-          Yo no pero Akatsuki Corps. ¡Sí!

 

 

 

La noche había llegado para fastidiar a unos y alegrar a otros, este era el caso de Itachi y Deidara, ambos eran felices al tenerse el uno a otro y pronto un nuevo integrante en la familia, ya que Dei estaba en la dulce espera, pronto cumpliría cuatro meses...

 

-          Sabes aun no puedo comprender que tu madre haya traído a dos seres completamente diferentes al mundo hump... – hablaba Dei mientras desanudaba la corbata de Itachi, Dei ya estaba en bata sobre la cama.

 

 

-          Lo sé... la genética fue buena conmigo – contesto el mayor, le encantaba que Su Deidara lo desvistiera cuando llegaba del trabajo.

 

-          ¡Presumido! – dándole un golpecito en la cabeza a veces su marido podía ser tan “egocéntrico”.

 

-          ¡Oye eso dolió! – sobándose el pequeño chichón con tremendos lagrimones en el rostro, a veces exageraba un poco – A todo esto como vas con Naru-chan.

 

-          Yo diría que todo está saliendo... a pedir de boca hump – con una bella sonrisa en los labios de Dei.

 

-          ¿Así? – acercándose más a deidara.

 

-          Si mmm... – no pudo seguir porque Itachi había cazado sus labios en un lento y delicioso vaivén, pronto  sus lenguas empezaron una guerra por quien domina a quien, a lo que siempre ganaba el mayor volviéndolo un beso por demás apasionado. El moreno ya estaba sin camisa y se proponía a desatar la bata del rubio.

 

Bajo para darle estímulo a otra parte que sabia y volvía loco a Deidara, beso y marco como quiso el delicioso cuello del rubio, dejando chupetones y marcas que evidenciaban que era de él, escuchaba los gemiditos del rubio y quería oír más...

 

 

-          Itachi mmm...sigue...ahh – el moreno besaba con maestría y adoración el cuerpo de Dei, ya había logrado desanudar la estorbosa bata se dejaba ver el pechito del doncel, esa piel tan tersa que lograba sacar todo ese instinto que traía el Uchiha, beso cada parte de su piel, lenta, suave de una manera lujuriosa.

 

-          Te amo... – beso – Dei...dara – otra vez volvió a besarlo pero en la boca, atrayendo sus cuerpos y posicionándose más sobre el rubio, ahora pasaba a sus dos botoncitos estaban tan duros y rosaditos producto de la excitación.

 

-          Ahh...mas...ahh... – no paraba de escuchar aquellos gemidos que le fascinaban.

 

-          ¿Quieres... más? mmm... -  quería que le dijera que siguiera, que el mandara, mientras seguía en su labor de besar, acariciar aquel bello cuerpo, lo sentía cada respiración cada latido, sus corazones solo latían con ese amor que se tenían. Las manos de Deidara se paseaban por toda la espalda bien trabajada del moreno, tan firme y segura... lo amaba más que a su vida misma, sentía sus besos, sus caricias, le encantaba que Itachi dijera que lo amaba, ambos disfrutaban de aquellas caricias que lo llevaban al paraíso.

 

-          mmm...motto... te...amo – pronuncio el rubio tan extasiado que arqueo su cuerpo para sentir más a su marido, porque era Suyo.

 

Bajo más y más hasta llegar a sus caderas, jugo con su ombligo haciendo traviesas caricias una y otra vez, despacio, rápido, el moreno también sentía crecer en su entrepierna a su querido amiguito... solo que debía ir lento, tenía tiempo en abstinencia y no quería lastimar a su Deidara y a su hijo. Seguía escuchando sus gemidos más fuertes que antes, pidiendo más y más, sería fantástico volver a fundirse y ser uno con su amado esposo.

 

-          Te...amo... Mi Deidara – no quería separarse de aquella piel, era como un afrodisiaco lo ponía a mil...

 

-          Ahh... Ita...chi mmm – sintió que su cuerpo paro en seco en ese momento, tenia...

 

-          ¡¿Dei? ¿Qué sucede? ¿Por qué paras?¡ – el moreno había levantado la cabeza para ver al rubio que estaba todo sonrojadito por lo que andaban haciendo.

 

-          Itachi O///O...tengo hambre – le daba pena parar más por su marido pero en verdad se moría de hambre.

 

-          ¡Ehh! Está bien... mande mi rey – esto lo decía mientras se paraba para dejar que se levante Deidara, encontró su camisa por el otro lado de la cama, se la puso y se la  acomodó.

 

-          Quiero mmm – puso sus dedos sobre su boquita – ¡Helado de fresas con chocolate y salsa de camarones¡ – sonriendo al final de decir su travesura, anudándose nuevamente su bata.

 

-          ¿Dei?... ¿Eso se puede comer? – Itachi tenía tremendo goterón que le caía.

 

-          ¡Quiero eso¡ -

 

-          ¡Está bien! ya regreso – casi llegaba a la salida del cuarto cuando escucho que su esposo lo llamaba.

 

-          ¡¿Itachi?! – Deidara estaba parado en el lumbral de la puerta del baño con las manos en su bata – No te demores... onegai – se había quitado la bata por completo, Itachi veía y no lo creía ¡O_O! , se había quedado pasmado, Deidara estaba completamente desnudo, dejando al descubierto toda su hermosa anatomía.

 

-          ¡Deidara! O///O – sintió el cerrar de la puerta eso lo devolvió a la realidad - ¡¿Quieres dejar a tu hijo sin padre?! – casi lo mataba de un paro cardiaco, su corazón casi se salía.

 

-          Jajaja... – escucho reír a su Deidara contento por su “pequeña travesura”, estaba bien protegido dentro del baño del pervertido de su marido.

 

 

No muy diferente era la situación que se vivía en la casa de la familia Shimura no Sabaku, así es como lo oyeron, la casa de Sai y Gaara, esta parejita llevaba casada 1 año y medio. Sus inicios fueron un poco atrabancados, fue justo cuando nuestro pelirrojo cumplía sus 21 añitos y para celebrarlo nada mejor que irse de juerga toda la noche a un “antro”, un baile por aquí, otro por allá calentaba aún más el ambiente.

 

Fue un día como cualquiera

Nunca olvidare la fecha

Coincidimos sin pensar

En tiempo y el lugar

 

Un pelinegro que andaba por ahí se había fijado ya en ese pelirrojo que bailaba incesantemente al centro de la pista, “Un baile, una copa y Listo una noche de placer asegurada “, eso nunca fallaba.

 

Algo mágico paso

Tu sonrisa me atrapo

Sin permiso me robaste el corazón

Y así sin decirnos nada

Con una simple mirada

Comenzaba nuestro amor

 

Las cosas no salieron tan bien que digamos, al principio se hizo el difícil, pero logro su cometido bailar con aquel doncel, la calentura fue subiendo, un roce fugaz y otro, un par de botellas entre los dos, hicieron que su conciencia se valla por un tubo, Gaara había notado cierto interés en ese pelinegro que “No estaba nada mal” a su parecer. “Y si pasaba que podría pasar”... ambos desaparecieron del lugar repentinamente, nunca lo había hecho en el auto, la verdad nunca había estado con nadie, y perderla con ese pelinegro parecía “Interesante” ¡Seria su regalo perfecto  por sus 21!. Besos, caricias, roces, el rechinar del auto... para ser su primera vez se sentía a morir, era lo mejor, fue tierno porque lo preparo para lo que venía, al principio dolió, “Siempre tiene que doler ¿no?”, el dolor paso y las penetraciones fueron lentas, suaves, el nivel subió, rápidas, fuertes, duras,  le encantaba ese ritmo... el tiempo no quería que se acabara, seguían y seguían, el auto estaba todo tapado por los jadeos, “un ambiente delicioso” pensó Gaara.

 

Tú me cambiaste la vida

Desde que llegaste a mí

Eres el sol que ilumina todo mi existir

Eres un sueño perfecto

Todo lo encuentro en ti...

 

Tarde o temprano tenían que terminar, como se dice “Todo lo bueno tiene su fin”, el preciado orgasmo llego, el pelirrojo en el vientre de su amante, y el susodicho dentro de aquel doncel llenándolo por completo de su esencia, sintió arquearse al momento de recibir aquella sustancia tan caliente dentro de él, fue “El mejor orgasmo de su vida”, claro si fue su primer orgasmo pensó Gaara. En el pelinegro tuvo el mismo efecto simplemente “Lo hicieron llegar al mismísimo cielo”, lo aferro tan fuerte a él como si tuviera miedo a perderlo, por primera vez se había sentido totalmente completo.

 

La siguieron nuevamente en el apartamento de Sai, dos veces más solo que esta vez fue con protección, aun no estaban tan conscientes de sus actos, solo se dejaron llevar por el placer. A la mañana siguiente Sai no encontró a su acompañante a su lado, aunque hubiera jurado haber dormido toda la noche con él.

 

Ya habían pasado tres semanas de aquella noche, se sentía raro, su ciclo de doncel aun no le venía y estaba asustado, “Tenía 21 años por dios”, no sabía nada del chico con el que había pasado la noche, ni su nombre, ahora si estaba aterrado que tal si... “No, eso ni pensarlo”, sus hermanos lo matarían por “promiscuo” y sus padres ¡No, ni hablar de sus padres!.

 

Lo que no sabía Gaara, era que Sai, el pelinegro que conoció en su cumpleaños lo llevaba tiempo buscando e investigando, un día aquel muchacho se apareció por donde Gaara estudiaba el pelirrojo se sorprendió mucho al verlo, es que nunca pensó volver a verlo ¡Jamás!, pero ahora que creía estar metido en un “Lio”, tenía que ayudarlo ya que ese pelinegro de sonrisa hipócrita tenia toditita la culpa. Cuando Sai se enteró que podría ser papa algo dentro de el salto de alegría, ahora sabía que aquel doncel se llamaba Gaara perteneciente a la familia  Sabaku, “Un hijo”, su padre lo mataría, no era la primera vez que estaba con alguien, pero si la primera en casi embarazar a uno.

 

Hablaron y hablaron fue muy amena su conversación, claro siempre sacaban el tema del posible embarazo, ahora si sabía que ese chico se llamaba Sai Shimura, esa era una familia muy poderosa según su padre. Sai prometió ayudarlo, que no se preocupara de nada, que ya tenía una solución para lo que les estaba pasando.

 

Lo que no imaginaba Gaarita, era que su grandiosa “Solución” seria “El matrimonio” ¡Sí! Con todas sus letras ¡Matrimonio!, él quería una solución no casarse con ese idiota. Llego a su casa todo formalito, de terno al igual que el que parecía ser su padre, sus padres y hermanos lo recibieron más que gustosos solo basto una semana para que ya los estén comprometiendo, sus padres eran los únicos que sabían la verdad y el padre de Sai, Yamato. No le dejaron otra opción, no es que no quisiera casarse, solo que no estaba preparado para asumirlo, al mes ya se estaban casando por todo lo alto. Sai lo trataba bien después del matrimonio, se realizó exámenes para saber si en verdad estaba embarazado, pero no lo estaba, había sido “suerte”. ¿Quién sabe?.

 

Hubo desilusión por parte de Sai y su familia, pero que podía hacer, el aun no quería tener hijos, no quería dañar a Sai lo quería después de todo solo que aún no lo amaba. El matrimonio se fue deteriorando los primeros meses, hasta el punto del divorcio, Sai no lo dejo hacerlo, lucho y lucho no se cansó, utilizo toda su artillería pesada para que él se enamorara de Sai y así fue ahora ya tenían un año y medio juntos “¿Quién lo diría?”, ahora estaba completamente enamorado de Su Marido, porque era Suyo y ninguna zorra se lo iba a quitar.

 

Tú me cambiaste la vida

Porque es que eh vuelto a creer

Ahora solo tus labios encienden mi piel

Hoy ya No hay Dudas aquí

El miedo se fue de Mí

Y TODO gracias

A ¡Ti!

 

Justo ahora estaban viendo la televisión aunque el solo pensaba en todo lo que había pasado con Sai, quizás sería la misma situación que vivía Naruto, “no, quizás es peor”, él no se imaginaba la vida sin Sai... haría lo que fuera por ayudar a su amigo.

 

-          ¿Sai? – lo llamo.

 

-          Mmm... –

 

-          ¡Te quiero! – se acomodó sentándose encima de su marido, ambos se miraban fijamente, los ojos tan negros como la noche miraban a unos ojos aguamarina tan claros como las aguas de los manantiales. Gaara era como un libro abierto para Sai. El pelirrojo se aferró al cuerpo tan masculino de su marido como niño chiquito, besándole poco a poco su blanquecino cuello, depositando besos a su camino, pronto se encontró con la apetecible boca del pelinegro, apresándolo rápidamente en un beso demasiado apasionado, así eran ellos, hacían el amor con mucha pasión.

 

-          Y eso es ¿Porque...? – pregunto Sai al finalizar el beso, era muy extraño, era la primera vez que Gaara empezaba la “acción”, siempre el que iniciaba era Sai.

 

-          Idiota mmm... – Sai lo había callado con otro beso, mas apasionado que el anterior. Besando también su bronceada piel, dejando marcas de pertenecía, Gaara era solo suyo, y ningún perro se lo iba a quitar. Hasta los dos pensaban igualito.

 

-          Ahh...Sai....ahhh –

 

-          Sigo siendo un ¿Idiota?  – pregunto todo socarrón, ante un Gaara completamente sonrojado.

 

-          ¡Solo cállate y bésame! – volvió acercarse.

 

-          Solo si me dices que andan tramando Deidara, Naruto y tu ¿eh? –  trataba de descifrar la mirada de Gaara, pero nada, no le decía nada.

 

 

-          ¡Nop! – apresando nuevamente los labios de su marido, moviéndose y rozándose descaradamente sobre él.

 

 

-          Entonces te torturare... -  tumbando a Gaara sobre el sofá, posicionándose sobre él.

 

 

-          Mmm... jajaja ¡Sai! –  mientras este lo desvestía de a poco.

 

 

-          Es mi turno... – empezó a besar y besar, acariciar los pezones de su Gaara, todos rosaditos, lamio y beso a su gusto – eres mío...Gaara – besando una vez más el cuerpo de su esposo, amaba esa piel, amaba todo de Gaara.

 

 

-          Ahhh...solo tuyo... mmm – era imposible no divagar con esas caricias enloquecedoras que le brindaba su marido, acariciaba sus cabellos azabaches.

 

 

-          ¿Quieres que juegue  aquí? mmm – tocando juguetonamente el miembro de Gaara por encima de la delgadísima tela del bóxer.

 

 

-          Sai...ahhh...hazlo mmm ya – cerraba los ojos fuertemente, estaba tan excitado.

 

-          ¿No me lo vas a decir? – seguía masajeando el miembro del pelirrojo, el solo le hablaba al oído con la voz ronca, también estaba muy duro.

 

 

-          Mmm no...ahhhh –

 

 

-          Como quieras... – sacándole por completo el bóxer, dejándolo ahora si desnudo, admiraba todo el bello cuerpo de su esposo, bajo hasta sus caderas besaba lentamente el miembro del pelirrojo, torturándolo, dándole pequeñas mordidas a todo ese pedazo de carne, tan delicioso, veía a su Gaara todo sonrojado y bañado en sudor. Empezó a darle sexo oral, uno muy bueno, lo sentía y escuchaba sus gemidos su voz era hermosa...

 

-           Sai... mas... ahh ¡Maldición! – profundizo el movimiento marcándole el ritmo a su marido. Lo quería fuerte. Poco a poco las fuerzas las iba perdiendo era signo de que el orgasmo estaba cerca.

 

-          Me vengo... ahhhhh – trataba de alejar a Sai, pero este seguía tan ensimismado con su trabajo, ya estaba a punto y...

 

-           Ahhhh Gomene... Sai – respiraba con dificultad, subía y bajaba.

 

-          No importa... me encanta probar tu sabor – mientras saboreaba la esencia del pelirrojo, adoraba verlo todo sonrojadito, ahora era su turno de sentirlo.

 

Lo beso nuevamente una y otra vez, ambos probaban el sabor de la pasión y la lujuria, bajo y bajo por todo el cuerpo bronceado de su amado, dejando una vez más marcas de propiedad. Le mostro tres dedos a Gaara para que los lubricara, este los lamio como si de una paleta de dulce se tratara, sus ojos aguamarina cambiaron a unos de total lujuria concebida. Pronto el primer de ellos entro en el pelirrojo, causando dolor en el – ahh Sai...duele – lo beso y lo beso para que el dolor pasara y se olvidara de ello, el segundo y pronto el tercero entraron moviéndolos en forma de círculos, en forma de tijera, ahora ya no escuchaba queja solo oía gemidos de puro placer, estaba listo para hacerlo... “Siempre era como la primera vez”...

 

-          Querido muéstrame... que buen jinete eres... – se sentó nuevamente y atrajo a Gaara, quien se sentó en el miembro de Sai de una sola estocada – ahhhhh...mmm... te amo Sai... – aferrándose al cuello de su amado, muy fuerte.

 

 

-          Gaa...ra  ahhh... – había sido rápido, era tan estrecho pero siempre tenía esa sensación, era totalmente feliz cuando estaba con su pelirrojo, no se movió hasta que se acostumbrara a la intromisión.

 

 

-          Muévete quieres... – ySai empezó a moverse unsube y baja delicioso, lento primero luego fuerte, duro, cada envestida lo llevaba al paraíso, cada estocada con tanta pasión lo amaba, solo quería ser de él, pertenecerle a él, Gaara empezó a llevar el ritmo, aferrándose más a él y Sai a su cintura, fuerte... - ¡Ahhh... ahh...

 

 

-          Ahh...Gaara... – aferrándose más, volviéndose uno solo – Me...vengo – besándose, el final estaba cerca.

 

 

-          Yo... también...ahhhh – se habían acabado las dudas para él, amaba a Sai y por eso...

 

 

-          Gaara... tengo...que – le costaba respirar, pero tenía que eyacular fuera del pelirrojo, no estaban usando protección.

 

 

-          Mmm... ahh haz..lo...dentro – besándolo con más pasión, Sai estaba con los ojos abiertos por las palabras del pelirrojo.

 

-          Gaara tu... – conectando sus miradas luz vs oscuridad – Te... amo... ahh – había llegado, alcanzado una vez más el cielo junto al amor desu vida.

 

-          Ahhhh... te amo... Sai  - sentía la esencia de Su Marido en su interior, recorriéndolo, marcándolo de por vida... ojala y pronto... crecería la familia. Tan extenuados por aquella sesión de amor, el moreno que aún le quedaban un poco de energía se dispuso a cargar a su pelirrojo a la habitación, lo deposito suavemente, se había quedado dormido...había sido una sesión muy buena... para cansar de esa manera a Gaara... tenían que descansar, se abrazó a Sai como si de un peluche se tratara, ya Morfeo no tenía que hacer de las suyas... el amor lo había hecho por el...

 

No había sido un día bueno para el... otro día que era un completo desastre, empezando por que se quedó dormido y el Dobe ya no estaba junto a él, eso era rarísimo...siempre era el...el que se despertaba primero y no el Dobe, salió tan rápido de su casa que se olvidó una documentación importante para la empresa, el USB en donde tenía la documentación estaba con virus por eso las malditas computadoras no querían abrirlo, todo le caía como una patada en el hígado, dentro de una hora y media seria la dichosa reunión, tenía que ir a su casa por una copia, con suerte y comía algo, no había ni desayunado ni estudiado bien esos documentos...lo más importante ahora era librarse de esa ¡Mierda de trafico!.

 

Media hora después recién pudo movilizarse y llegar a su casa, entro, la casa estaba en total silencio solo su mayordomo estaba moviéndose por ahí... ni rastros del Dobe ¿Dónde estaría? No le había pedido permiso para salir...

 

La silueta del mayordomo apareció por el comedor alertando al moreno de su presencia.

 

-          ¿Uchiha-san? ¿Qué hace usted aquí? – muy sorprendido por la llegada del patrón.

 

-          Esta es mi casa... ¿No? –

 

-          ¡Oh! Disculpe es solo que... – trataba de explicarse.

 

-          Si lo sé... puedes traerme algo de comer – mientras se quitaba el saco – Si señor – asintió su mayordomo, guiándolo al comedor.

 

Ya en el comedor y con los platos servidos comenzó a comer... no era tan mala la sensación de comer en Su Casa, casi nunca comía ahí, era la primera vez que lo hacía sin embargo algo le hacía falta para hacer esa comida más amena, le faltaba la presencia de alguien, la presencia del Dobe que por alguna razón no andaba por casa.

 

-          Saben ¿Dónde está el do... digo mi esposo? – casi metía la pata. Tosiendo un poco.

 

-          Naruto-san salió a visitar al señor Deidara, señor – mientras recogía el plato de comida – Y aviso que no vendría a comer.

 

-          ¿Siempre es así?... – pregunto nuevamente Sasuke.

 

-          ¿Siempre es así, que señor? – el mayordomo no entendía la pregunta.

 

-          ¿Naruto... siempre come solo? – limpiándose con la servilleta.

 

-          Desayuna, almuerza y cena SOLO... SEÑOR – la voz del mayordomo era muy dura, todos querían mucho a Naruto y no faltaba decir que detestaban al Uchiha por el trato que tenía hacia el rubio.

 

Ahora entendía muy bien lo que sentía su Dobe al comer SOLO sin nadie que te acompañe, esa casa era muy grande para una sola persona, tenía parte de culpa, si no es toda, de que eso esté ocurriendo. Muy en el fondo no quería que las cosas fueran así, pero ya era muy tarde para lamentarse, “Ya estaba subido en el coche y tendría que aprender a manejarlo”.

 

-          ¿Juugo... crees que soy un “imbécil”? – pregunto seriamente el Uchiha a su mayordomo.

 

-          No lo creo señor... lo Afirmo es un ¡REVERENDO IMBECIL! –

 

-          Me gusta tu sinceridad... – bebiendo un poco de su vino.

 

Después de aquella , había transcurrido una semana y media, en cierto modo intentaba cambiar las cosas, en esa semana y en la que seguía había estado yendo a comer a su casa, desayunaba, almorzaba y cenaba... lo curioso era que todas las veces que iba no encontraba al rubio, solo lo veía en las noches para dormir y nada más, quería hacerle miles de preguntas pero Su Orgullo Uchiha no lo dejaba, la actitud del rubio ¡No! Su Indiferencia le estaba haciendo daño...

 

 

-          Naruto ¿Qué te parece este? – Deidara le estaba mostrando uno de los tantos kimonos que le habían traído.

 

-          Está muy... exótico ttebayo –

 

-          Y ¿Este? – preguntaba Gaara.

 

-          Muy... elegante –

 

-          ¿Este? – mostraba Deidara desde una montaña de ropa.

 

-          Muy... destapado ttebayo –

 

-          ¡Me sacas de quicio hermano...¡ – mientras se jalaba los cabellos, tenía horas en ese plan - ¿Gaara ayúdame si?

 

-          Creo que tengo... ¡el kimono perfecto! – mientras desaparecía del lugar.

 

-          Yo iré a comer algo... tomate un descanso y ¡Practica lo que te enseñe! hump... – también salía de aquella habitación.

 

Esas semanas que tenía casi conviviendo con su hermano y Gaara había aprendido muchas cosas, Deidara le llevaba enseñando los modales que debería tener todo “doncel”: ¿Cómo comportarse?, ¿Cómo caminar? Hasta como Seducir a un hombre O///O eso se le hacía un poco difícil, si Itachi se enteraba de aquello segurito y le daba un paro cardiaco. Por otro lado Gaara lo vestía y lo desvestía “en el buen sentido de la palabra” con cuanta ropa compraba para el rubio ¡Que muy pequeño! ¡Muy grande! ¡Que es muy ancho! ¡Demasiado largo! En fin muchas cosas más y lo de su cambio de look quedaría para el final como dijo su hermano “Para cerrar con broche de oro”... también le dijeron que tenía una “Sorpresita”... pero que no le iban a decir nada hasta el día de la fiesta.

 

Aunque todo siguiera normal, no podía olvidar lo que paso hace dos días en su casa fue tan “sorprendente” nunca pensó que podría comportarse así ni sacar aquella fuerza que creyó no tenía... lo recordaba perfectamente.

 

**********************************Flash Back*******************************

 

Había llegado a su casa, eran casi las 3 de la tarde el día había estado muy cansado entre el orfanato y sus hermanos se estaba quedando sin baterías, entro rápidamente a su casa “Como siempre” estaba tan silenciosa, subió las escaleras con dirección a su cuarto sin notar “Otra” presencia que lo observaba desde la sala...

 

Al entrar a su cuarto noto que estaba un poco desarreglado y esta el “saco de su marido”, que hacia allí, seguro las empleadas lo sacaron al limpiar, si seguro era eso... estaba tan metido guardando el saco del teme que no sintió cuando abrieron la puerta, lo que si noto fue el portazo al cerrar...era...

 

-          Sasuke... –

 

-          ¡¿Dónde estabas?!

 

-          ¿Y ese milagro? ¿Tú en casa? – naruto siguió haciendo sus quehaceres sin prestar atención.

 

-          ¡Respóndeme ¿Dónde estabas?! – las voz del moreno era dura.

 

-          Como si te importara... – encogiéndose de hombros el rubio.

                                                                                                          

-          ¡Déjate de tonterías... ¿Dónde has estado todas estas semanas Naruto?! – tomándole de la muñeca al rubio, el agarre se hacía fuerte. Los ojos del Uchiha estaban desorbitados, había ira en sus ojos.

 

-          ¡Suéltame! ¡Me lastimas! - soltándose de un fuerte tirón del agarre de su marido.

 

-          ¡Estamos casados! ¡¿Lo recuerdas?¡ - Sasuke estaba gritando, naruto estaba muy sorprendido nunca su marido había reaccionado así.

 

-          Pues no lo parece... – Naruto no se iba a dejar tampoco, el Uchiha no lo volvería a pisotear en su vida.

 

-          No me hagas perder la paciencia Naruto ¡¿Dónde estabas?! – masajeando su sien.

 

-          Y ¡Tu! no me hagas perder la mía... escúchame bien Sasuke Uchiha se acabó el Naruto sumiso y manipulable – la voz del rubio era dura, nunca lo llamaba por su apellido – Al que todos le tenían pena... a partir de hoy eso va a cambiar... te guste o no este Naruto... el que ves... es el que se va a quedar – hasta el mismo estaba que no se la creía, le había dicho todo eso a su marido, como le había enseñado su hermano “Esos que se creen machitos aprenden solo a golpes y que mejor que un golpe a su orgullo”, tenía que ser duro con el Uchiha, ahora le tocaba sufrir a él...

 

-          Dobe... – “¿Que te hice Naruto? ¿Qué te hice?” pensaba Sasuke – tenemos que ha...

 

Tocaban y tocaban el único que podía ser era su mayordomo pero solo podía hacerlo en caso de emergencia...

 

-          Adelante Juugo – dio permiso naruto.

 

-          Disculpe señor... pero los padres de Uchiha-san han llegado – ¡Maldición!, sus padres habían llegado ya y él estaba peor con el Dobe, lo miraba y solo veía a un Naruto que no conocía.

 

-          No te preocupes Juugo...enseguida baja – dándole una sonrisa falsa. Ya se había retirado, y la tensión volvía a su cauce.

 

-          Eso puede esperar Dobe... tenemos que... – otra vez no le dejaron terminar.

 

-          Ya no tenemos nada de qué hablar... será mejor que bajes  a ver a tus padres “querido” – metiéndose al baño dejando con la palabra en la boca a Sasuke.

 

-          ¡Maldición! – acaso naruto no le podía poner la cosas fáciles, al parecer no...

 

****************************Fin del Flash Back*******************************

 

-          ¿Seguimos? – volvía a entrar Deidara llamando la atención del rubio, sacándolo de aquellos recuerdos, tenía una tremenda Hamburguesa en las manos y planeaba comérsela.

 

-          ¿Naru estas bien? – llamando la atención del rubio – Si Dei... seguimos ttebayo.

 

-          Naruto...!mira¡ - era Gaara quien lo llamaba mientras sacaba detrás de el un maniquí con el kimono para el rubio.

 

-          Gaara-chan... – el kimono era hermoso – Es perfecto – acercándose al pelirrojo para tocar la tela.

 

-          Vamos a probártelo ne... –

 

 

El tiempo había transcurrido muy rápido esa misma seria la fiesta de los Uchihas todo mundo estaba ansioso por presencia aquello, la casa estaba bellamente adornada gracias a su madre, había planeado todo, la música, comida, las flores, el ambiente era más que hermoso tenía que reconocerlo, veía su traje totalmente negro “un smoking” era la segunda vez que se ponía uno, la primera fue en su matrimonio con el Dobe, “su matrimonio” cada vez estaba peor, Naruto estaba muy cambiado, no era el mismo, ya ni hablaban, ni siquiera “las buenas noches”, ahora estaba duchándose mientras Sasuke solo observaba una y otra vez su smoking...

 

Por fin había salido de la ducha, sus cabellos rubios estaban todo mojadito, envuelto en la bata de color celeste no lo miro, solo se sentó  frente a su tocador... cepillándose sus rubios cabellos.

 

-          Nos acompañaras...esta noche – el primero en hablar fue sasuke.

 

-          Si te preocupa que arruine Tu fiesta... tranquilo que no lo hare... – encogiéndose de hombros Naruto.

 

-          No lo digo por...

 

-          Uchiha-san... disculpe acaban de llegar los empresarios extranjeros – informaba Juugo.

 

-          Gracias Juugo –

 

-          Sera mejor que atiendas a Tus invitados “cariño”

 

-          Luego hablamos... – salió rápidamente dejando solo a naruto – “Ni siquiera se ha dado cuenta”... ufff

 

Sasuke iba camino a las escaleras cuando vio que subían “su querido cuñadito” y “el mapache sin cejas” amigo de Naruto, ellos también estarían es la fiesta.

 

-          Deidara, Mapache... – saludo a los recién llegados.

 

-          Hola sasuke...- deidara ni siquiera lo miraba.

 

-          Bastardo...que gusto – sonreía cínicamente Gaara.

 

Ambos siguieron su camino... apenas y tuvieron contacto visual.

 

-          ¡Naruto... llego la hora! – entraba de porrazo deidara...gritando a todo pulmón.

 

-          ¡Llego la hora de paterale los...¡ - esta vez era Gaara quien cargaba la ropa de naruto.

 

-          ¡GAARA!... ¡Deidara no grites¡ - esos dos lo iban a volver loco.

 

-          Gomen... me emocione de nuevo –

 

-          ¡Bueno Naruto llego la hora... vamos! – la euforia desbordaba a Gaara.

 

-          Si... –

 

 

la hora de la fiesta llego la casa estaba toda llena de invitados, las más altas familias estaban ahí, la música perfecta, nada podía salir mal o ¿Si?... Por alguna razón Naruto ya no estaba en la habitación, se cambió rápidamente y salió, causo mucha impresión al bajar las escaleras, todas las mujeres y los donceles coqueteaban con él, no sabían que Uchiha Sasuke ya estaba casado, pena por ellas... pero hoy no les prestaría atención su suegro estaba observándolo.

 

En otra de las habitaciones un rubio estaba todo nervioso, ya lo habían vestido y peinado, no había necesidad de utilizar maquillaje en su bello rostro, fue casi natural, respiro una vez más preparándose para salir, aunque no sabía porque tenía ganas de llorar...

 

-          ¡Oh no! ¡No arruinaras mi obra de arte! – decía gaara su amigo en verdad estaba hermoso... naruto en verdad tenía un belleza escondida.

 

-          Gaara... ¿Cómo me veo? – mirando a su amigo.

 

-          Te ves... hermosísimo hermano... – esta vez era deidara, salía acomodándose sus cabellos.

 

-          Ve tú mismo – mostrándole el gran espejo. Tanto su amigo como su hermano sonreían de felicidad.

 

-          No lo puedo creer... ¿En verdad soy yo? –

 

 

-          ¿Nervioso?... – habían llegado a la fiesta... y aun no veían a Naruto. Pregunto su doncel acompañante.

 

-          Para nada... su casa es hermosa – hablo aquel hombre.

 

-          Estas muy feliz de verlo ¿no? –

 

-          No te lo voy a negar... – de pronto las luces se apagaron y solo dejaron ver a un doncel que estaba en el inicio de las escaleras, la música se detuvo, todos prestaban atención, ese doncel era...

 

-          ¡¿Naruto?! – una voz masculina se oyó en toda la sala.

 

-          “¡¿Dobe?¡” – ese doncel tan hermoso era su Naruto... no podía ser...

 

 

 

 

                                                            

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

que les parecio la sigo o me retiro honorablemente??  ustedes deciden ok mandeme un rw con sus criticas, golpes, tomatazo, lo que ustedes quieran ok

 

bueno siquieren que siga necesito que me ayuden quiero que este fic sea tan mio como el de ustedes porque esta hecho para ustedes:

 

colaborenme con estas encuestas si onegai:

la primera pregunta ¿quien quieren que sea el rival de sasuke?

1.- Kakashi/iruka

2.- Nagato/Yahico

 

vote mi gente lindaa

 

y la segunda es.... de que tema quieren que se trate la trama tengo dos opciones...

 

1.- netamente crisis matrimonial 

2.- una enfermedada mortal

 

ustedes deciden ok... ahh tambien es mi primer lem.... sean buenitas con las criticas 

sin mas  muchas gracias por leerme


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