Encontrase solo en un bosque desierto, sin recuerdos de cómo se ha llegado ahi, ni de como regresar, es algo que no se vive todos los días.
Así me encontraba yo, como abandonado por una fuerza desconocida en un bosque donde no sentía la presencia de animal alguna. No creo que alguna persona supiera que hacer en una situación parecida, y creo que cualquiera haría lo que yo, caminar sin rumbo fijo hacia los robles y pinos que llenaban el lugar.
Cabe decir que el bosque era hermoso, una combinación de todas las etapas, por las que pasa cualquiera a lo largo del año. Verano, otoño, primavera e invierno se juntaban de manera tan magnífica que mis ojos se maravillan con tal espectáculo, logrando alejar de mi mente el conocimiento de situación.
ya cansado de vagar, me senté a la sombra de un pino enorme para descansar frente a un lago calmado, en lo que parecia ser la version primaveral de ese extraño bosque. observé que en el agua no se veía más que un ligero movimiento producido por el viento, ni la más mínima pista de algun pez u otro ser viviente que no fueran algas.
En un estado de duermevela capté que algo se movía en el horizonte, después de un largo rato de ver solo el rítmico movimiento de las hojas con el viento. Movido por la curiosidad me levante y fuí a investigar. Haciendo a un lado algunas plantas que estorbaban mi paso, llegué a un prado lleno de flores de todo tipo, el olor era indescriptible, una combinación de aromas tan deliciosos que ni el mejor perfume podría compararse con él. En medio del prado una figura masculina miraba el bosque, fascinado de tal manera que parecía no notar mi existencia.
Dándome la espalda, llevaba una camisa blanca y unos pantalones negros y tenía un cabello de color obscuro que el viento movia con su brisa.
Anonadado con tan impactante visión, me acerque lentamente a él y le toqué el hombro suavemente, como temiendo que desapareciera al contacto. Al percartarse de mi presencia, giro para mirarme, tenia una tez bronceada, y unos ojos de un verde tan intenso como las mismas hojas de los arboles.
Buscando las palabras adecuadas, solo logre balbucear un;
- dis... discu... disculpa - el sonrió dulcemente y como aquel que habla a un niño pequeño me dijo;
- Esperaba verte por aqui pronto Nathan -
- Perdona, pero, ¿como es que sabes mi nombre? - pregunté tan confundido como sorprendido.
- ¿no me recuerdas? - dijo aquel chico con una cara de indignacion fingida.
- Bueno aunque eres muy hermoso, no te me haces familiar - dije notando como mi corazón empazaba a latir con rapidez con tan solo mirarle.
- No te pereocupes, pronto lo sabras - dijo con una sonrisa que consiguio erizarme la piel.
Ese comentario me tomo desprevenido, aunque no tanto como el hecho de que cuando terminó de decirlo, el prado desapareció y me encontraba de nuevo solo, en medio de ese bosque atrapado en las cuatro estaciones.
Pero lo peor de todo era que parecía que por mucho que lo intentase no podria salir de ese bosque.
Y mientras caminaba aquella persona me esperaba sentando en aquel campo de flores.