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Después de Ti por Mawar Hitam

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Notas del fanfic:

Que decir? este lo hice hace un tiempo después de un examen, la verdad que solo era un capi, pero al final alguién me pidió otro, y terminó siendo de dos partes, espero que lo disfruten!!!

Notas del capitulo:

Pensé en subir primero un parte y luego otra, pero mi di cuenta que son muy cortos, así que subiré los dos juntos, por eso dice:
1
*******
2
Espero que le entiendan xDDDDD

DESPUÉS DE TI

 

1

Llueve tanto en estos tiempos. Es tan frio el cielo que me rodea, y me tapa como una manta, bordada de plata. Rozando apenas  las puntas de mi cabello.  Húmedo. Es un frio húmedo. El que se encierra aun con la reja abierta.

Se siente como si estuviera todo el día en el lago al que íbamos de vez en cuando. Cuando hacíamos nuestros días de campo, teníamos tan mala suerte esos días, siempre terminaba lloviendo, o se nublaba o alguno de nosotros caía al agua. Aunque era divertido. Parece que la lluvia es nuestro símbolo.

La diversión es tan efímera, como la ilusión de un nuevo amor. Un nuevo amor, parece fácil de encontrar, pero es tan difícil que se lleve a cabo ese amor.

Tú me dijiste un día que encontrara un nuevo amor, ¿te acuerdas? Fue esa vez que nos peleamos y parecía que íbamos a terminar, ninguno de los dos se sentía lo suficientemente bueno para el otro, sin saber que éramos tan suficientes que nos complementábamos a la perfección. Que si uno faltaba al otro le hacia falta la mitad de su ser.

Hoy me hace falta la mitad de mi mismo. Porque ya no estás ni estarás más.

Se siente tan mal decir adiós. Adiós. El compás que marca el final de la tonada que veníamos cantando juntos por el sendero.

“La elegancia alivia mi temor

La elegancia…que enseñó mi corazón a temer…

La elegancia…la elegancia,  sorprendente elegancia…que dulce sonido

Y la elegancia alivia mi temor…

...que hermoso que la elegancia apareció…”

Que hermoso que la elegancia apareció. Que horrible que tú  hallas desaparecido. Como los sonidos que salían de nuestros labios.

En estos momentos, la elegancia no me ayuda en nada. El solo recordar como sonreías diciendo: “como soy tan genial, soy mas elegante que tú.  Por eso me amas”

Te equivocabas. Yo no te amaba por que fueras genial o elegante. No buscaba más belleza que la de tu sonrisa cuando me decías eso. Tus ojos que se volvían más profundos cuando los veía más iluminados. Más vivos. De lo que están ahora. De lo que estarán nunca.

Es doloroso amar. Y es más doloroso decir adiós. Porque si dices “hasta luego” lo veras de nuevo. A esa persona que amas y que acabas de despedir. Pero si dices adiós. Si dices adiós es el final de todo. El final de esa persona, y el tuyo. El de su tiempo juntos.

Esos tiempos. Lo que daría por que esos tiempos se regresaran a lo que fueron. Que pudiera vernos de nuevo. Unidos por nuestras manos mientras cantábamos y reíamos de la elegancia. Mientras acompasábamos nuestros pasos, y solos, sin que nos viera nadie nos juntábamos en un vals que avanzaba apenas unos cuantos metros.

Ah, que hermoso bailar con tu voz al oído.  Que hermoso besarnos sin que nos viera nadie. En medio del camino polvoriento que conduce al lago al que nadie mas que nosotros iba.

Que hermoso que la elegancia apareció.

En las lágrimas que atrapan mis pestañas pienso en cambiar la letra. Que tú puedas escuchar el cambio y regreses a cantar conmigo.

“el amor alivia mi temor

El amor…que enseñó mi corazón a temer…

El amor…el amor,  sorprendente amor inocente…que dulce sonido

Y el amor  alivia mi temor…

...que hermoso que nuestro amor  apareció…”

Canta conmigo. Por favor regresa y ya no me dejes. Aquí como estoy abrazando la almohada que compartimos tantas, tantísimas veces en nuestras noches en vela. Escuchando cada uno la respiración del otro. Descansando mi cabeza sobre tu pecho que desnudo hacia que percibiera mas fuertes los latidos de tu corazón.

Extraño tus besos sobre mi cabello húmedo. Tu tacto sobre la piel de mis hombros. Extraño mi otra mitad.

Pero después del amor solo puedo ver mármol y humo con olor a rosas y vainilla.

Después de tus suspiros y tu respiración agitada, ahora solo logro captar los sonidos del silencio en medio del mausoleo.

Después de ti, amor, después de ti para mi no hay nada.

Nada.

Tan solo la frialdad de la lluvia que se cuela por la reja abierta de tu tumba, y acaricia las puntas del cabello que salen por el gorro. Quiero pensar que son tus dedos los que me acarician como cuando estaba dormido, o fingía estarlo.

Amor, la palabra para siempre prohibida en mi vocabulario. La seca palabra que quema mi garganta cada vez que se atreve a salir del fondo de mi pecho. La que ya no puedo clamar sin antes decir tu nombre.

...que hermoso que nuestro amor  apareció…que horrible que tú hayas desaparecido.

Que doloroso que yo me de cuenta que ya no vas a regresar. Es duro ya no tener alas, para poder ver las estrellas que tanto vi contigo a mi lado. Que cruel poder darle solo besos al aire. Que malditamente crudo no poder reflejarme en tus ojos.

Y la elegancia alivia mi temor…y el amor alivia mi temor…pero nada puede quitarme le dolor de saber que después de ti ya no va a haber nada más para mi.

2

***

Intenté reflejarme en el mármol el día que te fui a ver. Y no resistí después de pensar que tú estabas bajo él. Lloré, hasta que me quedé dormido y tuve un sueño, tan frágil y dulce, pero también triste. Desperté llorando y recordando todos esos trozos de niebla que se desvanecían frente a mí.

Tú te desvanecías ante mí con esa niebla rodeándote. No pude gritar por que regresaras a mí. Solo pude ver como dejaba de verte.

En mi sueño hacia frio, y la calle estaba vacía. Te esperaba, de pie, en el lado derecho de la acera cargando la mochila llena de cuadernos, como si de nuevo fuera al instituto. Contaba los segundos que se me hacia eternos, miraba para todos lados. Y no llegabas.

La carretera desierta me confirmaba que todos los autobuses mañaneros ya habían pasado, y el viento frio, que estábamos en invierno. Empecé a pensar en que quizá no ibas a venir por mí, que te habías dado cuenta que estar conmigo siendo “novios” era absurdo, me sentí tan poca cosa para ti. Abandonado, como cuando somos niños y alucinamos que nuestros padres se van a cansar de nosotros y nos van a dejar atrás.

Empezaba a soñar despierto con tu espalda, de la que tantas veces me aferré en mi desnudez para quedarnos en silencio, escuchando nuestras respiraciones como volvían a la normalidad. Como después de la tormenta volvía la calma.

En las lluvias de primavera también me colgaba de tu espalda, los dos cuerpos mojados que se sentían a través de la tela que se transparentaba, el palpitar de los corazones, a un mismo tiempo. Y jugábamos en los charcos salpicándonos, riéndonos, gritando hasta quedarnos afónicos. Eran bonitos esos recuerdos. Pero en esta ocasión el ver tu espalda no me hacia sentir lo mismo. No sentía amor y alegría, sentía una soledad pesada, un vacío aterrador en el centro de mi pecho que quería empezar a llorar.

Te quería ver, corriendo hacia mí mientras agitabas tu mano derecha y sonreías, haciendo brillar el cielo en el azul de su calma, quería que me vieras y dijeras mi nombre, que voltearas a todos lados e inesperadamente me dieras un beso rápido en los labios. Quería en ese momento que el autobús llegara para subirnos hasta la parte de atrás y poder tomarnos de la mano, hacer la jugarreta de que se te caía el cuaderno y ambos nos agachábamos a buscarle, para besarnos más intensamente al ras del suelo de lamina, que saltaba al pasar los topes de la carretera.

Pero no llegabas, y solo la imagen de tu espalda difuminada en medio del brillo del sol se dejaba pasar a través de las lágrimas que iban saliendo. No me podía contener.

Empecé a pensar que si tu ya no volvías por mi me derrumbaría por completo, como ahora, sin poner resistencia, viendo como me caía a pedazos y sin hacer nada. Se me doblaron las rodillas y caí, gritando tu nombre en medio de un ataque que duro poco. Soñando en como día a día me iría rompiendo. “Tan patético” empecé a decir cuando apareciste, de frente, pero no sonreías, me miraste con cara de preocupación, tomándome de las mejillas.

Sentí que el alma volvía a mi cuerpo mientras me levantaba tomándote de la mano, que los rayos de sol se volvían más y más intensos. Te sonreí, y tú me abrazaste, sin mirar a ningún lado, sin saber si alguien nos veía. Fue como si solo nosotros dos existiéramos en ese momento, solos en un mundo lleno de luz, cálido y mezclado con los latidos de nuestros corazones.

Y te separaste de mi, y me dijiste “te extrañé tanto, perdóname por haberte dejado así” y me besaste, antes que pudiera decir nada, cubriendo mis palabras con tus labios, ahogándolas con tu lengua que recorría mi boca haciendo temblar mis rodillas. En medio de la calle vacía. Sentí que me derretía en ese momento.

Pero todo se acabó, se consumió como la flama de un fósforo en medio de la oscuridad. Pude ver como te ibas desvaneciendo, fundiéndote con el azul del cielo que enmarcaba segundos antes tu cabello. Me miraste con ojos de tristeza y moviendo tu mano hacia mi mejilla sonreíste por última vez. “tu voz ilumina ahora mi mundo…” ¿en verdad lo dijiste…?

***

Desperté en medio de la noche, con las cenizas del incienso frente a mis ojos llorosos, y el frio que entraba a través de la reja cubriendo mi cuerpo. Escuchando los latidos del silencio.

Creo, mientras cierro la reja, que es hora de decir “adiós” esa palabra que encierra tantos engaños, pero que delinea perfectamente el sueño de la realidad; por que es una realidad que no volveré, por que es un sueño que tú regresarás.

Porque si regreso al mausoleo no será para irme de nuevo, si no para quedarme a descansar contigo.

Amor, nos vemos, y gracias por darme los mejores años de mi vida. Por haberme amado y dejado amarte. Por permitirme reflejarme en tus ojos por última vez, aunque solo haya sido en mi sueño. Gracias por decirme que mi voz ilumina tu mundo, a partir de ahora intentaré gritar cada día tu nombre para desvanecer las sombras.

Aun si me quedo sin voz. Aun si mis lágrimas salen con cada sílaba que pronuncie.

¡Muchas, muchas gracias por haber existido!

La lluvia que ha comenzado a caer mientras avanzo en medio de las lápidas, está recogiendo el olor de la tierra con el viento, recuerdo el olor de tu piel desnuda como el olor de la tierra mojada.

Canto mientras la sonrisa que les muestro a los demás se va diluyendo con la lluvia. Aunque ya no me importa, por que sé volverá cuando podamos reírnos juntos de estos días. Cuando de nuevo toques esta mano que se ha quedado fría después que te fuiste.

Siento que hoy, esta lluviosa noche nunca parará de llorar, para así darle un descanso a mis ojos que volverán a verte. 

…Que hermoso, que hermoso, que mi amor por ti apareció.

Que hermoso, que hermoso, que a través de nuestras vidas el amor haya anidado.  

Que hermoso, en fin, que tú hayas existido y te hayas metido en mi vida, aunque solo hubiera sido por un momento…

…que se fue como un suspiro de entre mis dedos…

Las callecillas del cementerio están frías,

Pero mi corazón se llena de calidez recordándote. 

Notas finales:

Y bueno? Qué tal???
Espero comments!!!!
haha, ya saben que acepto de todo, hasta declaraciones de amor y pedidos!!!


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