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Mientes tan bien por ariineko

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Notas del capitulo:

*w* bueno... me tardé un poquito por cuestiones de salud xD!

neee espero y les guste *O*

(// ..... //) = pensamientos

La intensa luz rosada por debajo de los parpados lo hizo despertar.

-¿Dónde estoy? –Dijo Misaki con un hilo de voz.- ¿Usagi-san? (//No… es alguien más…//) ¿Quién eres tú?

Aclaró la vista. No, no era Akihiko. Sino, alguien completamente distinto.

-Oh, ¿Te desperté? –Respondió Nowaki, con una dulce sonrisa- Lo siento. Bueno, como decirlo… estás en mi casa –río inocentemente, mientras caminaba hacia el recién levantado.

-¿En su casa? –El idiota de Akihiko no aparecía. Había perdido el conocimiento. Se desmayó en plena calle. Alguien lo recogió.- ¡¡¡¡Ah!!!! –Hasta entonces, Misaki reaccionó -¡Lo siento, de verdad! –Gritó, mientras trataba de ponerse en pie -Como explicarlo. Verá, mi casero es un idiota y salió y no regresaba así que quise salir a buscarlo y entonces me sentí mal y entonces apareció usted y luego –las estúpidas explicaciones cesaron. La cabeza le punzó, y el mareo regresó. Repentinamente sintió un calor excesivo y la falta de aire.

-No te muevas así te harás daño –Nowaki sostuvo dulcemente el cuerpo enfermo, lo recostó y cubrió.

-Yo… -Comenzó a perder la consciencia.

-Descuida estarás bien –respondió con la voz más dulce y paciente que pudo escuchar. Casi maternal. -Estudio medicina y trabajo en un hospital, así que puedes estar tranquilo.

-Gracias, pero… ¿Dónde está Usagi-san? –dijo antes de caer nuevamente dormido.

Nowaki le acomodó el trapo húmedo que tenía sobre la frente.

-Así que tú también esperas a alguien… -Susurró, tratando de no volverlo a despertar- Hiro-san… ¿Dónde está?

Una lágrima le salió. Le recorrió la mejilla con lentitud, borrando la sonrisa de su rostro. Lloró hasta quedarse dormido.

Otra vez.

 

 

-¡Usagi-san!

Otra vez, pesadillas. Akihiko se alejaba, y Misaki no podía detenerlo, gritaba, pero no lo escuchaba.

-¡¿Estás bien!? –Nowaki que estaba sentado a un lado de él, también se había  levantado de golpe.

-Perdón, es solo que, perdón… no quería causar molestias, perdón.

-Descuida –sonrió cálidamente, le pasó la mano por la frente- ¿Ya te sientes mejor?

Misaki asintió. El dolor y los mareos cesaron, al igual que el calor de su cuerpo. Observó la habitación. Había dos de cada cosa, dos roperos, dos mesitas, los lámparas, dos zapateras… pero solo una cama. Y un reloj de pared. 2:34 AM…

-¿¡QUE!?

-¿¡Que sucede!?

-¡Usagi-san! ¡Debe estar preocupado! ¡Salí sin decirle nada! Aunque él tuvo la culpa…

-Esto… no creo que un conejo se preocupe demasiado -Sonrió para tratar de calmarlo. Claro, un conejo… esos animalitos graciosos que según las caricaturas aman las zanahorias, esos conejos.

-¿Eh?... –el pequeño tic en el ojo no se pudo evitar.

-No… Usagi-san es… no… bueno eso no importa…

-Bien –respondió Nowaki aún sonriente y  sin preocupaciones, como si traer un desconocido a casa fuera cosa de todos los días.

-(//Este tipo da más miedo que Usagi-san  Como sea necesito llamarlo…//) -comenzó a buscar en sus bolsillos su teléfono celular pero para su siempre “buena suerte” no lo encontró- esto… creo que lo olvide-miro a Nowaki, sus ojos le parecieron increíblemente azules- ¿podría usar su teléfono celular? (// ¿Qué? Claro es lo que comúnmente se hace, alguien te rescata y pides su teléfono para hablar con alguien de quién no sabes nada, como si me lo-…. //)

-Aquí tienes –en su mano extendida se encontraba el aparato,  y en su rostro la misma mirada y sonrisa que atemorizaban a Misaki.

-G-gracias… -respondió tembloroso y tomó el teléfono. Tragó saliva y marcó. Se colocó el aparato en su oído para poder escuchar:

El saldo de tu amigo se ha agotado

Te sugerimos adquirir…

El tic se hizo más evidente, al mirar el rostro de su “salvador” sonriente y  despreocupado, totalmente diferente a Akihiko.

-Esto… no tiene crédito…

-¡Oh! ¿Enserio? –Misaki asintió -Lo siento, -arrugó el entrecejo hacia arriba, sin dejar de sonreírle -le pondría pero ya es un poco tarde y las tiendas deben estar cerradas…-Nowaki cambió, su rostro reflejó tristeza,  su cálida sonrisa desapareció y sus bellos ojos azules dejaron de mirarlo a él, como si el piso fuera más interesante- sí, ya es tarde y él aun no me llama…

-Esto… (// ¡Va mal! ¡Le hice recordar algo! ¡¡Aaah!! ¡Vamos cambia la conversación!//) ¿¡Cuál es su nombre?! –preguntó gritando.

Nowaki lo miró con los ojos dilatados, ese chico era muy extraño, volvió a sonreír, pero esta vez de manera natural.

-Kusama Nowaki

-esto… Kusama-san… mi nombre es Takahashi Misaki, un placer conocerlo –hizo una reverencia, deseo no haberse visto tan patético por el color de sus mejillas. Alzó la cara y trató de devolver la sonrisa.

-De igual manera, Takanashi-kun.

Hubo una plática muy larga, aunque para ellos muy corta, contando gustos y disgustos, experiencias, edades, trabajos, de todo; menos de sus parejas ambos trataban inconscientemente de evitarlo. A pesar de todo rieron y disfrutando aquella cálida noche. Hasta que Nowaki preguntó cambiando su semblante divertido a uno serio:

-Dime, ¿Qué pensabas? Estabas enfermo y aun así saliste… ¿Sucedió algo, Takahashi-kun?

-Yo… -los ojos castaños miraban el piso- Usagi-san aun no regresaba, es algo despistado, y ¿si le llegará a ocurrir algo? ¡¡¡Aaah!!! –Se rasco la cabeza con desesperación -  Es casi un niño ese conejo estúpido. Es un… -bostezó.

-Deberías descansar -dijo Nowaki, volviendo a reír.

-Pero… es su cama, me podría ir al sillón, yo creo que no lo molestaré ahí.

-No, de ninguna manera, por favor descansa…

-P-pero… -Imposible negociar, Nowaki ya se había levantado.

-Está bien… aunque no tengo mucho sueño –río despacio.

-Si quieres, podríamos jugar –su mirada cambio a seriedad, muy parecida a la mirada de Akihiko.

-Ah… ¡No, gracias! ¡Buenas noches!-se acostó en la cama tapándose la cara sonrojada y dándole la espalda a Nowaki.

-Oh… bueno, supongo que no te gustan los juegos de mesa.

-¿Eh? –El tic en el ojo derecho volvió- (// juegos… de mesa… esos juegos… Bien…ahora entiendo, Usagi-san me tiene pervertido//)  No es que no me-…

La frase fue cortada, pues sintió como unas manos rodeaban su cintura y algo cálido se acostaba a un lado de él.

-Por favor, Takahashi-kun –La voz de Nowaki parecía quebrarse. Sonaba más vulnerable tan cerca de su oído.

Sentía el aliento de Nowaki sobre su cuello, y las manos cálidas y temblorosas sobre su abdomen. Enrojeció al instante, quizás de la vergüenza, o del enojo. Giró el cuerpo para quedar de frente, dispuesto a empujarle puso las manos sobre su pecho.

“Aléjate”, estuvo a punto de decir. Pero no lo hizo. Detuvo sus movimientos, al ver el rostro de Nowaki empapado por lágrimas. Entendió que no le haría nada. Si no que más bien…

(// También necesitas un abrazo ¿no?//) –sonrió. Acercó sus temblorosas manos a Nowaki, para corresponder al abrazo- (// una vez, Usagi-san me dijo que las olas podían ser de magia y no de agua salada, ¿Será verdad?//).

Pensó, y durmió. Por alguna razón, los ojos parecieron pesarle más de lo normal. Era cálido, muy cálido… esta sensación.

 

Notas finales:

*w* espero y les haya gustado n.n

Un rw? nwn!?


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