Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Del acoso al amor por Higary

[Reviews - 30]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holi hola, gente bonita!! Hoy les traigo este oneshot que tenía escrito desde hace algunos meses, la idea me la sugirió por Facebook Jennifer, ¡aquí lo tienes por fin! Dedicado a ti con todo mi cariño, jeje, y lo subí hoy… ¡en honor a Sasu-gruñón por su cumpleaños! XD (Sasu: Mentira, es porque preferiste no subir aún el fanfic largo ¬.¬) (Naru: Al menos no va a torturarte, teme, eso ya es ganancia o.o). Según las estadísticas de mi cuenta en Amor Yaoi, ¡¡este oneshot se convierte en mi fic número 60!! (Kyuu: Los lectores te han soportado bastante ¬¬0) Por tal motivo en Agosto les traeré mi siguiente comedia romántica (Naru: Sasunaru y saigaa de doce capítulos n.n), una historia especial ubicada entre Hacia nuestro futuro y Nuestro futuro (Sasu: Hasta el momento está planeada para seis capítulos) y la cuarta y última parte de Nuestra nueva vida (Kyuu: Será publicada en su blog y se centrará en Miku y Hayate). Vamos a festejar a lo grande los 6 años con esta cuenta ^o^ La próxima semana subiré la última parte de One night, mientras tanto les dejo este oneshot, como siempre recibiré sus comentarios con saludos, pedradas, golpes, felicitaciones, jitomatazos, flores, cebollazos, bombas, amenazas y demás. Ahora sí: ¡¡a leer!!

 

Disclaimer: Los personajes son propiedad del conocidísimo Kishimoto-sensei. La idea de este oneshot fue sugerida por Jennifer.

DEL ACOSO AL AMOR

 

Uzumaki Naruto, rubio de ojos azules y con diecisiete años, iba a comenzar el tercer y último año de preparatoria. Gracias a sus habilidades culinarias había obtenido un pase directo a la mejor escuela de Gastronomía de Japón. Libre de la presión de los exámenes de ingreso, sólo se preocuparía por aprobar sus materias, pero en general tendría un año divertido y tranquilo. O al menos eso es lo que él pensaba.

 

Faltaban diez minutos para que comenzaran las clases, de modo que cruzaba los jardines rumbo a su salón. Sin embargo se detuvo pues le llamó la atención ver a un joven recostado bajo la sombra de un árbol. Se le acercó para tocarle suavemente el hombro por si estaba dormido

-Oye, deberías levantarte.

El desconocido abrió los ojos, de color negro, y se puso de pie mientras observaba fijamente a Naruto. Éste también lo analizó con detenimiento: el joven era un poco más alto que él, de cabello azabache y piel blanca. Seguramente se trataba de un alumno de traslado.

-Hola –saludó el rubio-. Te desperté porque el timbre está por sonar, si vas tarde a clases el primer día te meterás en problemas. Creí que estabas dormido.

-Por eso viniste a levantarme.

-Sí –sonrió y dio media vuelta-. Tú también date prisa o ambos nos meteremos en problemas.

 

Los estudiantes primero se reunían en su salón para después ser guiados al gimnasio y escuchar el discurso de Bienvenida del Director Jiraiya. Naruto platicaba con sus amigos Nara Shikamaru e Inuzuka Kiba hasta que fueron callados por el profesor Umino Iruka.

-Pongan atención, chicos.

-Sí –contestaron los tres

-Ahora –habló el Director- escucharemos las palabras del alumno con la calificación más alta en el examen de ingreso: Uchiha Sasuke.

-Generalmente esos cerebritos son raros y feos –comentó Kiba-. Claro que podría ser un genio incomprendido como Shikamaru.

-Tsk, mejor ahórrate los comentarios –pidió el aludido

Sin embargo las palabras de Kiba quedaron totalmente desechadas cuando vieron delante del micrófono a Uchiha Sasuke. Las chicas comenzaron a gritar emocionadas ante el atractivo joven, mientras Naruto se sorprendió, pues era el mismo al que despertó en el jardín. Por su aspecto creyó que serían de la misma edad, por eso le impresionaba saber que era dos años más joven.

 

Las clases transcurrieron con total normalidad. Durante la hora del almuerzo, Naruto y sus amigos se encontraban comiendo en una banca del patio. Varios metros más allá podían ver a Sasuke rodeado de un grupo de chicas que intentaban conversar con él.

-Primer día y ya es uno de los chicos más populares y cotizados de aquí –dijo Kiba-. Eso es injusto, nosotros somos mayores y nunca antes nos ha perseguido una bola de admiradoras.

-Le tienes envidia a un chico más joven que tú –se burló Naruto quien seguía comiendo

-No sé qué rayos le ven las chicas.

-Puedes preguntárselo –dijo Shikamaru-, viene para acá.

-¿Eh?

Efectivamente, Uchiha Sasuke se había alejado de las ruidosas chicas y se detuvo delante de ellos, mirando a Naruto quien se sintió un poco incómodo.

-¿Se te ofrece algo? –preguntó Kiba con molestia

-Uzumaki Naruto –habló el moreno, ignorándolo-, alumno de tercer año nacido el diez de Octubre, rubio natural, con promedio regular de calificaciones pero te han dado un pase automático en una prestigiada escuela de Gastronomía debido a tus habilidades.

-S-Sí, ese soy yo –contestó desconcertado

-Uchiha Sasuke –le extendió una mano-, mucho gusto.

-Ah, claro, igualmente.

Le estrechó la mano, pero el menor lo apretó con fuerza sin querer soltarlo. La sonrisa de medio lado que le adornaba el rostro ponía nervioso a Naruto; aquél chico sí que era extraño.

-Sasuke-kun –llamó una de las admiradoras-, queremos seguir hablando contigo.

-Déjenme en paz –ordenó de manera fría-, no tengo el más mínimo interés en alguna de ustedes –cruzó sus ojos con los del rubio y le sonrió-. Ya elegí a quien será mi pareja.

Los presentes quedaron totalmente impactados ante semejante declaración, sobre todo Naruto. Sus mejillas se tornaron rojas tanto por la ira como por la vergüenza y de un manotazo se soltó de su agarre, encarándolo.

-Oye, idiota, quién rayos te crees para decir eso.

-Sólo estoy siendo sincero –con un rápido movimiento lo apresó de la cintura y con la mano libre lo sujetó del mentón-. Tú vas a ser mío, Naruto-senpai.

Dicho eso lo soltó y se alejó de ahí. El de ojos azules lucía estupefacto, sólo reaccionó cuando oyó los grititos de varias chicas.

-¡Qué sexy es Uchiha-kun!

-¡Lució tan galante y seductor!

-¡Le tengo mucha envidia, senpai!

-Vaya, Naruto –habló Kiba-, no tenía idea de que pudieras causar ese efecto.

-¡Cállate!

-Ese chico parece ir totalmente en serio contigo –intervino el Nara-. Mejor vete preparando.

-¡Ya no me molesten! ¡Y ustedes dejen de verme así! –gritó a las fans que sólo les faltaba tener corazones en los ojos

 

Los días siguientes se estableció una rutina a la que rápidamente se acostumbraron el resto de los alumnos: todas las mañanas Sasuke esperaba a Naruto a unas calles de la escuela para llegar juntos a clases (aunque más bien el rubio huía del moreno), en cada rato libre buscaba al Uzumaki para acosarlo, durante el almuerzo comía con él y sus amigos o a veces lo raptaba para que estuvieran a solas y a la salida siempre lo esperaba para que regresaran juntos a casa.

-Eres tan amado, Naruto.

-Deja de burlarte, Kiba.

-Ése chico es bastante terco –señaló el Nara-. ¿Realmente en ningún momento has pensado en salir con él?

-Claro que no, ¡es dos años menor que yo! ¿Qué?, ¿por qué me miran así?

-Porque parece preocuparte más ese detalle que el hecho de que ambos son chicos –contestó Kiba

-Bueno… soy de mente abierta –se defendió-. Yo creo que lo vital es si amas a la otra persona sin importar el sexo. Y –se sonrojó levemente-… admito que me halaga un poquito el que Sasuke exprese tan abiertamente sus sentimientos por mí.

-Hey, usuratonkachi –llamó a lo lejos cierto moreno-, te estaba buscando.

-¿Para qué?

-No necesito motivos para visitar a mi futuro novio.

-¡Deja de llamarme así, teme!

-Mejor deja de ser tan terco, dobe –sonrió de medio lado-. Aunque me gusta que te resistas.

Shikamaru y Kiba presenciaban la escena; intercambiaron miradas y suspiraron al mismo tiempo.

-Lo estamos perdiendo –dijo el segundo

-Parece que sólo será cuestión de tiempo –añadió su amigo

 

Al término de las clases, Naruto se encontraba perdiendo el tiempo en la biblioteca. Creyó que escondiéndose ahí (un lugar que rara vez frecuentaba) despistaría a Sasuke, pero parecía que el Uchiha le había instalado un rastreador pues siempre lo encontraba. Siendo francos, con lo acosador que era el moreno, no dudaba que sí hubiese hecho algo semejante.

-Estoy seguro que podrías andar por ahí con muchas chicas en lugar de aquí conmigo, teme.

-Quizá, pero te prefiero a ti, usuratonkachi.

Ese tipo de comentarios eran los que desconcertaban y detenían al rubio de alejarlo a patadas. Eso y que seguro lo expulsarían de la escuela si golpeaba a un estudiante de grado inferior y que para el colmo era uno de los más brillantes.

-Oye, Sasuke, quiero hablar seriamente contigo.

-¿Finalmente me darás el sí? –sonrió con presunción- Ya era hora porque creo que los profesores comienzan a preocuparse por mi fama de acosador.

-Te lo merecerías porque lo eres, pero no, no me refería a eso –lo miró a los ojos-. ¿Cómo puedes estar tan convencido de que te gusto? No dudas mostrarlo a los cuatro vientos y eso que no pareces el tipo de persona que se comportaría así.

-No lo soy, por lo general me comporto de manera más fría y reservada. Todo comenzó cuando te conocí.

-¿Eh?

-Esa mañana cuando te acercaste a despertarme fue… inolvidable. No pude apartar el recuerdo de tus ojos ni tu sonrisa de mi cabeza. Te vi mientras daba mi discurso en la ceremonia de bienvenida y al saber que eras alumno de tercero fue más fácil obtener información sobre ti –puso expresión pensativa-. Sí… podrías decir que fue amor a primera vista.

Naruto trató de evitar sonrojarse, pues no esperaba una respuesta tan sincera y abierta. Se suponía que él era conocido por su carácter alegre y espontáneo, pero dudaba seriamente poder expresar sus sentimientos con la misma franqueza que Sasuke.

-¿Ahora sí estás listo para aceptar salir conmigo?

-No tan rápido, mocoso. Esto y eso son cosas distintas.

-No me llames mocoso –arrugó el ceño

-Pues lo siento, pero te recuerdo que eres más joven que yo por dos años, además pronto me graduaré y me iré a la universidad.

-Siempre puedo sabotear tus planes.

-Ni siquiera lo intentes, teme –advirtió

-Cálmate, no haría algo así… todavía –sonrió de medio lado-. Sigo confiando en mis propias habilidades para romper tu obstinación.

-Si de obstinación hablamos, serías el rey.

-Gracias, me gusta recibir tus cumplidos.

 

Los días se convirtieron en semanas y las semanas en meses. Con el paso del tiempo la relación entre los dos era más amena, se volvieron buenos amigos. Claro, sólo en la mente de Naruto, pues Sasuke seguía insistiendo en que debían ser algo más y tener otro tipo de relación.

 

Cierto sábado por la noche, Sasuke lo invitó a un concierto de su banda favorita, pues sabía que el rubio tenía muchas ganas de ir. Al inicio Naruto estaba algo renuente, pero se recordó que a pesar de la peculiar situación en la que vivían, el Uchiha era su amigo, de modo que accedió a ir con él.

 

Al finalizar el concierto ambos caminaban por las calles rumbo a la estación del metro. Iban comentando sobre las canciones interpretadas por el grupo cuando de pronto Sasuke se detuvo.

-¿Qué pasa? –preguntó el ojiazul

-Fue bueno que aceptaras acompañarme.

-Ay, teme, somos amigos, ¿no?

-Tú sabes perfectamente cuáles son mis sentimientos por ti, Naruto.

Lo sujetó de la mano y se acercó a sus labios, sin embargo el Uzumaki alcanzó a girar la cara y un pequeño beso fue depositado en su mejilla. Cuando se atrevió a mirar a su acompañante, él no parecía molesto ni decepcionado, al contrario, lucía en el rostro esa cínica sonrisa que al rubio tanto le exasperaba.

-… Hay que irnos a casa, pronto –ordenó con bochorno el rubio

-Claro.

Naruto intentó soltarse de su mano, pero el otro no lo dejó. Iba a maldecir y renegar hasta que recordó la divertida noche que había pasado a su lado. Así que sólo por esta vez cedería a su capricho.

 

Al día siguiente Naruto se encontraba en la escuela dirigiéndose a la sala de profesores, ya que necesitaba unos documentos para los trámites de ingreso a la universidad. En un pasillo le frenaron el paso cuatro chicos bastante altos y musculosos. Quiso evitarlos a toda costa, sin embargo ellos le bloquearon el camino.

-¿Puedo ayudarlos en algo? –preguntó el ojiazul con falsa amabilidad

-Tal vez sí –contestó uno

-Ayer te miraron caminando muy agarradito de la mano de Uchiha –habló otro y se le acerco-. Dinos, ¿cuántas veces se han acostado ya?

-Váyanse al diablo y déjenme pasar.

-Es cierto que ese mocoso tiene su atractivo –un tipo más lo sujetó del brazo-, pero ¿no preferirías estar en la cama de un verdadero hombre, Uzumaki?

Sin poder contenerse Naruto le soltó un puñetazo al chico que lo sujetaba. De inmediato los otros lo rodearon y comenzaron a golpearlo. El rubio se defendía, pero sus esfuerzos se volvían nulos al ser cuatro contra uno. En medio del conflicto apareció un azabache que arremetió contra ellos.

-¡Sasuke! ¿Qué haces aquí?

-Deberías saber que siempre tengo mis ojos sobre ti, usuratonkachi.

Sus palabras se vieron calladas cuando uno de los sujetos le dio una patada en el estómago. Varios alumnos, atraídos por el ruido, comenzaron a llegar y veían la pelea. Kiba y Shikamaru casualmente pasaban por ahí y en cuanto vieron a su rubio amigo en medio de aquél alboroto, no dudaron en intervenir también.

-¡Basta! –gritó el profesor Iruka, quien venía en compañía de otro profesor de cabello gris- ¡¿Qué rayos pasa aquí?!

-Ellos comenzaron –dijo un chico, señalando a Sasuke

-¡Ustedes fueron los que primero atacaron a Naruto! –alegó éste, intentando lanzársele encima, por lo que Shikamaru tuvo que sujetarlo

-¡Todos a la oficina del Director, ahora!

-Vamos, ahí me encargaré de esos golpes –dijo el otro profesor

 

El Director Jiraiya escuchó primero la versión de los cuatro bravucones y luego la de los otros chicos. Al final iba a ordenar castigo para todos y la amenaza de una posible expulsión si volvían a causar problemas, pero Sasuke se paró frente a él y lo observó  a los ojos.

-Con todo respeto, Jiraiya-sensei, pero no sería justo que a nosotros también nos impusiera ese castigo. Yo vi cómo esos tipos atacaban a Naruto y por eso no dudé en meterme en la pelea, igual que Shikamaru y Kiba. Ellos lo hicieron por amistad, yo por mi fiel y devoto amor.

Todos observaron impresionados al joven ante semejante declaración; la cara de Naruto era un poema. El Director se puso de pie y, para sorpresa de los demás, le dio unas palmaditas en el hombro al Uchiha.

-Claro, amor juvenil. Lo comprendo, yo también viví esa maravillosa época –suspiró con aire soñador-. Eres un buen chico, Sasuke, de modo que tú y tus amigos quedan absueltos del castigo.

-¡¿Qué?! –gritaron los otros cuatro castigados

Mientras Jiraiya seguía perdido en los hermosos recuerdos de su juventud, Sasuke se cruzó con los ojos azules de Naruto y le sonrió de medio lado. Al rubio le tembló una ceja al comprender el por qué de esa expresión: todo ese conmovedor discurso fue para doblegar a Jiraiya.

-Maldito bastardo manipulador –susurró

 

Una vez arreglado eso, Hatake Kakashi, médico escolar y profesor de Biología, llevó a los cuatro jóvenes a la enfermería para terminar de examinarlos. Shikamaru y Kiba tenían unos pocos golpes, por lo que pudieron irse pronto. El más grave era Naruto, y como todavía no terminaban de revisarlo, Sasuke también seguía en ese lugar, esperándolo.

-Sí que te dieron una paliza, Naruto –decía el hombre, limpiándole las heridas del rostro

-Eran cuatro contra uno, Kakashi-sensei. Te apuesto a que en una pelea justa no me tocan ni un pelo.

-Claro –rió y miró al moreno que seguía ahí-. ¿Qué hay de ti, Sasuke?, ¿cómo te sientes?

-Estos golpecitos no son nada.

-Bien. Naruto, creo que lo mejor será que descanses un poco antes de volver a clases. Puedes quedarte también si quieres, Sasuke. Al fin y al cabo tu siguiente clase es conmigo.

-Pensaba hacerlo aún sin tu permiso.

-Mocoso malcriado –murmuró y carraspeó-. Como sea, si Naruto se llega a sentir mal, avísame de inmediato.

 

Una vez Kakashi se marchó, la habitación se sumió en un incómodo silencio. Naruto estaba recostado en una cama y estrujaba la sábana. Sasuke se sentó cerca de él, pero con la vista puesta sobre la ventana.

-¿Por qué no soy lo suficientemente bueno para ti? –preguntó de improviso

-¿Eh?

-He hecho muchas tonterías para llegar a gustarte, sin embargo mis esfuerzos no parecen estar dando los resultados que yo quisiera. Por eso me preguntaba qué me hace falta para merecer tu cariño.

-No se trata de eso, Sasuke.

-¿Entonces qué es?

-Piénsalo bien: en unos meses cumpliré dieciocho, seré un adulto y me iré a la universidad. En cambio tú tendrás dieciséis y seguirás siendo un estudiante de preparatoria.

-Son sólo dos años, usuratonkachi,

-Pero incluso dos años pueden hacer mucha diferencia, no sabes lo que pueda ocurrir en dos años.

-Tú tampoco lo sabes –bufó y se desordenó el cabello-. De acuerdo, ya comprendo. Dejaré de insistirte y esperaré esos dos años. Cuando tenga dieciocho y vaya a la universidad, definitivamente te atacaré en serio.

-¿Hasta ahora no has ido en serio, teme?

-Jamás te he metido mano, ¿cierto? –sonrió

Naruto lo miró con algo de temor, vaya que tenía por admirador a un bastardo acosador y ahora también pervertido. A pesar de eso no pudo evitar sonreír, ya que ese bastardo era capaz de pelearse con cuatro sujetos más grandes que él con tal de protegerlo.

 

La graduación llegó y cada uno de los egresados tomó su camino. Naruto se dirigía rumbo a la salida de la universidad con un tic en el ojo, pues ahí ya se encontraba Sasuke esperándolo como siempre. Traía puesto el uniforme de la preparatoria, pues en cuanto salía de ahí corría hasta el lugar donde el rubio estudiaba.

-Ah, dobe, ya era hora. Tengo hambre.

-Oye, ¿no habías dicho que esperarías los dos años?

-Sí –sonrió con soberbia-, pero nunca dije que dejaría de tener contacto contigo o que permitiría que algún insecto se te acercara, ¿verdad?

-… A veces realmente me das miedo, teme.

-Mejor vete acostumbrando, usuratonkachi.

Naruto negó con la cabeza y rió. La insistencia de ese mocoso acosador en algún momento había llegado a surtir efecto. El rubio no decía nada al respecto, pues quería esperar a que el Uchiha terminara la preparatoria. Casi podía apostar que el moreno se pondría bastante presumido cuando al fin se supiera correspondido, por eso también callaba. Todavía le quedaban dos años para divertirse de lo lindo molestando a Sasuke.

 

FIN

THE END

OWARI


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).