El alma se le desgarra de a poco, tan lentamente que cada latido es un doloroso ir y venir de sentimientos que se acumulan sin parar en su pecho. Se siente tan solo, tan al margen de todo, con las manos atadas de socorrer, de abrazar, o de simplemente dar un par de palabras de apoyo a esos que quiere y parecen necesitar de su ayuda. Pero el no es bueno con esa clase de sentimientos y no sabe que hacer, se queda paralizado viendo como todos sufren, incapaz de formular palabras.
Le hace tanta falta alguien que lo guíe, que lo abrace y le diga que todo va a estar bien, que su sola presencia ahí sea suficiente para calmar un poco el dolor que los acongoja a todos.
Y esa persona no esta a su lado una vez mas, mientras el intenta mantener la calma, mientras intenta ser fuerte cuando pierde a uno de sus mas queridos hermanos, cuando el pilar de su fuerza se va por dos largos años. Solo puede intentar ser fuerte, no dejar que las lágrimas no escapen de sus ojos.
Los demás le miran perdidos, tan apenados como lo esta el. Las lagrimas acumulándose en sus ojos, listas para salir una vez que Leeteuk de la vuelta y no los pueda ver desmoronarse de a poco ante su ausencia.
Quiere correr, quiere estar apresado por esos brazos que prometieron sostenerlo cada vez hiciese falta, pero no están, ni estarán por quien sabe cuanto tiempo. Por eso camina lentamente, incapaz de levantar la vista y enfrentarse a un camino demasiado largo, doloroso y solitario. Una mano se asienta en su hombro como queriendo sustituir la ausencia que le hiere tanto.
Se deja caer en los mullidos asientos, mientras su alma se cae a pedazos, sin nadie que tenga la presencia suficiente para servirle de apoyo. No puede para de llorar, como hace tiempo no lo hace, el dolor es demasiado, se siente como si quebrara cada hueso de su cuerpo, como si le quitaran el aliento desgarradoramente.
Necesita de un soporte, de un par de palabras que lo tranquilicen pero nadie en ese lugar tiene la voz que el tanto anhela en momentos como aquellos. Los miedo se acumulan imparables por todo su alrededor, como queriendo devorarlo. Se siente egoísta, perdido y abandonado, le hace tanta falta Siwon que no puede ni siquiera abrir los ojos. Tiene rabia, pena, miedo, tantas emociones revueltas en su interior que no sabe que hacer con ellas.
Se acurruca en algún rincón de la van, se esconde, se escabulle de todo y de todos, puede sentir como le llaman, como intentan sacarlo del pozo de miseria en el que se ha entrampado, pero si ni siquiera él tiene la voluntad de salir de el, como lo van a hacer terceros?
Quiere desaparecer, quiere volver a ser un chico normal, uno que podía vagar libremente por la calles, uno que no tenia infinidades de responsabilidades que nunca espero, un chiquillo que no era tan dependiente de personas que parecían no estar tan pendientes de su persona.
Es como una pequeña figurita de cristal en medio de una tormenta, que lo azota con cada vez mas fuerza, cada vez más cera de romperla en pedazos. No hay quien le pueda defender de los embates de la vida misma. Esta cansado de caer y levantarse incontablemente. Un día alguien dijo que lo protegería, que estaría a su lado en cada golpe que recibiese. Pero la promesa luce desgastado a un lado de su corazón. Los fuertes golpes que ha recibido a cada paso que da son cada vez más difíciles de resistir, pues cada vez que estira su mano en busca de ayuda, no hay nadie para brindársela.
Siwon no esta una vez mas.
Y es que se siente fragmentado en mil pedazos. Sin alma, sin voluntad. No saber que hacer, que decir ni que sentir. Perdido como nunca antes lo ha estado.
Siwon le ha dejado el abismo de su ausencia, el silencio atronador sin reembolso. Se dejo la mitad de su paso en cada esquina de su cuerpo, y se llevo algo que no le pertenecía.
Ha reclamado en vano que le devuelva su corazón. Pero cada vez que lo intenta, sus propias manos se lo devuelven a su ladrón.
Kyuhyun ya no sabe cuanto puede vivir alguien sin sus propios latidos.