OKANE GA NAI
Tus manos. Mis ojos
-nos veremos en la noche, descansa- kanou le decía esto mientras le daba un tierno beso en la mejilla, por supuesto, a su angelito, ayase, quien estaba recostado en la cama, desnudo, con solo las sabanas blancas tapándolo.
Le encantaba esa vista que su niño le brindaba, porque era su niño, solo suyo.
-está bien, te esperare- le dijo ayase dándole una adorable sonrisa, con esos ojos azules que tanto le encantaban, entonces, después de quedársele viendo como tonto unos minutos, no se resistió y lo beso con pasión, de repente, colocándose encima suyo.
-k-kano-san, v-vas a llegar realmente tarde, ya son las 8 y media, suéltame- ayase intentaba evitar, en realidad, ya llevaban despiertos desde las 7 pero kanou jamás podía resistirse en tomar a su niño. Lo deseaba tanto, y mucho más en las mañanas…
Su cabello alborotado, su desnudes bajo las sabanas, el bello color rojo en sus mejillas cada vez que lo veía mientras el (kanou) se vestía, simplemente no podía resistirse, con todo eso, ya era costumbre hacerle el amor cada vez que se despedía de él, como también ya era costumbre, llegar tarde al trabajo.
Pero ese día si que iba a llegar más tarde que los otros, pues la sesión mañanera de sexo ya había pasado, kanou sabía que ya debía detenerse así que junto todo su autocontrol y se separo lentamente de ayase.
-ahhh (suspiro) está bien, está bien, pero en la noche no escaparas de mi- le dijo dándole un último beso de despedida hipnotizado por el bello sonrojo que inundo a ayase por el comentario
-que te vaya bien en el trabajo- le dijo ayase luego del beso dándole un pequeño y delicado beso cerca de su labio, rozándolo solo un poco.
-hoy más que nunca siento que me va a ir mas que bien, hasta luego- dicho esto se fue de la habitación y salió de la casa dejándolo solo.
Ya habían pasado 8 meses desde que kanou lo compro en esa horrible subasta y es cierto que al principio fue muy difícil pero al pasar los días y los días y que estos se volvieran semanas y semanas, la relación entre ellos iba cambiando, la personalidad de kanou fue la primera en cambiar, se volvió un hombre más humano, ya no le costaba decirle a ayase cuanto lo amaba y se había confesado varias veces, las primeras, siendo rechazado por el menor.
Pero luego eso también cambio, porque en la tercera confesión ayase le dijo que también estaba sintiendo cosas por él, y así empezaron a conversar un poco de su relación, conversación que por supuesto termino en la cama.
Pero esa noche, ayase no tomo ningún tipo de resistencia, de hecho correspondía todas las caricias y besos, lo cual hiso al prestamista más feliz que nunca, sentía que ya lo había logrado.
Y así siguieron todas las noches, poco a poco fueron aclarando todo hasta que al fin llegaron a estar como estaban ahora, felices, siendo una pareja oficial.
Entonces ya tenían una especie de rutina:
-se despertaban.
-kanou se vestía.
-en esas se despertaba ayase.
-kanou se daba cuenta y una vez vestido se “despedía” de él, dándole un beso en la mejilla.
-miraba la increíble belleza de ayase. -
ayase no hacía mucho para ocultarla.
-y en lo que menos se daban cuenta ya estaba haciendo el amor. Toda la ropa que kanou se acababa de poner, tirada en el piso, ayase dormía desnudo pues por las noches kanou no lo dejaba ni ponerse el pijama así que no había problema, luego de unos 15 o 20 minutos, ambos terminaban exhaustos.
-kanou se vestía, otra vez.
-luego se despedía de él.
-ayase le deseaba buen día.
-kanou se iba.
-ayase arreglaba la cama y se preparaba para ir a la universidad a las 10.
-mientras kanou trabajaba y atendía a su amigo de la infancia, someya, a quien no trataba como tal pero que igual quería (aunque jamás lo admitiría, bueno, solo a ayase), mientras este le preguntaba cómo iba con ayase pues le había agarrado mucho cariño desde hace un tiempo.
-después ayase llegaba de la universidad a las 2. Se encargaba de las cosas de la casa y de sus asignaciones universitarias.
-mientras, kanou terminaba su trabajo
-ayase termina los deberes y empieza a preparar la cena.
-kanou termina, como siempre, a la perfección su trabajo y regresa a la casa
-ayase termina la cena y recibe a kanou con un beso y cenan.
-luego suelen salir a alguna parte, tal vez al cine, al parque, a algún restaurant caro, o a veces se quedaban en casa conversando.
-luego, si salían, volvían como a las 8 y empezaba la primera sesión nocturna de sexo, en el baño.
-luego hacían cualquier cosa, hablar, ver televisión, a veces comían cualquier merienda, en fin…
-y por último, comenzaba la segunda sesión nocturna de sexo, en la cama, para después, ambos, caer dormidos.
Y así pasaban los días, eran felices, tenían todo lo que querían, ya la deuda había sido más que olvidada y ayase podía salir cuando lo deseara (por supuesto que ahora no lo desea) y kanou tiene a su niño como quería tenerlo desde el principio pero a pesar de tanta felicidad que había llegado a tener en solo 8 meses, kanou sentía que le faltaba algo, no sabía que era pero lo sentía.
A veces se convencía a sí mismo de que solo eran ideas suyas, pero ese sentimiento que lo invadía las pocas veces que no estaba con su niño y tampoco en el trabajo, no desaparecía, por más que lo intentase.