Ese día todos habían madrugado, todos excepto Nao..
El ajetreo proveniente de la sala fue lo que le despertó, los chicos ya estaban poniéndose en marcha hacia lo que sería la audición para el nuevo baterista por lo que estaban vueltos locos. Por su parte, Nao aun se estiraba un tanto somnoliento, se despojó de las mantas, alcanzó las prendas de las cuales se había desprendido la noche anterior para dormir y salió hacia donde provenían los movimientos.
-¡Buenos días Nao-kun! – Saga le saludó sonriente desordenándole un poco el cabello al pasar junto a él.
-Buenos.. – murmuró siendo interrumpido de inmediato por un bostezo. -..días.. –
-Oe Nao, nosotros ya nos vamos- dijo el guitarrista peli-negro mientras se arreglaba el cabello. – en la cocina está todo para que tomes desayuno y almuerces por si no llegamos antes. –
-Ah.. hai, arigato.. – respondió un tanto ido.
-Bien, te cuidas ne? Y no hagas travesuras. – dijo el bajista en ese tono de “Oka-san” que a veces solía tener, haciendo que Nao sonriera divertido y negara a la misma vez.
-iie, descuida, vayan con cuidado y.. suerte. –
Esto último se lo dijo de corazón a todos, mas, tan solo hubieron tres personas que asintieron ante sus palabras, el restante, se limitó a seguir con lo suyo siendo él el primero en abandonar el departamento sin decir una sola palabra. Todo esto pasó bajo la mirada atenta de Nao, quien lógicamente no pudo evitar sentir cierto remordimiento al pensar que Shou aun seguía molesto por su presencia en el lugar.
Después de unos minutos ya se hallaba sólo, completamente sólo en un departamento que recién estaba conociendo. Comenzó a inspeccionar en la cocina que ya mas o menos conocía por haber estado gran parte del tiempo el día anterior en ella, vio entre las estanterías, sacó un tazón, una caja de cereales y el cartón de leche del refrigerador, luego se sentó para dar por comenzado el que sería el primer desayuno de su vida “independiente”.
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-Saga-
Llevábamos más de dos horas sentados frente a los aspirantes al puesto de baterista, no pensé que los anuncios que pusimos en internet y las puertas de algunos locales daría tan buen resultado como para convocar a tanta gente, realmente estaba impresionado y entusiasmado con la idea de que podríamos salir de esta y surgir como la banda que siempre habíamos querido ser, mas lo único malo era que… aun no teníamos al indicado.
-Gracias Yusuke.. – Y ahí pasaba el último..
-¡¿Qué demonios vamos a hacer ahora?! – soltó bruscamente Shou al notar que la lista de aspirantes se había reducido a nada y ahora mismo nos encontrábamos sin ninguno que nos agradara de verdad.
-La verdad es que no sé..–suspiró Shinji llevándose ambas manos al rostro para luego deslizarlas hacia su cabello manteniendo sus dedos entrelazados en él. -..todo esto ya me cansó..-
-¿Qué quieres decir con eso Amano? – oh no.. no otra pelea Shou..
-A que ya nos rindamos, no vale la pena seguir nadando contra la corriente. –
-¡¿Pero te das cuenta de la mierda que estás diciendo?! – bien, ahí estaba el Shou exaltado levantándose de golpe pegando fuertemente sus palmas contra la mesa.
-Ya Shou, cálmate.. –
-¡A la mierda la calma Hiroto! ¡A la mierda todo! –
Lo último que vimos de Shou fue su silueta desaparecer detrás de la puerta, los tres nos quedamos mirando con cara de frustración y es que la situación se nos había escapado de las manos.
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-Nao-
Después de haber acabado el desayuno me dispuse a lavar los trastes sucios de la noche anterior y los que los chicos habían dejado en la mañana, a pesar de todo no era mucho, así que me dio tiempo para también limpiar un poco el departamento y darme una ducha rápida.
Cuando ya hube terminado y me sentía relajado, comencé a indagar con mayor profundidad cada rincón del inmueble. Habían fotografías de todos, al parecer se conocían desde hace ya mucho tiempo; también encontré algunas tablaturas de guitarra y bajo, más lo que me sorprendió y agradó encontrar, fueron unas partituras sueltas de batería. Las tomé, comencé a revisar cada compas e inconscientemente me senté en el sofá dejando aquellas hojas frente a mí, entonces, comencé a llevar el ritmo con mis pies y manos teniendo en ellas algún tipo de baquetas imaginarias.
No sé cuánto tiempo pasó, pero cuando terminé de soñar despierto me levanté y dejé las hojas en su lugar.. “ya llegará el momento Naoyuki” pensaba en forma de consolación para mí mismo mientras sonreía, entonces, me volteé y vi algo que me llamó la atención; al fondo del pasillo había una puerta que estaba entreabierta, y que yo recordara esa habitación no pertenecía a ninguno de los chicos…
Caminé en dirección a ella y pasando un poco de saliva me apronté a abrir la puerta, todo estaba a oscuras por lo que a ciegas comencé a tocar la pared hasta dar con el interruptor, cuando la luz llegó, lo que quedó frente a mis ojos fue algo con lo que no había esperado encontrarme.
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-Shou-
¡Mierda mierda y mierda! ¡Cómo podía ser tanta la mala suerte para que las cosas nos salieran así! No entiendo como de tantas personas que llegaron hoy no pudimos elegir una.. tengo.. miedo.. no quiero que esto acabe aquí.. no quiero que todos nuestros esfuerzos hayan sido en vano.. no quiero que nuestras tardes y días completos de ensayo se vayan al tacho de la basura así como así.. no quiero.. Por eso me exalté tanto cuando escuché a Amano rendirse, por eso salí así de rápido de ese lugar.. porque no quería y no quiero ver como de un rato para otro todo se desvanece.
Ya iba como en el quinto cigarrillo en lo que llevaba de camino, ahora lo único que quería era tirarme en la cama y dormir todo lo que fuese posible, ojalá no despertar para no ver el rostro de frustración de mis amigos.
Cuando entré al edificio de lo primero que me percaté fue que el letrero de “Fuera de Servicio” que había en el elevador ya no estaba, entonces me acerqué, pulsé el botón correspondiente y las puertas metálicas se abrieron como de costumbre. Con un poco de recelo me adentré para luego pulsar el número a la planta correspondiente, ahora que lo recordaba ese chico debía estar ahí.. resoplé restándole importancia y me recargué en una de las paredes mientras cerraba los ojos, unos segundos después las puertas se volvieron a abrir y yo descendí para caminar hacia mi departamento.
Cuando me acerqué a la puerta para poder abrirla escuché unos sonidos provenientes del interior, rodé los ojos al pensar que ese chico estuviese tocando nuestros discos y más encima con la música a todo volumen, entonces, frunciendo el ceño entré y me dirigí hacia la sala, mas me sorprendí al notar que la “música” no provenía de ningún CD sino que del lugar en donde guardamos nuestros instrumentos y demaces. Caminé hasta allá y me quedé estático al ver como Nao.. sí, ese era su nombre.. Nao estaba tocando la batería tal como si lo estuviese haciendo un profesional. No me atreví a interrumpirlo, es más, no podía siquiera mover un músculo, era tanta la pasión que se notaba en su rostro, tanta la entrega en cada movimiento, que no daban ganas de despegar la vista de su persona.
Pasados unos minutos llegaron los chicos, quienes al igual que yo se quedaron en el umbral observando al baterista que teníamos enfrente. Volví mi vista hacia ellos viendo una expresión distinta en cada uno, más todos compartíamos un sentimiento en común…
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Era lo mejor que el chico había experimentado desde hace mucho tiempo, sus ojos se mantuvieron cerrados durante todo el lapso que estuvo tocando, sintiendo esa emoción de haber concretado algo que hasta hacía mucho no había podido llevar a cabo. Su respiración estaba un tanto agitada debido al esfuerzo realizado, entonces, bajó un poco el rostro y con el antebrazo secó el sudor que había aparecido en su frente, más había algo que le estaba incomodando, y ese algo era el que ya no se sentía solo, entonces, levantó su mirada y se encontró de frente con cuatro pares de ojos observándole con tal impresión que dejó caer las baquetas al suelo.
-Y-Yo.. puedo explicarlo.. -