Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi cuento de hadas por JuneProductions

[Reviews - 41]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Amane: hola queridisimos lectores :D
Maname: y llegamos aquí con un nuevo capitulo de nuestra historia
Amane: de nuestra queridisima Daniela
Maname: es un amor esta niña :3
Amane: bueeeno, los dejamos leer en paz y esperamos os guste
Maname: ¿Os?
Amane: no sé...

 

 

— ¿Qué haces allá arriba?—Mierda, me vio.

— ¿Qué te importa?—No es lo que quería decirle.

—Solo era una pregunta, no tienes porque actuar así conmigo— ¿Se acaba de enfadar conmigo?

¿Qué le debo decir ahora? Tantas ganas que tenía de hablar con ella. Aunque siempre que me le acerco me ignora. No sé quien es peor. Si yo por hablarle así, o ella por ignorarme cuando me acerqué tan amable a ella—Solo te devuelvo el favor—Le digo en un tono molesto.

—Yo no te conozco y no te he hecho nada para que me trates así—Infla sus cachetes, enfadada. Ah, tan linda.

—Claro que me conoces. Soy la niña a la que ignoraste tantas veces—Aun no sé porque le hablo así.

— ¿No eras un niño? Desde aquí pareces un niño—Que ofensa.

—Para que te veas que soy niña—Y no pienso en bajar.

—Lo siento—Sus ojitos brillan inocentes y arrepentidos—No te molesto más, me voy—Anuncia dando media vuelta.

¡No!—No, por favor, espera—Me bajé del manzano con tanta velocidad que casi caigo al suelo, y todo por su culpa, pero al menos salí viva. Que lo agradezca, sino la cuenta del hospital la iba a pagar ella.

Me voltea a ver, moviendo su cabello y ese vestido suyo. ¿Es qué acaso no tiene otro? Bueno no importa, encuentro que se ve linda con ese y solo con ese. Me sonríe amable. ¿Qué clase de cruel juego era éste? ¿Lo hizo a propósito para que bajara?

— ¿Qué hacías allá arriba?—Me vuelve a preguntar. Encima insistente la niñita.

—Solo me tomaba un relajo ¿No?—A ver si con eso respondo tu pregunta de una vez por todas.

Esos ojitos verde esmeralda suyos me miraron con amabilidad, con ternura, con cortesía, pero por sobre todo, tan llenos de inocencia. Me encanta, eso me encanta, ella me encanta, la amo. ¿Pero qué me está pasando? Es una niña ¡Una niña! No puedo andar pensando en eso.

—Soy Andrea ¿Y tú?...

º/º/º/º

 

—Andrea, hace cuanto no te veíamos—Le dice mi hermana dirigiéndose a donde estaba ella para abrazarla. Yo aun no me creo que sea la misma Andrea que conocí. Ahora está hecha toda una mujer.

—Estás tan grande, encanto—Le dice mi primo, también yendo hasta ella para saludarla.

— ¿Cómo has estado?—Ahora era mi hermano quien se dirigía hasta ella.

—Bien, muchas gracias por preguntar—Tan amable como siempre.

—Daniela, ¿No saludas?—Me preguntó mi madre al ver que yo aun no me movía.

— ¿Ah?, Ah claro—Dije yo levantándome para ir a saludar—Toma, Lily, sostenme un rato—Le pedí entregándole mi guitarra, a lo que todos miraron incrédulos. Se me había olvidado que nunca deje que nadie la tocara.

—Danielita, ¿Qué ha sido de ti?—Me preguntó extendiendo los brazos y sonriéndome con encanto. Aunque no le creo. Hay algo tras esa sonrisa, lo siento, lo puedo sentir, pero no sé que es.

—Andreita, que gusto volverte a ver—La abracé y me estrechó contra ella, en sus brazos. Llevando sus labios, con disimulo, a mi cuello, besando con cuidado ¡Enfrente de todos!

—Tan linda y encantadora como siempre, mi querida Danielita—Me susurró a un lado de mi orejita, asustándome un poco y poniéndome nerviosa por el roce de su aliento.

—Ah, sí—Fue lo único que reaccioné en decirle, algo sorprendida con su actitud.

Volví a donde estaba y tomé mi guitarra. Ubiqué mis manos pero aun no salía de mi asombro. Me recorrió un frío escalofrío del miedo. ¿Quién es esa y que hizo con la Andrea que yo conocía?

Lily no dejaba de mirarme y de inclinar la cabeza de lado a lado. No puede ser ¡¿Me vio?! Estoy segura de que me vio. ¿Qué voy a hacer ahora? ¿Qué le digo? “Fue ella quien me besó, casi no la conozco”. ¿Me volví loca? Si algo no hago es negar lo que sentí por alguien. Pero si ni siquiera yo sé que pasó— ¿Pasa algo, Lily?—Le pregunté nerviosa por su respuesta.

—En realidad, quería saber que te pasó a ti. No te veo nada bien—Entonces no me vio, que alivio.

—Ah, no nada. Es solo que no pensé que me volvería a encontrar con ella—O que se atrevería a besarme el cuello ¡Enfrente de todos! Es que ¡Enfrente de todos! ¡¿En qué pensaba esa mujer?!

—Bueno, si tú lo dices—Me dijo no muy convencida de mi respuesta.

— ¿Quién es ella?—Preguntó Andrea dirigiéndose a mí, refiriéndose a Lily.

—Es una amiga, Andreita—Le respondí yo con una sonrisa para disimular los nervios que aun no querían esfumarse.

Andrea miró con molestia a Lily, haciéndola sentir incomoda. La estudió con la mirada, de arriba abajo, yo la vi. Hasta que sonrío con satisfacción y alivio—Estás embarazada—Comentó para ambas y Lily asintió—Eso quiere decir que tienes pareja—Lily negó con la cabeza, a lo que Andrea volvió a mirarla molesta pero aun así sonriendo. Sus ojos brillaban ¿Celosos, quizás?—Pero aun así estás esperando a un niño—Comentó más para mí que para Lily. Me miró, aunque nunca logré descifrar su expresión—Eso quiere decir que no te pertenece—Comentó en un susurro para que solo yo escuchara.

Eso me asustó un poco, o más de lo que puedo admitir. Se había dado cuenta de que estoy enamorada de Lily, o solo lo intuyó. O es que a caso fue lo que creyó porque yo soy lesbiana y soy mala para tener amigas. Esto no era bueno, realmente no era bueno.

º/º/º/º

 

—Madre, voy a salir a jugar—A la madre se le habla con tanto respeto como se pueda.

— ¿Y con quién si tu hermano y tu primo están enfermos?—Ese tono de extrañeza, al parecer no me creer capaz de hacer amigas.

—Con la Andreita, la vecina, Mamá—Grito saliendo de la casa.

Corrí hasta llegar al manzano, pero que feliz me hace ese manzano. Me gusta más cuando las manzanas están ricas y jugosas y con mi primo y mi hermano nos subimos a sacar. Lo abrazo con fuerza, claro, hasta donde mis brazos puedan rodearlo. “Hola amigo”. Sí, éste árbol es mi amigo, aunque los demás se ríen cuando lo saludo en voz alta. Éste es mi árbol encantado de cuento de hadas. Éste me aconseja, mientras yo lo cuido y lo vengo a ver para que no esté solo. Podemos hablar por horas cuando estoy sola. Le prometí que cuando encuentre a mi príncipe azul vendría a dar mi primer beso aquí. Será quien me sonría cuando me vea feliz. Me pregunto ¿Cuánto tarda en llegar un final feliz? Por lo general las princesas están grandes. Parece que tendré que esperar un buen tiempo. Pero como princesa debo ser paciente, sé que mi príncipe llegará.

— ¡Danielita!—Esa voz, es ella.

Mi corazón late con fuerza. Que miedo. Va a una gran velocidad. Dios, me voy a morir, es un paro cardiaco. Mi carita arde. Me siento nerviosa y tirito. Me voy a morir, me acabo de enfermar. “No, Andreita, no, te puedo contagiar, no te acerques”. Esto es grave. Me falta el aliento. Me oprime el pecho. “Los fantasmas me atacan. Quieren aplastarme los pulmones”. Se supone que soy una princesa, no un personaje de cuento de terror. Se me hizo un nudo en el estomago, siento mariposas revolotear. “Voy a vomitar”.

— ¿Qué te pasa?—Ah, Dios. Voy hacía la luz. “No, no vayas hacía la luz, quédate conmigo, por favor” ¿Qué será de mi madre? Quedará devastada. “Andreita, dile a mi madre que la amo y que nada de lo que pasó fue su culpa. Era inevitable. Tenía que morir tarde o temprano”—Levántate—Dios ¿Por qué alargas mi sufrimiento? Solo déjame morir en paz.

Estoy recostada en el suelo, estoy en mi último aliento. “Lo siento amigo, pero no alcancé a encontrar a mi príncipe”. Siento agua caer en mi cara—Me ahogo—Grito desesperada, sentándome de golpe.

—No, es solo agua—Me responde ella tan tranquila, dejando a un lado la botella que traía con ella. Sonríe divertida y yo a punto de morir. Pero como siempre, me trae nuevamente a la vida— ¿Qué hacías tirada en el suelo?—Me pregunta curiosa.

—Morir en paz—Le respondo yo secándome la cara con mi camisa, ensuciándola con la tierra de mi cara. La Andreita hace una mueca de asco que me da risa.

—Dramatizar diría yo—Corrige ella, sentándose a un lado mío. Se agarró el vestido con los brazos y se abrazó a sus piernas, cruzando sus manos por debajo de ellas. Por eso es que no me gustan los vestidos, se te ve todo y debes andar preocupándote de que no sea así.

Me gusta estar aquí con ella. En silencio, ambas metidas en nuestros pensamientos. En los míos ahí piratas, y yo tengo que ir a rescatarla a ella. Sonrío mientras siento la fresca brisa acariciarme el rostro y mover mi cabello. Se sentía tan bien. Miré disimuladamente hacía el lado y la vi a ella mirando hacía el frente, perdida en el más allá. “De lujo, un viaje al más allá”. Sus ojitos verde esmeralda brillan mientras miran a la nada. Su cabello se mueve y se sujeta el sombrero de paja café ceniza que llevaba. Ese que al parecer le quedaba algo grande. Sonríe perdida y sigue sin decir una palabra. Me quedo sin aliento. ¿Qué debe significar eso? ¿Será que realmente estoy enamorada de ella? Caigo hacía un lado, siendo recibida por ella, apoyando mi cabeza en su hombro. Es cálido aquí, tan cómodo. Respiro profundo y cierro los ojos. Lleva una de sus manos a mi cabeza y comienza a acariciarme. Me relaja mientras me acaricia la cabeza con ternura. Soy capaz de dormirme aquí. Movió su brazo y me dejó caer en sus piernas. Nos acomodamos ambas y siguió acariciándome la cabeza, mientras yo caía rendida y cedía al sueño en sus piernas.

—Eres rara—Lo sé, lo sé.

º/º/º/º

                                                                  

Se hizo tarde y nuestros vecinos se fueron. Aunque invitaron a la Andreita a quedarse un rato más, lo cual aceptó encantada. Yo me quedé afuera, al lado de la parrilla que estaba calientita, al igual que Lily. Mi hermana se hizo la amable y le trajo un abrigo, uno delgado, pero un abrigo a fin de cuentas para que se abrigara porque ya a eso de las siete u ocho de la tarde se había puesto demasiado fresco. Corría un viento helado, por eso estábamos las dos acurrucadas a un lado de la parrilla.

—Parecemos pollitos—Comento yo con una pequeña risa, a lo que Lily me mira curiosa—Cuando buscan el calor—Agregué yo y sonrío al entender el chiste. Pero es que no es chistoso sí no viste lo que yo vi una vez cuando era pequeña.

— ¿De verdad tú vivías aquí antes?—Me preguntó Lily a lo que yo asentí—Entonces ¿Por qué te cambiaste a la ciudad? Aquí parece más agradable—Quiso saber, curiosa nuevamente.

— ¿Verdad que sí? A mí me encanta aquí—Le dije yo frotando mis manos al sentirlas heladas—Era un lugar precioso para escribir, pero mi madre no quería eso para mí. Es decir, no es que no me apoyara con esto de ser escritora, me dijo qué si quería lo hiciera, pero que no viviera de eso. Me lo pidió casi como rogándome que buscara otra cosa de la cual vivir. Lo pensé mucho, mi hermana se había ido y mi hermano también. Me tarde un poco, es verdad. Mi padre fue el que no quiso que me fuera. Me dijo que me haría cargo de esta casa y me dedicaría a escribir—Miré a la casa con una sonrisa, claro, con los labios entumecidos del frío porque el aire pegaba helado en la cara—A mí me agradó la idea, pero al final decidí por hacerle caso a mi madre y fui a estudiar. Pero como sabes, para eso debía ir a la ciudad—Le respondí aun frotando mis manos, las cuales aun no sentían calor alguno.

Lily las tomó entre las suyas, las cuales estaban más tibias, y las comenzó a calentar. Cosa que le agradecí— ¿No has pensado en volver?—Me preguntó mirando mis manos.

Si supieras que lo había decidido el mismo día en el que te vi por primera vez—Claro que lo pensé. Al principio me dije que sí, pero luego algo surgió y me vi atada a la ciudad, asique no pude volver—Le respondí lo más sincera que pude.

— ¿Y qué fue lo que te ató a la ciudad?—Siguió preguntándome mientras frotaba sus manos contra las mías para darles más calor.

—Ah, cosas. Unas más importantes que otras—Pero por sobre todo tú.

Levanté mi vista al sentir que alguien nos observaba. Vi hacía la puerta y no alcancé a ver a nadie. ¿Ideas mías? Seguimos hablando con Lily hasta que se nos hizo bien de tarde y el frío comenzó a hacer acto de presencia. Entramos a la casa, la cual estaba más calientita y acogedora como siempre.

º/º/º/º

 

— ¿Alguna vez has besado a alguien?—Pregunta inocente, lo juro por el diosito del que mi madre tanto habla.

—Pero ¿Así como mis padres lo hacen?—Me mira curiosa, con esos ojitos verde esmeralda suyos tan llenos de inocencia curiosa. “Oh si, ahora mezclo palabras que ni sabía que se podía”.

—Sí, así—Le respondo yo. El corazón me latía tan fuerte que si yo lo escuchaba, de seguro ella también. “Cállate, que nos va a oír” Muy bien cerebro, hazle saber quien manda.

Me niega con su cabeza, moviéndola de lado a lado, agitando su hermoso cabello corto y dorado y cerrando sus ojitos. Se detiene y me mira, inclinando la cabeza hacía un lado curiosa. Bueno, le prometí al árbol que mi primer beso sería aquí, así que aquí estoy.

—Bueno, entonces cierra tus ojos— ¿O debería tenerlos abiertos? Me gustaría verlos cuando lo haga.

—Bueno—Jooh, caíste redondita. Al menos no eres desconfiada. Eso también me gusta.

Cerró sus ojitos tal y como se lo pedí. Me inclino un poco hacía ella. Tenía mis manos en el suelo, para apoyarme, pero era algo incomodo. Me acomodé y los nervios me invadieron. “¿Qué hace una novata besando a otra novata?”. Saco una de mis manos del suelo y la otra la ubico a un lado para no irme contra ella y arruinar el momento. Llevé mi mano libre a su mentón y se lo tomé con delicadeza y amor. Siento un nudo por todo mi estomago. Mariposas. El aliento me hace falta. Se me oprime el pecho. Se me anuda la garganta. El corazón me late a mil por hora. “Romperé un record si sigo así”.  Acarició con mi pulgar sus labios. Tan suaves y tiernos. Sus mejillitas sonrosadas. Aunque si me miro yo de seguro parezco tomate. Me incliné más hacía ella y rocé con sus labios. “Ah, tan bien”. Su aliento acarició mi rostro, se sentía tan cálido. “¿Cómo es que no estás ni un poco nerviosa mientras yo tirito como gelatina?”. Cierro mis ojos apretándolos con fuerza. Me sentía tan nerviosa al tocar completamente sus labios con los míos. Abrí mis ojos un poco, no parecía rechazarme o algo. “No está nada mal”. Me acomodé en el suelo, ganando algo de equilibrio, y llevé mi mano, la que estaba en su mentón, a su mejilla para atraerla más a mí. “¿Y un poco más?”. Ahora llevé mi mano a su nuca y me separé un poco, separé mis labios dejando que la punta de mi lengua se abriera paso a su boca. No fui capaz de cerrar mis ojos, tenía que ver su reacción. Abrió sus ojos sorprendida y se separó de mí. Apretó sus labios y llevó sus manos a su boca. Parecía sorprendida. Se echó un poco hacía atrás y se sonrojó por completo.

—Habíamos quedado en que sería como el de nuestros padres, ¿No es así?—Pregunté en un tono que no conocía. Vaya, yo no sabía que podía con el tono que mi padre usa para coquetear con mi madre.

—Sí, pero...—No quitaba sus manos de su boca. Estaba tan sorprendida. Llevó una de sus manos a su garganta, con la cual se rodeó el cuello, y luego la bajó hasta su pecho, cerca de su corazón.

— ¿Estás nerviosa?—Le pregunté al ver que estaba asustada porque su corazón iba más rápido.

—Creo que estoy enferma—Me respondió, ahora llevando su mano a su estomago—Estoy mareada—

Sonreí y me acerqué a ella, devolví mi mano a su mejilla y con la otra quité su mano de su boca, para rozar con mis labios cerca de los suyos—Eso pasa cuando te gusta alguien—Le dije yo para aclararle lo que le estaba sintiendo.

Besé con cariño, un par de veces, sus labios hasta que bajara la guardia y se calmara. Aun con su muñeca en mi mano y con la otra llevándola a su nuca, la besé prolongando el rato en que nuestros labios estuvieron juntos tan tiernamente. Entrelacé mi mano con la de ella, mantuvimos levantadas ambas manos, incluso cuando se nos entumecieron y nos dolían. Volví a abrirme paso con la punta de mi lengua, yendo con cuidado esta vez, despacio para no asustarla. Mi lengua se encontró con la de ella y no pude resistirme a acariciarla con la mía. Comenzó a suspirar mientras la besaba, con su aliento entre cortado, intentando regularlo. Caímos hacía atrás, ella quedó con la espalda recostada en el suelo y yo encima de ella. “Nada mal para ser la primera vez que lo hago”. Solo me dejé llevar. Aun teníamos nuestras manos entrelazadas, gracias a eso podía apoyarme un poco para no dejarme caer totalmente encima de ella. Ahora no me podía separar de ella, se sentía tan bien. Tan cálido. Algo húmedo y baboso, pero se sentía bien. No solo me encargué de hechizarla con el roce de nuestras lenguas, también me encargué de ser cariñosa con ella y le besaba de vez en cuando los labios para después volver a los que hacía.

—Da...Danie...—Decía entre besos—Espera...que ya es...suficiente...para mí—Estaba intentando de detenerme, no se lo voy a permitir.

—Shhh, no digas nada y disfruta un rato—Le dije limpiando con mi pulgar la gotita de saliva que se estaba escapando.

—Pero, es que se siente raro—Se quejó con una mirada suplicante de más.

—No es “raro” es “bien”—Le corregí yo con una sonrisa, volviendo en lo que estaba.

 

Desperté asustada, agitada. ¡¿Qué clase de puto sueño es ese?! Por amor a todo lo que es bueno y santo en esta vida ¿¡Acaso es algún tipo de mal chiste por parte de mi cerebro?! ¡¿Qué mierda pasa por mi cabeza?! ¡¿Y a estas horas de la noche?! ... ¿Qué clase de niña fui? Si eso es como de mis diez u once años. Seductora desde pequeña. Ui, por esas cosas que creí haber olvidado. ¡No es momento para eso ahora! ¡Lily! Espero no haber despertado a mi pequeña dulce princesa. La volteo a ver y dormía tranquilamente, es tan linda cuando duerme. Bien, ahora necesito calmarme y respirar. Calma mujer, tranquilízate. Inhalo para despejar mi mente, lo necesito con urgencia. Me muerdo el labio, nerviosa. No puedo quitarme eso de la cabeza, pero no solo eso. Extraño esa sensación, quizás la he olvidado, pero algo en mi no y lo quiero vivir de nuevo. ¿En qué estoy pensando? Lily se movió en la cama, asustándome un poco. Se hizo hacía mí, rodeándome con uno de sus brazos, como si me estuviera buscando. Me vuelvo a acostar en la cama, ya un poco más calmada y relajada. Acomodo su brazo y me acurruco con ella. Tan solo su relajante presencia me tranquiliza. Realmente en qué estaba pensando, si a la única que quiero es a ti.

Notas finales:

Maname: sii, lo sabemos. Nos ha quedado un poco corto
Amane: pero nosotras tenemos clara la duración de cada capitulo y su final, entonces esta no será la primera vez que pase
Maname: Y venimos con malas noticias
Amane: esta semana salimos temprano, pero tenemos trabajo escolar a full
Maname: tenemos una actividad y vamos a actuar :D
Amane: pero eso significa que no podremos escribir el capitulo ocho
Maname: pero lo vamos a intentar por ustedes
Amane: pero si al terminar la semana no llegamos, ya saben que pasó
Maname: hasta la...hasta el proximo capitulo y buena semana
Amane: no olviden dejarnos un review!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).