-Aaaaaah-se escuchó a lo lejos.
Sin duda se trataba de un nuevo crimen por parte de ese bello asesino.
::: Oficina de Policías/Cuartel General/19:00 horas :::
-Todo indica que fue su fechoría-reprochaba el Sargento Kawamura mientras observaba una foto que se señalaba como una pista.
-No hay nada que hacer, ¿verdad?-Respondía el Subcomandante Oishi.
-¿Cómo se les escapó?-Reclamó la Sargento Sumire.
-Esto ya es demasiado…-pausó y enseguida continuó-hay que llamar al mejor detective, tengo entendido que ha estado tras la pista de ese asesino de Tokio; no hay nada como poner al mejor contra el mejor, ¿no lo creen?
Todos asintieron al unísono, el subcomandante se dispuso a llamar al detective más famoso de toda la región: Tezuka Kunimitsu.
El caso ya llevaba algunos meses dentro de los expedientes de la policía pero ninguno de los miembros era capaz de dar con el paradero del dichoso culpable de tanto delito. Se implementaron varias estrategias en su contra pero ninguna de ellas dio resultados positivos, pues el asesino siempre fue mucho más listo que ellos, anteponiéndose a los hechos y dejándolos en ridículo ante la población, que cada vez temía más de ese hombre con encantadora y sádica mirada.
::: Oficina del Subcomandante/ 7:00 horas :::
-Adelante-indicó el Subcomandante.
Al momento la puerta se abrió dejando ver a la posible solución a todos sus problemas.
-…
Sin recibir algún saludo por parte del invitado Oishi se dispuso a entregar el expediente del asesino, sin embargo fue detenido por el detective.
-Si piensa entregarme el expediente, no desperdicie su tiempo. Su información no me es apetecible prefiero cazar al asesino con mis propios medios-pauso-si no le molesta.
El subcomandante no logró reaccionar pues una intensa mirada lo apresaba como un lobo acechando a un pequeño animal indefenso.
-C...Como guste-terminó.
-Gracias.
El apuesto detective dejó la oficina mientras se colocaba el sombrero que se había quitado momentos antes previo a entrar a la oficina. Su vestimenta era la del típico detective por lo que todos podrían pensar que se trataba de cualquiera pero su mirada lo distinguía de todos los demás que se hacían llamar “detectives” pues fulminaba cual pistola del mejor calibre.
-¿Se ha ido?-preguntó el Comandante Kawamura.
-Sí, y no sabes cuánto lo agradezco-musitó Oishi mientras se limpiaba el sudor de la frente.
-¿Tan bueno es?-le soltó al ver como el sudor se escurría de la frente (NA/xDD obvio ese hombre es MUUY bueno XDD).
-Pues deberá serlo, digo-se tranquilizó un poco-tiene que serlo, pues no quiso leer el expediente que tanto trabajo nos ha costado recabar, es un engreído.
-Supongo que por eso lo llaman “el mejor”, ¿no crees?
-…
-En fin, ¿cuál es la última información que hemos recibido acerca del asesinato?
-Bien le daré lectura para no perder ningún detalle.
El subcomandante terminó de leer el informe detallado del policía Kintaro, en el cuál se describía al culpable de la misma manera que en casos anteriores: un joven apuesto de castaños cabellos, ojos azules hermosos cuál mar de las Antillas, complexión delgada, bellos pómulos…en fin todo un príncipe pero su sonrisa sádica sedienta de sangre siempre era un detalle que los pocos testigos siempre marcaban con la mirada perdida y totalmente horrorizada.
-¿Hay marcas?
-Sí, me temo que si…la mordida de las demás victimas se encuentra exactamente en el mismo lugar.
-¿Con quién estamos tratando? ¿Con un vampiro?-Soltó una risa insatisfecha.
-Aún no lo sabemos, aunque es casi imposible.
**********
La ronda del turno matutino en el cuartel General terminó y el cambió de turno se realizó sin ningún percance.
El subcomandante Oishi caminaba por la calle, aún pensaba en el caso del asesino de la “bella” sonrisa, nombre que se utilizaba en las calles para nombrar a tan cruel hombre, para él no le venía en gracia el nombre pues esa supuesta sonrisa a la que llamaban “bella” era lo que detonaba el temor en las víctimas.
Continuó por un sendero algo estrecho, la noche estaba por caer y él casi se ahogaba con el olor de un cigarro. Sin pensarlo volteó a ver al responsable de la fumarola y se encontró con una persona un tanto extraña.
-Disculpe buen hombre ¿Sería tan amable de no hacerme tal grosería?-pidió amablemente.
-¡¡Tsk!!-escupió el cigarro y lo pisó al llegar al suelo-¿Algo más?-preguntó molesto.
-Gracias.-respondió y se volteó para continuar su camino.
-Auch-se escuchó de repente.
-Lo siento mucho joven, ¿se ha hecho daño?-reaccionó al instante y con preocupación se apresuró a revisar el cuerpo del afectado.
-Creo…creo que estoy bien-nya-dijo un lindo pelirrojo mientras se observaba de pies a cabeza-No te preocupes, yo fui quien se metió en tu camino, nya-sonrió hermosamente. Oishi quedó pasmado ante tanta belleza-Nos vemos, nya-se despidió plantando un beso en la mejilla del subcomandante.
Basta decir que Oishi regresó “volando” a su casa, sus mejillas se aferraban a ese bello color carmín que las bañaba y en su mente sólo la sonrisa del pelirrojo permanecía rodeada de hermosas flores de todos colores y alguna que otra chispita.
Se recostó en su cama sin poder conciliar el sueño, en su mente sólo se preguntaba “¿Quién es? ¿Cómo se llama? ¿Dónde vive? ¿Por qué me besó? ¿Será el destino que pone a semejante criatura en mi camino? ¿Por qué no me presenté? ¿Por qué era taaaaan lindo..?” y enseguida suspiraba. Esa fue su rutina hasta que el reloj comenzó a sonar indicando que su jornada del día a día daba comienzo.
::::::::::::::::::::: LA NOCHE ANTERIOR :::::::::::::::::
-Eiji…bien hecho. ¿Ya has cautivado al sargento?-preguntó ajustándose los lentes, que sólo utilizaba porque sí.
-Si….nya nya nya nya-Se rió imitando la risa de los malvados en películas de Hollywood.
-Nunca cambias-se escuchó en el fondo de aquel lúgubre cuarto.
-Si lo dice Fujiko debo de considerarlo un alago, ¿ne?
Sonrió levemente ante el comentario de su gatuno compañero.
-Gato, un día de estos serás mi víctima.
Eiji sólo camino a pequeños pasos hacía su otro compañero que se encontraba sentado a unos metros, pues sintió un miedo atroz ante las palabras de su “amigo”.
-Shiraishi-kun….ayúdame…-pidió mientras se escondía detrás del chico.
-Tanto miedo das, ¿Fuji-kun?-preguntó pícaramente al castaño que ya se encontraba de pie frente a él.
-¿Quieres comprobarlo?-le retó el ojiazul.
-¿Me darás la oportunidad?-le susurró muy cerca de los labios.
-Ni-en-un-mi-llón-de-a-ños, ¿me escuchaste?-sentenció colocando uno de sus dedos en la boca de su “compañero”.
-Tsk-gruñó molesto-me voy, tengo trabajo que hacer a diferencia de otros que TODO lo hacen “perfectamente”-agregó antes de abrir la puerta para salir de la habitación.
-Gracias-dijo sonriendo “alegremente” y fulminó a Shiraishi con su gélida mirada.
Eiji temblaba mientras observaba toda la escena, el aura que emitían esos dos era de armas tomar.
-Ne…Fuji, ¿Ya te enteraste, nya?-preguntó una vez que Shiraishi abandonó la habitación.
-No creo que “eso” sea de interés para nuestro “asesino de la bella sonrisa”-añadió Oshitari que se encontraba ahí sin despegar el ojo del castaño.
-Al contrario Oshitari-kun-contestó para sorpresa del de lentes, que por supuesto no demostró, en ese lugar todos eran maestros del disfraz-¿estás perdiendo el toque?-sonrió-“éste” es una buena presa, quiero ¿Cómo dicen?-pensó un momento-devorarlo.
:::: Continuará ::::