Buscaba en la cama, de bajo de la cama, detrás de los roperos, pero ningún rastro de su ropa y todavía no sabia que rayos hacia ahí. ¿Por qué estaba desnudo y por qué no recordaba nada?. No es como si hubiera tomado mucho o si.
¿Acaso esas eran imágenes religiosas?, como saberlo. A el nunca le gustaba ir a misa, bueno salvo cuando su madre le obligaba a ir, si, su madre Mikoto Uchiha, era una persona muy religiosa que se la pasaba casi todo el día en la iglesia, en ese momento eso ya no importaba ya se había independizado y eso era lo mas hermoso que le había pasado en su vida.
Ahora regresaba a la realidad y se había dado por vencido, según el su ropa no estaba ahí, saldría de ese cuarto que le empezaba a dar escalofríos, que mas daba si se enrollaba la sabana y ya además no era la primera vez que salía así de alguna habitación de sus “amantes” en turno que mas bien, eran simples a costones.
Estaba a punto de abrir la puerta, cuando se dio cuenta que alguien ya la estaba abriendo, enderezó la cabeza para ver quien la estaba abriendo. Enfrente de el se encontraba un joven rubio de unos ojos azules tenia unas marcas en cada mejilla y mostraba una sonrisa amable, ahora que lo veía bien que… ¿Qué era lo que traía puesto, no acaso eso es una sotana?.
-Aaaaaah no, yo no pude hacer eso…yo me acosté con un padre!!!- Gritaba muy desconcertado.
-Ha ha, pero que estas diciendo primero debes cálmate hijo, no es lo que piensas-
-¡No se acerque a mi y como maldita sea no quiere que piense eso cuando me encuentro en su cuarto y en su cama desnudo, no negare que usted es un poco guapo, pero yo no soy gay y mucho menos me acostaría con alguien así!- Termino esa frase señalando al rubio.
-…Cámbiate y cuando estés listo me avisas tu ropa esta en el ropero izquierdo espero que te hayas dado cuenta y otra cosa te pido por favor que cuides tus palabras que este no es lugar para que hables así- Lo dijo muy seriamente y después cerro la puerta dejando aun enojado Sasuke cambiándose.
-Puede pasar- Decía dándole permiso de entrar.
-Ha ha, lo siento hijo no debí de hablarte así pero como sabrás este no es lugar para hablar así-
-Perdone se me olvidaba, personas como ustedes se creen perfectos no volverá a pasar…pero ahora me gustaría saber que fue lo que paso- Lo ultimo lo dijo muy seriamente.
-No te preocupes nadie es perfecto, solo Dios -
-Aja como sea y ahora ¿ya me puede decir por que estoy aquí?-
-Como te dije antes no es lo que tu piensas, te lo explicare todo-
Era la primera vez que estaba en esa ciudad y la primera vez que enseñaría la palabra de dios, estaba feliz, ya podía ver la iglesia pero al llegar ahí se sorprendió al ver en las escaleras a un joven en estado de ebriedad y todo mojado, decidió ayudarlo. Paso un brazo del pelinegro por su cuello, arrastrándolo lo llevo a la parte de atrás de la iglesia y toco el zaguán. Le abrió un chico pelirrojo.
-Buenas noches -
-Buenas noches, soy el padre Naruto, ¿Puedo pasar?-Le dijo muy amablemente.
-Ah si, pase, pero no se supone que iba a llegar ayer y…¿Por qué trae a una persona con usted?-
- Lo encontré afuera de la iglesia todo mojado y no estaría bien dejarlo así que lo traje, espero no causarte molestias-
-Claro que no padre al fondo a la izquierda están los cuartos lo puede llevar a uno, si quiere puede darme la ropa para que se la seque-
-Muchas gracias pero puedo hacerlo yo, no te preocupes y ve a descansar que ya bastante hice con molestarte- Dijo muy apenado Naruto.
-Ya le dije que no es molestia, por cierto mi nombre es Gaara, si necesita algo estoy en el cuarto de arriba-
-Muchas gracias hijo, con tu permiso-
-De nada padre, buenas noches-
Después de que Gaara se marchara, Naruto también lo hizo con el pelinegro. Entro a la habitación que le dijeron y lo primero que hizo fue quitarle la ropa al muchacho, lo acostó en la cama, lo tapo con las sabanas, seco su ropa y la doblo dejándolo en uno de los cajones del ropero, lo dejaría descansar mientras él se iba a su cuarto para también descansar.
-Y eso fue lo que paso, así que no tienes de que asustarte yo solo te estaba ayudando-Sonreía el rubio.
- Creo que tengo que agradecerle ¿Verdad?... “gracias”, en fin tengo que irme tengo cosas mas importantes que hacer en vez de estar aquí -estuvo a punto de irse cuando el sacerdote le hablo.
- De nado hijo lo hice con mucho gusto y recuerda acercarte a Dios, siempre que tengas un problema él te escuchara con toda gusto –
No dijo nada y salió dando un portazo, dando la vuelta choco con un pelirrojo que llevaba una bandeja de comida y que por poco se le caía la comida encima.
-¡Ten mas cuidado idiota! Que no ves que por poco manchas mi ropa-Le dijo Sasuke muy enojado.
-Yo no tengo la culpa, además tú eres el idiota aquí-
-No me voy a poner a discutir con un inepto como tu así que hazte a un lado- Después de decir eso, el Uchiha lo empujo, haciendo que solo tambaleara un poco sin hacer que la comida callera.
-Tenia que ser hijo de papi-susurraba para si un serio Gaara.
-(Toc toc. Padre Naruto puedo pasar-
-Adelante -
-Padre le traje el desayuno, se lo dejo en el buro, si necesita algo mas no dude en decírmelo-
-Muchas gracia hijo eres muy amable-Volteo a verlo y le mostro una gran sonrisa.
¿Por qué, que es lo que me pasa?, se preguntaba el pelirrojo, su corazón latía tan fuerte. Esa sonrisa era muy linda o tal vez le estaba afectando lo que le había pasado en la noche.
No podía dormirse y salió al patio, de nuevo esa pesadilla, esa en donde recordaba como sus padres habían fallecido en un accidente automovilístico y después de eso como sus hermanos se marchaban dejándolo con su tío, según ellos para trabajar y mandarle dinero para después no saber nada de ellos, obvio, lo habían abandonado tal vez era demasiada carga para ellos y después al cumplir 18 años su tío murió, que ironía cuando ya empezaba a ser casi feliz le arrebataban al única persona que le quedaba.
Como herencia de él, recibió una casa y una iglesia recién construida, su tío era católico y la había construido para que las personas estuvieran cerca de dios y no se sintieran solos y también para que rezaran en paz sabiendo que eran escuchados. Por la gratitud y la enseñanza de su tío seguiría sus sueños y cuidaría de esa iglesia como él lo hubiera hecho, pero con todo eso se dio cuenta de algo.
-¡Siempre, siempre voy a estar solo!- Le gritaba al cielo con lagrimas en los ojos, esperando que con eso desahogar su dolor, aunque eso no le serviría de nada.
-¡Te equivocas!-Decía Naruto haciendo voltear a Gaara, se acercó a él y le limpio las lagrimas. –A veces las personas están tristes y esa tristeza a veces los ciegan, haciéndoles pensar cosas que no son, y no se dan cuenta que hay cosas hermosas en la vida, todo tiene un ciclo y tiene su por que, no todo es malo también hay cosas buenas y sobre todo nadie en este mundo esta solo- Al ver que ya había limpiado las lagrimas del chico, se alejó un poco y le mostro una gran y sincera sonrisa
(Tum tum tum ) En ese momento su corazón latía tan fuerte y en ese instante se dio cuenta, que tal vez estaba equivocado y también se dio cuenta que esa sonrisa que le mostraba Naruto era la mas hermosa que jamás había visto en su corta vida.