Hace años, siglos o décadas tal vez, el tiempo es insondable y egoísta, ya no puede recordar tantos días que ha pasado vagando por el mundo, pero de algo esta seguro, nunca nadie había llamado tanto su atención como lo hacia el chico de pelo ensortijado y desordenado, tan negro como el ébano, que se mecía rebelde sobre su suave y matizada piel, cayendo sobre aquellos igualmente oscuros ojos, tan profundos que una solo mirada le invitaba a ahogarse en ellos.
Kim JongWoon, es y seria el ser vivo mas impredecible que su larga existencia le permitiría conocer, con sus prolongados silencios, con sus frases a medio terminar, su retahíla de pensamientos, y esa eterna soledad que le que hacia compañía a donde fuese que pisase, encerrado en ese mundo tan suyo, creado solo para alguien tan disperso como el podía llegar a ser.
Solo un ser como Kyuhyun, que se movía entre la delgada línea de lo irreal y la conciencia, podría tener las agallas de querer adentrarse en ese mundo que JongWoon tan fuertemente mantenía cerrado, territorios inexplorados, sombríos muchas veces pero que de alguna forma solían iluminarse en su presencia.
- Kim JongWoon
Y esos ojos, que más tarde aprendería no solo despertaban su curiosidad, si no que también deseos tan oscuros y profundos que incluso su propio ser intentaría evitar, le miraron sin un rastro de confusión o temor.
- Cho Kyuhyun
Ese nombre tan particular, tan olvidado y enterrado en su memoria fue desempolvado con sutileza y precisión de tal forma que parecía haber estado aguardando por aquella grave voz.
- ¿Cómo?
- No lo se, siempre estuvo ahí…solo faltaba la persona correcta para nombrar…Kyuhyun.
Lo dice con seguridad, con confianza, como si fuera lo más normal, como si todos los días un ser como él, inmortal no un fantasma, no un alma errante, se presentara ante sus ojos.
JongWoon presiente que debería estar aunque sea un poco asustado, no todos los días aparece frente a tu persona una figura desgarbada, de pelo rojizo y desordenado, cayendo rebelde por la pálida piel de su dueño.
Pero lo intenta, imagina uno y mil escenarios que le puedan asustar ante su repentino visitante, mas su interior clama fuerte y desesperado por que llame de tal forma que aparece un conjuro que lo ata a su lado.
Una alianza sin precedentes, que ninguno de los dos se atreve nombrar y que auto imponen sin preguntar. Kyuhyun se queda a su lado y el no se lo niega, lo necesita, siempre lo hizo y ahora que lo tiene no lo va a alejar.
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Le resulta curioso la forma en que JongWoon le habla, lo trata y se mueve a su alrededor. No hay miedo ni cuestionamientos, lo hace parecer todo tan natural, que muchas veces se da el lujo de olvidar que su presencia es solo posible para ese par de ojos negros.
Mientras la lluvia cae caprichosamente sobre el cabello de JongWoon; Kyuhyun le sigue por la angosta y solitaria calle desde la distancia.
Mira el cielo, mira sus manos y toca su propio cabello y no halla nada. Por primera vez en su larga e intermitente existencia, se pregunta por su pasado, intentando recordar la sensación de las finas gotas cayendo por su cara, por cabello y su piel. Pero no encuentra respuestas, pues el tiempo ha borrado cada huella de lo que alguna vez conoció.
Es el precio de vagar libremente, ni vivo ni muerto, por tal inconstante paso del tiempo por su cuerpo. Privilegiado observador sin pasado ni futuro.
- Te vas a mojar si note apuras, Kyuhyun
- ¿Qué?
- Vamos, esperemos a que la lluvia pare…
Kyuhyun busco sus ojos y en ellos encontró sinceridad, sus manos entrelazadas con seguridad, se escondieron bajo el paradero de algún autobús. JongWoon preocupándose por alguien que no existía más que para él.
- JongWoon, no me puedo mojar…
- ¿Cómo puedes andar solo con un chaleco bajo la lluvia?
- JongWoon, me estas escuchando?
En una calle que no recordara jamás, esperando un bus que dejara de existir, en un día de invierno mas, bajo la lluvia que no puede sentir. El muchacho de pelo negro y mirada perdida poso su frente contra la suya, haciéndolo sentir la calidez que él alguna vez poseyó.
- Gracias a Dios no tienes fiebre…
Y después de siglos sin sentir, Cho Kyuhyun percibió el calor de la preocupación. Gracias a JongWoon, ese día lluvioso se sintió vivo otra vez.
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Se quedo anonadado por un par de segundos, reconocía el gesto, pero esa tarde se le hizo tan familiar, tan sincero de parte de Kyuhyun que al verlo sonreír se quedo sin aire para respirar. Embobado con lo que un par de frases con melodías podían causar en le siempre enigmático rostro de su acompañante de siempre.
Cambiado o no, lo que era seguro es que poseía una sonrisa preciosa, y le entristeció de sobremanera que no la compartiera mas a menudo.
- Te gusta oírme cantar?
- Por supuesto, tu voz es hermosa…
Sintió sus mejillas arder, su eterno mutismo y soledad le impedían preguntar con total desenfado aquello a cualquier otro que le escuchara cantar. Usualmente por accidente o mero descuido dejaba oír su voz al viento, en medio de un parque o de camino a su hogar, pero ahora que lo hacia para Kyuhyun, no pudo evitar la curiosidad de provocar genuina felicidad en el chiquillo que decía tener mil años a pesar de su rostro infantil.
- Entonces, te cantare solo con una condición…
- Te aprovechas de ser la excepción a la regla JongWoon…
- La excepción a la regla?
- ¿Crees que dejo a todo el mundo verme? ¿Qué todos conocen mi nombre, mi existencia y lo poco que puedo recordar?
Su garganta se seca, su mente se pierde entre la confusión y la alegría. Ser diferente, ser especial par alguien por primera vez le sabio dulce y empalagoso, no tanto para hacerlo dar pasos hacia atrás pero si lo suficiente para hacer su corazón latir con fuerza a través de todo su ser.
- Cantare solo para ti entonces, solo promete seguir sonriendo…
- A veces me cuesta sonreír…pero si eso te hace feliz, lo seguiré haciendo…Yesung…
- Yesung?
Una simple frase, un simple nombre y su vida cambio en ese segundo. Sentirse parte de algo o de alguien, extraña sensación de arraigo y amor, no puede decir que no lo busco antes, pero si podría hablar horas de cuantas veces se le rechazo. Ahora encontraba el consuelo y el calor del entendimiento y la aceptación en un ser que mas tarde que temprano le dejaría a la deriva de una vida que para alguien como el era demasiado corta.
Sin embargo se aferro a su sonrisa y a ser Yesung para hacerlo feliz, pues su felicidad de alguna forma se transformo en la fuente de su propia felicidad.
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La realización de aquello que lo mantenía atado por tanto tiempo a un lugar, a una persona llego suave y vertiginosa. Más bien fue por la mañana cuando abrió los ojos, de un falso sueño en el que se sumía hace años, y se encontró con el cuerpo de Yesung enredado al suyo.
Despertar y sentir el placer de verle amanecer
Puede que sea el sol, la tenue luz que entra por la ventana, o el hecho de que sea tan temprano .Pero nunca antes le había visto de esa forma, tan frágil, tan apacible, sus ojos cerrados, su respiración acompasada, solo una blanca tela separándolo de su tan suave piel.
Los minutos saben a horas y el impulso le lleva a respirar a través de sus labios, a pasear sus dedos por donde sea que puedan disfrutar de su contacto, tantas veces viéndolo y hoy le parece que su perfección es demasiado latente, demasiado hermosa.
Odiaba admitirlo pero JongWoon le enamoro sin intentarlo, poco a poco y a base de sutiles costumbres demasiado propias de alguien que era tan excepcional. No hubo esfuerzo, no hubo momentos de palabras demasiado cariñosas, simplemente sucedió y ahora que lo sabe, no tiene idea de que camino tomar.
Y su corazón, si es que todavía quedaba rastro de el, se oprimió, por que no solo se dio cuenta de cuanto significaba Yesung para su persona, sino que también recordó que el tiempo es egoísta para aquellos que todavía respiran y sienten todo lo perdido para alguien como él.
Se levanto de la cama, un pequeño murmullo de insatisfacción le acompaño, intento ignorarlo pero silenciosamente se despidió no sin antes descubrir una lágrima escapando por sus siempre inertes ojos.
Eligio el camino fácil pero también uno de los más dolorosos, más no fue para su propio bien, cada paso que dio ese día lo hizo esperando causar un mal menor a JongWoon. Podía soportar el dolor, pues algo en su interior, en su resquebrajada memoria le decía que esta no era la primera vez que tomaba este camino, pero lo que no podría soportar era ver como poco a poco iría perdiendo la vida de quien le había devuelto la suya.
Su presencia se esfumo, lentamente volviendo a confundirse con la niebla de la mañana y una vez mas intento volver a ser quien siempre fue, pero nunca espero que una separación doliese tanto como lo hizo en el momento que abandono a JongWoon.
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Cuando abrió los ojos el frió lo golpeo. Entonces sin tener que siquiera ponerse a pensar se dio cuenta de lo que sucedió. Su corazón se oprimió, sus lagrimas desbordaron sin control y ahogo un gemido de dolor contra las almohadas, que todavía capturaban la esencia de Kyuhyun.
Yesung no dejo jamás de pensar en cuantas opciones ante el abandono podría tener, pero siempre llegaba a la misma conclusión. El no era lo suficientemente bueno para compartir su vida junto a Kyuhyun. Le dolía sentirse despreciado, rechazado y peor aun sin ninguna explicación, como intentando hacerlo creer que todo fue una ilusión.
Su caminar se volvió lento y calmo, volvió a convertirse en JongWoon y dejo de cantar, de sonreír y a veces hasta de hablar, por que ya no había quien lo escuchase, quien lo mirase de la forma en que lo hacia Kyuhyun.
Ante su ausencia se dio cuenta, de cuanta falta le hacia, de cuanto espacio había ganado en su casa, su corazón y su mente. Le faltaba cada gesto, mirada y frasecita irónica que el chiquillo de mil años soltaba. Extrañaba su sonrisa, su voz y su nombre saliendo de sus labios, le faltaba todo Kyuhyun.
Espera tan angustiosa para volver a perder tan preciada persona, cada noche en que no durmió, en fue tratado con desprecio por aquellos a quienes nombro de tal forma y que solo le utilizaron a su conveniencia, JongWoon una vez mas se creyó utilizado y dejaba escapar sus amargas lagrimas cada noche, entre el espacio de su cama que aun contenía el suave aroma de Kyuhyun.
- Cuanto tiempo mas vas a permanecer así?
- No se de que hablas, Heenim….
El muchacho de mirada felina, porte extravagante y autonombrado hermano de Yesung lo golpeo fuerte en la espalda, haciéndolo volver de su interior apagado. Lo miro sorprendido, ¿cuanto tiempo llevaba ahí?
- No tengo idea de que rayos ha pasado, pero déjame decirte algo. El miedo paraliza, pero si no eres capaz de moverte por ti mismo nadie lo hará por ti. Si necesitas respuestas, ve y búscalas, estas no llegaran solas a ti. Poniendo caras lamentables y arrastrando tu miseria por la calle no consigues nada…
- Heechul…
- Además me estoy cansando de lidiar con tu cara de perro rabioso por el mundo, alejas a mis admiradores, estupido JongWoon.
Se quedo mirando a la silueta de su amigo alejarse, registrando cada palabra que este le brindo. Sonrió ante su preocupación, y se sintió patético al darse cuenta de cuan falso era su propia autocompasión. Jamás ha estado solo, tal vez mas tarde conoció a su hermano, a sus tortugas y hasta su perro, pero nunca ha estado solo, gente, animales o simplemente l mismo dependía se su propia fuerza, de su existencia. Incluso Kyuhyun lo hizo por un tiempo, estuvo a su lado, sonrió por el e incluso le dio un nombre que solo el podía musitar.
Por su puesto que necesitaba respuestas, las ansiaba y por sobretodo necesitaba ver a Kyuhyun una vez más. Por que después de todo el fue egoísta, se centro en su felicidad, en conseguir sonrisas que tal vez solo a el lo hacían sentir mejor. Nunca pregunto su pasado, su por qué.
Era su excepción a la regla, mas nunca pregunto el motivo de ser quien era para Kyuhyun, guardo todo con recelo y nunca pregunto que necesitaba el para ser realmente feliz. Apenas y sabia su nombre, nunca busco cosas que atesorar acerca de quien tanto le dio a su persona.
Con paso decidido y bajo el suave sol de Septiembre Yesung fue en busca del pasado de Cho Kyuhyun, de recuerdos que le podrían brindar una razón para su existencia, y posiblemente respuestas a sus propias preguntas. El camino seria largo, pero tenia la certeza de que el chiquillo de pelo desordenado y ojos marrones tarde o temprano volvería a aparecer en su camino.
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Nuevamente la lluvia caía incesante y Kyuhyun se preguntaba una y otra vez el por que de estar frente a esa tumba, en ese lugar tan deprimente.
Hace más de un mes que no volvía a rondar por las cercanías de Yesung, enterró cualquier clase de sentimiento y deseo de verlo, si con eso conseguía no hacerlo sufrir, podría soportar su pesar.
Pero en medio de su incesante marcha, de sus pasos errantes, encontró aquel lugar que le llamo cual imán a su presencia, no sabia el por que, pero algo lo empujaba a descansar en el verde pasto que cubría la ultima morada de un tal Choi Siwon.
Cada vez que se quedaba mirando las frías letras esculpidas en la loza embarrada por las gotas de lluvia tenia la certeza de que no era la primera vez que sentía algo así en su interior. Había experimentado esos retazos de dolor que se formaban a su alrededor, el dolor de la perdida y la dependencia de alguien, todos esos sentimientos no le eran desconocidos.
¿Cómo? ¿Cuándo?..... ¿Quien?
Si tan solo pudiese responder, tal vez también podría volver ante la única persona que lo había hecho feliz a lo largo de tantos, tantos años. Pero por más que lo intentaba, que se arrodillaba ante ese siempre solitario lugar, no lograba recordar, no lograba recomponer el rompecabezas que era su vida pasada.
- Kyuhyun…
Esa voz, su voz, su nombre, su silueta, su todo frente a el. No tuvo el valor para desaparecer al instante y en cambio se quedo quieto donde estaba, perdido en la penumbra de los ojos de JongWoon.
Trepo su mirada a través del cuerpo tan lejanamente olvidado, su interior se removió con fuerza al verlo extender su mano, no supo que hacer, ni que decir. Solo pudo aceptar en silencio que nunca mas se disolvería ante sus ojos, por que el le había buscado y sin explicaron alguna le había encontrado.
- Yesung…
- Vamos, si sigues ahí, te vas a resfriar…
Fue como si lo viese por primera vez.
Clavo las pupilas en las profundidades de JongWoon y se sintió mareado, pequeño y desgraciado. Cuanto lo había hecho sufrir, cuanto miedo le hizo pasar y sin embargo nuevamente estaba ahí a su lado, intentando levantarlo sin siquiera saber que era en realidad.
Tras eso supo que no podría volver a alejarse, la simple calidez que sintió a través de sus manos enlazadas se lo revelo. Amaba a Yesung y esta vez no huiría ante el dolor.
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Como explicar la emoción que le embargo al tener nuevamente a su lado a Kyuhyun; sus miradas volviendo a encontrarse, sus manos volviendo a tocarse, su suave presencia haciéndose presente en cada rincón de su casa, de su vida.
Cuando lo vio ante la tumba de Siwon, el miedo le paralizo por unos momentos, inseguro de haber hallado las respuestas con demasiada tardía. Pero su mutismo, su serena caminata, y su invariable expresión, le dieron a entender que todavía la niebla cubría su pasado olvidado.
- Yesung, yo…Lo siento…
- Kyuhyun, no debes sentir nada. Creo saber las razones y ahora que se que te ata a ese lugar, entiendo por que lo has hecho.
- Las razones?
- Solo prométeme que no te iras, que no dejaras que el pasado te absorba una vez mas, si?
- Mi pasado?....Yesung, tu conoces mi pasado?
Por supuesto que lo sabia, le tomo tiempo pero lo logro, conocía cada detalle de un chiquillo llamado Kyuhyun y solo el evocarlo le instaba a llorar. Con aire desconsolado se preparo para liberar la retahíla de recuerdos que posiblemente la historia llegaría a producir.
- No…no quiero saber…
- Pero…
- Es hora de olvidar el pasado, no tengo nada que recordar pues todo lo que quiero atesorar esta aquí, ahora.
Miro los ojos de Kyuhyun y sin poder evitarlo se pregunto si en otros tiempos había dicho lo mismo. Si Siwon también había sido testigo de tan dulce confesión.
- Siwon…
- ¿Qué?
- El fue tu novio Kyuhyun…
- Basta! Dije que no quería saber!
- No siempre es bueno huir de los problemas. A veces hay que afrontarlos. No se puede huir eternamente.
El incesante sonidos de paso se apago, el cuerpo violentado por los nervios se tranquilizo y se hizo espacio a su lado, sin quererlo musito una pequeña acusación y consiguió la atención en su historia, o mas bien en la historia de Kyuhyun.
- El era tu novio y se iban a casar. Eran felices, pero una tarde algo ocurrió…
- ¿Algo?
- Si algo lamentable, algo que cambio sus vidas y termino contigo aquí…
- El murió….el me dejo…
- El no te dejo Kyuhyun, el sufrió un accidente. El auto en el que iba volcó y no pudieron salvarle la vida.
- Y yo me quede solo…y decidí huir, escape de las heridas, del no poder resignarme…
No tuvo que hablar mas, pues adivino que Kyuhyun todo lo recordó. Por primera vez le vio llorar y solo pudo su hombro prestar para intentar consolar. Sintió amargura, tristeza y miedo, miedo a perderlo una vez más, aunque esta vez para siempre.
Como poder decirle que se quedara todavía a su lado, si tenía la opción de irse junto a aquel que una vez tanto amo, al punto de tomar tan drástica decisión al no poder asumir su muerte.
El silencio se instalo pesado a su alrededor, no sabia que mas decir para aplacar un poco el dolor, para menguar el sufrimiento que sin querer causo. Pero las palabras no llegaban a su garganta y se ahogo en la incertidumbre de no saber que hacer.
- ¿Sabes Yesung?
- ¿Que pasa Kyu?
- Acabo de recordar que soy menor que tu…
Su corazón se paralizo y luego retumbo en su pecho, tan simple como eso. Era todo lo que necesitaba escuchar, asintió sonriendo. Nunca más le dejaría escapar.
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Horas muertas, horas escabulléndose de su lado. El tiempo siempre sabiendo insuficiente. No hay razones más que ver a otra persona en el umbral de la puerta y sentir que el mundo se puede paralizar, acabar y hasta desintegrar, que a ti te va a dar lo mismo por que ya tienes a quien te importa a tu lado.
Así se sentía todos los días desde que había vuelto, ocupando la misma cama, los mismos espacios, como si nunca hubiese existido una pausa entre los dos. Ahora su pasado estaba presente, pintado en el lienzo que alguna vez estaba blanqueado en su memoria. Sabía que era y quien era. Asumió sus errores, y se dio cuenta de que las decisiones en vida, son irremediables mas tarde.
Acabar con su vida de forma tan brusca le tenía en el paso medio de la vida y la muerte, alma errante, o simple andante. Espectador de siglos, solitario declarado, y cazador de momentos como los que ahora estaba viviendo.
Su único asidero a este mundo, era JongWoon, desde el primer momento que lo vio, le ato con invisibles hilos de esperanzas y necesidades mutuas. No se arrepentiría nunca, él le daba todo lo que necesitaba para sentirse afortunado una vez más. Pero también le corroía la incertidumbre del presente, del futuro.
Nunca se había parado a pensar en nada más que el palpable presente, ese que incluía a Yesung vivo a su lado, su existencia únicamente reservada para él.
- Yeh hyung, que va a ser de nosotros en el futuro?
- El futuro?…Ni siquiera estoy seguro del significado de esa palabra, Kyu…
Kyuhyun tenia la eternidad, pero y JongWoon, qué seria del el. Algún día tendría que cumplir con el ciclo normal, envejecer, y finalmente morir. Que pasaría entonces con el, que seria de ellos en ese momento.
- Y si me convierto en alguien como, tu Kyu?
- ¿Qué?
- Vamos por la eternidad, Kyuhyun…Vamos juntos…
Clavo sus pupilas en las contrarias, sin poder creer lo que escuchaba. Eso era demasiado arriesgado, demasiado aterrador. No quiere obligar a Yesung algo tan sucio, tan extraño y violento. Niega suavemente y ve la sombra de la pena nublar sus ojos favoritos.
- La inmortalidad, no es tan fácil hyung. No puedes abandonarlo todo solo por que parece fácil de conseguir…
JongWoon le abofeteo o por lo menos eso es lo que intento, su piel no resintió dolor alguno, pero las lágrimas que surcaban las mejillas de Yesung le acusaban.
- No lo puedes ver Kyuhyun? No se trata de tomar el camino fácil, no se trata de abandonar algo que no tengo ni nunca lo tuve. Se trata de pertenecer a mi realidad, a la persona que amo y con quien quiero estar sin importar lo que suceda.
- Pero…
- Pero nada, no lo entiendes? Te amo Kyuhyun, sea lo que seas, no me importa tu pasado, tu presente ni tu futuro, solo quiero estar ahí en cada uno de ellos. No me importa que tan difícil sea estar a tu lado, solo quiero alcanzarte…
Después de su insistencia y su enervante voluntad, finalemte se dejo domesticar, como tregua a sus temores, le abrazo o por lo menos eso intento.
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Medio perdido en el bullicio de la gente la figura de JongWoon se situaba en la orilla del camino, expresión sombría y susurros escapando silenciosamente de su boca. Esa seria la noche, ese seria el lugar, donde todo tomaría sentido o desaparecería para siempre.
No tenia mayores antecedentes, simplemente trazaría el mismo camino que alguna vez Kyuhyun siguió. El miedo se hacia cargo de vez en cuando, y no podía negar que esto era mas aterrador una vez que estabas apunto de hacerlo. Kyuhyun en todo momento le acompañaba, pero su silencio le indicaba que estaba tan asustado como el.
- Si no quieres ver…puedes esperar aquí…
- ¿Cómo te puede preocupar por mi Yesung?
- No lo se…sinceramente no lo se…
El viento le golpeo con furia el principio, como burlándose de su decisión, pero al ver que no daba pie atrás le acaricio con melancólica suavidad. No se dio la vuelta para ver a Kyuhyun, no fue necesario, por que antes de que siquiera el pensamiento cruzara por su cabeza ya lo tenia a su lado.
La inmensidad del vació los saludos, les hizo una venia y les invito a sumergirse en su oscura y mortal cavidad. Yesung sonrió, esto no era tan malo después de todo, y tampoco era su primer encuentro con los intentos de inmortalidad.
Uno, dos pasos, el viento le advirtió pero lo ignoro. El tomar esa decisión le hizo saber que estaba voluntariamente obligado a caminar hacia el principio del fin. Seguramente el único que le extrañaría seria Heechul. Lamento por un segundo abandonar a tan buen amigo, pero los ojos inquisidores de Kyuhyun le despejaron con rapidez cualquier sentimiento de más.
- Vamos?
- A donde tú quieras hyung…
- Entonces vamos a tu casa Kyuhyun, preséntame tu vida…
Y el resultado final supuso que ni el, ni su mundo volverían a ser igual.
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Arrojados al olvido, habitando en los tardíos espacios del tiempo, entre caminos largos y caminos cortos. En las huellas que se han dibujado y en las que quedan por dibujar. Por eso mundos insondables, se mueven con ligereza de alma y de etérea existencia, dos muchachos que nunca han dejado de sonreír.
Kyuhyun y Yesung, así dicen llamarse, poco a poco olvidan el pasado y es que la muerte suele gustar de quedarse con los recuerdos de aquellos que tan fácilmente dejan su vida a sus pies.
- Hyung…
- Que pasa, Kyu?
- Esta lloviendo…
- Vamos bajo ese árbol…
- Ya no importa, hyung…
- De que hablas Kyu, nos podemos enfermar!
Corren bajo la lluvia que no los toca nunca más, entrelazan sus manos y bajo la sombra de un árbol, se sienten una vez más vivos de lo que jamás lo hicieron nunca.
Andantes sin rumbo. Andantes perdidos. Andantes que ven pero que no se dejan ver.