Era un precioso atardecer cuando él estaba posado y pensativo en su sillón preferido en la gran sala, su mayordomo en el momento le ofrece algo para almorzar a su disposición y Javier pensativo como siempre asiente con la cabeza en un tono afirmativo, el mayordomo llamado Ezequiel se retira ya pensando en que le podía hacer para satisfacer el hambre de su patrón, y se retira con pasos cortos y apresurados.
El sabroso sonido de la música clásica de Beethoven que conmovían los oídos de Javier llenándolos de paz y tranquilidad, cerrando los ojos e imaginando volverlo a ver otra vez el mayordomo interrumpe sus pensamientos de buena fe con su almuerzo –gracias Ezequiel puedes retirarte si lo deseas- exclamo Javier con una voz suave y tranquila .aunque comía nunca podía llenar ese vacío que había en su interior ,no era algo que debía ser llenado con solo comida sino que debía ser llenado con la compañía de alguien y él sabía bien claro quién lo podía llenar de alegría y tranquilidad. De pronto se escucha la puerta –Ezequiel la puerta por favor- dijo Javier sentado en su sillón que daba la espalda a la puerta y cuando abre la puerta era nada más y nada menos que su típico paciente, pues Javier era el psicólogo más famoso de Londres, Inglaterra. Se trataba de Thomas Linche uno de sus pacientes más frecuentes que venía voluntariamente, pues su oficina estaba en su propia casa, - discúlpame Thomas pero hoy no puedo atenderte no estoy en muy buen estado posponlo para la próxima semana-, - está bien doctor pero solo quiero que sepa que era urgente, hasta luego- dijo el paciente al exhausto psicólogo. Luego vuelve a sonar la puerta pues esta vez no había terminado de cerrarla Javier que al abrirla era Luciano marini, otro de sus pacientes pero este era más serio porque sospechaba de que su esposo Oscar Lazcoz cada vez que tenía tiempo para estar con él Luciano se iba y el nunca sabia adonde ni se daba una idea pero pensaba de que le era infiel con Juan Crancimo uno de los mejores amigos de Luciano en quien comienza a desconfiar la vez que los encontró en su casa solos e iba creciendo las ganas de suicidarse que tenia Luciano porque caía en una gran melancolía al pensar que su amado esposo le era infiel con su mejor amigo, -por favor doctor tiene que escuchar esta vez mis sospechas que tengo acerca de Oscar no puedo aguantar mas me dan ganas de suicidarme si me entero de que el esta con mi mejor amigo, es mas yo ya ni lo veo a Juan porque le agarre idea de que el podría estar con mi amado- dijo Luciano con los ojos vidriosos ,-disculpame Luciano pero no estoy dispuesto a atender en el dia de hoy creo que me voy a tomar el dia de descanso tengo problemas mas importantes ,los mios- dijo Javier cerrando la puerta lentamente y dejándol hablando solo a su paciente melancolico.
Cuando se retira de la puerta para disfrutar su almuerzo avista a su prima Elizabeth la cual consideraba una hermana para el ya que el era hijo único. Ella estaba sentada en la gran sala esperándolo a Javier para tomar el te y hablar , -hola Elizabeth como estas?-
-primo mio estoy muy bien, pero el que me preocupa eres tu-
-no debes preocuparte por mi lisa estoy bien, si te refieres a ese tema no lo he vuelto a ver y será mejor que lo olvide rápidamente-
-primo creo que es de mi incunvencia decirte que por tu propio bien debes comenzar a conocer gente nueva y alguien que llene ese basto vacio en tu interior.-
Javier con una mirada perdida haciente con la cabeza y se retira al patio.
Ya era de noche cuando Javier se decidió salir a un bar a tomar algo y olvidar sus penas , sentado en la barra dibujando círculos con el dedo sobre el vaso
–discúlpeme caballero tiene hora- pregunto un hombre apuesto con una sonrisa de entusiasmo a Javier, el queda mirándolo unos segundos y saca su reloj de bolsillo
–son las 23:15, caballero- dice Javier tratando de forzar una sonrisa mirando hacia sus ojos,
-no es de por aquí verdad- pregunto el desconocido con intenciones buenas,
-si soy de unas cuadras de por aquí ,y usted –pregunto Javier
-yo vivo arriba de este bar ,tengo un departamento, y disculpe mi atrevimiento mi nombre es Edward fielgem-
Javier en ese momento pensando que podía llegar a estar pasando algo entre ellos dos responde diciendo su nombre y luego se despide caminando por la calle a oscuras dos vagabundos lo sigan sigilosamente unos pasos atrás de el y el que ya se había dado cuenta comenza a caminar mas apurado los vagabundos lo alcanzany cuando quieren robarle lo poco que tiene aparece Edward a defenderlo
Lo salva y lo acompaña sano y salvo a su morada y cuando llegan Javier le dice a Edward para que pase a tomar algo si quería, para ese momento debo aclarar que llovia y como Edward no quería mojarse le acepto la invitación .
Sentados en la gran sala tomanto un te caliente ellos dos solos las miradas se cruzaban violentamente y la gravedad de uno y del otro los atraía la distancia de los labios de uno y el otro era increíblemente pequeña cuando Javier dice- debo agradecerte por salvarme Edward quisiera que te quedes por hoy aquí ya que el cielo se cae parece que no tendrías que molestarte en irte a estas altas horas de la noche y con esta horrible lluvia-
-si tu quieres me quedare contigo cuando quieras –dice Edward con una cara de felicidad y un leve suspiro se leventa cuando el mayordomo aparece interrumpendo el momento tan frágil por el que estaban pasando.
-aquí dormiras tu en el cuarto de huéspedes querido Edward-
-gracias Javier te agradesco mucho por haberme dejado dormir aquí por hoy-
Javier lo dejo solo y
Se retiro .eran las 3:00 am y la tormenta no cesaba los truenos hacían temblar los vidrios cuando de repente se corta la luz Javier no podía pegar ni un ojo cuando se escucha que la puerta de su cuarto se abre y el solo se hace el dormido siente que alguien se acuesta al lado de el y cuando el mira era Edward diciendo me gustas mucho Javier y no quiero que este momento nunca deje de pasar, que el tiempo se detenga aquí y que nunca siga y en ese momento le dio un beso tan apasionado que permanecieron varios segundos.