El único
Si bien había sido un día relativamente normal, o eso debía ser para el, mas debido a ciertos asuntos ahora se encontraba camino al pueblo que tanto evitaba, se caracterizaba por ser solitario y desde que había comprado aquel rancho no había necesitado salir de el mas de lo necesario.
Se dedicaba a la cría de caballos pura sangre para exhibiciones, así que solo salía hacia los concursos o a la compra y venta de especímenes lo cual era dos o tres veces al mes dependiendo su ánimo y ganas de tratar con la gente. Por lo demás evitaba salir, por ello tenia tratos con una comercializadora que le facilitaba la entrega de suplementos alimenticios para sus animales. En cuanto a la despensa igualmente podía pedir a domicilio lo esencial, cosa que cada mes hacia y en gran proporción a pesar de vivir el solo.
Pero volviendo a lo anterior dicha comercializadora le había irrumpido su desayuno esa mañana solo para informarle que debido al accidente de un repartidor estaban atrasados con algunos pedidos por lo cual le pedían paciencia, pero el... No tenía dicha paciencia menos cuando dicho suplemento vitamínico era realmente necesario para sus caballos, así que simplemente cancelo dicha por este mes y aseguro el siguiente, acordando que no quería más retrasos en su pedido o terminaría cambiando a otro negocio.
Y he ahí por qué ahora él estaba a solo unos metros de la farmacia del pueblo, donde debía encontrar lo que necesitaba si no realmente estaría molesto. Estaciono la camioneta a solo unos metros atrás de la farmacia y bajo caminando despacio con las manos en los bolsillos de su pantalón de mezclilla azul, mientras miraba de manera despreocupada el cielo, ese color siempre le había gustado, para el ese azul le hacia sentir una paz realmente infinita, por no decir que lograba calmar su dolido corazón, iba tan absorto que al pasar por el callejón junto a la farmacia, un pequeño sollozo fue lo que le hizo distraerse y simplemente voltear de manera despreocupada para observar quien lloraba, sabia que bien podía ser alguna chica que había peleado con su novio o un niño pequeño que podía estar perdido o simplemente haberse lastimado, cual quiera de esas dos cosas no le importarían, el solo tenia curiosidad la cual una vez saciada regresaría a su mandado.
Pero cual fue su sorpresa al ver a un chico hecho bolita en el callejón, abrazándose a sus piernas mientras hundía su cabeza entre ellas, no distinguía mucho de él, pero si apreciaba su ropa desalineada y algunos raspones, mas lo que llamo su atención, fue su cabello rubio, podía estar algo cenizo por la suciedad pero aun así podía distinguirse aun en la oscuridad.
Se encogió de hombros y siguió su camino entrando en la farmacia y buscando lo que necesitaba, cuando vio al dependiente y pidió los suplementos, este solo le miro desconcertado luego de que el hombre le encargo todo que tuviera disponible, claro que el dependiente luego le miro mal, y se dispuso a acomodar dichos artículos en bolsas de papel,... Tres bolsas eran lo que al final término comprando para luego salir del establecimiento e ir a casa para poder hacer sus labores que tenía pausadas.
Pasando nuevamente por el callejón fue que el quejido y la risa proveniente de ahí, fue lo que llamo su atención, girando su cabeza y observando como o, dos tipos golpeaban al pequeño chico de hacia veinte minutos atrás, el solo estaba en el suelo hecho bolita llorando y pidiendo pararan de maltratarlo, era obvio que el no había hecho nada malo. El hombre solo soltó las bolsas de papel y en segundos ya tenia a los otros dos hombres tirados en el suelo y desmayados.
Se inclino para revisar al chico viendo que apenas y respiraba, así que lo sujeto en sus brazos cargándolo y saliendo con el del callejón, no sin antes tomar ambas bolsas de papel, realmente de hubiera jodido aun mas el día si hubiera tenido que ir a otro lado a conseguir aquello.
Acomodo al chico en el asiento trasero de su auto y emprendió el camino a su casa, cerca de dos horas en las cuales de vez en cuando comprobaba que viviera, el hombre llego a su casa, cargando al rubio fuera de su camioneta y caminando con el directo a la su casa, no era la gran cosa dicho espacio solo una casa grande de un piso solamente. Entro con el chico en sus brazos y camino hacia su cuarto donde deposito al chico en la gran cama mientras el revisaba sus heridas, sin duda viendo lo amoratado de su piel y los rasguños frescos no pudo contener su coraje apretando sus puños y maldiciendo a todo aquel que había dañado al pobre chico, se veía que era un chico sensible, prueba de ello era como le había visto llorar en dicho callejón, suspiro confundido y simplemente se levanto abandonando la habitación para preparar algo para comer, el chico se veía realmente delgado, mejor dicho desnutrido así que solo haría algo ligero para cuando despertase pudiera comerlo.
......
Sentía que estaba sobre una nube o al menos eso le parecía, por primera vez el suelo de la calle era realmente blandito bajo el, tal ves se había desmayado luego de aquella paliza y lo habían cogido y tirado en algún contenedor de basura como usualmente sucedía. Se giro queriendo incorporarse y abriendo los ojos lentamente pudo notar como claramente estaba en una habitación dentro de alguna casa. El miedo le inundo, apanicandose por completo al pensar que había sido atrapado y llevado nuevamente a ese lugar, el no quería, no quería ser vendido y abusado... Se paro rápidamente sintiendo los estragos de aquellos golpes en su cuerpo, mas ahora eso no era su única preocupación, el debía salir de ahí, debía hacerlo ahora, camino hacia la puerta y la abrió sin ninguna traba cosa que le pareció extraño ¿Acaso era una trampa? ¿Acaso si salía seria azotado? Su mano temblaba sujetando la perilla de la puerta mientras su mente le jugaba completamente sucio. ¿Porque a el? ¿Que había hecho el? La vida solo le había traído dolores, que mas podía traerle que no fuera la muerte, suspiro hondo y abrió la puerta saliendo por ella, mirando a ambos lados del pasillo trago saliva y salió completamente caminando al lado derecho del pasillo donde la tenue luz del sol le indicaba podría estar la salida. Camino a paso lento sosteniéndose de las paredes, su cuerpo le dolía horrores, pero el solo quería salir de ahí, camino hasta llegar a lo que era la sala de una casa, estaba muy bien equipada o eso creía el, no recordaba que debía tener del todo un casa, había vivido encerrado la mayor parte de su vida, aquella jaula era su hogar, un hogar donde dormía sobre pedazos de periódico y comía las sobras que le arrojaban, de donde salía solo cuando debía hacer la limpieza.
Se quedo ahí perdido en sus recuerdos cuando escucho un ruido provenir del otro lado del pasillo, camino hacia con miedo y curiosidad marcados en su rostro, temblaba por lo que podría encontrar, pero el quería ver el lugar de donde provenía aquel ruido, así que respirando hondo avanzo mas hasta quedar parado en el marco de la puerta, frente a el dándole la espalda estaba un hombre de cabello azabache y vestido de manera normal, pantalón de mezclilla y camiseta negra, parecía estar preparando algo frente a lo que el reconoció como una estufa.
Quiso avanzar mas pero el dolor ya no lo dejo y le hizo caer al suelo haciendo un leve quejido con sus labios mientras respiraba agitadamente, entonces un calor proveniente de unos brazos sosteniéndolo le hicieron volver a la realidad, miro a quien le sujetaba, su rostro parecía completamente preocupado una mueca de enfado parecía querer aparecer, se fijo bien en ese hombre, de ojos negros como la noche que simplemente lo envolvieron de inmediato, algo en él le dijo que jamás volvería a esta huyendo que el simplemente se quedaría ahí, con el.
Todo un sin fin de sensaciones le invadieron antes de caer nuevamente inconsciente, todo ante aquella voz fuerte y atrayente que le gritaba con tono preocupado algo que simplemente no alcanzo a escuchar, pues todo su mundo se oscureció mientras lagrimas salían nuevamente de sus ojos.
...........
Estaba ahí sosteniendo en sus brazos al chico que había vuelto a colapsar en el piso de su cocina, estaba tan concentrado friendo el tocino que apenas y se dio cuenta de su presencia cuando el gemido de dolor le hizo voltear, ahí vio como el chico se deslizaba por el marco de la puerta con clara muestra de dolor, apago el la estufa y corrió a sostenerle antes de que se diera algún tipo de golpe.
Su ojos miraban al chico en sus brazos cuando este alzo la mirada y lo miro fijamente haciendo que una mueca de preocupación apareciera en su rostro, el cual jamás mostraba reacción alguna de sentimientos, su corazón frio dio un vuelco cuando sus ojos negros cruzaron con los de él, eran simplemente hermosos, eran de un azul inimaginable, el color del cielo se quedaba corto al lado de aquel Azul tan bonito y brillante, esos ojos lo hipnotizaron tanto que su mente y corazón empezó a desear jamás dejarle ir, él era ahora suyo, siempre lo fue, lo sabia su instinto se lo decía, ese chico en el sus brazos era su compañero, aquel que espero por siglos, era fácil saberlo pues su aroma era dulzón mezclado con el metálico de la sangre de sus heridas, además, solo haberlo visto fijamente había despertado por completo su entrepierna poniéndole realmente duro.
Su preocupación creció al ver como esos ojos hermosos se desvanecían, cerrándose por completo mientras en realmente preocupado le decía que resistiera, mas aquello era imposible, el chico realmente estaba lastimado y eso le hacia hervir la sangre de solo imaginar como habían abusado una y otra vez de él golpeándolo y tal vez, hasta… sacudió su cabeza alejando esos pensamientos, realmente mataría a alguien si ese hermoso rubio que era su pareja había sido tocado de formas nada agradables para el. Se levanto del suelo y camino hacia la habitación donde simplemente recostó al chico en su cama.
Le dejo ahí mientras él iba por un paño húmedo para limpiar su rostro. Cuando regreso le sorprendió ver al chico con los ojos abiertos apenas apoyado en sus codos alzado mirándole con una mezcla de miedo y duda.
-¿serás mi amo?-pregunto sin vacilar el chico.
El sintió como su corazón se encogió en su pecho justo cuando esas palabras salieron de los labios del chico, negó con la cabeza y simplemente se acercó sentándose a su lado mientras limpiaba su rostro y el rastro de lágrimas que descendía de él.
-no me pegue-dijo con un ruego en su voz.
-no voy a golpearte y mucho menos serás mi esclavo-suspiro el moreno mientras limpiaba el rostro de ahora un confundido muchacho-puede irte cuando desees-se obligo a decir aquello aunque sabia que no quería dejarle ir-así que no te preocupes… que no te preocupes
-de verdad… ¿de verdad puedo irme? ¿No e golpeara ni me hará cosas sucias?-dijo el chico con temor nuevamente.
-no hare nada de eso… así que cálmate –le sonrió cariñosamente como hacia años no se atrevía a hacerlo.
-gracias… -dijo el chico relajándose y sonriendo igualmente, aun sonrisa tan dulce que iluminaba su rostro aun a pesar de tener algunos moretones- Naruto…
-¿eh?...-se sorprendió el moreno
-mi nombre es Naruto… -dijo apenado y sonriendo-muchas gracias… -su pregunta fue muda.
-Sasuke…-sonrió de lado mientras le miraba a esos ojos tan azules que le hipnotizaban- Uchiha Sasuke…
-muchas gracias Sasuke… -dijo el rubio abrazándose a él con un poco de dificultad mientras lagrimas salían de sus ojos y mojaban el hombro de Sasuke-muchas gracias por ayudarme… gracias…
Sasuke no supo que decir, solo se limito a abrazar igualmente al pequeño rubio con sus brazos, su corazón latía fuertemente y podía sentir como sucedía lo mismo con el de Naruto. Su corazón hacia despertado y ahora ansiaba reclamar a Naruto como suyo.