1.- Collar
Después del momento en que el Dominante y el Sumiso establecen de manera tácita que rol desean ocupar en dicha relación, donde el Sumiso le otorga toda su confianza a su Dominante dándole el poder suficiente para que sea quien tenga el control “por completo” y lleve la riendas, quizás el segundo momento más importante sea cuando el Sumiso acepta llevar ese algo que le deja más que claro al resto de las personas que tiene un dueño y que es lo suficientemente posesivo como para no aceptar compartir lo que considera es de su absoluta propiedad.
Un collar.
Sasuke parpadeó aun intentando asimilar la imagen que le devolvía el espejo, de él mismo con aquella nueva y suave presión hecha de un fino cuero que tendría que cargar rodeando su cuello. Pero el problema no era ése, no. Él había estado más que dispuesto, inclusive gustoso, de llevar aquello. Tenía bastante tiempo deleitándose mentalmente con la idea de que en algún momento Naruto compraría eso para él.
¿Pero por qué tenía que ser de ese color naranja chillón que a kilómetros de distancia podría reconocerse? Incluso sentía que podía ser confundido con absoluta facilidad con un estúpido cono de seguridad.
—Debes estar bromeando. —fue lo único que logró articular después de pasados unos minutos desde que su novio le había colocado aquel collar y le había preguntado qué tal le parecía—. No usaré… esto.
—¡Pero teme! —Naruto empezó a hacer caras raras detrás suyo y estaba casi seguro de que era uno de sus intentos de puchero y ojitos para que aceptará, fallidamente como siempre, que hiciera algo que quería. Pero oh no, no había forma alguna de que aceptara llevar algo tan escandaloso sobre si.
Negó con la cabeza, suspirando, y llevó sus manos a su cuello para desatar el collar. Sin embargo unas manos se posicionaron sobre las suyas, ejerciendo algo de presión e impidiendo que empezara siquiera aquella acción. Su cuerpo se tensó ante la mirada llena de seriedad que le devolvía el reflejo de su pareja a un lado del suyo y tuvo que tragar grueso ante eso.
—No. —la voz dura de Naruto no admitía réplica alguna y frunció el ceño un tanto molesto aunque no sabía si con el rubio o consigo mismo por dejarse dominar hasta en esa situación a la que realmente quería oponerse—. Se va a quedar ahí, Sasuke. ¿Qué dueño es tan notorio como ese collar que llevas? Es evidente que con eso al resto le queda más que claro que solamente me perteneces a mí. Esa es la razón de que sea de ese color que tanto te desagrada. Todos deben tener claro que eres mío. —le explicó mostrándole todos sus dientes mientras le sonreía para calmarlo.
—Eres un idiota. —fue lo único que dijo aunque sonreía levemente, ganándose protestas por parte del otro. Pero optó por ignorarlas, más ocupado acariciando aquel collar que le dejaba más que claro que le pertenecía a Naruto y que éste lo amaba.
Su novio era realmente un jodido idiota.