Me fue tan difícil creer que yo pudiera gustarte, fue ese el motivo por el cual en tu confesión yo te dije: “No me estas molestando”. Tu preguntabas por qué me ibas a molestar, pero lo que no entendías es que mi poca confianza en mi persona me hacia difícil entender que yo te gustara. Tus palabras eras tan lindas que llenaban mi corazón en su totalidad.- Desde que te vi me gustaste, fue amor a primera vista.- Seguías con las frases que me hacían retorcer al sentir especial. Realmente el hecho paso en que en ese momento de mi vida yo no estaba buscando a nadie, pero tu apareciste de la nada, llegaste y comenzaste ese juego de querer llamar mi atención, algo había especial en ti que desde el primer dia note tus miradas especiales, uno que otro acto de casi celos, pero me parecía interesante.
Cuando me confesaste que yo te gustaba, en ese momento sentía lo mismo que tu, fue la primera confesión de amor que recibía en mi vida, a mis veinte años jamás había tenido una relación, mucho menos pensar en dar un beso, para mí eso era algo sagrado, ese sentimiento de prófugos corazones que le daría a mi primer amor. Al siguiente dia quedamos de juntarnos, sabía que seria para algo especial, luego de todo ambos habíamos confesado nuestros sentimientos, nos queríamos.
Esa noche recibí una notificación en facebook: “Kim Kibum te ha etiquetado en su estado”. Fue rápidamente a ver que era, “Escribe F y la primera persona que salga te debe un abrazo de oso”. En mi mente hubo un sentimiento de curiosidad, si por letra F se refiere yo nunca hubiera aparecido de los primeros, pero no le di importancia y sabia que te debía un abrazo de oso.
-Juguemos con apuestas.- Le dije por MSN aquella noche donde amanecimos conversando.
-Está bien pero tu di las apuestas.- Su imaginación no era muy amplia.
-Hmmm…haber otro abrazo.- No se me ocurrió nada más.
-Está bien.
Así pasaron tres rondas de juegos: Dama, Uno y Buscaminas. El muy suertudo me gano las tres veces seguidas por lo que le debía ya tres abrazos de oso, el estaba feliz y me decía que los abrazos debían ser muy pero que muy fuertes.
-Jugamos de nuevo pero con apuestas más extremas.- En ese instante sabía lo que él quería, mas mi ternura solo pensó algo.
-El que pierde le da un beso en la mejilla al otro.
-Awwww que tierno.- Sus Awwww siempre me derretían.
El destino estuvo de mi lado y le gane, me debía un beso en la mejilla y yo estaba tan feliz, sentía que explotaría de felicidad. El reloj ya marcaba las tres y media de la noche por lo que nos despedimos para irnos a dormir. Estaba acostándome cuando mi celular sonó, un mensaje nuevo había llegado.
“Te quiero demasiado y también quiero verte mañana, tratar de cumplir el sueño de recostarme en tu pecho, adiós duerme bien, sueña conmigo y te quiero”
Como podría tener alguien así en mi vida, como me hacía sentir tan bien, era como si corazón corriera a mil kilómetros por hora. Así paso la noche, yo amanecí feliz y sonriente como hace mucho tiempo no lo hacía. Me arregle desde muy temprano, me cambie de ropa unas cuatro veces, me ponía algo y miraba al espejo, peor que mujer indecisa. Cuando por fin me había decidido a irme con la última ropa que me puse, vi mi reloj y estaba algo tarde para nuestra cita, sé que no era la primera, pero era la primerísima luego de decirnos lo que sentimos. Comencé a correr hasta la parada de colectivos, cogí mi celular una vez que había tomado locomoción y lo llame.
-Donde estas cosito.- Eran nuestras maneras de tratarnos, vidito, angelito y así.
-Ya llegue y tu.- Inusualmente llego temprano, él era el que siempre llegaba tarde.
-Espérame ahí no te muevas, yo ya estoy por llegar.
El colectivo tardo unos pocos minutos en llegar hasta el mall de la ciudad, camine súper rápido hasta el punto donde nos veríamos. Llegue pero el no estaba, lo espere y espere caminando en círculos, fue en ese entonces que sonó mi celular.
-Donde estas.
-Estoy esperándote.- Le respondí mirando para todos lados.
-Espérame ahí voy bajando.
Espere mirando por la escalera mecánica, quise esconderme y asustarlo pero no alcance ya que venía bajando y me había visto, su carita comenzaba a sonreír, me miraba y yo lo esperaba. Llego hasta mí y nos saludamos de mano, luego de todo era un lugar donde había mucha gente, sabía que debía darle su abrazo y así lo hice. Lo abrace fuertemente mientras él hizo lo mismo, fue como si el mundo se detuvo y fuera algo largo, se que solo fueron unos quince segundos pero me dije si no lo suelto ahora no lo soltare jamás. Bajamos y nos fuimos del gran mall comenzando a caminar a los lugares con menos concurrencia de gente, las plazas más alejadas.
-Estas nervioso.- Le pregunte ya que podía notar su nerviosismo.
-Demasiado.- Me contesto.
Su respiración era muy profunda, era honda y espesa, podía sentir sus nervios con solo oírlo respirar, caminamos cuadras y cuadras y el no decía nada, solo seguía respirando de la misma manera. La diferencia en nuestras anteriores citas era que esta vez yo sabía que él me gustaba, mas encima él fue quien primero lo dijo, por eso estaba tan nervioso.
Así llegamos a una plaza, bastante lejos pero estaba llena de parejas por lo que seguimos nuestro rumbo para llegar a otra plaza, caminamos por muchos minutos, era divertido avanzar junto a él, de vez en cuando le sacaba la voz y lo hacía sonreír. El tiene una manera muy peculiar para reír, es como si lo hiciera para adentro, aprieta bastante fuerte sus dos labios mientras se le forman unos ojitos en sus mejillas, haciendo así una risa, la que yo llamaba “Su risa para adentro”.
Llegamos una plaza mucho más lejos que la anterior, esta estaba mas vacía y nos sentamos en una banca. Como sabía que estaba bastante nervioso saque un lápiz desde mi bolso.
-Juguemos hacernos preguntas, así no tienes que hablar y tus nervios bajaran.
-Está bien.- me sonrió y saco un cuaderno desde la mochila que andaba trayendo.
Comenzamos un juego de preguntas, era como estar en ask.com pero este era real, escrito de puño y letra. Le hice una pregunta luego de unos minutos, una bastante interesante que busca aumento en mi confianza.
“Si te pidiera pololeo hoy que me dirías”, A lo que él respondió.- “Que si por que te quiero mucho”. Mi corazón con esa respuesta comenzó a revolotear de alegría, fue algo súper lindo para mí. “Si quisiera que me abraces, lo harías”.- Pregunto él, podía notar como su respiración estaba más calmada, el juego había dado resultado. “Lo haría”.- Respondí para preguntarle al mismo tiempo. “Y si quisiera tomar tu mano me dejarías”.- el me respondió.- “Si”.
Le pedí su mano y el la coloco en la mía, fue la primera vez en mi vida que sentí tantos fuegos artificiales dentro de mí, podía correr una colina empinada sin cansarme por qué lo tenia de la mano. Con mi dedo pulgar le acariciaba su manito y él me miraba tan tiernamente con sus ojitos que podía jurar decían un gracias por quererme.
-Tus nervios bajaron.- Le dije sonriendo.
-Si.- Me contesto.
-Ven, vamos a dar una vuelta.
Necesitaba caminar para pensar y relajarme, le pediría que sea mi novio, por lo que debía tomarme mis minutos para no ponerme nervioso, debía mostrarme seguro para darle seguridad a él. Caminamos nuevamente mucho, llegamos a la primera plaza a la que fuimos, miramos que estaban las mismas parejas que hace un rato atrás, continuamos así en una caminata con silencio, esa pérdida de sonido que no te incomoda, que es todo lo contrario y sientes que puedes estar callado todo el tiempo y aun así serás pleno contigo mismo y tu pareja. Volvimos a la misma banca donde habíamos jugado con la hoja y preguntas.
Nos sentamos y nos miramos, tome tu mano de una manera muy delicada y sutil, comencé acariciarla. Debo reconocer que me dio nervio y comencé a reír de una manera bastante tonta, me calme un poco.
-Cosito mío de mi, mírame a los ojos.- Le dije y él me miro.- Quieres ser mi pololo.- Pregunte más seguro con su respuesta de unos minutos atrás.
-Sí, sí quiero por que te quiero mucho.- Sonreíste con tu mirada iluminada de un brillo que pensé era amor.
Feliz me levante y saque desde mi bolso un collar, ese mismo collar de boys before flower, ese que jun pyo le da a jandi con una estrella y la luna. Me corrí hasta atrás de ti y coloque el collar diciéndote que era la promesa de amor que tenía guardada para mi primer y único amor. Comencé acariciar tu cuello delicadamente con mis dedos, sentí como levantaste tu mano y acariciabas mis manos que hacían lo mismo con tu cuello, baje unos centímetros y te di un marcado beso en tu mejilla, un profundo beso que hizo un sonido hermoso.
-Te quiero cosito.- Musite muy cerca de tu oído.
-Te quiero también.- Me respondiste con tu vocecita que sonaba con felicidad.