¿Cuantos años hacia ya que estaba allí?
Creía que ese año ya serian 6.
De todas formas, que importada ya, no es como si fuera a salir de allí.
Y aunque pudiera, volvería a hacer lo mismo que provoco que lo encerraran.
Se tapo la cara con ambos brazos mientras se acomodaba en los bancos del patio.
No quería pensar en eso, le traía malos recuerdos.
No tiene sentido llorara sobre la leche derramada.
Se levanto un poco para mirar a los demás reos.
Algunos estaban jugando al básquet, otros solo estaba sentados el los bancos como el, hablado de quien sabe que.
Frunció el seño al ver los reos de "buena conducta".
Los idiotas estaban juntos sentados en mesas cercanas entre si escuchando al padre leerles la Biblia.
Que estupidez
Por más que rezaran no iban a borrar las cosas que hicieron.
Homicidios, violaciones, secuestros, extorsiones, estafas, etc.
La lista era larga y no tenia ganas de pensar en ella.
Le resultaba ridículo la idea de ser exonerado.
Se acomodo de forma en que pudiera apoyar los brazos en la mesa y su cabeza en estos.
Se quedo un rato mirando al padre, como les hablaba con el entusiasmo en su rostro.
Frunció aun más el seño y soltó un suspiro sin dejar de verlo.
Tal vez que fuera ese hombre era lo que más le molestaba.
No es que realmente lo conociera, pero las veces que cruzaban palabras solo lograba molestarle.
Le daba mala vibra.
Vio que el padre cerraba la Biblia y como todos lo reos se levantaban a hablar con el.
Idiotas
Se estrechaban la mano entre ellos y reían muy fuerte, podía escucharlo aun estado a una considerable distancia.
No es que es se sentara allí para escucharlos.
Casi todos los días cambiaba de asiento para alejarse, cuidando de no meterse con nadie, no necesitaba problemas innecesarios.
Pero ese imbecil, se las empeñaba para siempre acercársele un poco.
No es que se acercara cada vez más, solo no dejaba que la distancia entre ellos en el patio creciera.
Miro a los guardias avisaron que el tiempo de recreo se había terminado.
Estero a ser uno de los últimos en entrar.
Quería respirar un poco más de aire fresco antes de volver a entrar.
Giro la vista hacia el donde antes estaba el padre y lo encontró mirándolo.
Se sobresalto un poco.
No esperaba que el fuera a estar observándolo.
Quería girar la vista pero por alguna razón no podía.
El hombre le sonrió y el sintió un escalofrío recorriéndole por todo la columna.
Esa sonrisa la pareció aterradora.
Escucho a los guardias llamándolo para que entrara.
No se había dado cuenta que el era el único que se había quedado fuera.
Se levanto rompiendo contacto visual y entro rápido al edificio.
Camino rápido a si celda, sentía que el hombre todavía le miraba.
Lo sabia, sentía que que le quemaba la nuca.
Se apresuro aun más.
Cuando llego vio que su compañero no estaba.
Se llamaba Filippo, aunque le dicen Fifi.
Es italiano, no tengo idea que hace en una cárcel de otro país.
Aunque la verdad es que aquí es una mezcla de razas.
Estoy seguro que no esta aquí por que le debe esta haciendo algún "favor" a algún reo
No le molestaba para nada la sexualidad de su compañero.
Además, era muy agradable.
El único momento del día en el que hablaba con alguien era cuando estaba en la celda con Fifi.
Salio de la celda y se fue directo a una pequeña biblioteca que tenían allí.
Cuando entro se encontró con lo de siempre, solo había 1 o 2 reos más allí y un guardia.
Se acerco a una de las estanterías para escoger un libro al azar.
Se sentó en una silla y se dispuso a leerlo hasta el toque de queda, cuando tuvo que volver a la habitación.
Cuando entro vio que su compañero ya había llegado.
Estaba recostado boca bajo con la cabeza en la almohada.
- Ya volviste - señalo
- Seee, estoy echo polvo - hablo.
- Tuviste un polvo - le dijo con burla mirando como el guardia cerraba la reja.
El otro solo se rió.
- Y uno muy bueno - le dijo al tiempo en que giraba la cara sonriéndole.
Se apagaron las luces.
- ¿Con quien fue esta vez? - pregunto mientras se metía en la cama.
- Uno nuevo, llego hace poco - se giro sobre si mismo haciendo señas con las manos de agarrar algo - Tenia un culo precioso - le dijo con voz lasciva y luego le miro.
- Idiota - se rió.
Su compañero se levanto de su cama y se recostó a su lado quedando frente a frente.
- ¿Cuando me dejaras hacertelo? - le dijo coqueto tocándole la entrepierna, logrando que se sobresaltara.
- Nunca - le dijo aun divertido sacándole la mano - Quien sabe que mierda tienes de tanto coger -
- Que malo, yo siempre uso protección - le sonrió mordiéndose la lengua.
- Si, te creo y todo - le dijo cerrando los ojos - Déjame de joder que quiero dormir, anda a tu cama - de acomodo dándole la espalda.
- No seas así - se junto más, pegando sus cuerpos - bien sabes que queres que te parta al medio - se burlo subiendo una pierna sobre el cuerpo del otro, atrapándolo.
- Fifi... - suspiro molesto - andate a tu cama a dormir -
- No quiero - se restregó contra el trasero del otro haciendo que se sobresalte - Ves, yo se que queres que te coja -
- Basta - le respondió ya cansado de los jueguitos de su compañero - Si te vas a quedar en mi cama, no hagas nada raro y dormite-
- Mj - se rió un poco pasando su brazo por sobre el cuerpo del otro.
- Fifi... - le hablo molesto.
- No estoy haciendo nada Gordie, me voy a dormir, te lo juro – le burlo.
Suspiro y trato de dormirse sin prestar atención a la cercanía de su compañero.
~*~
Estaba otra vez en el patio mirando a los demás reos, solo que ahora la acompañaba Fifi.
Se giro a verlo y no le sorprendió verlo mordiéndose el labio mirando a los que estaban jugando básquet.
Hubiera sido mejor que no lo acompañara si estaba allí solo para eso.
Volvió a girar la vista a ver a los reos escuchando las habladurías de la biblia de nuevo.
Había algo diferente esta vez.
Se le quedo mirando un rato hasta darse cuenta.
Estaban más cerca.
Siempre había una 7 mesas de distancia entre ellos, pero ahora solo había 5.
Frunció el seño y se acomodo sobre la mesa.
Casi podía escuchar lo que el padre les leía, sin contar el bullicio.
Que molesto
Se levanto de su asiento llamando la atención de su compañero.
- ¿Te vas? -
- Tengo ganas de leer , nos vemos después - lo saludo con la mano mientras caminaba al edificio.
Miro de nuevo al grupo de reos y vio que el padre lo miraba.
Se giro rápido, tratando de ignorarlo y entro.
Se fue directo a la biblioteca.
No había ningún reo dentro esta vez, lo que le pareció extraño es que tampoco hubiera guardia alguno.
No le dio importancia y tomo el mismo libro que se había quedado leyendo el día anterior.
Al rato escucho la puerta de la biblioteca abrirse.
Levanto la vista y vio al padre entrando.
Empezó a sentirse nervioso, aunque lo disimulo.
¿Que hace acá?
Volvió la vista a su libro tratando de ignorar la presencia de aquel hombre.
- Gordon - lo llamo, no quiso mirarlo por precaución y solo le respondió sin levantar la vista del libro.
- ¿Que? - escucho unos pasos acercándose y sus nervios aumentaron.
Tenia un mal presentimiento de aquel hombre.
- Mj - sintió que se quedo parao a su lado.
Sintió unas manos en su cabello y se alejo rápidamente mirándolo sorprendido.
- Sabes - le hablo haciendo que se pusiera cada vez más y más nervioso - No me agradas mucho -
Volvió a tratar de tocarlo pero el se levanto rápido del asiento, retrocediendo, poniendo distancia entre ellos.
El padre sonrió.
- En verdad me desagradas - le sonrió y sintió el mismo escalofrío del día anterior recorrer su columna.
El hombre empezó a acercarse y el a retroceder.
- Y a pesar de desagradarme tanto, no puedo dejar de mirarte -
Su espalda se encontró con la pared.
Se empezó a desesperar por la situación.
Cuando iba a correr a la puerta el padre lo acorralo.
- Mirarte...- las manos de este bajaron a su entrepierna apretándola demasiado fuerte, provocándole dolor al castaño - y desearte... -
Aun apretándole la entrepierna fuertemente se acerco y le mordió con fuerza el labio, haciéndole sangrar.
Forcejeo para liberarse pero solo termino en el piso apresado por el cuerpo del padre.
- Quédate quieto - le ordeno con voz ronca haciéndolo temblar.
Forcejo un poco mas, pero termino mani-atado con su remera de espaldas al suelo.
- Mejor ¿No? - volvió a sonreírle y sintió otro escalofrío.
El hombre lo volteo contra el piso y le bajo los pantalones hasta la mitad del muslo.
Tomo su abrigo y metió parte de este en la boca de Gordon.
- Si te relajas no va a ser tan malo - la dijo al oído mientras de bajaba sus propios pantalanes, casando su miembro medio erecto de estos.
Empezó a masturbase con una mano mientras que con la otra pellizcaba fuertemente los pezones del reo.
La habitación se inundaba be los jadeos del padre y de los casi inaudibles gemidos de dolor de quien estaba bajo el.
Dejo de jugar con su pecho y sintió las dos manos del hombre apretando su trasero.
El padre se apresuro a penetrarlo de una sola estocada.
Esta vez, el grito de Gordon fue un poco más audible.
Pero no lo suficiente como para que alguien lo escuchara.
El hombre se movía con rapidez dentro de su cuerpo.
El piso un poco de su pantalón se había manchado con sangre.
Las manos del padre se aferraron fuerte a su cintura, empujándose dentro de el más profundo y rápido.
Las estocadas aumentaban el ritmo conforme a los minutos y al dolor en el curdo del reo también.
De repente las penetraciones se hicieron un poco mas pausadas pero mas profundas.
Unos segundos después, el padre se vino dentro de el.
Inclino un poco su cuerpo sobre el del otro jadeando fuertemente.
Salio rápido del interior de este y se apuro a limpiarse.
Miro al cuerpo en le piso y sonrió.
Se agacho hasta su altura y lo tomo del rostro para que lo mirara.
- ¿No estuvo tan mal, verdad? - le sonrió.
Empezó a temblar del miedo.
Trato de alejarse de el pero no lo dejo.
Con un pañuelo saco una navaja de su bolsillo.
El temblor en el cuerpo de Gordon aumento al sentir el frío del cuchillo en su cara.
El padre la deslizo suavemente hasta su espalda, haciendo un poco más de presión, hiriéndolo.
Ambos se sobresaltaron al escuchar el sonido de la puerta y la miraron.
Trataron de abrir pero no pudieron.
Había una silla bloqueando la entrada.
¿¡Cuando la puso allí!?
Pensó desesperándose aun más de lo que estaba al ver que dejaban de intentar abrirla.
El padre se volteo a mirarlo, sonriéndole.
- ¿En que estábamos? -
~*~
Ese mismo día encontraron el cuerpo de Gordon en la biblioteca.
Tenía múltiples flagelaciones en el cuerpo y sobre todo en el rostro.
No hubo mucha investigación con respecto al homicidio.
No se encontraron culpables.
Tal ve el hecho de que fuera una carcel provoco que el asesinato no llamara mucho la atención.
No encontraron al culpable.
El padre sigue leyendoles la biblia a los reos que buscan el perdón de dios.
~*~