Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Una deliciosa misión por Kerou Moonglow

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Espero que les guste, escribi esto por un desafio, relamente jamas me ha llamado la atencion escribir basandome en otros pero veamos que tal me va espero me haya quedado bien pues lo termine a las 5am.

I

Una deliciosa misión

Eran casi las cuatro de la tarde, el cielo se teñía de un profundo tono rojizo con cada segundo que pasaba y el sol moría de nuevo, ese ambiente para ser sincero me ponía muy melancólico, mi mirada se perdía por ratos en el inmenso cielo que vislumbraba por la ventana de mi vagón, mi mente estaba a decir verdad bastante llena de pensamientos, de muchos y de uno solo al mismo tiempo, Roy Mustang, habíamos empezado a salir ya hace varias semanas, era algo cariñoso y aunque no nos podíamos ver mucho cuando lo hacíamos pasábamos buenos ratos, conversábamos durante horas y aunque fuera muy bueno en la cama a veces como en ese momento sentía un gran vacío, a el parecía simplemente no importarle, si iba o venia, si nos veíamos o no, todo el mundo sabía de su fama y aunque trata de ignorarlo me era imposible al dejarlo solo tanto tiempo y al llegar su deseo sexual era moderado y sus sentimientos hacia mí a diferencia de los míos no demostraban ningún tipo de desesperación por verme, cuando estábamos juntos cualquier cosa le distraía, le hacía irse, cualquier excusa era suficiente para dejarme plantado, tenía mi mente hasta el tope de eso pero a pesar de todas mis señales al parecía darle igual.

La mucama venia por el pasillo deslizando su pequeño carrito lleno de bocaditos, su pequeño vestido azul con rojo le quedaba muy bien mostrando unas largas y definías piernas que saltaban ligeramente con cada empujón del carrito que chillaba débilmente a cada centímetro que avanzaba. No era mucha la variedad de comida pero a mí al menos me encantaban los emparedados de pavo que daban en estos trenes y no dude en tomar uno en cuanto se me dio a oportunidad.

-          Ed ¿Qué tienes? No me has hablado en todo el viaje –pregunto al mirando hacia la ventana- te noto muy distraído.

-          Estoy bien Al –respondí cortante- solo ando estresado por tanto trabajo, no hemos tiempo de nada, semanas hacia acá parece que no hay más oficiales disponibles que nosotros.

-          Ya no te quejes, luego te quejas que no tienes nada que hacer o que Wendy anda detrás de ti regañándote.

Sonreí de lado ligeramente y volví a girar mi rostro hacia la ventana, en el fondo del panorama podía ya ver la estación del tren, no demoraríamos en llegar. Cruce las piernas y heche el cuello hacia atrás recostándome en el respaldar del asiento, realmente estaba estresado, a veces pensaba que Roy me enviaba fuera de la ciudad a propósito para poder hacer cosas mientras yo no estaba.

Así transcurrieron unos 20 minutos, el ambiente pesado y monótono del tren no me ayudaba a sentir mente mejor y  Al que no dejaba de mirarme y hacerme preguntas, tenía ganas de tomar una ducha y acostarme o mejor aún mentirme a la ducha con Roy y dormir con el también, pero eso al parecer ya no era posible, parecía haberse perdido todo cuanto al principio nos llevó a pasar aquellas noches juntos de pasión y sentimiento.

El silbido del motor se anunció y con lentitud el tren fue deteniéndose hasta quedar completamente inmóvil en su riel de la estación, tome mi abrigo y me lo eche a los hombros caminando por el estrecho pasillo hasta llegar a  la estación, ahí la gente parecía alborotada, se sentía un aire de inquietud, la gente caminaba despacio mirando hacia un lado de la estación lo que llamo mi curiosidad, di unos cortos pasos para asomarme mejor y descubrir con asombro a un grupo de hombres todos claramente militares por sus trajes y armas, un chaleco de color amarillo sobre una camisa de un tono rojizo y pantalones anaranjados, en el chaleco una cantidad incontable de bolsillos y unas botas negras hasta unos siente dedos sobre el tobillo, en medio de todos ellos un chico alto, fino y de caderas estrechas, un cabello largo hasta la espalda agarrado en una cola de caballo y unos alargados ojos oscuros, una tés blanca palida y unos definidos labios rosados.

Entre la gente nos abrimos paso Al y yo hasta llegar a el pequeño tumulto militar que sobresaltaba entre el resto de la gente

-          ¿se encuentra aquí el príncipe Ling? Venimos de Asmetrix por los famosos documentos especiales –refunfuñe de mala gana- así que si son tan amables, quisiéramos regresar esta misma tarde.

-          Ed, no seas tan grosero, ni quiera les has dado tiempo de hablar –replico Al- Buenas tardes, Ling, ¿tienes el paquete que debemos llevar?.

Ling a mitad de grupo se mantenía inmóvil con las piernas rectas y las manos detrás de su espalda mirando hacia el horizonte sin al parecer, prestarnos mayor atención pero cuando escucho que Al termino de hablar, sonrió y dio un paso hacia delante de una forma muy peculiar estirando la mano mostrándonos en ella un pequeño sobre muy bien empaquetado sellado con cera y el escudo de Xin

-          Es esto lo que buscan, y con mucho gusto se lo daremos –siseo acercándose a mi dando pequeños pasos largos- pero primero tomen un descanso, nosotros contamos con unas aguas termales exquisitas y nuestra gastronomía es muy buena también, son bienvenidos a todas ellas con todo pagado por nosotros.

-          No, no hace falta, queremos….

-          ¡No seas grosero Ed! –me interrumpió Al dándome un suave empujón con sus manos aun bastante huesudas- nos están invitando cordialmente no podemos rechazarlos de esta forma.

-          Pero… rayos, Al, está bien.

-          ¡Excelente! –salto de alegría el cabellos negros agarrándome del antebrazo- entonces vamos a comer algo.

Apenas pude soltar un pequeño quejido antes de verme caminado a la fuerza por el agarre, Al y el resto de los hombres venían detrás de nosotros, entramos por un pequeño camino  donde no había gente, seguramente porque había sido cerrado para el uso específico del príncipe porque cada ciertos pasos un militar esperaba con un lanza tuercas en mano, no hacía más que seguir su agarre aun cuando e ese camino recto era imposible que nos fuéramos a perder o incluso acelerar el paso pues no tenia objetivo si teníamos que esperar a Al o a los otros militares para dirigirnos a donde sea que fuéramos pero para ser sinceros aquel tipo tenía un algo que me parecía interesante lo que me permitió ir detrás de el sin chistar hasta llegar a la parte exterior, el panorama no era muy particular pero tampoco desagradable, unas amplias calles largas y anchas dándoles un aspecto de plazas recorrían toda la pequeña ciudad fronteriza, todas las calles estaban llenas de pequeños puestos de comida, variedades o cualquier cosa que se pudiera vender, otra cosa que me llamo la atención fue que la gente caminaba de un lado a otro con trajes muy parecidos a los que llevaba el príncipe; una camisa suelta de mangas largas atada a la cintura con una especie de lazo grueso y enrollado encima de un pantalón también algo grande que caiga cerrándose al llegar al extremo de abajo por un elástico justo para cubrir totalmente la piel seguido de unos pequeños botines sin suela y punta larga.

-          ¿hacia dónde vamos? –pregunto Al acercándose por detrás al príncipe- yo no deseo comer nada pero estoy seguro que Ed está muy hambriento, siempre come como una vaca –se mofo riendo débilmente-.

-          No te preocupes, en Xin tenemos excelente comida –admitió haciendo un ademan algo exagerado en un tono bastante gracioso- así que no les hará falta alimento.

-          Señoría –salto uno de los soldados que hasta ahora se habían mantenido callados- Se hace tarde, nos están esperando para la cena.

-          No, no, avancen ustedes, yo y el señorito iremos a comer a otro lugar, debo hablar con el sobre ciertos temas

-          ¿¡Ah!? ¿sobre qué quieres hablar? Tengo hambre hombre, luego podemos hablar muy bien.

-          No, tiene que ser ahora porque más entrada la noche no habrá tiempo

-          ¿Por qué no? –reclame algo molesto-

-          Seguramente deben dormir, alguien como el seguro tiene una vida muy agitada y debe descansar

-          ¿y nosotros que? ¿pasamos todo el día durmiendo o qué? –reclame ante el comentario de Al-.

-          Ya, no hace falta que discutan, simplemente en la noche atenderemos otros asuntos así que es mejor que lo hagamos ahora.

-          ¡Esperen! ¿yo no iré?

-          No, lo siento, no hace falta, entre más personas más cabezas que hacer entender –rio en silencio gritando hacia a mí- vámonos señorito, conozco un buen lugar.

Sin más, deseando ya poder irme y regresar a Asmetrix acepte, me despedí de Al y nos dirigimos por una de las calles, la gente se acercaba de portal en portal observando la diferentes mercancías y frutas, verduras, pequeños juguetes o simplemente cosas que no llegaba a reconocer aun cuando el paso al que íbamos era para mí, extremadamente lento, el principito caminaba de una forma exasperante, como un niño de siente años tratando de pisar solo las voladoras de un color, alzaba el pie con las manos en la espalda y daba pequeños brinquitos de una baldosa en otra.

-          ¿Puedes caminar más rápido? Tengo hambre.

-          Tranquilo, te aseguro que una vez que comamos te sentirás mejor.

-          Eso espero –refunfuñe mirando hacia el piso, todo eso empezaba a desespérame- Ling vamos,  ¿Por qué tanto rodeo?

-          Por nada Ed, sígueme el juego, acaso no siempre les demostré que no necesariamente hablo por nada

-          Claro, claro –me mofe dándole un empujón en la espalda- como sea, apresúrate.

Me fije para esas alturas que Ling no dejaba de mirarme de reojo, tal vez pensaba que no me daba cuenta pero aunque se me hiso algo raro al final daba igual, nunca había sido la persona más normal de mundo ni tampoco lo esperaba ni lo espere en los siguientes siete o tal vez diez minutos que nos tomó llegar hasta nuestro destino, un pequeño bar bastante simple, un letrero escrito sobre papel de arroz con tinta negra y seguramente un pincel de pared por los trazos rectos que por partes mostraba hilachas por las cerdas inconstantes de este tipo de pinceles se alzaba frente a nosotros, una entrada apenas cubiertas por unas perlas falsas atravesadas en hilos blancos atados al filo superior de la entrada.

Dentro no había casi nadie por no decir nadie, apenas el mesero, el cocinero y el cajero, todos sentados y con unas caras de pleno aburrimiento aunque a decir verdad el ambiente dentro no estaba nada mal, se respiraba un dulce olor a canela y licor mesclados en una forma precisa, unas luces rojizas hechas con pequeñas llamas en las paredes rodeados de papel rojo, y unos cuantos asientos del mismo tipo que los del tren con unas largas y finas mesas en medio.

Tomamos asiento, el mesero se acercó y muy amablemente tomo nuestro pedido, iordeno unas bebidas que nos fueron entregas casi en el mismo instante y lo mismo de plato fuerte para ambos porque la verdad no conocía nada de lo que el chico nos ofrecía, luego de eso se retiró y con los tragos en mano nos quedamos solos.

-          ¡E! ¡Esto tiene alcohol! –casi que grite luego del primer sorbo y de sentir ese sabor rasposo en mi garganta- Soy menor de edad por si no lo sabes, Ling.

-          Lo sé muy bien, pero estas conmigo, da igual, además de que no nos vamos a embriagar con uno o dos vasos –se encogió de hombros dando otro pequeño sorbo- así que disfrutalo querido amigo.

-          Supongo –masculle tomando también- entonces ¿Qué es lo que tienes que decirme?

-          Pues… ¡que tengas mucho cuidado con el paquete! –rio y lanzo la carta a mi lado de la mesa- eso.

-          ¿!estas bromeando!? Tanto drama para… ¿eso?

-          No, no realmente –dejo el vaso a un lado y abrió los ojos dándole ese aspecto penetrante que pocas veces había logrado ver- es que siento curiosidad… desde que regrese a Xin me han dejado abandonado, he querido visitarlos pero no he tenido tiempo.

-          Pues no gran cosa, todo está mejorado, hemos abierto relaciones con muchas de las naciones con las que antes habíamos estado en guerra y las ciudades abandonadas están siendo ayudadas a prosperar.

-          Entiendo… pero Ed, ¿Qué tienes? Te veo muy distante y desesperado, bueno, más de lo normal.

-          Nada, es que he tenido unos cuantos… -chasquee la lengua girando mi mirada hacia la pared- problemas con Roy, tu sabes.

-          ¿Roy Mustang? –pregunto incrédulo- Vaya Ed, ¿se puede saber que sucede? ¿no te complace acaso? –rio dando otro sorbo-

-          Pues que últimamente lo noto desocupado de mi además que a mi parecer cada trabajo que tiene fuera de la ciudad me lo da, siento que quiere que no esté… seguro anda con otro tipo.

-          Tranquilo, tu sabias eso cuando te metiste con él, todos conocemos su fama.

-          Lo sé, pero ya no importa, trato de no afectarme.

Seguimos conversando por largo rato, hasta que la noche empezó a caer, la gente comenzó a dispersarse y las calles a quedar despejadas y solitarias, Ling pago la cuenta de ambos y salimos de ahí dirigiéndonos ahora hasta la alcaldía de la ciudad, un edificio de tres pisos bastante grande, no era la gran cosa realmente, afuera nos esperaban dos soldados vigilando la puerta, apenas nos acercamos uno de ellos llamo a Ling hacia un lado lo que le dijo pareció hacerle gracia pues una sonrisa traviesa apareció en su rostro seguido de una pequeña risita, hablaron un poco más y regreso hasta donde mi invitándome a pasar, era una edificio y una casa a la vez, el primer piso estaba lleno de sillas para los visitantes, decoraciones y escritorios mientras el segundo piso era como cualquier casa, unos cuadros y cuartos a lo largo del pasillo.

-          ¿Dónde está Al? No lo he visto

-          Al… –sonrió mirándome de reojo- disfrutando de su cuerpo.

-          ¿a qué te refieres?

Sonrió y me hiso un ademan de silencio, caminamos lentamente hasta las escaleras del tercer piso, eran más habitaciones pero mucho más simples, no había cuadros y no había puertas nada más estaban cubiertas las entradas con cosas parecidas as las del bar, nos acercamos lentamente y Long entreabrió la tapadera. Mis ojos saltaron y di un brinco al ver a Al en cuatro patas sobre un sofá totalmente desnudo mostrando su cuerpo delgado y pálido mientras un hombre grueso y bastante robusto y podría decirse que algo maduro le azotaba la entrada con fuertes envestidas, este apenas gemía con los ojos cerrados agarrando el relleno de los cojines, su cabello castaño caía sobre su rostro sacudiéndose con cada embestida al igual que su cuerpo.

-          Se parece a ti –bromeo Ling alejándome de ahí disponiéndose a bajar- vamos ¿o quieres estrenarte de voyeur?.

Nada más negué con un chasquido y baje las escaleras en silencio, estaba algo impactado por no decir también excitado, el cuerpo de Al era bastante delgado y verlo siendo montado por tal cuerpo tan grande y robusto me habia encendido.

-          Aquí estamos –dijo abriendo la puerta de mi habitación la cual constaba de dos camas aunque seguramente Al no vendría a dormir esta noche- yo me retiro por hoy, dormiré aquí junto.

Se despidió y se fue inmediatamente, cerré la puerta y me desnude colocándome luego mi pijama, me acosté y me dormí al instante.

 

 

A la mañana siguiente lo primero que hice al despertar fue verificar mis sospechas, Al no había llegado a dormir, sonreí y me vestí para salir a buscar a Ling pues Al seguramente estaría aun con aquel hombre, baje las escaleras y lo primero que me encontré fue a Ling sentado sobre uno de los escritorios leyendo un libro que no le impidió advertir mi presencia.

-          Ed, buenos días, ¿Qué tal tu sueño?

-          Bien, dormí como piedra, como sea, me voy a desayunar, me muero de hambre

-           No, anda, ¿me vas a dejar solo? Si para algo hice que se quedaran, ya nadie se acuerda del pobre de mí –refunfuño fingidamente-.

-          Exagerado –masculle con frialdad- vamos entonces, pero tu invitas

Asintió con la cabeza y de un salto bajo del escritorio, a decir verdad aquel gesto me había recordado a los primeros días de mi relación con Roy que también tenía esas mañas de chantajear psicológicamente.

El día paso rápido, casi no vi a Al quien al parecer había decidido pasar con aquel hombre que después descubrí era el militar que había hablado con nosotros cuando llegamos, Ling no había cambiado pero tampoco nunca me había fijado lo atengo que era, en todo el día  no me había descuidado y me había interrogado por todo, se notaba muy preocupado a decir verdad, lo cual me había hecho sentir una pequeña cosquilla en el pecho ¿acaso él estaba intentando acercarse a mi o era solo mi idea?.

Luego de la cena y conversar un rato nos dirigimos a la alcaldía de nuevo, según lo que Ling me dijo Al había salido con el militar y seguramente dormirá con el de nuevo.

-          Me han abandonado –bromee llevando mis brazos tras la espalda- ¿Qué hacemos Ling?

-          Vamos a mi habitación, mejor que estar aquí aburridos.

No puse mayor oposición realmente era mejor que eso o estar en mi habitación mirando el techo o amargándome por Roy.  La habitación no estaba nada mal, una cama grande con un delantal decorado con piedras de colores y unas sabanas brillosas seguramente de seda, una pequeña mesita en uno de los lados con cuatro sillones pequeños, tres ventanas cubiertas totalmente y un armario junto a un velador de noche.

Me senté en uno de los sillones mientras Ling sacaba del armario unos vasos pequeños y una botella grande y transparente que seguramente era licor, se sentó a mi lado y dejo los vasos y la botella en la mesa, sirvió dos vasos, uno para mí y otro para él, conversamos así un largo rato, unas cuantas horas, el tiempo pasaba lentamente y de poco en poco ya empezaba a sentirme algo ido que para mala suerte solo me llevaba a pensar en ese coronel egocéntrico, poco a poco la ira me iba entrado de repente desahogándose a la fuerza usando el alcohol como medio.

-          Estúpida bestia, seguro ahora mismo está con algún tipo revolcándose –gruñí ya casi ebrio-

-          Tranquilo –se levantó de su silla caminando hacia mí- ya estás muy ido, será mejor que descanses ya

-          ¡No! –rugí levantándome de un salto- el debería ser como tú, tu si me atiendas, Ling.

Una sonrisa se formó en el rostro del pelinegro que inmediatamente me agarro del brazo guiándome hasta su cama, me acaricio la cabeza y me hiso un ademan de que me relajara, me deje caer sobre las sabanas y estire los brazos y piernas a mi antojo, cerré los ojos relajándome, lentamente mi cuerpo comenzó a dejarse ir entrando en un sueño, ya casi podría decir que estaba dormido cuando sentí unos brazos acariciarme el pecho, entre abrí  los ojos y lo primero en diferenciar fue ese esbelto cuerpo y cabellos negros, sentado en la orilla de la cama acariciando suavemente mi pecho, de una manera que casi me arrullaba.

-          Espero con esto ayudarte a sentir mejor

Solo suspire y le correspondí llevando mis brazos hacia su pecho halando su camisa para poder apartarla y así acariciar su pecho, duro y marcado, definido a cada centímetro y ahora caliente y exquisito, sus brazos jugaban en mi pecho, acariciándome lentamente deteniéndose a jugar con mis pezones de vez en cuando o recibiendo los mordiscos del pelinegro que se encontraba ahora degustando de mi cuello mientras yo entorpecido por el alcohol solo podía gemir mientras mi miembro reaccionaba bajo mi ropa, mis brazos en un intento desesperado de liberar la tención subían y bajaban por la espalda ajena marcándola con una línea roja con mis uñas que poco a poco desaparecía, tan solo podía gemir y gemir disfrutando de sus toques y de cómo su lengua se movía lentamente sobre mi cuello haciéndome erizar todo el cuerpo, sus manos bajaron  y con lentitud desabotonaron mi pantalón bajándolo ligeramente pero lo suficiente como para poder agarrar mi miembro sobre el bóxer y empezar a acariciarlo, yo hice lo mismo y busque el suyo sobre el pantalón agarrándolo moviéndome de arriba hacia abajo, él se movió a un lado y se quitó el pantalón liberando su delicioso miembro, era grueso y venoso y sus cabeza era rosadita y grande, sus testículos eran grandes también, y tenía un poco de vello como para darle el toque de virilidad final, abrí la boca y con la mirada le indique mis deseos, se sentó sobre mi pecho y me acerco su miembro el cual sin pensarlo tome y metí a mi boca saboreándolo muy bien, dejando que mi lengua se encargara de mojarlo dándole vueltas en su cabeza una y otra vez a toda velocidad mientras con mi dedo pulgar e índice rodeaba la base de su miembro y lo masturbaba, sus gemidos era entrecortados y coordinaban con lo que hacían sus manos sobre mi miembro y mi cabeza, yo seguía lamiendo, lo trague un poco más para poder ahora lamer el tronco, duro en extremo al igual que su pecho y con las venas marcadas dejándome sentir la sangre correr al deslizar mi lengua sobre estas, sentí mi pantalón bajar hasta mis rodillas y también mix boxes seguido de los dedos del pelinegro bajando hasta mi entrada acariciándola con suavidad.

-          Es hora de pasar a lo más divertido.

Retiro de mi boca ese trozo de carne sin avisarme aun cuando yo todavía deseaba tenerlo en mi garganta, me hecho hacia atrás y levanto mis piernas aun enjauladas por mi pantalón que nada más había bajado un poco aunque realmente me parecía excitante que me penetrara de esa forma, se acercó más a mí, y con los dedos hiso presión en mi entrada preparándome con rapidez, acerco su cabeza a mí y la introdujo con fuerza poco a poco hasta que entro del todo, solté un quejido y un grito al sentir como de un azote me incrustaba todo su miembro de un golpe empezando a embestirme sin mayor piedad, mordí mis labios agarrándome de las sabanas mientras este me penetraba cada vez con más fuerza, podía sentir todo mi interior ceder a su miembro y lo caliente de este, su palpitar, y la manera en que tenia mis piernas me hacían volver loco de placer, estaba bastante apretado por la posición pero él se las arreglaba así de tal forma que casi me echaba hacia atrás con cada embestida por tal fuerza, yo solo gemía y me quejaba de placer por los deliciosos golpes en mi interior que me hacían perderme cada vez mas

-          ¿te gusta? Se siente delicioso cogerte así

-          ¡Me encanta! Tú sigue, dale más fuerte, me vuelves loco.

Sonrió al escuchar mi petición y me dio una embestida que me hiso ver estrellas, grite y solloce pero al mismo tiempo sentí un cosquilleo exquisito por todo mi cuerpo, luego de eso las embestidas se volvieron frenticas, el jadeaba igual que yo y suspiraba cada vez más, yo me movía de arriba abajo que si no me tuviera sujetado hubiera terminado moviéndome hasta terminar contra la pared, era un placer demasiado grande, sus embestidas eran mejores que cualquiera que me hubiera dado Roy, o cualquiera, eran fuertes, y directamente a ese punto que me enloquece, entraba y salía con fuerza haciéndome flotar de placer mientras poco a poco sentía como mi pene se inflamaba y palpitaba anunciando mi clímax.

-          ¡Me corro! ¡Ling!

Agarro mi pene y empezó a masturbarlo con rapidez entre las embestidas, sentí un cosquilleo subir en mi espalda y mi miembro palpitar a mil una y dos veces, al igual que el de Ling que dentro de mi parecía convulsionar hasta explotar llenándome de su simiente cada centímetro de mi recto, esa sensación caliente fue el toque final para que yo explotara disparando mi semen a borbotones cayendo sobre todo mi pecho, salió de mi lentamente y dejo caer mis piernas mientras él se acercaba a mi pecho lamiendo toda mi leche hasta dejarme completamente limpio.

-          Jemas había sentido algo así….

-          Gracias, que pena que Roy te desperdicie, eres bien apretadito….

-          Cállate –lo interrumpí-, confórmate con saber que lo disfrute.

Me las arregle para sacarme el pantalón y las botas para poder acostarme, Ling se metió entre las sabanas y yo le seguí recostándome en su pecho.

Todo había sucedido muy rápido, pero es que con la falta de atención que tenia, y a Ling tras de mi de esa forma, creo que se había vuelto inevitable algo así, él era muy diferente al coronel, era atento y se preocupaba por mi  sin contar como era en la cama, pero fue mejor así, me aclaro la mente y me ayudo a despejarme, al día siguiente regrese a Asmetrix a entregar el sobre, hable con Roy y terminamos la relación y al siguiente día me encontraba mudándome hacia Xin donde ahora vivo con Ling y Al también junto con Capricorlia que es el nombre del militar que ahora es su pareja, hasta ahora las cosas van bien, y como negar que Ling es a la larga un excelente caballero, sobre todo cuando en las noches me mete a la cama y me hace olvidar todo menos a él y a mí.

 

Notas finales:

Pues espero les guste, dejen comentarios que no les cuesta nada! acepto recomendaciones y críticas, lo que quieran y pues si les gusto de lean una oportunidad a mi historia principial http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=81507 "El cuervo y El Canario" déjenme saber que les pareció y que tal escribo para así mejorar, gracias por leer!

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).