Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Promesa Final por Tatsumi

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

No es primera vez que subo este fics, pero lo borraron no sé por qué.

Espero os sea de su agrado, es una historia de drama, con mucha pasión y angustía entre medio, bueno tiene de todo un poco, además que no tiene muchos caps.

Espero les guste *.*

1- Como te conocí…

 

 

Aún recuerdo el día el cual lo conocí… Lo único que decía era que ya no le siguieran haciendo más daño, no más del que ya tenía… Iba caminando en una fría noche de invierno, cuando por primera vez lo encontré, tirado encima de unos cartones viejos, húmedos tiritando de frió abrazándose y con un par de lágrimas que recorrían sus lindas mejillas… Era una calle muy solitaria y oscura… No había nadie más que él y yo. Escuchaba como se quejabas, como gritaba y pedía compasión… Yo me acerqué queriendo ayudar en algo y lo conseguía, aunque así más de mil veces me maldecía.

 

Tome su cuerpo flaquito y maltratado llevándolo a mi casa para que pudiera descansar… Yo vivía solo por razones del destino y por culpa de mis padres. Trabajaba y tenía una muy buena situación económica… Desde hace unos meses había comprado un apartamento, es grande y lujoso… No puedo quejarme de la vida que tengo… ‘A pesar de todo’…

 

Llegábamos por fin, desconfiando de mí quería escapar de entre mis brazos, pero no lo conseguía, no tenía fuerzas ni para mantenerse en pie, ni siquiera para reprocharme el porqué de mi ayuda… aun así lo acerqué a mí lo más que pude haciéndole entender que no le haría daño, sólo protección, le susurre al oído que todo estaría bien… parecía entender… Entrábamos a la habitación, lo recosté cuidadosamente en mi cama, comenzaba a sacarle su ropa mojada y en ese trayecto me di cuenta del porqué de sus quejidos… su cuerpo tenía heridas y marcas de golpes, lo que debía de dolerle bastante como para gritar con tanta desesperación como él lo hacía.

 

 

Al término de preparar un plato improvisado para aquel chico regresaba a la habitación, pero lo único que recibí por respuesta al intentar despertarlo fueron insultos…

 

Minutos más tarde y después de estar completamente listo para acostarme y poder descansar, me detuve a mirar como dormía, algo exaltado y con miedo se apegaba a mí… Queriendo escapar de lo que consigo llevaba… De eso a lo que tanto temía, de eso a lo que tanto huía… Tome de su pequeña mano haciéndole saber que todo estaría bien, que ya no habría más dolor, mas sufrimiento, ni más miedo… no más… Esta era la noche que podía dormir tranquilo. 

 

 

 

 

Al día siguiente

 

Era sábado por fin descanso, después de haber trabajado arduamente toda la semana. Ya eran casi las 10 de la mañana, había despertado primero que él y le preparaba el desayuno, su cuerpo flaquito tenía mucho decir… Terminaba de poner la mesa, cuando escuché la puerta de mi habitación abrirse… Aquel chico de los cabellos rubios y mirada triste se acercaba a mí lenta y tímidamente…

 

-Yo…– sus lindos ojitos volvieron a enrojecerse

 

-No digas nada, todo está bien.

 

-Gracias… Yo… sólo… quisiera…– el tono de su voz bajaba a medida que su mirar también lo hacía, dulcemente le ofrecí al chico lo que para él había preparado.

 

-Lo siento, yo solo… yo no…–  reía, pero amargamente queriendo hacerse el chico fuerte

 

-Yo no quiero volver a casa…– cubría sus ojos secando tristemente sus lágrimas

 

Poco a poco me acerqué a él, estiré mis brazos para poder abrazarlo lo más  fuerte posible. Y sin esperarlo él se abalanzó sobre mí refugiándose y escondiéndose bajo mi ropa. Lo tomé entre mis brazos tratando de no dejar que ninguna parte de su cuerpo se sintiera desprotegida y así lo lleve hasta el sofá de la sala de estar.

 

Sollozaba y lloraba con desesperación… seguía aferrándose a mí, creo que no le entregaba desconfianza…  acariciaba su rostro de manera indecisa y secaba sus interminables lagrimas con amor, que aun estando dormido no dejaban de recorrer sus lindas mejillas… Después de unos minutos lo tomé nuevamente entre mis brazos y lo recosté en la cama para que pudiera seguir descansando. En el velador deje su desayuno, ya que me temía que no había comido nada de quizás cuantos días.

Después de aquella escena salí de casa a recorrer las calles de Tokyo fumándome un cigarro como siempre lo hacía. Realmente en esta época tan fría era el único imbécil que deambulaba por las calles, solo.

 

-“¿Por qué de un día para otro llegaba este chico a mi vida?… Aun así no podía abandonarlo, por lo menos su estadía en mi casa.

 

Ya habían pasado un par de horas y después de reventarme la maldita cabeza pensando volví rápidamente a casa, había comprado un par de cosas para prepararle a ese lindo chico la cena. Al llegar el seguía en un profundo sueño, pero esta vez dormía un poco más tranquilo que al principio, y también se había comido todo su desayuno.

 

A los minutos después despertaba de al parecer un eterno sueño… conversamos de lo ocurrido, no me quiso decir del porqué de su sufrimiento. Le supliqué que no se fuera hasta por lo menos verle un poco más repuesto, aceptó, aunque tuve que decirle una y mil veces que esto NO lo hacía a cambio de algo.  

 

 

 

20:00 horas. De ese mismo día 

 

 

 

Él se duchaba mientras yo lo esperaba sentado en la mesa impaciente para que pudiéramos cenar juntos. No terminaba de entender el porqué de mi protección hacia el ¿Quizás era el reflejo de mí a esa edad? Aunque a pesar de haberlo estado pensado del mismo minuto en el cual lo conocí no encontraba respuesta.

 

Terminando al fin, paso a paso llegaba a mí, con un pijama mío que llevaba puesto, que de por cierto le quedaba bastante grande para su pequeño y chiquito cuerpo…

 

-Espero te guste lo que hice para ti...

 

-Gracias…– comenzó a comer.

 

-Me llamo Shiroyama Yuu ¿Y tú?– pregunté tiernamente…  sonriéndole a la vez.

 

-Yo soy Akira…- su expresión cambiaba, después de todo no podía negarse a tanta preocupación que yo le entregaba de mi parte.

 

-¡Qué lindo nombre!– esas palabras mías tan cursis, pero por fin lo veía sonreír sin miedo…

 

-Gracias… Perdón por molestar tanto, pero no tengo dinero para pagarte todo esto… es mejor que me vaya… perdóneme por todo señor…– hizo una reverencia.

 

-Nadie te está cobrando nada, puedes quedarte aquí todo el tiempo que sea necesario… sé que no nos conocemos, pero… las puertas de esta casa tan solitaria están abiertas para ti, cuando quieras o cuando necesites estar aquí… ya sabes cómo llegar, está a sólo un par de cuadras de donde nos conocimos, cuarto piso, departamento 304…

 

-Arigato…- tierna y tímidamente volvía a sonreír…

 

-Eres lo más lindo de este mundo sonriendo, así que nunca dejes de hacerlo, a pesar de todo, a pesar de lo malo, incluso de eso, hay que sonreírle a la vida y burlarse de ella, riéndote tú de ella –  estábamos cada vez más cerca, mis manos en contra de mi voluntad se movían acariciando su delicado y suave rostro haciendo que se avergonzaba y sus mejillas se sonrojaran.

 

-¿Qué edad tienes, pequeño?– le pregunte para acabar con tan vergonzosa AFIRMACIÓN…

 

-15 años…

 

-Vaya, pensé que eras pequeño, pero nunca tanto… “¿Por qué? ¿Por qué tan pequeño?” – pensaba entre si algo desconcertado…

 

-¿Y usted qué edad tiene señor?– apenas me miraba…

 

-Yo estoy viejo, tengo 22 AÑOTES, bastantes años más que tú…– sonreí

 

-A mí me gustaría ser grande como usted, para poder vivir solo… Y ser feliz… 

 

-¿Dónde están tus padres? – ¿Por qué pregunte eso?, sus lágrimas volvían a brotar, pero ¿Por qué fui tan estúpido?, sabiendo o al menos imaginando que su preocupar de día y noche era su familia.

 

Después de aquella pregunta todo quedó en silencio, el chico tomó su ropa poniéndosela lo más rápido posible y mirándome a los ojos me dijo:

 

-Gracias… pero, es  mejor que me vaya a casa…- sin decir más salió corriendo sin siquiera dejarme el tiempo para reaccionar…

 

 

****

 

 

Al pasar de una hora y después de haberme fumado todos los malditos cigarros que tenía, no podía dejar de pensar en aquel chico, no sabía cómo demonios poder quitármelo de mis malditos pensamientos, pero… ya no podía seguir aguantando el estar en mi casa por lo menos sin saber que no estaba tirado en el mismo lugar en el cual nos habíamos encontrado.

 

Y así fue no me equivocaba, al igual que esa misma noche de día viernes, ahí se encontraba en la misma posición, abrazándose a una ropa vieja y maltratada, tiritando de frió, quejándose y llorando con igual o más desesperación que aquella vez.

 

No sabía si todo lo anterior había ocurrido, y que si realmente este era el momento en que no imaginaba o soñaba… aun así y aunque esta vez o la anterior haya sido un sueño jamás hubiera dejado a este chico en la calle. Volví a tomarlo entre mis brazos, lo cubrí con mi chaqueta ya que estaba lloviendo vigorosamente y así me disponía a marchar.

 

Sin demorar mucho llegamos a mi departamento, le saqué su ropa mojada y le puse el mismo pijama que llevaba puesto, el chico dormía y yo me ducharía para por fin acostarme y descansar a su lado.

 

Al término de un relajante baño y preparado para acostarme,… Apenas mi cuerpo se posaba en la cama ese chico volvía a abrazarme desesperadamente.

 

-Perdóneme… yo sólo no quiero molestar… pero no tengo dinero para pagarle…

 

-Todo está bien…- le susurraba haciéndole entender que a mi lado nada malo pasaría.

 

Apegado a mí cerraba sus ojitos y así caía nuevamente en un profundo sueño. No me costó darme cuenta de lo que a él le ocurría. Su cuerpo en las condiciones en las cuales se encontraba ya me lo había dicho todo…

 

-“¿Por qué a su corta edad tiene que saber del dolor, de los golpes y del miedo?”…

“¿Por qué la historia se volvía a repetir?”...

 

 

Al cabo de tan inolvidable fin de semana, tenía que por obligación volver a su infierno, ese infierno el cual no quería que por ninguna razón supiera su nuevo amigo, Yuu…

 

Desde el primer día parecía que se hubiesen conocido de toda la vida, hubo apoyo y confianza, aquel chico de cabellos rubios no podía desconfiar de quien había cuidado de él día y noche incluso perdiendo el sueño por no dejar de preocuparse en ningún instante… Así fue como comenzó una linda relación de amistad, de la cual hoy en día ambos dependían de la misma…

 

 

Continuara…

Notas finales:

¿Les gusto? o cualquier reclamo, sugerencia, etc., etc., etc., se agradece… 

Espero les haya gustado n.n

 

Dejen sus comentarios

ARIGATO por leer…

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).