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Quilate por Izumi Beloved

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Notas del fanfic:

Contenido sexual

Ya saben... los personajes son de Kishimoto. Nadie me paga y lo hago con todo el amor del mundo para ustedes.

 

Notas del capitulo:

Una vez lo subí y lo volví a borrar.

He corregido algunas partes.

Espero les gsute.

Quilate

Por: Izumi Beloved

 

La habitación oscura apenas iluminada por un cigarrillo a medio consumir sobre un cenicero, el humo siendo respirado por dos individuos; entre gemidos y movimientos salvajes, dispuestos a llegar al orgasmo antes de medianoche en cama del rubio vecino. Solo era cuestión de tiempo antes de que ambos volvieran a la realidad, solo unas cuantas estocadas más y  se escucharía el gemido ahogado de uno mezclado con el ímpetu del otro. Y nuevamente la rutina se repetía; el que ofrecía las nalgas terminaba por correrse primero terminando rendido sobre el colchón, solo tenía que esperar unos cuantos minutos más y la semilla del otro llenaría su aniñado rostro. Una extraña filia que al final el tenia que soportar como parte del ritual.

El sexo había terminado, empapado de sudor el cuerpo del muchacho que había sido penetrado trataba de acompasar su respiración mientras las luces de la habitación volvían. Observó entonces al adolescente de piel nívea y cabello negro perderse tras la puerta del baño y cerró sus ojos tratando de convencerse que esa sería la última vez que lo haría. Se acarició la melena rubia con una de las manos observando el brillo del anillo que llevaba sobre su dedo anular y suspiró.

Observó el piso marmoleado de la habitación, las sábanas blancas y las cortinas nacaradas cerradas. Unos muebles de madera y un espejo rectangular  enorme  sobre la puerta que daba vista  hacia la cama y por último un escritorio negro con un computador personal, arriba un estante repleto de mangas y cómics.  Algunos pósters de un grupo femenil de moda y cuadros de pinturas contemporáneas adornaban la amarilla habitación.  Alzó sus manos hacia el blanco techo para dejarlas caer a los lados intentando cerrar los ojos nuevamente para poder dormir.

Minutos después el sonido de la puerta chirriante del baño se abrió dejando salir al pelinegro que rápidamente comenzó a vestirse con aquel uniforme de kendo que usaba en sus prácticas vespertinas  al final colgó  la espada de madera en uno de los costados. Se acercó al rubio limpiando su rostro con una toalla húmeda, tal y como el pacto había acordado; y después deslizó por todo su cuerpo hasta llegar a los muslos. Todo era igual de monótono y aburrido para el rubio, no importaba lo guapo que fuera el azabache, ese perfeccionismo suyo le molestaba y  taladraba sus ojos y oídos.

Porque no importaba lo mucho que se pareciera o que incluso llevaran la misma sangre, el no era su encantador vecino. Aquel hombre de piel nívea, facciones finas y bien delimitadas, con aquellos genuinos ojos carbón, de  cabello  largo negro y lacio, de músculos bien tonificados y con una altura que sobrepasaba a la del japonés promedio.  Así era Itachi, el hermano mayor de Sasuke, su dulce y amable vecino. Dueño de sus sueños húmedos y su ahora inexistente virginidad, siempre jugando el mismo juego en verano, esperando que de un momento a otro Itachi se hartara de la situación y lo proclamara como suyo. ¿Tan difícil era que el adulto entendiera eso?, Naruto parecía haber leído bastante doujinshis y novelas ligeras, pero era joven y quería más acción en su ya aburrida y monótona vida.

 Pero nuevamente su “amante” en turno lo sacaba de sus cavilaciones, cuando escuchó la oración cerca de su oído.

-Naruto, dame el anillo-el rubio asintió, de su dedo anular y con gran facilidad se había zafado el anillo que ahora depositaba sobre la mano del azabache.- Es un anillo de compromiso como cualquier otro, ¿por qué te llama tanto la atención?-observó el objeto sobre su mano para luego meterlo en uno de sus bolsillos.

-Itachi es demasiado genial para ella-habló divertido el rubio intentando disimular sus celos. Sasuke suspiró sentándose sobre el alfeizar de la cama acariciando con suavidad del cuero cabelludo de Naruto-solo quería probármelo además no creo que a Itachi le moleste-sonrío con mofo mientras una perversa  mirada se posaba en  sus azules ojos-…tengo derecho, en cierto modo-

-El hecho de que le hayas entregado tu virginidad, no significa que se sienta amarrado o comprometido contigo a toda una vida-Naruto soltó un manotazo en la mano de Sasuke antes de levantarse de la cama realmente ofendido por la falta de tacto de su amigo. Sasuke sonrío serenamente antes de levantarse de la cama y abrir el pomo de la puerta.

-¿Él sabe que estás aquí?-preguntó el rubio con algo de orgullo sin voltear a ver directamente el rostro de Sasuke.

-Lo sabe-se sinceró Sasuke observando el cuerpo del menor temblar débilmente.-Desde hace dos veranos lo sabe,-prosiguió-no es como si fuéramos un niños, y supongo que cree que estas en la edad de las experiencias.-Miró a Naruto por el reflejo del espejo, ahí con la mirada pérdida hacia la ventana que daba a su hogar-Naruto, deja de hacerte más daño, él… no se va a convertir en un príncipe encantador dispuesto a protegerte-

Naruto apretó los dientes con fuerza antes de lanzarse a la cama y cubrirse con las cobijas.

-¿Naruto?-se acercó Sasuke a la cama con la intención de abrazarlo.

-¿Ahora qué Sasuke?-sonaba irritado. Las ganas por protegerlo en el azabache de pronto se habían esfumado.

-Nada-respondió. Giró sobre sus pies acercándose a la puerta  cerrándola de golpe.

Entonces Naruto quedó solo y se sintió miserable. También se sintió engañado y la vorágine de un montón de sentimientos le hizo explotar en un mar de lágrimas que ni el mismo podía hacerlas parar.

Apenas tenía dieciséis años e Itachi era el amor de su vida. El único y el mejor, sin él sentía que moriría y que no valía la pena seguir viviendo. No importaba lo miserable que Itachi había sido al no corresponder sus sentimientos, el lo esperaría como pasaban en los mangas shojo. Y tal vez Itachi recapacitaría y se daría cuenta que estaban destinados el uno al otro.

Y con ese pensamiento Naruto comenzó a quedarse dormido sobre la cama.

 

 

 

 

 

 

 

Cuando Sasuke llegó a su hogar dejo todo el equipo de Kendo en la sala familiar.

Observó a sus padres platicando animadamente con la prometida de Itachi y una divertida sonrisa se formó en su rostro cuando escuchó a su hermano gritarle desde el piso de arriba. Cortésmente saludo a los presentes subiendo a la habitación de su hermano que estaba volteada de cabeza.

Agitado Itachi parecía buscar algo debajo de la cama.

-Sasuke, el anillo que te enseñe ayer, ¿lo has visto?-Itachi estaba que perdía la cordura y ahí sentado en la silla del escritorio de su hermano comenzó a dar vueltas.

-Sí-sonrío.

-¿Dónde está?-

-En mi bolsillo-contestó cortante, Itachi paso su mano por su lacio cabello tratando de no perder la cordura, estiró su mano y Sasuke deposito el hermoso anillo de oro blanco con diamante de un quilate.

Itachi observó el anillo antes de meterlo en el bolsillo de su saco, camino hacia la puerta deteniéndose en la misma, Sasuke miraba hacia ningún punto en específico con la mente llena de ideas.

-¿en qué piensas?-preguntó recargándose sobre la pared. Esperando la respuesta de Sasuke.

-En Naruto-

Itachi solo soltó un bufido recordando lo detestable que podía llegar a ser su vecino.

-Es un crío, deberías ignorarlo-Itachi estaba a punto de salir de la habitación cuando las palabras de Sasuke le detuvieron.

-Cuando Naruto vio el anillo casi se puso a llorar, y fue en ese momento en que  decidí prestarle el anillo para que selo probará-sonrió con ironía-pero en cuánto se lo vi puesto comprendí muchas cosas. Como por ejemplo,-relamió sus labios-que si bien no creo entrar en cierto patrón de historias rosas, he llegado a amar a mi manera…-sonrió con honestidad parándose frente  a su hermano-…de tal manera que podría convertirme en uno de esos valientes caballeros y rescatar a una princesa-

-Ve al grano-enfatizó Itachi.

-Naruto vale más que una follada, que si bien aún es un producto en bruto en unos años se convertirá en un hermoso diamante-sonrió-estoy dispuesto a esperar lo que tú dejaste ir y darle el valor  que se merece. Así que no intervengas.- amenazó. Ambos, se miraron con una sonrisa fraternal.

Sasuke pasó a un lado de Itachi mientras este revolvía ligeramente sus cabellos a su paso, Sasuke se dirigió a su habitación observando a su vecino desde la ventana en el fregadero de la cocina.

Solo era cuestión de tiempo para que Itachi se casara y finalmente le rompiera el corazón al rubio, solo unos cuantos años más y Naruto lo miraría con el valor que él también  se merecía.

Solo cuestión de tiempo, nada más.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Un solo capítulo...

el final ustedes lo crean...

ya saben....

mi dilema de siempre Sasunaru e Itanaru

Aunque el final Itachi se me ha hehco algo HDP XD

en fin...

regalenme un RW :3


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