Caminamos, él con su andar encantador y felino se me adelantaba varios pasos. Lo hacía a propósito para que me deleitara mirando el vaivén de esos encantos. Si caminaba así lo seguiría hasta el infierno.
Se detuvo frente a una vitrina y señala un poster de una playa.
Quiero cerrar los ojos y cuando los vuelva a abrir estar ahí – me dijo con una voz sensual y perdida
Si me prometes quedarte conmigo toda la vida te llevaré a donde quieras – lo dije sin miedo alguno
No te prometo mi vida – porque me respondía eso que hacia dolor mi pecho – como puedes apreciar, me mostro sus manos con manchas negras en las puntas y la piel seca – no creo que viva mucho, te prometo la eternidad que no tengo.
Me quede en silencio ante esa respuesta. Me prometía su eternidad y porque su vida la estaba destruyendo por un propósito que todavía no me era muy claro.
Siguió caminando con un paso sensual ante mí y yo lo seguía, podría seguirlo hasta morir. Empezó a entonar una melodía que aunque era un susurro su voz aguda hacia que todos a su lado comprendieran que entonaba (escuchar Meds de Placebo)
I was alone falling free
trying my best not to forget
se detuvo unos instantes y logre posar mis manos en su cintura dándole un beso en la nuca. Sentí como moría y vivía al mismo tiempo. Se voltio de repente y cantó
baby did you forget to take your meds?
baby did you forget to take your meds?
Para dejarme un beso corto pero apasionado en los labios. Su boca sabía a Alcohol, Cigarrillo, pude sentir resto de cocaína que antes de salir de aquel sitio había puesto en sus encías.
Cuando se soltó lo seguí hasta una puerta negra en una casa vieja y destruida. Había que bajar unos cinco escalones para llegar hasta ese lugar. Saco una pequeña llave de su bolsillo y abrió esa portezuela, pero ya no aguantaba más. Tenía que volver a besarlo. Lo agarre de la cintura y lo levante hasta que pudiera quedar a una altura fácil para comerme su boca y saborear cada rincón de ella. Lamí sus labios, probé su lengua, probé toda su cavidad hasta que encontré voluntad para seguir caminando detrás de él y no devorarlo en la calle.
Sabes a drogas – le dije al seguir sintiendo el sabor amargo de la cocaína
all the sex all the drugs all the complications – siguió cantando.
Me empujo dentro de la casa y había un pasillo largo, oscuro, húmedo, con grafitis y rayado por todo lado. Él caminaba con los brazos extendidos tocando las paredes a cada lado y moviendo de manera más sensual las caderas en esos pantalones negros petrolizados bastante ceñidos, tanto que desafiaban la moral pública.
Doblamos en la esquina y vimos a una mujer besando a una chiquilla con necesidad y pasando sus manos por toda su corporalidad deteniéndose en los muslos e intentando subir su mano hasta la entrepierna de la menor. En ese momento, Key se voltea y me regala una mirada gatuna pasando la punta de su lengua por el labio superior de derecha a izquierda. Casi muero de deseo, no por la escena de esas mujeres, sino por el gesto de ese pecado hecho hombre.
Se acerco a una puerta negra con manchas rojas. Era oscuro. Ese lugar por más luces que tuviera era como si las paredes se tragaran todo rastro de felicidad y luz que pudiera llegar hasta ese lugar húmedo. Key se detuvo y se recargo en la puerta. Yo me acerque temeroso hasta que él paso sus manos por mi cuello y yo instintivamente lo cogí por la cintura. Cuando ya lo iba a besar se detuvo.
Quieres ve algo de magia – me miró de forma picara
Muéstrame – respondí
Aplaudió dos veces y se escuchó cómo se abría el cerrojo de la puerta.
Es magia – me sonrío para darme un beso corto y me arrastro a dentro de ese apartamento subterráneo.
Quien se imaginó que ir a la zona más pesada de Seúl donde los bares son oscuros en sótanos con música estridente me iban a llevar hasta él.