-Esto no puede ser…
Fueron los pensamientos de ambos espectadores a lo lejos… las lagrimas no dejaban de salir; aunque no era como si quisieren evitarlas.
-(//Usagi-san… no, no, no//) -Misaki se llevó ambas manos a la cabeza, soltando el portafolios, cerró fuertemente los ojos, aquella escena era demasiado para él-(// Esto es mentira, no puede estar pasando, no, no, no, ¡NO PUEDE!//).
Salió corriendo sin rumbo alguno, su corazón latía muy fuerte, la imagen desgarradora le venía a la mente muchas veces.
Llegó a su edificio, abrió la puerta como pudo y la azotó al intentar cerrarla.
Corrió por las escaleras desesperadamente, aunque tropezó; quedando así tirado en el piso.
-(// ¿Qué hice mal?... acaso tu ¿Ya no me amas?... ¿Por qué me haces esto? –Permanecía inmóvil sobre el suelo con la cara hacia abajo- ¿No soy suficiente?... acaso ¿Tu no me dijiste que me amabas? Estúpido conejo… estúpido, estúpido, estúpido, ¿Porque… Porque te amo tanto?//)
=:=
-Hiro-san…
Lagrimas salían de aquellos ojos azules que estaban muy abiertos y sorprendidos… esa escena era demasiado cruel para seguir viéndola.
Bajó la mirada y siguió el camino a su casa. Ese ser peliazul parecía un muerto viviente, caminando lentamente por las calles, con los brazos caídos a un lado y mirando al suelo; si tropezaba con algo simplemente retrocedía un poco y lo esquivaba pues no sentía el dolor del golpe, aquella escena era más dolorosa, que lo mataba por dentro.
Abrió la puerta de su hogar.
Miró el lugar, totalmente vació; no había duda, aquella persona realmente era Hiro-san.
Dejó sus cosas tiradas en la entrada, no se molestó siquiera en quitarse los zapatos.
Caminó dentro, aun como un zombi.
Dejó caer su cuerpo boca abajo sobre la cama que alguna vez compartió con aquella persona que amaba tanto; y… en un impulso… comenzó a llorar fuertemente, gritando y pidiendo que no fuera verdad, que esa escena era solo una terrible pesadilla de la que debía despertar…
Casi ahogándose en sus propias lágrimas quedó dormido, con el corazón agitado y adolorido.
=:=
-Hey Misaki –una voz le hablaba mientras movía su cuerpo- ¿Estás bien?
-¿Usagi-san? –miró al peliplata y de reojo al reloj que estaba en la pared detrás de él: 3:36 am- (// ¿Qué si estoy bien? Eres un… //) Si estoy bien –se levantó como pudo sin mirar al mayor- Solo tropecé.
-¿Enserio estas bien?
-(// Estúpido conejo –las lágrimas querían salir- como crees que voy a estar bien//) Si, tengo sueño así que déjame descansar.
-Misaki –Un abrazo se apoderó del cuerpo menor- Te quiero.
-Usagi-san… -no pudo evitarlas más, lagrimas comenzaron a salir incontrolablemente- ¡Suéltame!
Gritó y empujo al novelista, corriendo para después encerrarse en su habitación.
-¡Misaki! –hablaba por detrás de la puerta- ¿Estabas llorando? Abre por favor.
-…- se negaba a responder, tenía miedo, miedo que esta vez le doliera más.
-Misaki… mañana hablaremos, por favor descansa –Mencionó por ultimo.
Los pasos alejándose se escuchaban, el castaño lloraba a mares, arrugando las sabanas con los puños, conteniendo con la almohada los gritos que quería dar.
=:=
Entraba un castaño de ojos cafés a su departamento.
-¡AH¡ -estiró ambos brazos hacia arriba- (//Que buena noche, Akihiko…//).
Recordando lo que acababa de suceder con cierto novelista. Pero algo tirado en el suelo de la entrada llamó su atención…
-(// ¿Qué es esto? //)-tomó el objeto tirado y rápidamente reaccionó- ¡Nowaki!
Caminó a su recamara, no, más bien corrió; observó el cuerpo del ojiazul tirado en la cama boca abajo, aun con los zapatos puestos… y por un instante sonrió con emoción.
-Nowaki, despierta… -decía con una sonrisa de oreja a oreja.
-¿Hiro-san? –La voz del menor era tambaleante.
-Me alegra tanto que estés en casa, -abrazó el cuerpo, acomodándose sobre él.
El peliazul miraba la almohada húmeda, sentía las frías manos en su torso, más lágrimas amenazaban con salir, se levantó y sin mirar al castaño dijo fríamente:
-Hoy duermo en la sala.
Caminó a la puerta, pero una mano sobre su brazo se lo impidió.
-¿De qué hablas? –Decía con una sonrisa incrédula.
-…- no contestó, sabía que eso no había sido una pesadilla, sino la cruel realidad.
-¡NOWAKI! –protestó Hiroki ante aquel silencio.
El ojiazul tiro del brazo, librándose del agarre… siguió caminando cabizbajo.
-Nowaki… -pronunció por último, dejándose caer sobre la cama.
Se acomodaba en el incomodo sillón, dispuesto a dormir, cerrando los ojos azules lentamente, provocando la salida de una lagrima.
=:=
En el reloj marcaban las 11 am, el peliplata trató torpemente de hacer un desayuno, lo puso en una bandeja y caminó a la habitación del castaño.
Tocó la puerta con delicadeza:
-Misaki… es tarde ya… t-te traje el desayuno… -decía nervioso.
-….- no se escucharon palabras del otro lado de la puerta.
Tocó aun más fuerte.
-¡Misaki! ¡Despierta!
-…- nada otra vez.
-Mierda… -se rascó la cabeza- Misaki… abre por favor…
El castaño estaba recostado en su cama, escuchando los gritos de su casero atreves de la puerta.
-(//Usagi-baka//)-abrazó aun más el oso que tenía entre brazos.
-Misaki… perdón…
Los ojos cafés miraron la puerta.
-(//¿Acaso se dio cuenta de que lo vi?//)
-Si es por lo que te hice ayer… en verdad perdón… no quería lastimarte… no quiero lastimarte…
-(// Entonces porque… ¿Por qué estás con Hiroki-san? //)
-Yo, Misaki… perdón… jamás volveré a tocarte si no quieres… yo… yo te amo.
-(// Usagi-san… ¿Está llorando?... ¿Me amas?… entonces… ¿porqué estas con él? //)
-Perdón…
El peliplata estaba a punto de irse, el castaño adivinó sus movimientos… se levantó corriendo de la cama y en un impulso abrió la puerta y gritó:
-¡Usagi-san!... yo…
No terminó la oración, los labios del peliplata se pusieron sobre los de él, en un beso lento y tierno.
-Usagi-san… lamento… lamento haber sido así contigo…
-Misaki… -abrazó el cuerpo del menor- Sabes que te amo más que a nada.
-Usagi-san… -sonrió y correspondió al abrazo.
=:=
Un par de ojos azules comenzaban a abrirse lentamente, suspiró hondo y despertó completamente… pero…
-¡Hiro-san! –sintió la mano del castaño sobre la suya.
El castaño dormía en el suelo, agarrando la mano de Nowaki que colgaba del sillón.
-Nowaki… -despertó por aquel grito, mirando al peliazul- ¡Nowaki! –se levantó del suelo para abrazar al tierno menor.
-H-Hiro-san… -quedo en shock al sentir como aquel que apodaban demonio comenzaba a llorar-
-Perdón… tuve que salir de emergencia y no te avise… perdón…
-(// ¿Porqué insiste en mentirme? ¿Acaso está jugando? ¿Le parece divertido? //)
-Te amo Nowaki… -pronunció abrazando aun más fuerte a éste- Perdón… no se que hice para que te enojaras… pero lo que fuera juro compensarlo…
-Hiro-san… -miró al castaño para darle después un tierno beso- Solo siempre permanezca conmigo, así todo estará bien… -correspondió al abrazo- … Hiro-san… (// Por más que intente… no puedo odiarlo… porque lo amo demasiado//)
-Nowaki… (// Perdón… //)
=:=
Los días pasaron para ambas parejas… sin darse cuenta había pasado ya una semana después de lo ocurrido… y… todo seguía igual… pero un poco diferente…
-Misaki ¿Has visto a Suzuki-san? –Preguntó el peliplata asomándose por la ventana-
-Si… está en la lavandería, hace más de tres meses que no lo lavas –terminó de decir mientras separaba la ropa por colores para lavarla.
-Ah… es verdad, quede con Aikawa-san en una reunión para el próximo libro.
-Está bien –dijo sonriente, sin mirar al peliplata- Es la tercera de la semana ¿no?
-Si… -caminó hacia Misaki, lo tomó de la cintura y el mentón para darle un beso-
-Que tengas suerte –dijo sonriente el castaño-
-Sí, -tomó su abrigo- …Me voy –salió del departamento.
El castaño borró la sonrisa de su cara, y comenzó a llorar…
-(//Usagi-baka… como si no supiera que te vas con Hiroki-san, tu celular sigue inundado de llamadas y mensajes… pero… no sé.... no entiendo porque aun no hago nada al respecto…//)
Siguió con su labor, separando la ropa por colores y revisando bolsillos, hasta que se topó con un pedazo de papel en uno de sus abrigos:
-Esto es…
=:=
-¿Va a salir Hiro-san?
-Si… voy a la escuela, al inútil Miyagi se le complicó algo.
-Que le vaya bien –sonrió tiernamente.
-Gracias, -salió de la habitación.
-Hiro-san… ¿Por qué aun lo hace?... bueno no me importa… yo no puedo vivir sin usted… aunque sea falso el aire siento que respiro…
El celular comenzó a sonar, corrió a donde estaba el móvil y miró la pantalla.
*Número desconocido*
-hmm…. –contestó llevandose el celular al oido- Habla Nowaki.
-#¿Kusama-san?... Habla Takahashi Misaki#...
