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Every little thing por olgap_k

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Notas del capitulo:

Es más lime que lemon, pero no hay esa advertencia, así que me fui con lemon =P



Yunho estaba acostumbrado a salir adelante solo, estaba acostumbrado a ser él quien cargara con todas las responsabilidades y las culpas y no importaba que los demás no se llevaran los mismos regaños que él, su labor era facilitar el camino para los otros cuatro que estaban con él. Ser el líder significaba protegerlos de todos, de la misma empresa que los representaba y les ayudó a encontrar la fama, de ellos mismos, de cualquier mal que pudiera hacerles pasar un mal momento.

Por eso desde que Yoochun, Junsu y Jaejoong los habían abandonado, no pudo evitar sentirse drenado de energía, como si éstos en sus maletas hubieran empacado igual su entusiasmo y ganas de seguir adelante, y no se lanzó de un precipicio simplemente porque a pesar de todo, aún tenía un motivo para seguir adelante.

No estaba solo.

El enorme departamento se sentía aún más grande de lo que era, después de lo mucho que se habían quejado los cinco que no entraban en él, ahora era demasiado para ellos dos.

Changmin se veía tan pequeño sentado en el sillón, luciendo perdido, aún más joven de lo que era.

Ojos cansados, cabello revuelto y una expresión de desolación combinada con una de determinación que le hicieron no darse por vencido.

-¿Estás bien? -preguntó, separados por varios pasos imaginarios, sintiendo que la distancia entre ellos pesaba en su corazón porque el otro era lo único que le quedaba y aún así sentía como si una barrera invisible les separara.

Un asentimiento.

Changmin se mordió el labio inferior y soltó un suspiro, en éste dejó escapar un poco de su propia frustración.

Yunho estaba ahí, con él, luciendo aún como el líder a quien tanto respetaba, que le hacía siempre esforzarse un poco más.

-Hyung -un murmuro, su voz demasiado suave, casi quebrada por emociones que lo estrujaban desde adentro, haciéndole sentirse como si se asfixiara, quizás era esa necesidad que tenía de llorar y como no se permitía hacerlo, le torturaba-, vamos a estar bien.

Sonaba tan confiado de sus palabras, como si no pudiese equivocarse.

Estaba tan seguro, confiaba en Yunho más de lo que confiaba en sí mismo, en la determinación del líder, en que éste estaba acostumbrado a ponerse metas y cumplirlas sin fallar jamás.

Él haría lo mismo.

Dio un paso hacia el más joven, le miró con todo el afecto que pudo concentrar en sus ojos y cuando Changmin apartó la vista, apenado, se permitió una leve sonrisa. La primera sonrisa en mucho tiempo.

-¿Tú estás bien, Hyung?

Yunho quiso decir que lo estaba, poder convencerse que así era, o cuando menos que pronto lo estaría, pero estaba empezando a cansarse de esa fachada que siempre proyectaba, cuando quería por primera vez que alguien más lo reconfortara y le diera un estrecho abrazo en el que él pudiera derrumbarse y permitirse ser débil.

Necesitaba serlo.

Una breve negación y retrocedió un paso, se cubrió el rostro con ambas manos y quiso gritar, liberar un poco más de su frustración que con cada segundo que pasaba iba creciendo, acumulándose y haciendo que hasta sus pasos fueran más pesados. ¿Por qué el abandono se siente así de aterrador? El simple hecho de pensar en seguir adelante le hacía querer vaciar su estómago.

Escuchó a Changmin moverse, el susurro de la tela de su ropa cuando se acercó a él, lo sintió a su lado, y aquel abrazo que le rodeó tan tentativamente, como si el menor no estuviera seguro de que eso fuera lo correcto, y se abandonó al confort.

Tendrían que continuar con el grupo, había un contrato de por medio.

Pero la idea de pararse en un escenario, sólo ellos dos, le daba escalofríos y no quería.

Changmin le apretó contra su cuerpo, le acarició el cabello.

-Vamos a estar bien -repitió-. No estás solo, yo estoy contigo. Déjame ayudarte.

Esas palabras le sorprendieron, fueron como un balde de agua fría vaciado sobre su cabeza. Se sintió despertar de un sueño pesado que le alentaba un poco, se apartó lo suficiente para mirar los ojos del otro, quien parecía estar conteniendo el llanto. Siendo el fuerte de los dos, por primera vez.

Asintió.

No estaba solo, podían seguir adelante y continuar con Dong Bang Shin Ki.

-Gracias, Changdola -una leve sonrisa, mientras por sus mejillas continuaban deslizándose gruesas lágrimas.

Jaejoong, la persona a quien más había amado dentro del grupo, le había dejado, pero ahora tenía a alguien más a su lado, demostrándole que no estaba solo, y se sintió infinitamente agradecido por tener la fortaleza del más pequeño del grupo.

Le dio un beso en la frente y lo volvió a abrazar, para permitir que le siguiera dando ese confort que durante tantos años se había negado.



El líder no era ciego ni estúpido, podía ver que Changmin sentía algo más que simple amistad por él. Lo veía en la preocupación siempre presente en su mirada, por él, en la forma en que había madurado tan rápidamente y era capaz de ser el soporte que siempre había necesitado, en la determinación por sacar adelante esa nueva coreografía para su nueva canción.

Mientras practicaban la coreografía, cansados y sudados, a punto de alcanzar el límite y decidir terminar por el día, e irse a descansar, veía fijamente a Changmin. Éste se estaba esforzando aún más que de costumbre, sus largas piernas se movían siguiendo la coreografía que les habían puesto, ponía fuerza en los movimientos de sus brazos y sus caderas y saltaba cuando tenía que hacerlo, mientras cantaba, controlando su respiración para no sonar tan cansado.

Dio una vuelta y se detuvo cuando vio que Yunho no estaba bailando y no dejaba de mirarle fijamente.

Se pasó una mano por el húmedo cabello lacio y alzó una ceja.

-¿Sucede algo? -preguntó y se dirigió a una esquina, donde estaba su botella de agua, que destapó y tomó de ésta un largo sorbo.

Jamás se había fijado realmente en lo hermoso que Changmin era, en su perfil, sus labios rojos, sus pómulos altos y su prolongado cuello, del que podía ver gotas de sudor deslizándose.

-Podemos continuar mañana -dijo, sabía que el más joven estaba cansado.

Él mismo igual lo estaba, pero él ya se había aprendido la coreografía, el problema estaba en sincronizarse para que no se confundieran, y a Changmin aún le fallaban algunos pasos, pero no estaban tan lejos de conseguir el resultado buscado.

Changmin se agachó por una toalla que estaba sobre su mochila, se secó el rostro y sonrió ampliamente.

-Gracias, Hyung.

No esperó más, empezó a guardar todo en su mochila y le miró para que hiciera lo mismo y pudieran regresar al departamento.



El rumbo de su relación cambió por completo esa noche, en que después de haber regresado a un escenario y haber conseguido una excelente presentación, Yunho permitió que Changmin sacara botella tras botella de cerveza y se emborracharan hasta que ninguno de los dos tuviera la elocuencia suficiente para que siguieran conversando de forma coherente.

Changmin estaba riéndose, mientras se llevaba a la boca un puñado de maníes y los pasaba con un trago de cerveza.

Estaba un poco mareado y demasiado alegre mientras observaba a Yunho fijamente.

El líder no podía dejar de observar al otro, como se movía con tanta gracia a pesar de estar tan borracho, no se tambaleaba de un lado a otro pareciendo un completo idiota como él, a pesar que balbuceaba cosas sin sentido.

Los separaba una pequeña mesa, sobre la que Yunho casi se subió para poder acercarse más a Changmin y finalmente probar el sabor de sus labios rojos como cerezas.

El menor respondió el beso y se rió después que se terminó, y el líder regresó a su lugar.

Imitó el movimiento de Yunho y se acercó a él, ambas manos apoyándose en la mesa, besó a Yunho y se movió un poco, consiguiendo tirar la última botella de cerveza que había justo al lado de su brazo, y ésta rodó y se reventó en el suelo.

El sonido los sobresaltó y Changmin se apartó y miró confundido a su alrededor.

-Buenas noches, Hyung -fue todo lo que dijo, se levantó y esquivando el charco de cerveza y los fragmentos de vidrio en el suelo, se dirigió a su habitación, dejando a un muy confundido Yunho, viendo la espalda de Changmin, hasta que éste se metió a su habitación, y tuvo que limitarse a observar la puerta cerrada.



Ninguno de los dos estaba borracho esta vez, mientras Changmin estaba arrodillado frente a Yunho, rindiéndole tributo a la masiva hombría de éste, dándole prolongadas lamidas y acariciándole con largos y delgados dedos, antes de introducirlo de lleno en su boca.

Mientras lamía, inflaba sus mejillas y creaba un vacío que le ayudaba a succionar posteriormente y conseguir un mejor resultado.

Sus manos jugaban con los testículos de Yunho, gentilmente, caricias superficiales que enviaban escalofríos por todo el cuerpo de Yunho.

No duró mucho tiempo, la humedad de la boca de Changmin, esa lengua traviesa que cosquilleaba su erecto miembro y la succión, así como las caricias como roces de pluma sobre su piel, en aquella parte tan sensible, le llevaron a alcanzar el clímax y derramarse en la boca de un ansioso Changmin quien tragó todo y se levantó, sacudió el polvo de sus rodillas, acomodó el pantalón de Yunho y se pasó una mano por el cabello, agradeciendo que no estaba peinado de una forma en específico.

Mientras intentaba regularizar su respiración, sujetó al otro de la muñeca, antes que éste pudiera dejarle solo en el camerino.

Le acercó a él, le dio un fuerte abrazo y después le besó en la boca.

Desde el primer beso en aquella noche de celebración y borrachera, no se habían besado, y esto se sentía tan bien. A pesar que podía sentir su propio sabor en la boca del otro, no se apartó, si no que profundizó el beso y se sintió satisfecho cuando Changmin respondió ardientemente, entregándose de lleno.

-Gracias, Changmin -dijo, y no le estaba dando las gracias por lo que acababa de suceder, le estaba agradeciendo el quedarse a su lado-. Te amo.

El murmuro, aquella promesa de amor, sorprendió a Changmin, quien se apartó y le miró con ojos muy abiertos.

Y la forma en que le respondió fue un 'te amo' oculto.

-Déjame cuidar de ti, Hyung.



Estaba enfermo, congestionado, con fiebre y con ganas de no querer abandonar su cama.

No le sorprendió que alguien entrara a su habitación, lo que si le sorprendió fue que Changmin llevara una bandeja consigo, donde pudo ver una taza de té, varias pastillas, un cuenco con agua y unos paños.

Lo vio depositar la bandeja en su mesa de noche, le ayudó a sentarse y le dio la taza de té y las pastillas.

-Min...

-Cállate -fue toda la respuesta del menor, estaba serio mientras le llevaba la taza a la boca y le hacía beber un sorbo antes de que tragara las pastillas.

Después de haber tomado la medicina, sintió como lo empujaba suavemente de regreso a la cama, le acomodaba la almohada y le cubría con las mantas. El otoño estaba finalizando y el frío empezaba a hacerse notar más y más.

La primer compresa de agua fría hizo que sintiera un escalofrío recorrerle por completo.

Esas manos suaves que le acariciaron el cabello húmedo, esos labios llenos que le besaron la mejilla con cariño, y su mano, sintiéndose pesada que sostuvo la de Changmin, y depositó un beso sobre ésta.



Sin haberse dado cuenta, ese 'te amo' que le había dicho a Changmin, se había vuelto tan real como no había sido cuando lo pronunció, cuando realmente en ese entonces había sido sólo gratitud.

Sabía que Changmin igual ya lo sabía, por eso mismo era que estaba permitiendo esto.

Era el final de su día libre, que habían pasado separados, y en cuanto le vio regresar, sonriente y hablando del maravilloso día que había tenido con Kyuhyun, casi se había lanzado como un misil hacia el menor y lo había abrazado contra él.

El beso no fue una sorpresa para ninguno de los dos.

La desesperación con la que se deshicieron de la ropa tampoco fue nada sorprendente, caricias por todo el cuerpo, besos de Yunho marcando toda la superficie del cuerpo del otro, piel blanca y suave que lamió y succionó, dejando una marca roja sobre el hueso de la cadera.

-Hyung, Hyung... -esa voz, ronca y necesitada.

Veneró con caricias y besos el cuerpo del menor, lo preparó largamente, permitiéndose acostumbrarse al calor interno de Changmin, a la presión deliciosa, antes de permitirse sentirla de lleno.

Cuando le penetró, fue como regresar a casa, sin saber que ése era su hogar.

Se sentía caliente por todos lados, el rostro, el cuerpo, y en el corazón, que latía acelerado mientras se movía rápidamente, persiguiendo su propio orgasmo, dándole placer a un incoherente Changmin que tenía los ojos fuertemente cerrados y la boca entreabierta, mientras un hilillo de saliva se deslizaba por su barbilla.

Lo abrazó con fuerza contra él, queriendo llegar más hondo, donde nadie más había llegado y los gemidos de Changmin, que se hacían más roncos y urgidos, le dijeron que estaba haciendo un buen trabajo.

Los dos alcanzaron el clímax al mismo tiempo, y Changmin pareció perder toda movilidad por completo, porque se quedó inmóvil, respirando agitadamente y cubriéndose el rostro con una mano.

-¿Estás bien? -preguntó Yunho, saliendo de él y estirando la mano para buscar su camisa y sin importarle que era nueva, empezar a limpiar el abdomen de Changmin.

Éste abrió los ojos, movió la cabeza y le regaló una media sonrisa.

-Yo igual te amo, Hyung.

Yunho se rió, continuó limpiando al menor, ahora sus muslos, y aquella íntima parte por donde estaba desbordándose el semen que él había depositado en el interior del menor.

-Ahora, tú déjame cuidar de ti.

La leve sonrisa de Changmin, y el que se dejara manejar hasta que estuvo parcialmente limpio, fueron todo lo que Yunho necesitó para saber que entre ellos dos todo estaba bien.

-Te amo, Changdola.

Besó el hombro húmedo de sudor del menor y lo abrazó.

Estaban desnudos en medio de la sala, en el suelo, sobre la alfombra, pero eso, por el momento, realmente no importaba.

¿Quién diría que, al final, Changmin había tenido razón?

Los dos estaban bien.


Notas finales:

Adoro el Homin como no tienen idea, espero poder seguir escribiendo más de ellos que son mi más reciente vicio =)

Homin figthing!


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