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ANDROID por DazedMik

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Notas del capitulo:

Aquí comienza esta historia que surgió mientras escuchaba canciones de los 90´s y pensaba en alguien especial... -ChangMin y YunHo- 

Amm -No sabe que poner- Este es mi primer fic, y pues se lo dedido a mi Soul que me ayudo mucho a la hora de las correcciones y también se lo dedico a una personita en especial que quiero mucho y ayudado a que mi mente sea más sucia cada día >.

 

 

 

El cuerpo se encontraba tirado en el suelo, respiraba acompasado con el tictac de las manecillas del reloj de mano,  que portaba en su muñeca izquierda. Sus parpados se movieron ya que sus globos oculares reaccionaban poco a poco, lentamente los parpados se alzaron dejando ver los ojos chocolate.  Su ceño se frunció al no comprender que hacía tirado en el recibidor de su departamento, con los brazos aferrados a sus piernas en posición fetal y sobre todo no comprendía porque el intenso ardor en sus ojos no se iba. En su mente solo prevalecían esas últimas palabras que no dejaban de hacer eco en sus oídos mas no podía pronunciar, no las lograba entender, simplemente se sentía extraño y ajeno ese conjunto de letras que significaban más de lo que el creía y sobre todo que él se obliga a olvidar. Palabras que taladraban su corazón y hacía doliera, palabras que marcaron el corazón de Shim ChangMin para siempre.

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Acostumbrado a una vida de lujos y cosas fáciles, Shim ChangMin nunca se había negado  a nada, absolutamente  a nada. Todo en la vida lo tenía servido en bandeja de plata y él no se negaba a lo que recibía, todo lo contrario, estaba satisfecho de lo que poseía y de los alcances que podría  llegar a lograr. Provenía de una familia que a base de esfuerzos y sacrificios se había hecho un lugar entre el competitivo mercado empresarial. Su abuelo quien dio comienzo con ese sueño de ser recordado y rememorado le valió sacrificios, esfuerzo, dolor tanto ajeno como propio. Su padre lucho por mantener ese prestigio y trabajo que  su propio padre llevó acabo del cual   no estaba dispuesto a dejar caer al vació;  así cuando el negoció recayó en las manos de hijo mayor todo se encontraba en un excelente estado. El único labor de ChangMin era que ese esfuerzo de años prevaleciera y perdurara  por las siguientes generaciones, y aunque para muchos el chico de aspecto frío y calculador solo trabajaba para no perder los lujos, la realidad era otra, se esforzaba cada segundo para que nadie olvidara quien era él, y que a pesar de manejar un emporio heredado, era mucho mejor que su padre e incluso su padre en los negocios. 

Un año después que su padre se jubilara, ChangMin poseía en su  haber con incontables reconocimientos que exponían su inteligencia y talento. Pero el orgullo muchas veces viene acompañado de soberbia, y él poseía estas “cualidades” como las llamaba, con estas dos llegaría más lejos que nadie y sin importar a quien tuviera que enfrentar en el camino a su éxito y gloria. Con esa meta desde adolescente encerró a su corazón en un gran cofre de oro, llamativo a los ojos ajenos, pero impenetrable y duro a quien quisiera traspasarle. Con esto en mente emprendió su camino rumbo al éxito,  sirviéndose de placeres mundanos, todo fue así hasta que le conoció.

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Un movimiento más de caderas y la cama se estremeció junto a los cuerpos que yacían tumbados con la respiración acelerada por el reciente orgasmo al que habían llegado, específicamente al orgasmo al que había llegado ChangMin, no importaba si la otra parte disfrutaba solo debía de hacer feliz al joven que ahora se movía para salir del cuerpo que estaba quieto, y se dedicaba a ver a cada una de las facciones del atractivo rostro.- Fuiste buena… Por un rato.- ChangMin suspiro levantándose a  prisa  de la cama;  no podría estar ni un segundo más junto a ella, la disfruto en los primeros momentos pero ella se volvió más una carga que un placer.- Yo pagaré la cuenta así que puedes vestirte y salir lo más pronto ¿si?,  Alguien debe venir y hacer lo que tu no.- Sonrió elevando la comisura izquierda en una clara imagen de reclamo. La chica sin pronunciar palabra se levanto con prisa, tomo sus prendas y camino hasta el cuarto de baño, del cual no tardo más de cinco minutos.

-Te creí diferente…- Musito ella con las orbes ligeramente humedecidas caminando hasta tomar su bolso y mirar fijamente a ChangMin ,que despectivamente la miro enarcando una ceja mientras abotonaba  , el botón de la muñeca de su camisa ya con el pantalón enfundado. – Si crees que por decir que me amabas mientras teníamos sexo iba a darle un toque mágico, siento decepcionarte, pero ese tipo de sentimientos no son algo que logren emocionarme.- Emitió una risa sarcástica y aguda, se inclino cerca de una silla y tomo la chaqueta color negro para ponérsela de inmediato.- Al principio eras buena, pero creo que debo de citar aquella  frase :  acostarte con la misma persona dos veces… Es aburrido.- Dicho esto giro en talones y camino hasta la salida, poso la mano sobre la perrilla girándola al entreabrir la puerta.- Por cierto… Esto no afecta nuestra… Relación.- Amplio la mueca de burla entre risas.- Eres una buena asiste personal pero una que es realmente mal en la cama…- Suspiro negando.- Mañana espero mi café.

Dichas esas últimas palabras ChangMin abandono la habitación del hotel donde solía citarse con diversas mujeres y en contadas con hombres, no importaba el genero, si el placer que pudieran generarle. La noche era joven y la necesidad de saciar el vacío de su alma era grande. El joven empresario ahora se encontraba en selecto club nocturno, las luces iluminaban de una manera cálida el salón, las bebidas eran las más costosas y las personas que le rodeaban podían decir que eran hermosas y eso ya era ganancia, solo gustaba de seres hermosos.

Entre trago y trago observaba fijamente a quien le agradara, quien le hiciera perder ese sabor amargo con el que había empezado la noche. Suspiro largamente tomando todo el líquido de su vaso, todos eran personas apuestas pero no lo que necesitaba esa noche, hasta que lo vio. Portaba un pantalón de mezclilla que se ajustaba  a sus piernas, no eran las mejores con las que se había topado en esas horas pero sin duda eran atractivas. Un fina cintura que si no notaras bien podrías confundir con una chica, pero algo que definitivamente sacaba el lado masculino de aquel cuerpo era su ancha espalda y bien formados brazos. ChangMin deposito el vaso vació en la barra, se acomodó el saco y con una amplia sonrisa se encamino a la siguiente persona con la que estaría en la cama.

El chico se mantenía junto a un pequeño grupo de tres amigos más, que en ese momento ChangMin ni siquiera miro, pero sin duda ellos si se percataron de su presencia. – Hola…- Saludo sin apartar los ojos de ese fino rostro, en la lejanía lucia bien, pero ahora que lo encontraba a pocos centímetros era sin duda hermoso, sus pómulos, unos ojos grandes pero sin perder el aire oriental, un delicado labio superior que se cerraba con un rojo inferior, todo ese rostro enmarcado con pequeños lunares esparcidos en los lugares indicados y que lograban a resaltar por el tono rubio de sus cabellos.  El interpelado miraba fijo a quien le hablaba, preguntándose quien era y  sobre todo que deseaba.

-Que descortesía de mi parte…-Sonrió inclinando la cabeza ligeramente hacía al frente en dirección al chico rubio, esa era su táctica, acercarse sin más, mirar y penetrar en los ojos ajenos, sonreír ampliamente con dejo de sensualidad, simplemente conquistar a quien le dirigía sus palabras.- Soy ChangMin y me preguntaba si podría sentarme contigo.- El joven desconocido miro a sus amigos que parecían estupefactos y ofendidos por haber sido ignorados de semejante forma.- Disculpa, él no esta solo.- Comunico uno de los chicos de la mesa, su voz sonó fuerte y grave, pero para el joven Shim era solo alguien más interrumpiendo.- ¿Estas muy ocupado?- Continuo, el chico rubio parpadeaba en constantes ocasiones, entreabrió los labios sin producir sonido alguno.

- Ah… Este….Yo…-

-JaeJoong, dile que estas ocupado y si puede marcharse, ya que parece que no escucharnos a nosotros.-Volvió alzarse aquella voz grave y consiguiendo lo que pocos, ChangMin volvió la mirada hacía aquella voz, le miro fijamente y una sonrisa sarcástica apareció en su rostro mientras una de sus cejas se alzaba, luchando entre miradas con aquella persona que era mucho más masculina sin duda que el ahora conocido JaeJoong. ChangMin se acercó e inclino su cuerpo, levanto un brazo hasta detenerlo cuando su mano derecha toco el rostro fino y suave del rubio.- JaeJoong, ¿Quieres que me vaya?- La sonrisa que enfundo su rostro era suave, tranquila, en ella no había arrogancia ni soberbia, pero diría el refrán “No todo es lo que aparenta”, esa mirada que cautivo al rubio sería su boleto para la perdición.

No te preocupes YunHo, el caballero ya se va.- Musito JaeJoong aun sin poder apartar los ojos de los contrarios, sintiendo la calidez de aquella mano que producía un extraño cosquilleo en su cuerpo. – Si me disculpan…- Sonrió levantándose de inmediato, ChangMin entendió a que se refería y la sonrisa de triunfo ilumino su rostro, bajo la mano que enseguida fue tomada.- Me marcho con él… Nos vemos luego…- Dicho esto tiro de la mano a la cual se había tomado, él solo había trazado su camino, él marco su rumbo.

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La puerta de la habitación se abrió estrepitosamente, choco con la pared dejando el paso libre hacía los cuerpos que se abrazaban con fuerza. ChangMin no esperaba, simplemente tomaba lo que quería para él, y en ese momento lo que más deseaba era tomar ese fino cuerpo y hacerlo suyo. Sus labios se unían con brusquedad, el más alto mordía y succionaba el labio inferior del rubio, que simplemente se limitaba a jadear y rodear el cuello -de- ajeno con  los brazos, sosteniéndose para elevarse unos centímetros y besarle con mayor facilidad, a lo que ChangMin respondió con un apretón a su cintura, pegando aun más sus cuerpos, friccionando sus ropas, expedientes de un fuerte olor a alcohol, sudadas por el calor de ambos  cuerpos y haciendo que estos se desearan aun más. La diestra del pelinegro bajo con impaciencia a tomar el muslo derecho de Jaejoong, empujando hacía arriba el delgado cuerpo, enredo el brazo ahí unos momentos antes de chocar con la puerta para cerrarla.

La camisa ajustada al cuerpo del más bajo, se vio victima de las manos de ChangMin, tiro y jaloneo hasta poder desprenderlo del blanquecino cuerpo. Sonrió al ver algunas marcas rojas por los jaloneos que habían tenido,  sus pezones se mostraban erectos y duros, justo como le gustaba. Con la espalda contra la puerta, Jaejoong se limitaba a jadear, sus labios rojos e hinchados temblaban semi abiertos, miro a ChangMin y por primera vez sintió miedo de esos ojos que deseaban solo devorarlo, y sabía que él no se negaría. El más alto se inclino rápido hacía los pequeños botones de carne, mordió suavemente el derecho antes de estirarlo, presiono ahora con mayor fuerza hasta sentir un salado sabor en la punta de la lengua, lamio unas cuantas veces como si así pudiera curar esa herida, él no se fijaba si la otra persona sufría o disfrutaba, importaba que él disfrutara, JaeJoong solo era un medio para lograrlo.

La punzada que le causo el ardor en una zona tan sensible de su anatomía  le hizo jadear pero también disfrutar, ahora sentía como ChangMin pasaba al otro pezón y repetía la misma acción, mordía, estiraba y succionaba sin reparo, el cambio vino cuando el más al alto paso su lengua por el centro de su pecho, suspiro largamente con los ojos cerrados, su piel húmeda y caliente hicieron que se le doblaran las rodillas, necesitaba un lugar para sostenerse o caería. JaeJoong ahora gemía, la hábil lengua se deslizaba hasta llegar a su ombligo, lo mordisqueo y estiro hasta dejarlo colorado, introdujo la lengua en el pequeño orificio haciendo que el rubio se estremeciera al tacto. Pero ahora ChangMin quería más, él no estaba para perder su tiempo.

Desabrocho el pantalón con furia, bajándolos después, dejando un camino rojo en las piernas descubiertas por el forzado  y rudo desprender de la prenda sobre la delicada piel. La última prenda, tiro de esta con los dientes, mojando la tela donde el miembro erecto pedía a gritos ser liberado, ChangMin sonrió satisfecho. “Solo unas caricias” fue lo que la mente del moreno afirmo, con ese acto se sentía más que bien, sabía como causar placer, aunque aun no encontraba a quien pudiera dárselo como él deseaba, y así se pasaba las noches de los fines de semana, teniendo sexo varias veces con distintas personas, llevándolas a la cama sin más promesa que solo el disfrutar unas horas,  degustando los diversos sabores  que el escogía como si fueran un helado, si tenía un sabor especial repetía, si era como el de los demás lo botaba, cuando se fastidiaba lo abandonaba. Así era Shim ChangMin, no esperaba más de lo que daba, no deseaba más de lo que sabía no podía encontrar.

Suspiro largamente al encontrarse con el miembro erecto a escasos centímetros de su boca,  tomo las caderas con ambas manos al acercar el siguiente dulce que probaría.

 

 Continuara. . .

 

Notas finales:

Gracias por leer~~ Y los comentarios son amor~~ 


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