Eran las 9 de la mañana. Akihiko maldijo la hora y los rayos de sol invadiendo por la ventana. Y despertó con su clásico muy mal humor, mirada cansada y su gran oso de peluche en brazos. Se aproximó a la cocina, donde Misaki lo esperaría con el desayuno diario y con una cálida sonrisa. O con gritos y regaños.
Pero esa mañana fue diferente.
-Buenos días, Misaki...- observó toda la cocina y el espacio de la sala, pero no lo encontró. Dejó a Suzuki sobre el sofá y se dirigió a la habitación de Misaki. Al entrar vio a Misaki todavía en cama, y con un pañuelo sobre la frente.
-¡Misaki! –se le acercó rápidamente. – ¿Estás bien?
Y era claro que no era así.
-Usagi-san… -respondió con un hilo de voz- No me siento muy bien...
Usami colocó una mano sobre la frente del chico.
-Estás ardiendo Misaki. Espera un momento, voy a la farmacia por medicinas.
-No…quédate conmigo… hace frio, se siente como si fuera invierno.
-Misaki...-se acercó a él y le dio un beso en la frente -Si estás conmigo solo habrá primaveras, descuida, regresaré rápido.
- Usagi-san… -sonrió débilmente. Quedó dormido al instante.
Akihiko lo cubrió con más de una sábana. Tomó su abrigo y salió del edificio.
Su celular comenzó a sonar.
-¿Qué quieres a estas horas, Hiroki?
-# Lo mismo de siempre#
-Ahora estoy ocupado, no puedo.
-# ¿Ocupado? Que novedad#
-Voy camino a la farmacia –respondió ignorando el comentario.
-# ¿Estás enfermo? #
-No, yo no. Es Misaki.
-# ¿A qué farmacia vas? #
-A la que está enfrente de la escuela.
-#Voy para allá#
-¿Eh? Hey no ni se te ocu-… Maldito Hiroki.
La llamada había sido cortada por el otro usuario. Guardó el teléfono y siguió su camino. Andaba rápidamente hacia dicho lugar; pero, de pronto sintió como unos brazos sujetaban su cintura.
-¿Me extrañaste? -dijo su captor mientras recargaba la cabeza sobre su hombro.
-Tú… –miró a su compañero –suéltame estamos en la vía pública-respondió Akihiko con algo de enojo en su rostro.
-¿Entonces qué te parece si vamos hacía un lugar más privado?
Akihiko suspiró.
-Ya te dije que estoy ocupado –insistió.
-¿Enserio? –Le pasó rápidamente la mano sobre la entrepierna. Se mordió los labios para no gemir.
-¿A dónde pensabas ir, Hiroki?
-Hay un motel cerca de aquí…-le susurro cerca del oído- que te parece si vamos a divertirnos un rato.
-Eres una molestia- respondió, con un claro sarcasmo.
Hiroki lo soltó. Nowaki no había ido a casa desde ayer. No hablaron durante el camino. Al llegar aquel lugar, se registraron, algunas miradas eran dirigidos a ellos. Era de esperarse… ambos eran hombres, aunque eso era lo que menos les importaba.
La habitación era hermosa, la cama gigante. Los besos y las caricias comenzaron, cada vez más fuertes que las anteriores, quitándose la ropa desenfrenadamente, haciendo marcas notorias en la piel.
-¿Estás listo? -preguntó Usami con una sonrisa de malicia en su rostro.
Hiroki asintió.
El miembro del mayor entró sin piedad en el castaño, este solo dio un grito de dolor, las envestidas eran cada vez más fuertes y dolorosas, aunque después de un tiempo se volvieron placenteras. Ambos se vinieron al mismo tiempo. Agotados se quedaron al lado del otro. No hubo palabras, ninguna muestra de cariño. Y no es como si las necesitaran.
Recordó a Misaki. Se odió a sí mismo.
-(//Misaki ¿Qué estoy haciendo? Sé que no es lo correcto, pero… yo no quiero hacerte esto… yo no quiero lastimarte Misaki, tu cuerpo es tan frágil que me da miedo hacerte daño, cada vez que estoy contigo algo me hace detenerme para no lastimarte, como lo lastimo a él… el sexo contigo no es tan divertido, pero eso no cambia el hecho de que te amo…///)
Y Hiroki por su parte.
-(//Nowaki… perdón, yo, no, no soy una buena persona para ti, tal vez aun no termino contigo porque no puedo estar si ti, sin tu sonrisa y tus lindas palabras, tengo miedo… miedo de perderte alguna vez, pero claro ¡que estoy haciendo ahora! Si tú te llegarás a enterar… no sé qué pasaría, últimamente no tienes tiempo. Siempre tienes que estar estudiando o trabajando… yo solo busco algo que llene este vacío… pero, eso no cambia el hecho que te amo. //)
Amor… sí, amor. El sexo, no tiene nada que ver con eso.
=:=
-¿Usagi-san?-Misaki despertó. Miró el reloj de su teléfono, eran las 5 de la tarde. Se levantó para ver si ya había llegado, pero todo seguía igual, la casa no olía a cigarrillos o café, entonces una preocupación recorrió su cuerpo-… Tengo que salir a buscarlo.
Tomo su abrigo y salió del departamento, aun con las mejillas coloradas. Caminó a toda prisa, ni el mismo sabía a donde se dirigía.
-(// Usagi-san, ¿Dónde estás?//)
La vista comenzó a nublarse de pronto, su cuerpo perdía fuerzas y su respiración se agitaba cada vez más. Calló frente a una florería, lo supo por el aroma.
Lo último que pudo divisar fue a un hombre de cabellos azulados, de ojos del mismo color, hablándole. ¿O le gritaba?
-¡Oye! Resiste…