—¿Recuerdas cuándo hablamos por primera vez? — le preguntó a su pareja, teniéndolo abrazado en la cama
—Claro, jamás se me olvidará— contestó acariciándole la espalda
—Yo lo recuerdo como si fuera ayer— comentó luego de robarle un pequeño beso
—Yo también, amor— dijo sonriendo
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—Hola— saludó él un poco nervioso
—Hola— respondió Kai
—¿Cómo estás?— preguntó
—Más o menos ¿Y tú?— consultó también
—Más o menos también, pero ya pasará— contestó restándole importancia a sus problemas, no quería seguir pensando en eso
—¿Qué te pasó?— indagó Kai para alargar la conversación
—Estúpido corazón confundido —suspiró— duele un poco a veces— respondió
—Ya veo— contestó sin saber que decir
La conversación no duró mucho, pero algo había sido, más no se podía pedir si era la primera vez que intercambiaban más que un par de frases, pero luego de eso nació la confianza para seguir conversando un par de veces más>>
—Eres vengativo, a veces me das miedo— bromeó
—No lo soy— rió Kai
—Un poquito— debatió él apretando suavemente una de sus mejillas
—Pero nunca te he hecho daño— reconoció
—Eso sí, solo me haz asustado— le dio la razón
—Cómo la vez que te amarré— recordó
—Y tan tranquilo que te veías, se me pasaron tantas cosas por la mente cuando hiciste eso— contó
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—Ya llegamos, puedes bajar— recomendó
—No quiero hacerlo, se está cómodo en tu espalda— reconoció
—Está bien, no te quejes luego si te tiro al agua— dijo, y siguió caminando por la arena
Esa noche la luna estaba llena y se veía reflejada en el agua, ambos estaban pendientes de ella en absoluto silencio, siendo acompañados sólo por el ruido de las olas desvaneciéndose en la orilla. Luego de un rato él recordó lo que había dicho y se acercó peligrosamente a la orilla…
—¿Qué pretendes?— preguntó aferrándose más a su cuello
—Nada~— canturreó metiéndose un poco al agua
—No pensarás tirarme al agua ¿No?— preguntó
—No— respondió
—No eres capaz de hacerlo— lo desafió tratando de ocupar psicología inversa
—Dije que lo haría— respondió
Y sin más, como pudo lo tiró al agua, logrando que Kai chapoteara un poco por la sorpresa, pero luego de escucharlo reír se relajo, aunque el rostro del mayor mostraba en poco de malicia, al menos eso notó antes de ser salpicado de agua…
—Nunca me subestimes, Kai— le dijo
—Ahora lo sé, pero no creas que esto quedará así, me vengaré— advirtió
—¿Qué me harás?— preguntó
—De ahí veré, ahora quiero nadar— respondió
Kai se hundió poco más en el agua y empezó a nadar bajo la mirada de él. Una vez que él vio no conseguir nada con quedarse en el agua esperando, se fue a sentar en la arena para verlo desde allí, no sabía nadar, era un inútil, sólo se armó de paciencia y esperó bajo la luna a que Kai se dignara salir del agua…
—Tengo frío— anunció tiritando notablemente
—¿Quién te manda a nadar con ropa?— se burló
—¡Tú me tiraste al agua!— se quejó
—Fue una broma, no lo volveré hacer— respondió abrazándolo
—Eso espero— dijo abrazándolo más fuerte
Pero tal cómo había dicho, se vengaría de su amigo por haberlo tirado al agua y una tarde al estar en la puerta de su casa algo se le vino a la mente y arrastró a su acompañante dentro…
—¿Tienes algo que hacer?— preguntó Kai
—No, nada— respondió estando un poco despistado
—Entonces acompáñame— dictaminó arrastrándolo de un brazo
Lo llevó hasta la última habitación de la casa, estaba deshabitada, sólo había un par de cosas en el suelo, entre ellas una cuerda y también una silla. Sin esperar a que él reaccionara lo sentó y lo ató rápidamente de manos y pies a la silla, viendo como la cara de susto de su amigo se hacia presente y como cambiaba también del susto a la vergüenza al verlo tan cerca de su rostro…
—¿Q- Qué me harás?— preguntó aterrado
—No lo sé, ¿Qué se te ocurre a ti?— preguntó de vuelta
—No lo sé, estás vengándote por lo del otro día ¿Verdad?— siguió preguntando
—Asintió— Te dije que lo haría— respondió ocupando las mismas palabras que había ocupado él anteriormente
—Tengo miedo— reconoció
—No tenga miedo, “Papi”, no le haré nada malo— dijo empleando el apodo por el que todos lo llamaban
No le gustaba que Kai le dijera “Papi” sus más cercanos solían decirle así por su instinto sobre protector y paternal, pero el punto era que no le gustaba que él lo nombre así, cualquiera, menos Kai, y tenia sus razones…>>
—Jamás pensé que terminarías confesándote— dijo Kai
—Estaba nervioso, mi corazón me traicionó— respondió avergonzándose un poco
—Te veías lindo nervioso y sonrojado— lo molestó
—No digas eso, me da vergüenza recordar ese día— reconoció
—Pero ¿Por qué, Papi?, Si es uno de los recuerdos más lindos que tengo de usted— dijo
—No me digas “Papi”, hace tiempo no me decías así— se quejó
—Lo sé, mi amor, pero a mi me gusta decirte así— confesó Kai
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—¿Por qué no quieres que te diga “Papi”?— interrogó
—Porque no— respondió más tajante de lo que quería
—Esa no es una razón, dime— dijo tomando su rostro entre sus manos
—Tengo traumas con esa palabra— reconoció
—¿Por qué?— curioseó
—Por algo— no quería decirlo
—Cuénteme, “Papi”, confíe en su hijo— pidió entre serio y burlón
—¡Qué no me digas así! No quiero que tú me digas así, Kai, no quiero— dejó claro
—Pero déme una razón para no hacerlo, “Papi”, cuénteme su trauma— siguió insistiendo
—Qué no, no quiero y ocuparé mi derecho a guardar silencio— anunció
—Nadie dijo que tenia derecho a guardar silencio— dijo
—…— no habló
—¿Acaso tu trama tiene que ver conmigo?— preguntó de pronto
—N- no— dijo a penas
—¡Mentira! Dime ¿Por qué?— exigió acercándose más a él
—¡Porqué me gustas! Maldición, me gustas, Kai, por eso no quiero que me digas “Papi”, así me dicen a quiénes quiero como hijos y a ti no te quiero de esa forma, ¡Tú me gustas!— se exaltó, sus nervios lo habían traicionado
—Así que es por eso— contestó
Luego de eso lo soltó dejándolo libre, su pequeña venganza se le había ido de las manos, nunca pensó que él se confesaría de ese modo, ¿No que le gustaba otro? Al menos eso decía. No le gustaba el acelerado ritmo de su corazón, no sabía bien a que se debía, pero ahí estaba de pie frente a su amigo, sin la sonrisa que tanto lo caracterizaba y con unas ganas enormes de besarlo…
—Bueno, ya lo dije, espero estés contento— comenzó a hablar su amigo
—¿Y la persona qué te gusta? Por quién tanto sufriste en mis brazos, ¿Qué paso con él?— preguntó
—Era solo una excusa, Kai, sólo quería tenerte cerca— confesó
—…— no supo que decir ante ello
—Siempre me has gustado, aun cuando ambos teníamos novios— se sinceró
—¿Y qué paso con tu ex?— interrogó
—Mi ex —rió melancólico— Se fue cuando le dije que no lo amaba— respondió
—Eso es cruel— dijo
—No es cruel, más cruel hubiese sido seguir con él, mintiéndole mientras te amo a ti— debatió
—Pero...— las ideas se le iban
—Nada de peros, Kai, esa es la verdad, tú eres quién me gusta, tú eres la persona que amo— volvió a decir
Se quedaron en silencio largo rato, sin poder mirarse a la cara, aun teniéndose en frente, su visión vagaba por esa habitación de un extremo a otro sin saber donde posarse, tampoco teniendo claro que hacer o que decir…
—Tengo ganas de hacer algo— dijo Kai de pronto
—¿Qué cosa sería?— preguntó él
—Esto— fue la palabra que escuchó
De pronto sintió su cuello ser rodeado por los brazos de Kai, y en antes de que pudiera procesar se estaban besando, un beso suave, con calma, pero lleno de tanta mezcla de sentimientos. A él nunca un beso le supo tan dulce como ese y era nada más porque se lo estaba dando la persona a la que de verdad amaba…
—Estoy un poco confundido— confesó Kai tras despegarse de los labios de su amigo
—Entiendo— contestó él
—…— no tenia nada más que decir
—Yo me encargaré de conquistarte, Kai, disiparé tus dudas, lo prometo— dijo decidido
Luego de eso, las cosas ya no fueron igual, no eran incomodas, pero tampoco eran como antes y él dio todo su esfuerzo para lograr sacar las dudas del corazón y la mente de Kai…>>
—Tu esfuerzo funcionó, amor— habló Kai
—Tenía miedo de no llegar a conquistarte— reconoció él
—Pero lo lograste— dijo
—¿Y cómo?— interrogó
—Siendo como eres, con tus paseos, tus palabras, simplemente siendo tú— indicó
—Yo te amaba desde antes de hablarte y sufrí bastante cuando supe que tenias novio— contó
—¿Tanto me amabas?— preguntó sorprendido
—Te amaba mucho, ya en ese entonces, mi mundo se me vino a los pies cuando supe que estabas saliendo con alguien más, aun así deseaba que fueras feliz aunque no sea conmigo. Pero de todos modos quise matar a tu ex cuando terminaron— relató
—Sufrí mucho por eso, pero dejé de hacerlo cuando me comenzaste a hablar— reconoció
—Siempre te vi por ahí y me daba no sé qué acercarme, pensaba: “Él debe estar sufriendo, mejor no lo molesto ¿De qué le servirán mis payasadas? En una de esas ni me tomará en cuenta” y solito me deprimía— contó
—Nunca fuiste molestia para mi, de hecho la noche en que hablamos por primera vez estaba realmente triste, pero conversar contigo me distrajo— se sinceró
—…— se quedó callado un momento
—¿Qué te pasó, amor?— le preguntó Kai
—Recordaba la forma en que me declaré— dijo
<<Él estaba esa noche con sus amigos de siempre, y entre sus locuras a alguien se le ocurrió rememorar un jueguito que había funcionado semanas atrás con otro integrante del grupito…
—Si juntamos cien mil pesos en un par de horas, tendrás que confesarte— dijo uno de sus amigos
—¿Yo?— se indicó, no quiero hacerlo
—No seas cobarde— le dijo otro de sus amigos
—No creo que me acepte ¿Qué tal si no lo hace? Me muero de vergüenza— añadió
—No te rechazará— le dijeron
—Está bien, pero si me rechaza deberán cargar con mis penas— condicionó
—Ok, lo haremos, ahogaremos tus penas en alcohol— dijo uno
—Aunque dudo que Kai te rechace— indicó el otro
Entonces con guitarra en mano fueron a la plaza de la cuidad y comenzaron a hacer show entre sus dos amigos. Esa era la regla, quién se debía confesar no participaba, y él recordaba como hace un par de semanas él mismo había estado bailando y cantando para conseguir dinero y su amigo se declarara…
—Así qué esta vez es para ti la colecta— le dijo el ex de Kai
—Exacto, por eso no les ayudes, tengo miedo que me rechacen— admitió
—Lo siento, pero yo quiero ver eso— dijo el chico y se paró a dejar una buena cantidad de dinero para la causa
No era que se llevara excelente con el ex de Kai, pero le hablaba de vez en cuando y ahí estaba esa persona también, ayudando en el show, todo con tal de verlo confesarse. El tiempo pasaba rápido y la gente se amontonaba a ver los cantos y bailes de sus amigos, lo peor de todo era que todos dejaban dinero, iba perdiendo su fe en no alcanzar la meta…
—Ya, ahora a contar se ha dicho— dijo su amigo más alto
—Ojala no hayan juntado la cantidad— dijo
—Lo hicimos, si que anda preparando tu declaración— respondió con seguridad su otro amigo
Él sólo se limitó a ver, de a poco los rumos de monedas y billetes iban quedando en filas de cantidades iguales. Ya nada le quedaba por hacer más que confesarse, se había reunido la cantidad y la habían superado. Por lo que al ver que ya estaba la cantidad, tomó su parte y la guardo...
—bien, lo haré, ya saben donde dirigirse ¿No?— preguntó
—Lo sabemos, ve tranquilo— contestó el más alto
—Éxito— gritó el otro de sus amigos
No era bueno con las acciones y tampoco tenía la certeza de que Kai estuviera en casa, asi que haciendo uso de toda su habilidad hizo lo que mejor se le daba. Corrió a su casa a escribir, se demoró un tanto buscando las palabras adecuadas hasta que lo consiguió, luego de eso imprimió dos copias de esa carta, guardó una en un sobre y la otra la dobló guardándola en su bolsillo, al volver con sus amigos estaba también allí el ex de Kai…
—¿Ya lo hiciste?— le preguntaron
—No, tengo miedo— reconoció
—Tú no eres así, te desconozco— le dijo alguien por ahí
—Pero no está en casa, ya fui a ver, mejor lo hago cuando esté— trató de tranzar
—Ni se te ocurra, debes hacerlo hoy, yo sé que tienes una carta bajo la manga, literalmente— bromeó uno de sus amigos
—Pero acompáñenme a dejarla— pidió
Entonces toda la tropa fue con él, incluido aquel personaje que había estado ligado a la vida de quién él amaba, en el camino tomó valor y corrió delante de ellos adelantándose a la casa de Kai, miró el sobre en sus manos y luego lo dejó bajo la puerta…
—¿Te gusta Kai?— le preguntó el ex
—Si, ¿algún problema?— preguntó a la defensiva
—No, tú solo cuida de él, les deseo lo mejor— respondió
—¿Por qué serás tan cursi?— lo molestó uno de sus amigos
—Así soy yo, no puedo evitarlo— contestó él
Luego de todo eso se fueron entrando de a poco, era tarde y debían dormir, ya después sabrían la respuesta, pero antes de cualquier cosa les pasó la copia de la carta para que la vieran, la carta decía lo siguiente…
“¡Hola!
Siempre te he dicho que hablo demasiado y puras incoherencias, pero ésta vez quiero ocupar esas palabras de otra forma y con seriedad para decirte dos cosas…
De esas dos hay una que sabes de sobra, me gustas te lo dije y te lo he repetido varias veces, me pareces una persona linda en todo aspecto y aunque en un principio me daba cosa hablar contigo por la seriedad con que me tratabas de a poco me fui dando cuenta que bajo esa actitud había una persona tierna, cariñosa y calida que me conquistó aun más. Me daba nervios conversar contigo, sentía que en cualquier momento mi corazón se salía del pecho sin poder tener yo un control sobre el, me sentía vulnerable en tu presencia aun más cuando no sabías que te amaba, pero ahora lo sabes y me encargaré día a día seguir demostrándotelo…
Lo otro que quiero decirte o mas bien pedirte, es una oportunidad, sé que a lo mejor es repentino y un tanto acelerado pero mi arrebatado corazón quiere intentar hacerte feliz, cómo tú lo haces conmigo con esos pequeños detalles que me encantan de ti.
Por eso te pregunto… ¿Quieres ser mi novio?
Tengo miedo que esto te espante de mi lado, y estoy dispuesto a soportarlo, sé que por tonto y acelerado me pasaría, pero bueno así soy yo y no creo que cambie. Sea cual sea tu decisión te seguiré amando, y si tu felicidad no está en mis manos intentaré ser feliz aunque no estés a mi lado, porque me gusta ver esa sonrisa tuya aunque no sea yo la persona para quién va dirigida…
Te Ama, “Tu Papi”>>
—Tu carta —suspiró— fue tan lindo leerla— contó
—¿En serio?— preguntó
—Si, amor, fue lindo de tu parte, lástima que nunca pude responderte— dijo triste Kai, al recordar lo que pasó después
—Mi hermano— nombró arrastrando las palabras
—Tu hermano fue una gran persona— dijo
—Lo sé, y ya no le guardo rencor, pero me dolió verte con él— reconoció
—Pero eso ya fue, yo siempre te amé a ti— trato de calmarlo un poco
—Me siento responsable de su muerte, siempre supe que si lo dejabas él se mataría— dijo con los ojos llenos de lágrimas
—Tú no lo mataste, amor, no llores— contestó limpiando sus lágrimas
—No debí haber vuelto, Kai, debí dejar que me olvides y rehacer mi vida, debí dejarte ser feliz con mi hermano— habló sin poder detener las lágrimas
—¿Y dejar qué lo nuestro nunca sucediera?, Yo te amo a ti, hayas vuelto o no, no quería seguir mintiéndole, nunca pude olvidarte— reconoció
<<Después de dejarle esa carta a Kai, él tuvo que irse, no quería pero razones de fuerza mayor lo hicieron abandonar todo. Se fue con el corazón hecho trizas prometiendo volver un día…
Mientras él estaba lejos, su hermano volvió del extranjero, se enteró porque éste lo llamo por teléfono un día, se había alegrado con la noticia, pero pronto se le borró la sonrisa al escuchar a su hermano decir que se había enamorado de alguien, y ese alguien era Kai…
Su mundo se vino abajo de nuevo, su hermano estaba enamorado de Kai, ¿Y cómo no estarlo? Si Kai era una persona tan cautivante y sincera. No fue capaz de decirle “No lo toques, ese hombre es mío” no tenía derecho, pues nunca recibió un sí de su parte y lo tenia claro. Debía dejarlo ir de nuevo, su corazón dolía demasiado y no podía evitar odiar a su hermano cada vez que éste lo llamaba diciendo lo bien que le iba en su relación…
Por su parte Kai lloró cuando supo que él se había ido, ni cuando había terminado con su ex había llorado tanto y encontró refugio en los brazos del hermano de quién amaba. Se aferró a él sabiendo que no eran la misma persona, pero se conformaba con saber que corría la misma sangre por sus venas…
Le dio la oportunidad que le pidió, no pudo negarse, algo tenia el hermano que le hacia recordar a quién en verdad amaba, he intentó olvidarlo, intentó borrar su recuerdo, pero su nueva pareja se lo recordaba constantemente, después de todo eran hermanos, era inevitable…
Pasó tiempo y esa relación no se acababa, se hacia cada vez más sólida, hasta habían tenido una hija juntos ¿Cómo sucedió? Nunca les dieron una explicación médica detallada, pero Kai había logrado engendrar, aun así no había cimientos de amor mutuo en esa pareja, tarde o temprano se terminaría por desmoronar, eso era seguro…
Fuera de todo pronostico él volvió, pero no a su casa, no era masoquista para hacerlo sabiendo que ahí vivía su hermano y la persona que él aun amaba viviendo como pareja feliz hasta con una hija de por medio, se dio por vencido y rehizo su vida o al menos eso intentó…
Viendo a lo lejos cómo Kai era feliz él se concentró en sus deberes, se refugió en sus amigos de siempre y adoptó un niño, el niño era extranjero tenia dos años y se llama Sebastián. Se concentró en su nueva vida con su hijo, hasta que el amor volvió a tocar su puerta, no estaba del todo convencido con su relación, pero daba su mayor esfuerzo en hacer feliz a su novio…
Pero estuvo poco tiempo con él y terminó siendo un cretino, abandonándolo sin dar explicación alguna, no se lo merecía pero ya lo había hecho, no había vuelta atrás, no quería seguir engañándolo ni engañándose en una relación que no tenía futuro. El dueño de su corazón seguía siendo Kai…>>
—Cuando vi que tenías una relación con él tuve celos— dijo Kai aferrándose a su pecho
—¿Por qué?— preguntó
—Porque seguía amándote— contestó
—¿Aun cuando estabas con mi hermano?— consultó
—Nunca dejé de amarte, nunca— respondió
—Y yo nunca amé al que fue mi novio, pero al verte tan feliz con mi hermano no quise molestarte, se veían tan felices juntos— dijo con tristeza
—No pensemos en eso, ya paso— pidió
—Eso no quita la muerte de mi hermano— respondió aun más triste
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Al día siguiente fue a la que era su casa y allí estaba el cuerpo inerte de su hermano, en un cajón cerrado, allí también estaban sus padres, sus amigos y Kai, a él lo ignoró y se dedicó a consolar a sus padres, él igual estaba triste, había sido su hermano, aunque en un pasado no tan lejano le haya guardado rencor…
Días después entre las cosas de su hermano encontró una carta, la cual no tenia destinatario, y al leerla no pudo evitar sentirse culpable, su hermano se había matado por querer verlo feliz…
“Entre las cosas del que haya sido mi compañero de vida encontré una carta, se notaba era de un viejo amor, un amor que ahora sé él no pudo nunca olvidar.
¿Cómo nunca me di cuenta de tus sollozos cuando te llamaba, hermanito? ¿Por qué nunca me di cuenta que tú sufrías por mi culpa? ¿Por qué nunca me di cuenta que Kai no me amó? Tengo tantas preguntas ahora mismo…
Y ahora que lo pienso no me extraña que Kai haya llorado tantas veces por la noche “sin razón alguna” entiendo en estos momentos que esa razón era mi hermanito, y me siento inútil, me siento egoísta, soy un impedimento para que las dos personas que más valoro en la vida sean felices, pero ya no, me haré a un lado para que ya nadie sufra, para que nadie llore, para que esa historia siga el curso que siempre debió tener… yo me voy de este mundo para que Kai y mi hermano sean felices”
Después de leer esas palabras se sintió horrible, su hermano ya no estaba en este mundo y era su culpa, “Nunca debí volver”, “Debí dejar que ellos sean felices”, “Tendría que haber olvidado a Kai”, tantas cosas pasaban por su mente una tras otra, y se encerró en su mundo tratando de buscar una solución, pero ya nada podía hacer, solo seguir…
—Papi— una pequeña manito acarició su frente
—Sebita— dijo sorprendido de ver a su hijo frente suyo, hasta de él se había olvidado
—No llores, papito— le dijo el peque
—Lo intentaré— respondió limpiándose las lágrimas
—¿Si te doy besito ya no llorarás?— preguntó Seba
—Hijo— le dijo y de pronto sintió un casto beso en los labios por parte de su niño
—Te quiero, papi— declaró el niño y lo abrazó
Esa noche pudo conciliar el sueño en paz con su hijo entre sus brazos, por él pequeño Sebastián se decidió seguir adelante, él seria su fortaleza, quería ser feliz por fin con la pequeña familia que conformaba con su niño>>
—Amor— lo llamó
—Dime— respondió
—Te amo— dijo
—Yo también te amo, Kai— contestó
—¿Estarás siempre conmigo?— preguntó
—Siempre, amor— dijo
—No tengo sueño— soltó entre risas
—Ya me di cuenta, ¿Quieres seguir hablando?— consultó
—Sip, se me vienen tantas cosas a la mente estando así contigo— habló acariciando su abdomen desnudo
—¿Cómo qué cosas? Por ejemplo— preguntó
—Cuando volvimos a encontrarnos y a conversar— respondió hundiendo su rostro en el cuello de su pareja
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—Margarito— le dijo e igual entendió
—¿Por qué Margarito?— preguntó riéndose
—Por ese hoyuelo que tienes en la mejilla —dijo poniendo su dedo en el lugar— se le dicen Margaritas ¿Sabias?— contó
—Tú y tus ocurrencias— rió
—¿Cómo estás, Kai?— preguntó
—Bien, ¿y tú?— respondió
—Bien también— contestó
No era como empezar de nuevo, estaban las ansias acumuladas tras tiempo distanciados y amenazaban con mandar la formalidad al demonio y lanzarse a besar los labios ajenos, aun así se controlaron bastante y sólo se abrazaron, envolviéndose en un mar de recuerdos del remoto pasado. Se habían echado tanto de menos…
—Es tarde— anunció él mirando su reloj
—Bastante— contestó sin querer soltarlo
—Debo irme— dijo
—Bueno, ve— lo soltó un poco desganado
—Me alegro de haberte visto, Kai— confesó
—A mi también me alegró verte— contestó
—Me voy, cuídate— dijo
—Lo haré— respondió
—Te amo, Kai —le robó un beso— Nos vemos— luego se fue corriendo
—…Nos vemos— le respondió al aire sin poder dejar de sonreír
Ya no era tan tímido cómo antes, le había robado un beso y eso puso feliz a Kai, a parte de haberle dicho que lo amaba. Ambos se amaban aún, nunca habían dejado de hacerlo, cada quién tenía una pequeña familia, pero a ambos le faltaba algo, y eso era consolidar el amor que se les fue negado en el pasado>>
—Deja mi cuello— reclamó removiéndose un poco
—Me gusta morderte— reconoció Kai
—Lo sé, pero me tientas— alegó
—Lo tengo claro— dijo
—¿Entonces?— preguntó
—Amor, tengo ganas— contestó susurrando en su oído
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—Kai, no muerdas— pidió
—¿Por qué no?— preguntó insistiendo
—Porque no— respondió
—No seas malito, dime ¿Si?— insistió haciendo un puchero
—Me chantajeas, eres malito conmigo— alegó
—No soy malito, soy curioso— se defendió y siguió mordiendo
—Kai…— lo llamó
—¿Qué?— lo miró
—Me estás calentando con tus mordidas— reveló
—No me digas— dijo sarcásticamente
—¿Por qué respondes así?— preguntó
—No es cómo que no sintiera, te tengo abrazado ¿Te habías dado cuenta de eso?— dijo burlón
—Deja de morderme entonces— pidió introduciendo sus manos bajo la ropa de Kai
—Un momento, galán, no pienso hacerlo en la playa, menos si no somos nada— alegó
—Pero yo te amo— hizo un puchero
—Y yo también te amo, sino no te mordería, ni te besaría, ni nada— contestó sonriendo
Le habían calentado la sopa sin querer y tuvo que aguantarse las ganas, era verdad que no eran nada, pero ante su calentura prefirió seguir paseando y tratando de concentrarse en algo más, mientras andaba tomado de la mano de Kai a la orilla de la playa. La agüita fría igual le servía un poco…
—Oye, mordelón— lo llamó
—No soy mordelón— se defendió Kai
—Cómo digas… Tengo algo que decirte— anunció
—Dime— dijo deteniendo el paso
—¿Quieres ser mi novio?— preguntó de pronto
—¡Si!, Si quiero —lo abrazó— Te amo tanto— declaró
—También te amo, mordelón— contestó correspondiendo el abrazo
De ese modo se habían echo novios por fin, luego de tanto tiempo, en su lugar favorito, aquel mismo que fue testigo de tantas cosas en el pasado, aquel lugar que ahora era su refugio y su medio de escape de todos los problema>>
—Por favor— insistía Kai
—No, los niños duermen— trató de sonar firme
—Yo sé que quieres, no te resistas, amor— dijo recorriendo su torso con los dedos
—Mejor iré a ver cómo duermen los niños— contestó tratando de arrancar de la tentación
—¡Oye!— chilló yéndose tras él
Caminó primero hacia el cuarto de Sebastián, su pequeño estaba tan grande ya, todo un señorito cómo le decía él, tan atento y despierto. Luego fue al cuarto de Shizu, seguido de Kai que andaba chillando indignado tras él porque lo ignoraba. Shizune, la hija de su hermano y Kai, era una pequeña, amorosa y parecida a su fallecido padre, sólo que con el carisma de su pareja. Y Hikaru, el último y más pequeño integrante de esa pequeña familia, fue concebido por casualidad, pero no se arrepentía, ese niño iluminó su vida cuando estaba resignado a no poder tener hijos propios con Kai. Se quedó mirándolo por largorato, hasta que sintió unos brazos rodearlo y un mentón posarse en su hombro…
—Nuestro peque duerme cómo angelito— dijo Kai susurrando en su oído
—Él sólo asintió—
—Se parece a ti— le dijo Kai mientras tocaba la cicatriz en su abdomen
—Me hace cosquillas esa cicatriz— dijo retorciéndose un poco entre los brazos de Kai
—La mía igual da cosquillas de vez en cuando, sobre todo cuando la acaricias— dijo divertido sintiendo como poco a poco su pareja cedía
—Los niños están bien— fue lo que se le ocurrió decir
—Lo sé, amor, volvamos a la camita, hace frío— contestó abrazándolo más fuerte
Se fueron una vez más a la cama, caminando sin prisa abrazados, Kai mordiéndolo y él rindiéndose ante su insistencia, no era que no quería, pero se le antojaba cambiar de rol, pero ya Kai le había dejado claro varias veces que no le interesaba ser el seme, que estaba bien en su rol pasivo, y que la única excepción fue esa vez en que por casualidad Hikaru fue concebido, porqué, si, ese bebé lo había parido él…
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—Amor, llegué, abre los ojitos— pidió
—Kai… me duele— dijo con los ojos llenos de lágrimas
—Lo sé, amor, las contracciones duelen, pero ya pasarán ¿Si?— trató de calmarlo
—Él asintió y se sentó en el sofá—
—¿Son muy seguidas?— interrogó
—No tanto ¿Después serán más seguidas?— preguntó alarmado
—Si, amor, por eso debemos ir a que te ingresen ahora— dijo
—Tengo miedo, no me dejes solito— pidió
—No lo haré, estaré contigo en todo momento— contestó
Ya era hora de que él tuviera a su hijo, había sido un lindo embarazo, inesperado por parte de ambos, pero no por eso la experiencia se hizo menos hermosa. Él había recuperado su alegría al enterarse, ya que desde adolescente le habían dicho que nunca podría tener hijos. Pero ahí estaban ambos rumbo a la clínica listos y dispuestos para que ese bebé suyo naciera sano…
Mientras tanto, Shizune y Sebastián se quedaron en casa del abuelo esperando noticias sobre el parto de Hikaru, estando pendiente, sobre todo el mayor de los hermanitos, pegado al teléfono y a la puerta recorriendo la casa con sus pequeños piecitos sin descanso…
—Cabezón, me vas a gastar la cerámica— le dijo su abuelo
—Tata, ¿Y Hikaru?— preguntó
—Debe estar naciendo ahora— contestó
—Ya quiero que venga— dijo ansioso
—Ven aquí, peque— pidió el abuelo estirando sus brazos
—Seba corrió y se tiro encima abrazándolo—
—Sebita, ¿Vamos a servirnos helado?— propuso para distraerlo
—¡Ya!— respondió emocionado
En la clínica las cosas iban bien, luego de la inyección que le pusieron ya no sintió dolor y a Kai lo dejaron estar con él y también a entrar al parto, ambos estaban nerviosos, pero todo había salido bien, Hikaru había nacido sano, dejando a sus padres tranquilos y felices con la noticia. Ya más a la noche llamaron al abuelo dándole la novedad, pero Sebita ya estaba durmiendo cómo para avisarle que su hermanito había nacido>>
—Estoy cansado— se quejó Kai, aun intentando regular su respiración. Había conseguido su propósito
—Yo también— respondió él
—Hagamos tutito, amor— propuso
—Hasta que te dio sueño— dijo entre risas su pareja
—¡Shh! No hagas ruidos— lo hizo callar
—No exageres, si no se despertaron con tus gemidos no lo harán con mi risa— se defendió
—¡Cállate!— chilló avergonzado
—Duérmete— exigió
—Acurrúcame— pidió
Lo abrazó y lo besó hasta que ya no le correspondieron. Kai se había quedado dormido entre sus brazos, respirando tranquilamente, con su cuerpo desnudo pegado al suyo y una sonrisa en los labios. Vio en la mesita de noche “4:30 AM” si que se les había pasado la hora rápido, a los momentos después se estiró y apagó la luz de la lámpara, acomodándose en la cama junto al cuerpo de Kai, él se quedó dormido también…
Un par de horas después un tercer cuerpo se metió en la cama y se abrazó a la cintura de su padre, escondiendo su carita en la espalda se volvió a dormir hasta que el matutino llanto de hambre de los menores de la casa se hizo presente, siendo pasada las 7:00 de la mañana…
—Mis hermanitos lloran— anunció Seba aun pegado a la cintura de su padre
—Ya voy— dijo Kai sin querer separarse del cuerpo de su novio
—Yo te acompaño, amor— dijo abriendo los ojos de golpe al sentirse apresado por dos pares de brazos
—¿Seba?— preguntó de pronto él tocando la pequeña manito en su cintura
—Papi— respondió el niño afirmando aun más
—Sebita, vamos a hacer la leche de los peques— le pidió Kai poniéndose la ropa interior y el pijama antes de que lo vea desnudo
—¿Yo te ayudo?— preguntó
—Si, hijo, vamos— dijo tomándolo en brazos y llevándoselo a la cocina
Mientras él se levantó igual y se metió directo a la ducha para despejar la mente. En la noche había soñado con su hermano, era sabido de su mala memoria, pero no se acordaba del aniversario de su muerte, y ese sueño le había despejado la duda. Una vez terminó fue a la cocina a preparar el desayuno, en tanto Kai y Seba se encargaban de alimentar a los bebes de la casa…
—Tú dale la leche a Shizu— le pasó la mamadera
—Con cuidadito— se dijo a si mismo
—Kai solo lo miro con ternura y se encargo de darle la leche a Hikaru—
—Papi— lo llamó
—Dime, Sebita— dijo
—¿Qué cocinarás hoy?— preguntó
—Lo que quieras, mi amor— contestó
—¿Puede ser fideos?— cuestionó
—Claro— respondió
—Y con cheluga— añadió
—Lechuga— lo corrigió
—Eso —rió el peque— Y ¿Después vamos de paseo?— preguntó
—Si, amorcito— aceptó
Terminaron de planear su día mientras los bebés tomaban su leche, y luego fueron ambos a bañarse en la tina, jugando con los patitos de goma y tirándose agua, en tanto el otro papi se encargaba de los bebés y de terminar el desayuno. Una vez estuvieron Kai y Seba listos, se sentaron a comer los tres en compañía de Shizu y Hikaru que estaban en sus sillitas…
—Hoy es el aniversario de mi hermano— dijo él de pronto
—Se me había olvidado— reconoció Kai
—A mi también, pero anoche soñé con él— contó
—¿Y si vamos al cementerio?— propuso
—No lo sé, ¿Será buena idea llevar a los niños?— preguntó
—Debemos ir, ¿Hace cuánto murió? Y desde su funeral no hemos pisado el cementerio— reprochó
—Bueno, amor, vamos— cedió
Entre los dos lavaron las cosas del desayuno y entre los tres hicieron el almuerzo, los fideos con salsa, la cheluga de Seba y un postre sorpresa que preparó papi Kai mientras ellos veían televisión esperando a que estuviera todo listo. Comieron en tranquilidad supervisando a los más peques que golpeaban la mesa con sus juguetes. Luego de todo eso salieron de paseo tal como Seba había propuesto…
Costó en un principio tomar y tener la determinación de ir al cementerio, por lo que antes pasaron por un parque, dándose vueltas y vueltas hasta que antes de que se hiciera más tarde tomaron rumbo a ese lugar el cual no habían pisado como bien decía Kai, desde su funeral, y de eso habían pasado un par de años…
—¿Y esas flores?— le preguntó a su hijo
—Están lindas ¿Verdad, papi?— preguntó Seba
—Si amor, muy lindas— le respondió él
—Son para mi tío— anunció y entró corriendo al cementerio
Los padres quedaron asombrados con eso, jamás le habían dicho a Seba que tuvo un tío, mucho menos que estaba allí ¿Cómo podía saber eso el pequeño? No podían explicárselo, y aun más se sorprendieron cuando llegaron a la tumba y Sebita ponía una a una las flores con cuidado sobre la tumba de su tío, no había error ahí era, la tumba tenía sus datos…
—¿Habrá qué decir algo?— preguntó Kai con el llanto atascado en la garganta
—No lo sé, mi vida, pero no llores— le pidió abrazándolo
—Tengo pena, me siento culpable— reconoció
—Yo también— le respondió él acompañándolo con el llanto
De pronto Seba se paró de donde estaba y abrió el cobertor del coche acercándolo un poco hacia la tumba, sorprendiendo una vez más a sus padres…
—Tu hija esta grande, tío— dijo de pronto, señalando a Shizune
—Seba…— susurró Kai
—Ellos son mis hermanitos, somos felices— siguió hablando el peque
—¿Tú le contaste?— le preguntó Kai a su pareja, él solo negó
—¿Ahora descansarás en paz?— preguntó sebita
Y de la nada una brisa suave los envolvió, devolviéndoles un poco el consuelo, haciendo también que los bebés emitieran una pequeña risa. Sebita corrió a cerrar la protección del coche y abrazó las piernas de sus padres terminando de reconfortarlos. El llanto había pasado…
Se quedaron un poco más allí juntos como la familia que eran sólo en silencio, cada quién desahogando en su mente todo lo que le atormentaba con respecto a esa muerte, dejando así un peso de lado, sacando así de sus corazones la espinita de la culpa. Después de eso podían seguir sus vidas tranquilas y en paz…
Cuando se estaban yendo, Seba se quedó un poco más allí y antes de irse junto con sus padres, susurró “de nada” al viento, y junto con eso desapareció frente a sus ojos la visión que tenia de su tío. Lo más seguro era que cuando grande no se acuerde de eso, pero él había sido un pequeño gran intermediario entre sus padres y su tío…
Llegaron a casa agotados con ese paseo, pero había servido de mucho para sanar heridas. No quisieron preguntarle nada de lo que pasó a Seba, lo creían demasiado pequeño aún para sugestionarlo con esas cosas, sólo le dieron a su manera las gracias por todo lo que hizo, y luego de hacer dormir a los tres pequeños se fue la pareja a dormir también…
—Kai— lo llamó
—Dime— puso atención
—Te amo— dijo abrazándolo
—Yo también, amor, te amo mucho— respondió escondiendo el rostro en su pecho
—Eres lo mejor que me ha pasado— contó
—¿En serio?— interrogó despegando el rostro de su pecho y mirándolo
—Si, Kai, eres lo mejor que me ha pasado en la vida— repitió, para luego darle un corto beso
—Amor— dijo con los ojos llenos de lágrimas
—No llores, mi vida— dijo acariciando sus mejillas
—Es que te amo tanto, no quiero perderte nunca— contestó
—No me perderás, nunca te dejaré— lo consoló, acariciando su nariz con la propia
—¿Me lo prometes?— pidió
—Lo prometo, corazón, nunca te dejaré— anunció
—¿Me amas?— preguntó
—Mucho— contestó depositando un pequeño beso en sus labios
—No me queda claro— dijo sonriendo
Se notaba que esa sería otra noche de desvelo, pero poco les importaba mientras pudieran estar juntos. Se habían acostumbrado a dormir tarde debido al ritmo de vida con los bebés, así que no sería mayor problema. Por fin su vida iba tomando el rumbo que siempre debió tener, y su amor no eran solo palabras, se encargaban día a día demostrarse mutuamente el amor que se tienen, confiando en que ya NADA ni NADIE los separaría…
Muy pocas personas creen en el destino, incluso yo mismo creo que eso es algo tan relativo, aún así tengo algo bien claro: No sé si nuestro amor es obra del destino, pero…
“Si dos corazones pueden mantener un amor latente a pesar de los problemas, la distancia y el dolor, es porque son sentimientos nobles y verdaderos… Nunca se debe poner en duda el poder del sentimiento más grande, el amor hace milagros”
Atte.
“ÉL”