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Tenía tan sólo unos cuantos minutos de haber arribado al Cuartel General cuando Oishi recibió la noticia de un nuevo ataque pero ésta vez no había marca de mordida y la victima aun seguía con vida. Según declaró el testigo se trataba de una silueta esbelta, de estatura arriba del promedio, además dio indicios de no ser el culpable habitual de siempre, ahora se trataba de alguien diferente.
La noticia había conmocionado a todos los ahí presentes, al parecer se estaban enfrentando a algo más grande de lo que habían podido imaginar.
-Debo asumir que aunque se trate de alguien diferente seguimos sin tener si quiera un indicio de ello, ¿verdad?
-Inui, lamento decirte que tienes toda la razón, por desgracia lo único que identifica a éste nuevo sospechoso es su brazo vendado.
-Aún no podemos asegurar que se trate de lo mismo, después de todo la víctima, ¿quién es?
Antes de que se pudiera responder a la pregunta fueron interrumpidos por el inspector Kaidoh.
-¿Qué? ¿Cómo puede ser posible?-preguntaba paranoico.
-Es justo como lo estoy diciendo-decía un pelirrojo saltarín-el testigo afirma que no se trata de nuestro bello durmiente, sino de otra persona, un asesino al que llamamos la momia.
-Kintaro, en primer lugar no es “durmiente” sino “sonriente” y en segunda ¿Momia? ¿Por qué?-preguntó un calmado Oishi.
-Porque según el testigo usa vendas en uno de sus brazos y dice algo como “orgasmo”-asentía sonriente.
-¿Orgasmo? ¿Qué clase de asesinos son los de hoy en día?-suspiró.
-No es “orgasmo” es ectashis o por lo menos eso dijo nuestro testigo que está muy mada mada dane con el inglés.-alegó el policía Echizen.
-¡¡Koshimae!!-gritó Kintaro y se trepó en el pequeño-lo dije bien, ¿qué no es lo mismo?-hizo un puchero.
-Mada mada dane.
-¡¡Ustedes!! Luego se coquetean-reclamó la sargento Sumire-necesito que patrullen las zonas en las que se han suscitado los hechos recientes; Echizen, Kintaro y Momoshiro serán nuestra primera brigada.
-¡¡Si!!-respondieron los tres y se dispusieron a obedecer.
=Cuartel General/Oficina del Comandante Kawamura/13:00 horas.=
-Inspector Inui ¿ha deducido algo?
-En efecto, hay un 95% de probabilidad de que se trate de un nuevo “aliado”, mis fuentes informan que con un nivel de significancia del 2% estamos tratando con una especie de pareja psicópata-se acomodó los lentes y cerró el cuaderno en el que había anotado parte de lo que dijo.
-Me lo temía.
Las cosas no estaban mejorando con el caso de los asesinatos; ésta vez efectivamente la víctima no había perdido la vida pero el ataque ahí estaba y ese hecho nadie lo podía ignorar; nadie y mucho menos Tezuka Kunimitsu.
-En éste cuartel bajan mucho la guardia-alegaba un castaño de lentes que hacía su primer aparición en el día.
-¡Detective Tezuka!-exclamó el ojiverde.
-Esto es lo que he descubierto al realizar mi propio interrogatorio al testigo-dejó unos cuantos papeles sobre el escritorio del Comandante-si gusta puede mirarlos.
Todos los ahí presentes se dispusieron a darle lectura a tan extraño informe; al parecer el detective no trabajaba solo pues en el responsable del interrogatorio se apuntaba el nombre de “Sanada Geniichiro”; en él se detallaba el nombre de la víctima: Yukimura Seiichi; seguido se encontraban algunos retratos hablados muy bien dibujados y los hechos estaban mejor organizados; sin duda alguna Tezuka era todo un profesional en su trabajo.
-Y bien, ¿Qué concluye?-preguntó el inspector Inui.
-No estamos tratando con un par de locos sino con toda una organización; aún no me es muy claro cuál es su objetivo pero no se preocupen que lo encontraré muy pronto y le daré fin.-concluyó y salió de la oficina en dirección a la salida.
Todos se quedaron sorprendidos ante la eficacia de su “solución”; pues era más que evidente que las víctimas anteriores deberían tener alguna conexión entre ellas.
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-Señorito “víctima” ¿fui muy rudo?-preguntaba cierto chico mientras vendaba su brazo.
-¿Rudo? He visto fetos que dan más miedo-respondió un peliazul mientras cerraba su chamarra.
-Eres un maestro Yukimura-sonrió-he aprendido del mejor.
-¿Fuji? Últimamente has estado alabando a medio mundo ¿te has vuelto débil?-le retó.
-Nada de eso.
-Calmados por favor-dijo al entrar a la habitación en donde se encontraban los chicos-las cosas van muy bien; ahora el detective ese ya sabe que somos una organización gracias a nuestro maestro Yukimura.
-Gracias-mencionó sonriente.
-¿Me permite?
-Claro Oshitari, continúa.
-Gracias; el sargento, comandante o lo que sea ya está bajo el encanto de Kikumaru, y ni que decir del compañero del detectivito o ¿me equivoco?
Todos voltearon a ver a Yukimura que sólo colocó una de sus manos debajo de su barbilla mientras sonreía pícaramente y susurró “Puede…”. Guardaron silencio y Oshitari continúo con la relación de lo acontecido.
-Fuji ya ha dejado suficiente muestra de nuestra eficacia en los trabajos y le demostró al cuartelucho que no pueden con nosotros-pausó-ahora lo único que falta es tu “presa” Fuji.
-¿Hmp?-abrió los ojos de golpe, en silencio se dirigió a tomar su abrigo de color negro y se ajustó las mangas-¿dónde y cuándo?
-No hay porque tener prisa-dijo Yukimura colocando sus manos sobre los hombros del ojiazul.
-Nuestro encuentro con la sociedad se dará en la fiesta del hombre más rico de la ciudad, Atobe Keigo.
-¿En la fiesta de tu primo, nya?-hacía aparición por vez primera en toda la conversación.
-Así es Kikumaru; él es muy engreído y no ha podido soportar la idea de que un detective fuereño esté resolviendo el caso más controversial de la región; así que ha ofrecido su ayuda a la policía para poder dar con los culpables y es por ello que dará una fiesta en el pueblo.
-¿En verdad es tu primo¡-preguntaba Shiraishi que ya había terminado de vendarse-suena realmente tonto.
-¿Y no hay algo mejor que eso?-dijo Fuji ya más calmado mientras embozaba esa sonrisa tan particular.
Todos entendieron sin decir una palabra más al respecto; tomaron sus cosas y abandonaron el lugar.
.+.+.+.+.+.+.+.+.+. En otra parte unas horas antes .+.+.+.+.+.+.+
-Tezuka ¿Cómo te fue?
-No hagas preguntas innecesarias; les he dicho poco de lo que sé a esos, estoy seguro que la información que les di ya fue filtrada a los responsables de tanto crimen; eso les sucede por bajar la guardia.
Su acompañante asintió y se marcharon del lugar en dirección al hotel en el que se hospedaban. Al arribar a su destino, ambos salieron del automóvil y entraron.
-Buenas tardes-saludó el castaño-¿alguna novedad?
-Muy buenas tardes; no, ninguna señor-contestó amablemente el recepcionista a cargo.
-¿Nuevos huéspedes?-interrogó el pelinegro.
-Mmm-pensó-si, en efecto, el día de hoy llegaron a hospedarse dos jóvenes, muy simpáticos; al parecer-continuó-no los quisieron aceptar en ningún otro lugar ya que uno de ellos fue atacado la noche pasada; usted sabe que la gente de estos rumbos le teme a esas situaciones y prefieren no mezclarse.
Ambos se miraron y enseguida cuestionaron sobre el número de habitación de dichos jóvenes; el recepcionista se les otorgó la información gustoso y los dos se dirigieron al cuarto señalado.
Tocaron la puerta pero nadie respondió al instante, al tercer toque por fin se abrió la puerta dejando ver a un hermoso castaño.
-¿Les puedo ayudar?-preguntó angélicamente.
Ambos se quitaron su sombrero ante tanta belleza pues momentos después salió un peliazul con una sonrisa igual de hermosa.
-Mi nombre es Sanada Geniichiro y él es Tezuka Kunimitsu.
-El detective que me interrogó-saludó Yukimura.
-Ooh-fingió sorpresa-Tezuka…¿Kunimitsu?-firmó su sentencia.
::::Continuará:::::