Los días pasaron sin darse cuenta, dos semanas desde que se enteraron de las mentiras de Hiroki y Akihiko, y una desde aquella cita entre Nowaki y Misaki.
Los dos amantes “secretos” continuaban satisfaciendo las necesidades humanas del otro…
Aunque para las parejas de ambos, el saber de esos encuentros ya no dolía tanto.
-Misaki –Akihiko lo llamó. Misaki giró y lo vio mientras se acomodaba el abrigo- tengo que salir.
-Sí, –Siguió moviendo la palita, para que la comida no se pegara en la sartén– no regresaras ¿Verdad?
-No lo sé… –rodeó la cintura del menor con los brazos– ¿Quieres que vuelva? –le dijo en el oído muy seductoramente.
El enojo en Misaki, como siempre, se hizo evidente.
-¡Suéltame! ¡Usagi-baka! –Se libró del agarre y le mostró la lengua de una manera infantil –Vete ya… –ordenó mirando a otro lado – y regresa pronto – susurró sonrojado.
Akihiko sonrió.
-Bien –tomó del mentón de Misaki. Lo acercó a su rostro y murmuró sobre los labios del chico – Solo dame un beso…
-Usagi-san… –cerró los ojos, esperando.
Un celular interrumpió el momento.
-Contesta… –Misaki apartó su rostro. Akihiko lo soltó y contestó –¿Quién era? (//Como si no lo supiera//)
-Ah… –guardó el móvil –Me tengo que ir… era Aikawa-san
-(//Mentiroso//) Bien, entonces apresúrate. Sino se desquitará conmigo luego.
Akihiko salió del departamento. Y Misaki se mordió el labio para evitar llorar.Noentendía el por qué Akihiko hacía eso, pero, si algo se había prometido a si mismo, era no llorar por él. Otra vez.
-Buen trabajo Nowaki~ –felicitó Tsumori, estirandose sobre su asiento –Lamento que te quedaras tan tarde... –se disculpó, recobrando compostura.
-Descuide, Tsumori-sempai –respondió Nowaki, con una sonrisa.
El celular de Nowaki sonó, lo buscó apresurado por sus bolsillos. Cuando lo sacó, sus ojos azules recorrieron la pantalla con rápidez. Sonrió sin darse cuenta.
“Ufff! Hoy fue un día cansado…Hiroki-san le aventó un libro a mi compañero de al lado que se estaba durmiendo por poco y me da… aunque admito que me dio mucha risa.
¿Y a usted como le va?”
De: Takahashi Misaki
-¿Hmm? –Preguntó extrañado el Tsumori –¿Quién es ese tal Misaki? Estoy comenzando a ponerme celoso...
-Sempai, no debería ver los mensajes ajenos –respondió el Nowaki sin dejar de mirar el móvil.
-¿Así? –Tsumori le arrebató el teléfono- Veamos… –comenzó a humear en el aparato –Tienes muchos. En definitiva estoy celoso.
-Regrésemelos por favor –Nowaki se sonrojó – ¡Tsumori-sempai! –trató de agarrar el celular.
-A a mí me fue bien, –Tsumori leyó el primer mensaje que encontró – hoy tuvimos una prueba –continuó – y dudo que tenga un buena nota. De Takahashi Misaki… Nowaki-kun –lo miró de manera divertida –¿Quién es este chico? Iré a decirle que tu eres sólo mío.
-¡Tsumori-sempai!
-Vamos, vamos, “Buenas noches Kusama-san que descanse”… ya ni yo te mando mensajes tan comprometedores…
-Es solo un amigo…. –contestó, mirando al suelo – solo quiero mi celular, –tragó saliva –le tengo que responder….
-Tsk… –extendió la mano, con el móvil en ella- toma. Pero aclarale que tu eres mío.
-Gracias –comenzó a apretar las teclas del móvil, Tsumori solo observaba aquel brillo en sus ojos, que muy pocas veces se le veía- Listo –Exclamó con una gran sonrisa.
=:=
Misaki dejó los platos con jabón al escuchar el tono de mensaje.
“A mí me va bien, aunque un tanto cansado hoy nos tuvimos que quedar hasta tarde arreglando unos papales aunque tu mensaje me volvió los ánimos (^^) me gustaría que nos viéramos mañana domingo… ¿Te parece?”
De: Kusama Nowaki
Los ojos verdes del chico brillaron, y esta vez no era por las lagrimas, si no de felicidad.
Respondió.
-Kusama-san –abrazó el celular como su fuera un objeto sumamente preciado.
Nowaki dejó de capturar los progresos de sus pacientes por un momento.
“¡Me parece muy buena idea! Esta vez vayamos al cine (^^)
Lo espero en frente del que está en el centro a las 4”
De: Takahashi Misaki.
-Takahashi-kun –sonrió mientras leía aquel mensaje. Y sin darse cuenta, ya estaba deseando que fuera mañana.
-¿Vas a salir? –Está vez, fue Akihiko quien preguntó.
-Si–Misaki asintió. Miró a Akihiko sentado sobre el sofá, dejando de lado el periódico de hoy – iré con un amigo a pasear.
-¿Con quién? –Se levantó de inmediato mirándolo con el ceño fruncido- ¿A dónde? ¿Por qué?
-Con Kusama-san, al cine, porque quiero –respondió de manera desafiante- ¿Qué acaso no puedo salir?
-No es eso…
-(// ¿Temes que haga lo mismo que tú? //) ¿Qué?
-¿Volverás pronto? –Akihiko bajó la vista, y Misaki pensó que se veía realmente triste.
-Usagi-san… –Extendió la mano a donde estaba el novelista, aunque luego se retractó–(//No lo haré… no quiero caer de nuevo en tus juegos de papel//) Me voy…
Salió del departamento.
-Es solo que no quiero perderte…
-¿A dónde vas Nowaki? –preguntó Hiroki.
-Ah… –Nowaki terminó de ponerse los zapatos – Hiro-san –dijo sonriente- saldré un momento con un amigo.
-¿Amigo?
-Sí. Se llama Takahashi Misaki, es uno de tus estudiantes.
-¿Saldrás con un estudiante? –Hiroki enarcó una ceja – ¿A dónde?
-Hmm~ No me digas que ¿Estás celoso? –lo miró de manera divertida.
-¡No es eso! –giró la cabeza, apartando la mirada.
-Entonces confié en mí –le respondió mientras lo tomaba de la cintura–, sabes que yo solo amo a Hiro-san.
-Nowaki… –Lo miró, y se perdió en el color de sus ojos– Regresa temprano ¿sí?
-Claro. –soltó las manos de la cintura y salió.
-Nowaki… –tomó su celular y marcó– Contesta…
-¡Kusama-san! –Misaki alzó una mano, moviendola a los lados hasta que Nowaki lo logró ver. Observó como se acercaba, y se puso repentinamente nervioso.
-Takahashi-kun, –sonrió, de manera que a Misaki le pareció tierna– hola.
-(// Kusama-san se ve muy bien //) ¡Ah! Ya tengo los boletos… –giró su rostro para que no viera el color de su rostro– La función empieza en 10 minutos, apurémonos para alcanzar lugar.
-Sí, –rió un poco– te ves bien, Takahashi-kun.
-A-ah… g-gracias…. (//¡Habla sin tartamudear Misaki! Respóndele con algo lindo…//) Usted igual –dijo al fin. Y Nowaki rió.
Y así transcurrió la tarde.Primero en el cine, una película de romance… dónde Misaki no pudo evitar las lagrimas.
-Ya dile que lo amas… –miró la pantalla, con los ojos llorosos.
-Reitaro yo… yo… ¡te amo!
-Mitsuki… te tardaste tanto…
-¡AWW! QUE LINDO! –se levantó del asiento gritando.
Las miradas asesinas lo acosaban de nuevo. Nowaki volvió a sonreír.
Después en un café, hablaron de nuevo de las aventuras y desaventuras de cada uno, las risas carentes de toda la semana se hacían presentes en toda la tarde.
-Ah… ya es tarde… –interrumpió las risas Nowaki.
-Sí… –dijo Misaki bajando controlando la carcajada, desviando la mirada.
Nowaki se percató de eso, al parecer su acompañante tampoco quería que el dia acabara.
-Te llevaré a un lugar especial –dijo sonriente.
-¿Eh? –preguntó un tanto desconcertado Misaki.
Salieron del lugar y tomaron el metro; fue un largo camino, casi le dieron la vuelta a la ciudad, llevándose aproximadamente una hora. Casi no hablaron en el camino. Al llegar, Misaki pudo ver que el viaje había valido la pena. El lugar era bonito, elegante sin caer en lo excesivo. Con música en vivo.
-¿Kusama-san? –Misaki lo miró.
-Aquí es… Me gusta venir aquí, pero la mayoría de veces he venido solo –suspiró – lo encontré hace poco –dijo con cierto aire de tristeza – Ven, vamos a sentarnos.
Misaki asintió. Tomaron una de las mesas en la esquina. Ambos se miraban sin decir nada exactamente. Las luces bajaron la intensidad, Nowaki rompió el silencio al escuchar la tonada de una canción…
-Vamos a bailar… –le dijo, mientras se levantaba del asiento y extendía la mano a su compañero.
-Yo… -Misaki pensó que sería bueno no pensarlo mucho. Asintió, antes de arrepentirse.
Ambos se tomaron de la una mano, Misaki pasó su brazo por el hombro del más alto, mientras que éste lo tomó de la cintura. Los pasos comenzaron lentos, de un lado a otro, al compás de la canción.
“Buenas noches, mucho gusto, eras una chica más…
Después de cinco minutos ya eras alguien especial…
-Kusama-san… –recargó su cabeza en el pecho del mayor, Y sin querer, recordó la primera vez que se vieron.
Sin hablarme, sin tocarme, algo dentro se encendió.
En tus ojos se hacía tarde y me olvidaba del reloj…
-Takahashi-kun… –recargó la cabeza sobre la de él. Sonrió y se dejó llevar.
Estos días a tu lado me enseñaron que en verdad, no hay tiempo determinado para comenzar a amar.
Siento algo tan profundo que no tiene explicación, no hay razón ni lógica en mi corazón.
El movimiento de ambos cuerpos juntos continuaba…
Entra en mi vida, te abro la puerta…
Sé que en tus brazos ya no habrá noches desiertas…
…Sintiendo el latir del corazón ajeno…
Entra en mi vida, yo te lo ruego.
Te comencé por extrañar, pero empecé a necesitarte luego…
-Takahashi-kun… –murmuró Nowaki – ¿Te puedo dedicar esta canción?... –aprovechó la pausa de la canción para preguntar.
-Kusama-san… –Misaki enarcó las cejas. Asintió. Volvió a acomodarse en el pecho de Nowaki.
Buenas noches, mucho gusto, ya no existe nadie más.
Después de este tiempo juntos,
No puedo volver atrás…
-(//¿Qué es este sentimiento?//)
Tú me hablaste,
Me tocaste y te volviste mi ilusión…
-(// ¿Por qué no quiero que este momento acabe? //)
Quiero que seas dueña de mi corazón…
-(//Realmente quiero que Kusama-san permanezca así por siempre, quiero que sea todo para mi... //)
Entra en mi vida, te abro la puerta.
Sé que en tus brazos ya no habrá noches desiertas.
-Misaki… entra en mi vida…–dijo sin dejar de bailar.
Entra en mi vida, yo te lo ruego. Te comencé por extrañar,
Pero empecé a necesitarte luego…
-Kusama-san… –Se sonrojo.
Entra en mis horas, sálvame ahora,
Abre tus brazos fuerte y déjame entrar.
Ambos alzaron la vista…
Entra en mi vida,
Ambas miradas se cruzaron…
Te abro la puerta.
Sé que en tus brazos ya no habrá noches desiertas…
El latir de ambos corazones era muy fuerte, tanto, que podían sentir el suyo, y del contrario.
Entra en mi vida, yo te lo ruego.
Dejaron de bailar...
Te comencé por extrañar, pero empecé a necesitarte luego
Se acercaron más, entrecerrando los ojos al hacerlo...
Te comencé por extrañar,
Pero empecé a necesitarte luego…
La canción acabó. Las luces se volvieron fuertes otra vez y los aplausos de la gente hacían eco en el lugar. Tanto Misaki como Nowaki, volvieron a la realidad.
-Lo lamento, Takahashi-kun, me deje llevar –dijo Nowaki soltandole la mano. Miró a su alrededor y descubrió a la gente murmurando sobre ellos.
-Sí… -respondió sonrojado, la incomodidad por las miradas se hacía cada vez mayor.
-Creo que es mejor irnos –sugirió.
Salieron de aquel lugar incomodo. Y en el reloj se marcaban ya más de las 11 de la noche.
-Esto... –Tartamudeó Misaki– es un poco tarde y creo que debería irme… –sonrió –gracias por la tarde, Kusama-san –terminó de decir con una de sus más tiernas sonrisas.
-Gracias a ti… –sonrió de la manera en que siempre lo hacía– ¿Quieres que te lleve a la estación?
-No, –se apresuró a responder – usted también debería volver, no quiero que tenga problemas -susurró.
-Está bien… –se acercó a Misaki, pero, detuvo sus movimientos estando a escasos centímetros de él. No supo porque, tan solo lo hizo.
-Kusama-san…
-Yo… perdón… –se dio la media vuelta dispuesto a irse– Te llamo luego –trató de retirarse, pero una mano en su abrigo se lo impidió.
Volteó su rostro, Misaki lo tenía sujeto mientras lo miraba con preocupación.
-Takaha-…
No terminó de decir. Misaki se había puesto en puntas, rodeaba con uno de sus brazos su cuello, uniendo los labios en un tierno beso. Nowaki no supo que hacer, pero, por alguna razón cerró los ojos, y colocó una de sus manos en la cabeza del Misaki y otra en la cintura, obligándolo a continuar.
Un beso tan tierno. Sin lujuria ni deseo. Un beso lleno de cariño, apenas en un roce de labios.
Hiroki se mordió el labio, metió la mano en su abrigo y sacó el móvil. Los siguió observando, en espera de que Nowaki se separara o que hiciera algo para deternerlo. Marcó cuando vio que no lo haría
-#¿Qué quieres a estas horas Hiroki?#
Amor Yaoi
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