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El Tiempo No Hizo Que Dejara de Amarte por Lawliet-chan

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Notas del fanfic:

Hola a todos heme aqui de nuevo con otro de mis desvarios mentales jijijijijij espero que sea de su agrado y ya saben que acepto todo tipo de criticas XDD tambien tomatazos e insultos XD

Dicen que el tiempo lo cura todo, pero la verdad es que hace todo lo contrario o por lo menos eso pensaba uno de los caballeros de Atena quien a pesar de haberse ido mas de un año del santuario, el porque de su partida no les quedaba muy en claro a muchos, incluso a la misma Atena no le cabía en la cabeza de que uno de sus caballeros se fuera de la noche a la mañana, pero se tenia que ir, no lo quería ver, el simple echo de verlo hacia que su corazón diera un vuelco y que perdiese la razón otra vez, y eso era algo que no se podría perdonar.

-Ha pasado mucho tiempo he regresado igual que como me fui-  dijo en voz baja el guardián de la onceava casa, mientras colocaba su mano frente al rostro para evitar que el fuerte sol griego lastimara sus ojos que recién se acomodaban a esos brillantes rayos.

Tomo la caja donde llevaba su armadura y empezó su caminata hacia la primera casa, se percato que estaba vacía, así que siguió su camino. Al llegar a la segunda casa se anuncio pero tampoco recibió respuesta, así que pensó que de seguro estaban en la sala del patriarca, y sin mas siguió su camino y tal como lo había supuesto todas las casas estaban vacías.

-Al menos no me topare contigo- pronuncio dando un suspiro, el temor de encontrarlo de nuevo lo hacia dudar de su regreso, pero ya estaba ahí en algún momento tendría que enfrentarlo y no solo a él sino que a si mismo y a sus sentimientos.

Llego a su templo, hacia ya tanto tiempo que lo había dejado abandonado, extrañaba ese lugar en donde tanto tiempo había pasado, ese lugar le traía tantos recuerdos a la cabeza y en la mayoría de ellos estaba el caballero del escorpión.

Bajo de sus espaldas la caja de su armadura, colocándola en el suelo, luego se adentro en su dormitorio, le extraño ver todo igual a como lo había dejado, incluso parecía que nunca se hubiera ido todo estaba limpio y sin ni una sola partícula de polvo, eso le extraño pero no le tomo mucha importancia.

-Ya extrañaba estar aquí, no me importa si todo me recuerda a ti, pero aquí pase los momentos mas felices de mi vida- dijo mientras se sentaba en su cama y acariciaba la sabana blanca que estaba puesta y sus ojos se nublaron por un momento.

Se levanto y se dirigió a una de las ventanas, y alzo su vista hacia los demás templos, todo estaba calmado desde que cesaron las guerras, todo estaba en calma, podía observar como el cielo estaba despejado, en verdad extrañaba la calidez de la tierra griega, el frio en Siberia había sido muy pesado fue uno de los inviernos mas duros que le toco vivir.

Después de guardar todas sus cosas, se dispuso a tomar un baño, realmente  lo necesitaba el calor era muy desesperante, así que se quito la ropa que traía puesta y se amarro una toalla alrededor de la cintura y se metió a tomar una ducha. Mientras el agua recorría su moldeada figura y enjuagaba su largo cabello, su mente no dejaba de mostrarle esos recuerdos que con nada podía borrar de su mente. Cerró la llave del baño y se quedo observándola fijamente

-hasta tu me haces recordarlo- dijo mientras acariciaba ese trozo de metal con sus manos y soltaba un leve suspiro, realmente no podía negar sus sentimientos a pesar de todo le seguía amando igual que hace un año.

Tomo la toalla nuevamente y se dirigió a su habitación, tomo un nuevo cambio de ropa y se la coloco, sabia que no era necesario colocarse su armadura, así que se coloco la ropa que usaba durante los entrenamientos.

Se sentó a la entrada de su templo, le gustaba la vista, disfrutar del aire que le alborotaba los cabellos aun húmedos y sentir el calor que tanto extraño durante el tiempo de su ausencia, estando absorto en disfrutar de las caricias del viento, sintió una mano en su hombro, giro su rostro y vio a uno de sus compañeros.

-Vaya, miren lo que tenemos aquí, Camus de Acuario, hace tanto tiempo, un año sin verte y veo que sigues igual, el hielo te conservo bien- dijo el guardián de la casa de Leo mientras se le brindaba una sonrisa y unas palmadas en la espalda

-Aioria de Leo, también me da gusto verte- dijo con la seriedad que lo caracterizaba

.Hay sigues igual de inexpresivo como siempre, pero me alegro de verte y dime haz venido para quedarte o solo estas de paso Camus, sabes aquí te extrañamos mucho, sobretodo Milo

Al escuchar el nombre del guardián de la octava casa, sintió un escalofrió recorrer su espalda, el solo hecho de que lo nombraran hacia que su corazón se agitara.

-Te agradecería que habláramos de cosas mas agradables Aioria, dime ¿en donde están los demás?-

-Ya vienen de regreso, estábamos en una reunión con el patriarca, pero no era nada importante, recuerda que son tiempos de paz- dijo el León mientras se sentaba en las escaleras de la entrada

.Si tienes razón son tiempos de paz- respondió mientras levantaba su vista hacia la sala del patriarca.

Al poco tiempo llegaron algunos más de los dorados, todos se asombraron al ver a Camus de nuevo en el santuario, su estadía en Siberia había sido larga

-Bienvenido Camus, te echamos de menos – dijo Shura

-Regresaste, musito Kanon quien no se llevaba muy bien con Camus

Al ver a Kanon no pudo evitar molestarse un poco, pero a pesar de eso no lo demostró ni siquiera en su tono de voz

-Hola chicos, pues aquí me tienen de nuevo, aunque no eso no sea del agrado de muchos, pero ya no podía dejar abandonado mi puesto como caballero, por cosas sin importancia.

Cada uno de los que pasaba por la onceava se sorprendía de ver a su guardián tan radiante como siempre, la verdad es que nunca se lo imaginaban con tanta energía, ya que cuando se fue estaba muy demacrado. Uno a uno lo saludaban y le daban la bienvenida dando un par de palmadas y así cada uno se fue a su respectivo templo.

-Bueno amigo, me retiro tengo mucho que hacer así que te veré luego- dijo Aioria mientras se comenzaba a retirar del lugar.

El acuariano solo levanto su mano haciendo un ademan de despedida, al notar que todos ya sabían de su regreso, solo dio un suspiro y se dispuso a entrar a su templo, estaba cansado y quería descansar

-Solo faltas tu- dijo mientras entraba a su templo, pero no había dado mas de tres pasos cuando sintió un cosmos muy familiar, tanto que hizo que se quedara quieto y con la mirada fija hacia la parte trasera del templo, esperando ver dibujarse la silueta del escorpión.

Después de unos segundos, que parecían horas, al fin lo pudo ver, su reluciente armadura, su cabellera azul, sus ojos turquesas, su piel bronceada, si ese era Milo, el hombre del que seguía enamorado a pesar de todo, de nada había servido irse, si su corazón nunca quiso olvidarse de él, y ahora de nuevo lo tenia frente a él, sus ojos se pusieron vidriosos y unas lagrimas amenazaban en salir, pero solo cerro los ojos por unos instantes y las hizo desaparecer, se prometió que nunca mas derramaría una sola lagrima mas por él.

-Tu…… fue lo único que el acuariano pudo articular.

Notas finales:

Bueno hasta aqui el capitulo uno!!!

espero sus reviews!! 

ya saben si me quieren insultar personalmente ahi les dejo mi msn XD

virgo_02231@hotmail.com


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