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Correspondido. por GeryKills

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Notas del fanfic:

Los personajes son de la novela Harry Potter (saga) escrita por J.K.Rowling y no me pertenecen.
 
Les advierto de antemano que contiene escenas de sexo explicito y entre personas del mismo sexo. 

Insisto en que es algo totalmente ficticio. Pero de todas formas espero lo disfruten.

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SUS REVIEWS ME HACEN FELIZ! ♥6♥

SiriusXRegulus

Las clases estaban por comenzar, solo dos días y podría volver a ver a sus amigos, a sus compañeros, a los profesores… a Él. Lo que más deseaba por sobre todo, era de nuevo estar con él, reír con él, abrazarle, jugar con él… simplemente tenerlo cerca. Las vacaciones más que tiempo de relajación y disfrute se convertían en una eterna tortura por no tenerlo a su lado.

“¡Dios! lo extraño demasiado.”- Se decía tumbado en la cama de su habitación mirando hacía el techo a varios metros sobre su cabeza.

“Solo dos días.”-Se dijo nuevamente. Se levanto dando un salto, tomo una chaqueta y salió por la ventana de su habitación en busca de su moto.

Volvió ya entrada la noche. Estacionó su moto a un costado de la mansión e intentó subir por el costado de la estructura. Siempre que se iba a pasear en moto y volvía de noche hacia lo mismo. Subía por uno de los costados ayudándose de los marcos de las innumerables ventanas hasta llegar a la que reconocía como suya propia, entraba y se daba una ducha de agua caliente, ropa limpia y a dormir.

Claro que más de una vez su maravilloso plan había salido mal; una vez entró a la habitación de sus padres y ambos se lo quedaron mirando. Se gano un sermón como nunca por salir sin avisar y llegar a esas horas. Aun peor por entrar por la ventana como un vándalo, mal que mal, solo tenía quince años en ese entonces.

Llegó hasta su ventana, la abrió con cuidado de no hacer ruido y entró. Dejó el casco encima de una mesita de noche, puesta cerca de su cama; se sacó la chaqueta y la sudadera. Las lanzó, como de costumbre, descuidadamente al suelo y avanzó buscando a tientas la luz. Chocó con una pata de su cama y calló estrepitosamente al suelo, tapándose la boca para oprimir cualquier gemido. Se quedo en silencio unos minutos escuchando que no hubiera más movimiento que el provocado por él.

Ya eran cerca de las tres de la mañana y si despertaba a alguien, su castigo lo esperaría de vuelta de Hogwarts. Cuando logró alcanzar el interruptor de la luz, grande fue su sorpresa al ver a su hermano menor sentado junto a la gran cama. Estaba con bata de dormir, que llevaba abierta, dejando ver que solo se había puesto los pantalones de su piyama y que su blanquecino torso subía y bajaba irregularmente. Fingía dormir.

-Ya sé que estas despierto Regulus. Eres pésimo fingiendo.- Tomó uno de los calcetines que acabada de sacarse y se lo lanzó a la cara. El pequeño intentó ocultar una sonrisa y seguir fingiendo que dormía. Pero Sirius le lanzó un segundo calcetín que acabo por hacerlo reír del todo.

-¿Sabes que estas en problemas cierto? Mamá y Papá se han dado cuenta de que no has vuelto y están furiosos. – Regulus jugaba con uno de sus negros mechones que se le colaba en la frente de forma coqueta.

Todo el mundo sabía que Regulus sentía por su hermano algo más que simple amor fraternal. Siempre que podía se colaba en su cama o en su habitación, como ahora.

-Da igual, nos vamos a Hogwarts mañana, no me castigaran durante un día. Ahora déjame solo, me daré una ducha.- Se volteó para tomar camino a la ducha, pero recapacitó y miró a Regulus nuevamente.- Tú ya deberías estar durmiendo, vete.

Le dio la espalda a su hermano pequeño al tiempo que se quitaba los pantalones y la ropa interior dejándolos tirados en el suelo, junto a la chaqueta y la sudadera. Regulus lo miraba extasiado. Cuando desearía que Sirius lo tomase.

Sirius dio una mirada por sobre su hombro y vio a Regulus sonriendo estúpidamente, perdido en sus ensoñaciones. Se sintió irritado de que el menor no le hiciera caso e insistiera con quedarse en su habitación.

-Vete a tu cuarto Regulus, volveré a dormir y no te prestaré atención así que pierdes tu tiempo ahí sentado.

Se metió al cuarto de baño y puso a correr el agua caliente. Estuvo debajo del agua por lo que le pareció una eternidad, pero se sentía tan relajado que no le molestaba quedarse ahí hasta que amaneciera.  Su relajada ducha, sin embargo, fue interrumpida por Regulus, quien sin ningún pudor se metió desnudo a la ducha con el.

-¡Dios Reg! Sal de aquí, te dije que fueras a tu cuarto.- El mayor comenzaba a molestarse enserio con su hermano menor y las copas de más que llevaba en la sangre le estaban pasando la cuenta. Comenzaba a perder el control.

-Pero Sirius… Tú me pones tan caliente que no lo puedo evitar. Solo compláceme una vez.

-De que hablas Reg, soy tu hermano mayor.

-Nnnnn… Sirius.- El menor se colgó del cuello del mayor y gimió en su oído.- Tómame Sirius, quiero ser tuyo.

Sirius desconcertado por las palabras de su hermano menor lo empujó separándose de él. El pequeño calló en la bañera quedando de piernas abiertas hacia Sirius que aun permanecía de pie.

Lo miró descaradamente al tiempo que se incorporaba a la altura del miembro del mayor y lo sujetaba entre sus manos. Masajeándolo suave y luego mas rápido. Sirius sabia que estaba mal, pero ¡Dios! El enano lo hacia de puta madre.

Recopilando toda su fuerza de voluntad le sujetó ambas manos. Sosteniéndole por las muñecas firmemente.

-Ya déjalo Reg, sabes que solo tengo ojos para Remus.- Dicho eso salió de la ducha dejando al menor ahí. Caminó hasta su cama goteando por todas partes. Buscó en el ropero una toalla y una bata.

Regulus lo siguió insistente. Era solo una cabeza más bajo que Sirius y seguramente un buen golpe del mayor lo dejaría inconsciente en segundos, pero no podía dejar de insistir.

Sirius estaba de pie desnudo secándose el cabello, Regulus se acercó por su espalda y lo abrazó; Sirius ya estaba perdiendo toda la paciencia. El pequeño enserio estaba sacándolo de sus cacillas y no estaba de humor para soportarlo un minuto más; la cabeza le dolía horrores.

Se volteó para poder enfrentarlo nuevamente, pero antes de poder decir cualquier cosa, Regulus se le subió encima y le beso apasionadamente.

Ok. El pequeño lo había logrado, quería que se lo hiciera, lo haría.

Le respondió el beso metiendo su lengua lo más profundo que pudo, el pequeño sorprendido por la violencia del mayor se alejó tosiendo. Lo miró desconcertado. Había jugado con fuego, ahora pagaría su intromisión.

Sirius se acercó imponente y lo arrinconó contra la pared. Regulus lo miró algo aterrorizado.

-Sirius… qué…

Pero antes de poder terminar Sirius le había acallado metiendo su lengua en la cavidad bucal nuevamente, el menor sentía que se ahogaba, pues el mayor no le dejaba respirar durante beso y beso. No había imaginado que sería así.

Entonces Sirius bajo una de sus manos hasta la entrepierna del menor y masturbó con violencia su miembro, Regulus comenzó a gemir, mezcla del terror y el dolor.

Sirius lo tomó por la muñeca y lo lanzó encima de la cama, este, calló boca abajo tan aterrorizado que no podía reaccionar.

-¿Qué pasa Reg, no era esto lo que querías?- Sirius le lamio la espalda desde el comienzo, subiendo hasta el cuello y llegando al oído.- Voy a tomarte hermanito, te hare el amor como nadie te lo ha hecho ni te lo hará nunca.- Solo entonces, teniendo la posibilidad de respirar el aliento tan cercano de Sirius, Regulus notó el olor a alcohol,  Sirius estaba ebrio.

-No Sirius, no así, déjame ir.

-No mames Reg, mira como me tienes. –Sin reparar en el terror en las palabras del menor presionó su gran miembro en la entrada del pelinegro. Regulus dio un respingo al sentir el miembro duro y erecto de Sirius.

-Sirius… Sirius para, ya, no quiero.

-Pero Reg, insististe tanto para nada, no seas tontito. Quiero dártelo todo.

Regulus comenzó a retorcerse bajo el peso de Sirius pero este le presionó la cabeza contra la almohada evitando que pudiese gritar y aprisionó ambas manos del menor en una suya.

Volvió a presionar su miembro en la entrada del menor. Ya no aguantaba, entraría.

El menor desesperado, pues no podía respirar bien y sintiendo como el mayor se frotaba frenéticamente en su entrada, comenzó a llorar descontroladamente.

Entonces sucedió. El grande miembro de Sirius entró de una sola embestida en toda su totalidad dentro del menor. Sus ojos se abrieron tanto que sus lagrimas mojaron de sobremanera la almohada. Gritó y gimió tan fuerte como sus cuerdas vocales le permitieron, pero nadie pudo oírlo, pues el cojín en su cara amortiguaba todo sonido. Sirius le soltó las manos y la cabeza y tomó la cadera del menor para comenzar a moverlas frenéticamente a medida que su miembro entraba y salía sin reparos en el dolor que le producía al menor.

Regulus se retorcía incómodamente debajo de Sirius, que estaba arrodillado detrás del menor, quien tenia el trasero en alto y la cara pegada a la almohada, pera reprimir sus gemidos.

-Si… Siri… Sirius me  duele… ¡Por favor para Sirius!- Pero Sirius no le hacía caso, y con cada palabra aumentaba más la fuerza de sus embestidas.

Paró, cansado, exhausto pero sin llegar aun al final. Regulus quien aun sollozaba descontrolado con un dolor punzante en el trasero, intentó incorporarse, pero el dolor de cada embestida le cortaba los movimientos. Entonces Sirius le tomó de un brazo y lo volteó bruscamente dejándolo acostado boca arriba. Se puso sobre Regulus y le besó en los labios de la misma manera que antes, con violenta pasión, metió su lengua tan adentro que Regulus lo empujó para evitar ahogarse.

Solo cuando se separó un momento para retomar, notó los ojos hinchados del menor y los surcos aun húmedos que las lágrimas habían dejado. Pero Sirius estaba fuera de si, ya no era el quien controlaba sus acciones, el alcohol se había apoderado por completo de su cuerpo.

-¿Porqué lloras hermanito? ¿Es que te he hecho llorar de placer? o ¿Estas demasiado feliz que lloras de alegría? – Se inclinó nuevamente para besarlo, pero Regulus los golpeo en una mejilla.

Sintiendo como la ira se apoderaba de él, le propinó una bofetada que dejó al menor aturdido.

-Tranquilo hermanito, ya sé que quieres que siga. No tardo.- Acto seguido se posicionó entre las piernas de Regulus, quien intentaba por todos los medios cerrarlas, pero contra Sirius era imposible, él era más fuerte.

Tomó su miembro y, como anteriormente lo, introdujo sin piedad en Regulus, quien comenzó a gemir descontrolado otra vez. Ante esa situación, se recostó sobre el menor alcanzando la varita que había en el velador al costado de su cama, lanzó un hechizo que dejó la habitación aislada de sonidos.

-Grita y gime cuanto quieras Regulus, deja salir todo tu placer, que nadie podrá escucharte más que yo.

Regulus grito y maldijo a Sirius por lo que le estaba haciendo. Hasta que llegó el momento, aumentando la rapidez y la fuerza de sus embestidas Sirius llegó al clímax.

La última embestida que le había dado había sido tan aterradoramente fuerte que Regulus temió partirse en dos. Sintió el espeso y caliente liquido de Sirius correr dentro de su cuerpo.

Sirius se dejo caer sobre Regulus que lloraba en silencio.

-Eres un bastardo Sirius. Un bastardo.- Dijo entre sollozos. Entonces Sirius se incorporo e introdujo el miembro de Regulus en su boca.

Regulus estaba tan desconcertado ante esa acción que se quedo inmóvil durante unos segundos.

-¿Qu- Qué haces Sirius?- Dijo con la voz entrecortada por el placer que el mayor le estaba provocando.- Nnnnn… déjalo ya.

Sus manos se aferraron fuertes a las sabanas. Sirius parecía haberse calmado, ahora hacia las cosas con más delicadeza de tal forma que lamía casi como si fuera un caramelo que se podía deshacer en cualquier momento el miembro del menor.

-¡Si…Sirius! – Todo el dolor que antes le había hecho sentir menguaba con cada lamida y beso que le daba a su miembro. –Nnnnn… Si… Sirius.- Entonces el pequeño sin poder controlarse más, se fue en la boca de Sirius que tragó toda la esencia de este sin derramar ni un poco por las comisuras.

Sirius lo miró con cara de arrepentido. Subió hasta el rostro de su hermano  y le beso la frente, luego una mejilla y después la otra. Finalmente deposito un tierno beso en sus labios que fue aumentando de intensidad pasado unos segundos. Fue un beso suave, tierno, nada comparado con los violentos anteriores.

Cuando se separaron Regulus lo miró desconcertado ¿Qué diablos le pasaba a Sirius?

Pensó fríamente en que él se había buscado todo lo que había pasado aquella noche, pues había sido el quien insistentemente se había colado en la ducha y luego le había besado…. Y no era primera vez que lo hacia.

Sirius se acercó al oído del pequeño y susurro con su voz tan seductora como siempre.

-La próxima vez que me irrites, no caminaras en una semana. – Regulus abrió los ojos desmesuradamente. Sirius se levantó y lo ayudó a levantarse.- Ven conmigo, tomemos una ducha.

Ambos se metieron a la ducha y cuando estuvieron limpios se pusieron ropas secas y durmieron juntos. Sirius abrazando a Regulus protectoramente.

Después de eso, nunca volvió a irritar a Sirius. Había sido la mejor y la peor noche de su vida.

Notas finales:

Lamento las faltas ortograficas y los errores en la redaccion, espero sus criticas CONSTRUCTIVAS! :D gracias! :9


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